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Vacaciones en el infierno por karol chan

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Notas del fanfic:

Esta primera historia se desarrolla en una villa.

Los derechos de los personajes no me pertenecen son de la sensei shungiku nakamura 

 

Notas del capitulo:

Los derechos de "La casa de los espejos" no me pertenecen, son de la autora cassandra clare

 

Vacaciones en el infierno.

La casa de los espejos.

Mi nombre es Onodera Ritsu, tengo actualmente 17 años, no tengo nada que destacar sobre mi vida o por lo menos no algo bueno, ahora me encuentro mirando por la ventana del auto, más bien reflexionando sobre todo lo que ha pasado en las últimas semanas, más bien toda mi vida.

Cuando era niño mi padre murió en un accidente de automovilístico, en ese momento tanto yo como mi madre nos sentimos morir del dolor.

¿Qué podíamos hacer? ¿Qué debíamos hacer?

Al morir mi padre amos estábamos solos y sin protección, yo lo quería mucho así que en esos momentos me sentía más muerto que nada. Mi madre no tuvo más opción que buscar un empleo, aunque siempre prefieren a un hombre para trabajar que a una mujer, pero mi madre demostró ser capaz de cumplir con su trabajo, tenía que hacerlo, le era prácticamente obligatorio, teniendo una carga a la cual mantener.

Yo

Siempre me sentí culpable por no poder ayudar a mi madre, siempre era ella la que tenía que matarse trabajando.

                                                         

Iba en asiento de atrás del copiloto, mire a la persona que conducía el auto, no pude evitar fruncir el entrecejo. Como era que alguien como el formaba parte de mi vida.

 

Hace unos cuantos meses, ella regreso del trabajo bastante extraña.

Mi madre siempre llegaba a casa totalmente cansada, desgastada, agotada…

-          Buenas noches Ritsu – dijo mi madre mientras entraba a la casa.

-          Buenas noches mamá – conteste con una sonrisa, ella me devolvió la sonrisa por medio de su cansado rostro.

De inmediato fui a preparar la cena. Una de las consecuencias de todo esto era que no podía tener una vida como la de cualquier niño, esos de los que solo hacen tarea, van a la escuela y el resto del tiempo se la pasan jugando, creo que esa clase de vida era la que no valoraba cuando mi padre seguía con nosotros.

Ahora yo era quien se encargaba de la casa cuando mamá trabajaba, iba a la escuela como todos pero ya no era lo mismo que antes, no podía ser tan libre como lo era antes. Con el tiempo acepte que mi vida sería así y no podía cambiarla.

-          Te quedo muy bien Ritsu – me felicito con una sonrisa.

-          Gracias – respondí feliz.

Ahora que lo pienso se ve un poco más animada de lo normal. Sentí una gran necesidad de hacerle esa pregunta, pero al mismo tiempo tenía miedo de su respuesta.

-          ¿pasa algo cielo? – pregunto mi madre preocupada.

-          Mamá ¿Por qué estás tan feliz? – pregunte, ella se sonrojo levemente.

-          ¿enserio? – respondió como si ni ella se hubiera dado cuenta de ello.

-          Si, te ves más bonita – conteste de forma sincera, entonces vi como sus ojos verdes se iluminaron por un momento.

-          Gracias por el alago pero….No es nada cielo, no es nada importante – me respondió mi madre con una sonrisa.

¿Cómo que no es nada? Se nota que pasa algo. Hasta yo que soy algo despistado para fijarme en las acciones de los demás lo noto.

En se momento decidí no insistir y dejarlo así, si ella no quería decirme estaba bien. Aunque creo que ya no soy un niño al que se le deba de ocultar algo, tengo 16 estoy a punto de cumplir 17.

                                                                       

Volví a mirar con más odio a la persona con el volante entre sus manos, como lo odio.

 

Un día mi madre llego con una enorme sonrisa en el rostro, creo que ese día ya no lo pudo ocultar más, durante todo el día mi madre estuvo nerviosísima, tarareaba canciones algo viejas pero cursis mientras limpiaba la casa, arreglo mucho la casa, entre los dos preparamos una gran cena. Su felicidad era evidente, y en el fondo ya sospechaba a que se debía.

Ella dijo que vendría alguien a cenar con nosotros, que tenía algo que decirme y que era muy importante. Ella se veía demasiado hermosa, con su cabello rubio lacio y el vestido azul cielo que tenía. Pero sobre todo, lo que más destacaba era su linda sonrisa, nerviosa pero indicaba que estaba feliz, junto con el brillo en sus ojos.

