Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El hombre de mis sueños por Charly D

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Un pequeño relato sobre el amor de un chico...

Notas del capitulo:

Espero les guste tanto como a mi.

Sentado frente a frente, mirando directamente a sus lindos y expresivos ojos color marrón, Ángel, un chico de veintitrés años, de cabello oscuro, piel morena y ojos color café claro, esperaba la respuesta a su pregunta. Seguía sin creer que esa situación le pasara a él, ¿por qué a mí? Era lo que mentalmente se cuestionaba.

 

-¿No piensas decir nada Luis?- cuestionaba, ya era impaciente. Las manos temblorosas de Ángel sobre la mesa mostraban claramente su desesperación.

-¿Qué tendría que decir?- el hombre situado frente a él mencionó. No podía negarlo, era un hombre muy atractivo, su cabello corto y perfectamente peinado lo hacían lucir más encantador que nunca.

-¿Te olvidaste acaso de nuestras promesas? ¿Olvidaste lo mucho que nos amamos? ¿En verdad es eso posible Luis?- la voz se le cortó, le dolía en lo más profundo de su ser, sentía morir por perder al hombre que amaba.

-Ángel, creo que las cosas las estás…- no pudo terminar su idea, porque el chico moreno lo interrumpió.

-No, no estoy listo para esto, yo te amo, con todo mi ser, con todo lo que soy… por favor, no olvides nuestra promesa, aquella en la que bajo la luz de ese sol resplandeciente de mayo me hiciste- las lágrimas brotaban sin cesar de aquellos ojos que suplicaban un poco más.

-Lo mejor es que…- no, no iba a permitir que todo acabara, no cuando él aun lo amaba con la intensidad que su cuerpo sentía.

-¿Recuerdas cuando nos conocimos? Mis ojos brillaron al instante de posarse en los tuyos, te sonreí y me sonreíste, yo me sonrojé, no pude evitarlo, me hiciste sentir algo muy extraño dentro de mi ser. Aquel parque, aquella banca en la cual yo estaba sentado, ahí fue donde te vi por primera vez. Ni siquiera me importó que me mojara y ensuciara el trasero con esa banca húmeda, preferí quedarme ahí sentado porque podía mirarte mientras te ejercitabas- relataba aun cuando en momentos hipara o la voz se le cortara.

-Escucha Ángel, lo mejor es que…- el de los ojos marrón intentaba hablar, pero el moreno no deseaba escucharlo, no iba a escuchar que todo se acabaría.

-Por la noches Noni llora, te extraña tanto como yo- sobre la mesa, Ángel estiró las manos para poder entrelazar sus dedos con los del chico que tenía enfrente, sin embargo, éste los retiró en cuanto se percató de las intenciones del otro- Nuestro gatito, me lo regalaste el día de mi cumpleaños, yo te había dicho que quería una mascota, y ese día que llegaste a casa con una pequeña caja nunca imaginé que en ella hubiera un gato, el gato más hermoso del mundo…- sus dedos comenzaban a temblar, presentía que el final se acercaba y no lo quería, el ambiente era pesado, el llanto se tornaba cada vez más doloroso, era palpable el miedo por perder a esa persona que amaba.

-Ángel…- el chico suspiró con cansancio- Mira, yo creo que tú estás equivocado, lo mejor será que…- el aludido se tensó sobre la silla.

-No Luis, no lo digas por favor, no lo hagas- su labio inferior temblaba, un final se acercaba, y no quería eso. No lo deseaba- ¿Te acuerdas cuando te compré aquel reloj en la joyería del viejo avaro que a todos les cae mal? No lo soportaba. Cuando pasamos por ahí tu viste ese objeto y quedaste fascinado con él; me tragué mi orgullo, y haciendo de tripas corazón me introduje en la tienda, soporté el olor a tabaco barato de ese tipo y su malhumor solo para tener ese reloj- Los ojos de Ángel parecían deshacerse en lágrimas, no podía parar de llorar, mostraba su faceta más deplorable, con ese llanto suplicaba por un poco más- Lo guardé en tu bolso, ese de color negro que llevas contigo al parque cuando te ejercitas. Lo hice de manera que cuando te dieras cuenta fuera una bonita sorpresa, regresaste antes de tiempo y me besaste con todo el amor del mundo, me sentí el hombre más feliz sobre la tierra en ese momento-

 

La luz del día se colaba por los amplios ventanales del lugar, las lágrimas del chico se cristalizaban y brillaban gracias a ese efecto que se produce cuando el agua se une con la luz. El piso pulcramente aseado reflejaba la figura de los hombres que estaban sentados uno frente al otro en aquella pequeña mesa.