-          Ya está aquí – dijo tratando de ocultar la felicidad de su voz aunque no le funcionó muy bien – iré  a abrir.

-          De acuerdo.

Tratando de regularizar su respiración y con paso pausado fue a abrir la puerta.

Fue ahí cuando vi por primera vez a esa persona.

Tenía el cabellos color negro y los ojos grises, cuando cruce mi mirada con ese hombre supe que no saldría nada bueno de esto. El hombre saludo a mi madre tomando su mano y dejando un beso el ella “como todo un caballero” causando que se sonrojara. Ambos ingresaron a la casa.

-          Cielo – dijo mi madre con evidente nerviosismo, ya sabía que era lo que iba a decirme – él es Takano Tetsu….mi novio.

A pesar de que ya sabía que eran esas palabras las que saldrían de sus labios, eso no significa que el golpe no llego hasta el fondo de mi ser.

MI MADRE TENIA NOVIO, UN NOVIO, TAN RAPIDO SE HABIA OLVIDADO DE PAPA, ACASO NO PENSO EN MI, COMO SE ATREVIA A HACERME ESTO, ES QUE ACASO NUNCA LE IMPORTO LO QUE PESARA. NO LO ACEPTO, NO LO QUIERO ACEPTAR PERO…NO PUEDO.

Eran demasiadas las palabras que quise gritar en ese momento, tanto lo que quería decir y no lo hice.

-          Felicidades mamá, me alegro – conteste sin pensarlo.

¿Cómo iba a oponerme a la felicidad es mi madre?

Si ella era la que se había hecho cargo de mí, en realidad no estaba para nada feliz con esto pero me sentía culpable, yo era quien le había quitado la felicidad a mi madre así que no tenía derecho a negársela ahora que precia haberla encontrado.

 Que idiota fui

Nos sentamos a cenar, Tetsu sin duda alguna era un hombre serio, me entere de dos cosas que no me esperaba, él tenía un hijo y además era el jefe de mi madre, esto no podría ser peor. Sin consultarme habían quedado en que debía de relacionarme con su hijo, para conocernos, genial esto si podía ser peor.

No demostraba lo mal que me sentía, no quería que la sonrisa de mi madre se desvaneciera. No después de todo lo que ella ha hecho por mí.

 

Mire al lado mío donde Masamune se encontraba leyendo un libro al otro extremo del asiento trasero, lo más alejado de mí, tal vez debería de hacer lo mismo y leer algo después de todo el viaje es muy largo. Pero no, había tenido que ponerme a reflexionar sobre mi miserable vida.

-          Ritsu, Masamune – me llamo mi madre – no me estas escuchando.

-          Lo siento ¿Qué decías? – pregunte porque llevaba todo el viaje ignorando lo que decía.

-          Mencionaba que hay un pequeño pueblo cerca de donde nos quedaremos ¿no crees que será interesante ir? – dijo con tono animado.

-          Está bien – conteste no muy interesado.

-          No me parece mala idea – respondió Masamune sonriendo de forma amable a mi madre.

Tetsu se quedó callado sin hacer ningún comentario, ignorándonos.

 

Al día siguiente por petición de mi madre había tenido que conocer a Masamune, el hijo de Tetsu, el llego a la casa por la tarde.

No quiero convivir con él.           

Al verlo me sorprendí, era bastante parecido a su padre, odio decirlo pero Tetsu es bastante apuesto para su edad, pero su hijo lo es aún más, lo que más me gusto de él fueron sus ojos, la única diferencia que tenía con su padre pero que lograba cambiarlo todo, los de él eran color avellana y tenían cierto deje de amabilidad a diferencia de los de su padre que parecían serios y fríos.

Ese día Masamune y yo pasamos toda la tarde juntos, descubrimos que teníamos mucho en común a pesar de que al principio nos costaba tanto hablar. Entonces pensé…

Tal vez no sea tan malo todo esto después de todo.

Lo comencé a ver como a un hermano mayor, un buen ejemplo a seguir, ¿Por qué no?, era apuesto, inteligente, capaz, amable,… todo lo que yo quería ser.

Sin darme cuenta, él se volvió alguien importante para mí, me la pasaba casi todo el tiempo pensando en él. Era dos años mayor que yo, así que ya iba a la universidad. Me trataba como a su hermanito menor y eso me agradaba.

Pasaba a buscarme a la escuela en su auto, me ayudaba con la tarea.

Era el hermano mayor que siempre quise.

-          Bueno, Tetsu y yo hicimos esta cena para anunciarles que….nos vamos a casar

-          ¡Que! – grito alterado Masamune, su padre lo miro de manera severa, él se calmó – lo siento, me alegro por ustedes – dijo forzando una sonrisa, por suerte mi madre estaba en una burbuja de felicidad porque no lo noto.

-          Igual me alegro – dije, tal vez Tetsu sea serio pero hace feliz a mamá, eso es lo que importa.

-          Gracias – respondió mi madre con una sonrisa.

Después de eso hicimos un brindis para festejar por la nueva familia que seriamos.

                                    

-          Hemos llegado – anuncio mi madre una vez que el auto se estacionaba en la cochera de una enorme casa de playa – que empiecen las vacaciones.

-          Querida no tienes por qué gritar – dijo Tetsu sobándose la sien.

-          Lo siento – se disculpó mi madre avergonzada y con algo de miedo.

Masamune cerró su libro y sin decir nada bajo del auto, yo también hice lo mismo.

Hace una semana que “mis padres” se casaron, ellos habían tomado una semana personal para su luna de miel pero por alguna razón se les había ocurrido que sería una buena idea también tomarse una semana de vacaciones familiares.

Estábamos en una villa, había muchas casa hermosas, claro, una muy alejada de la otra, algunas más cercanas al mar  y a tan solo algunos metros se encontraba la playa. Era hermoso.

Mire a Masamune, él se encontraba mirándome, en cuanto nuestras miradas se cruzaron el desvió la suya, odio que las cosas sean así desde ahora, pero es lo mejor.

Los empleados de la casa pasaron a buscar nuestras maletas. Me sentía extraño, el lugar era muy bonito pero algo hacia que no terminara de gustarme del todo, suspire, será mejor que me acostumbre.

Entramos a la casa asombrándonos de lo grande muy bien decorada que estaba, los empleados nos dieron la bienvenida.

Había un lado de la casa que carecía de pared, era la que deba directo a la terraza. En ella había una norme piscina, el agua era cristalina y de un bello color turquesa, había camastros de color blanco y azul, tal vez me recueste en alguno a leer algo.

Había un sirviente que nos miraba detenidamente, más bien a Masamune, me molesto un poco, aunque no parecía una mirada de alguien enamorada más bien era de alguien preocupada.

Masamune parecía estar como si nada le importara, no noto aquella mirada sobre de él. Fui a la que sería mi habitación, cada quien hizo lo mismo, tenía aire acondicionado, no me gusta usarlo mucho pero con el calor que hay creo que tendré que hacerlo.

-          ¡Chicos! La comida ya está lista – grita mi madre sonriendo.

Ese día comimos en la terraza, la comida fue agradable menos para Tetsu quien se enfureció cuando le sirvieron cabra, cosa que el aborrece, en cuanto se enteró escupió en su plato como si de veneno se tratase.

Después de eso todos nos dividimos para hacer actividades, Tetsu se sentó en la sombra mientras lee un libro, Masamune está sentado al borde la piscina, tenía los pies metidos en el agua, y estaba con su celular, por momentos me entra la sensación de que se le caerá. Yo no cambie mi plan original, tome un libro y me acomode en uno de los camastros.

Tenía sed así que fui a buscar algo para beber.

-          Buenos días – saludo aquel empleado asustándome.

-          Buenos días – conteste en tono nervioso.

-          ¿algo en que lo pueda ayudar, joven? – pregunta de manera formal.

-          No, gracias, solo había venido a buscar algo de jugo.

-          Hay jugo de naranja en la nevera, iré por el – dijo retirándose hacia la cocina, la seguí y tome un vaso del estante.

-          Gracias – respondí con una sonrisa – ¿Cómo se llama?

-          Misaki – responde en tono neutro.

-          Lindo nombre – digo, soy japonés así que no es raro escuchar un nombre como ese, pero me agrada – el mío es Ritsu.

-          Gracias y también su nombre es lindo, ¿Cómo está su hermano?

-          No es mi hermano, es mi hermanastro – aclare sin saber porque.

-          Bueno...solo quería decirle que

“No se acerque a las casas cercanas a la playa”

Luego de decir eso hizo una pequeña reverencia y se fue. Sentí un escalofrió recorrerme.

¿Qué habrá querido decir con eso?

Continuara…

Notas finales:

Soy nueva en esto asi que espero y les haya gustado comienzo del fic. 

gracias por leer  

 


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