 

-Yo creo que esto debería llegar hasta aquí, Ángel- el otro se iba a levantar.

-¡No por favor! no te vayas, no me dejes Luis, por favor, entiende que yo te amo, eres el hombre de mis sueños, de mi vida. No me importa que el mundo me juzgue, que me hagan daño, nada me importa, solo quiero estar con el hombre que tanto amo, el que me juró amor eterno aquel día de mayo-

-Escucha, Ángel, no quiero que te sigas haciendo daño, ya es momento de que aceptes que…-

-¡No!- levantó la voz, las personas cerca comenzaron a mirarlos- No te dejaré, no quiero que me dejes, sé que soy imperfecto, berrinchudo, caprichoso, pero aún con todos esos defectos, te amo como a nadie en este mundo…- el semblante de Ángel era demasiado notorio, estaba devastado, la situación se le escapaba de las manos.

-Cálmate por favor, no hagas que la situación se ponga peor- el de ojos marrón le pedía de manera apacible, las personas cercanas ya estaban un tanto preocupadas por lo que ocurría.

 

Un hombre rubio, caminando lentamente, se acercó al acompañante de Ángel, le susurró algo al oído y este solo asintió. El chico que lloraba miraba atentamente ¿sería acaso ese sujeto el que se metió entre ambos? ¿Sería ese hombre el que los separaba?

-¿Quién es él?- preguntó el moreno una vez que el otro se fue.

-Nadie Ángel, solo me pidió que te tranquilizaras- respondió el otro con calma.

-Está bien… Dame otra oportunidad ¿Sí?- preguntó con un dejo de esperanza en sus llorosos orbes.

-Sí… tendremos otra oportunidad, por lo pronto quiero que hagas algo por mí- sonrió amablemente su acompañante.

-Lo que tú me pidas, haré lo que digas Luis- se limpió los ojos mientras asentía rápida y repetidas veces.

-Quiero que acompañes a ese caballero, el de la esquina que te extiende la mano ¿Lo ves?-

-¿El de cabello rubio?- preguntó cuando terminó de escudriñar el terreno.

-Sí, ese, él ya viene y quiero que lo acompañes…-

-Sí, lo que tú digas amor…- se levantaron de la mesa y cuando Ángel estaba a punto de besarlo, el otro lo detuvo.

-Aguarda, en la noche, aquí no. Anda ve con él- asintiendo, Ángel tomó la mano del hombre rubio y caminó con él, miraba de vez en vez hacia donde se encontraba su acompañante, le mandó un beso al aire y el otro le sonrió. Una vez que el chico desapareció, el hombre se sentó pesadamente. Pronto una mujer vestida de blanco se acercó a él.

 

 

-¿Cómo lo vio hoy doctor Manuel?- una enfermera le preguntó.

-Igual que la vez anterior, me confunde con un tal Luis. Pobre chico, tengo seguir su historia porque de no hacerlo podría sufrir otro episodio psicótico, se ve que ha sufrido mucho-

-En la entrevista para la historia clínica dice que se intentó suicidar por depresión. Mis compañeras cuentan que relata una historia en la que es feliz con un sujeto de nombre Luis. Al parecer ese hombre vive en sus sueños, su hombre perfecto, al menos así lo cuenta-

-Estén al pendiente, ese chico podría ponerse mal-

-Sí doctor, aquí cuidaremos de Ángel- mencionó la enfermera. Acto seguido el doctor se marchó a sus labores diarias.

 

 

En ese lugar, en el cual la locura, los deseos imposibles y los sueños perdidos viven,  se encuentra recluido él, en aquel cuarto de paredes blancas, Ángel baila, sonríe y espera pacientemente a su chico, a Luis, ese hombre que solo vive en su mente, el hombre de sus sueños.

 

 

 

 

 

 

 

 

FIN

Notas finales:

¡Gracias!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).