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Revivir por Kyoko chan

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Notas del fanfic:

Primero: Feliz día de los muertos :D

Es importante felicitar porque a partir de este día se me ocurrió esto xd no es lo típico en mi escribir sobre esto e.e siento que es un tema muy complejo así que prefiero solo tocarlo de forma algo superficial u.u

Los personajes no me pertenecen, son de propiedad de Masashi Kishimoto (el hombre que ama el dinero dinero dinero más que a su propio manga u.u)

 

Notas del capitulo:

Querido Desconocido lector, espero que sea de su agrado.

- Fic Naru Sasu o SasuNaru, míralo como quieras ya que no me explayo ni detallo las posiciones xd

- Ambientado después de todo el asqueroso final del manga, creo que será el primer y único fic que escriba tomando como referencia ese final que me deja mal sabor de boca. 

 

Naruto sentía sus manos temblar al igual que sus rodillas, las gotas de sudor que se resbalaban de su frente se combinaban con la intensa lluvia que desde hace unas horas había comenzado a caer sobre toda Konoha como si el cielo nocturno tampoco aprobara lo que estaba haciendo, era un crimen, era enfermo y totalmente inmoral pero a Naruto no le importó, nunca se sintió tan decidido como en esos momentos lo estaba.

Con ayuda de esa vieja pala, sus fuertes manos no dejaban de excavar con rapidez. En su mente solo estaba presente aquello que intentaba desenterrar, estaba aterrado pero no por el delito que cometía, no, estaba aterrado por no poder lograr su cometido, temía que vinieran más inocentes a tratar de detenerlo y tuviera que seguir mancillando sus manos ya manchadas de sangre.

No quería matar a más ninjas inocentes.

- Aún puedes detenerte. Puedes volver a tu vida y aducir un momento de locura ¿acaso piensas mandar todo al demonio por una obsesión?

Kurama no aceptaba esto, antes sus experimentados ojos las acciones y los deseos humanos eran simples anhelos superficiales guiados por una pasión similar a la de un animal. Amor, odio, envidia, deseo sexual, tristeza, todos esos sentimientos eran tan humanos y desconocidos para él que consideraba que esos eran justamente las debilidades de un ser simple e insulso como lo eran los seres vivos. Quizás por eso, cuando Naruto perdió la escasa cordura que le quedaba creyó que era una fase, que terminaría resignándose como lo hizo ante la muerte de Jiraiya no que tomaría esa decisión tan radical y que mandaría por la borda todo aquello que había conseguido.

El título de Hokage, esa patética familia disfuncional conformada por su insulsa, desabrida y patética mujer, sus problemáticos y adefesios críos; esa gente de Konoha que lo admiraba e incluso esa otra mujer de carácter similar a Kushina perdían valor ante el verdadero sueño de Naruto, el mocoso que vio crecer acababa de mandar a la mierda todo aquello que debía de ser sagrado por una obsesión enfermiza que estaba trascendiendo el término “amor” porque Kurama a pesar de desconocer ese sentimiento, admitía que Yondaime amó a Kushina y que ellos amaron a Naruto y esa era la única medida que le podía dar a ese sentimiento tan complicado, pero una vez más, ese mocoso hiperactivo lo sorprendía y lo llevaba a replantearse si realmente había entendido los límites a los que podía alguien llegar por otro alguien.

- Piensa un poco, mocoso ¿Realmente vas a abandonar todo? Tienes el título que quisiste desde que eras un crío, tienes una maldita familia que tú elegiste, tienes el respeto de los otros humanos ¿Mandarás todo a la mierda, Naruto?

- Mandaré a la mierda lo que debí mandar a la mierda desde hace años. No puedo retroceder el puto tiempo y tomar mejor mis decisiones pero hoy voy a hacer lo que me dicta mi alma.

Kurama recostó nuevamente su cabeza en sus patas delanteras y cerró los ojos, la sangre seca en las manos de Naruto eran la prueba de que ese hombre que siempre puso la vida de sus aldeanos por encima de todo, incluso de su felicidad, estaba decidido y que así como acabó con la vida de los anbu que lo vigilaban, acabaría con cualquiera que se interpusiera.

- Quizás esta lluvia son las lágrimas de Kushina…

Los latidos de su corazón sonaban en sus oídos, retumbando completamente y dejándolo sordo ante las palabras del kyubi, ante los imprevisibles truenos y el fuerte goteo de la lluvia. Continuaba excavando con desesperación y ahínco hasta que sintió como la pala al ser clavada en la firme tierra rozaba contra algo sólido.

Los ojos de Naruto se abrieron más y su labio tembló, tiró a un lado la maldita pala y comenzó a sacar con sus manos la tierra, arrancaba todo aquello que lo alejaba de esa superficie de madera que debía profanar. Su respiración era completamente irregular al punto que las bocanadas de aire que tragaba con su boca parecían desgarrar su garganta como miles de cristales que lo apuñalaban.

Estaba prácticamente arrodillado en ese hoyo que desde hace bastante tiempo había estaba excavando con la pala y ahora con sus manos cuando por fin, después de sacar bastante tierra vio esa superficie de madera. Entonces su pulso se disparó y su corazón redobló los latidos, con manos temblorosas quitó el resto de tierra que impedía que se vislumbrar en medio de esa oscuridad infinita aquello que era el comienzo de su mayor locura.

Un ataúd de oscura madera que estaba casi completamente desenterrado.

Naruto esbozó una sonrisa sincera pero triste, de esas que hace años no le mostraba a nadie, ni siquiera a esa mujer que era ante la ley su esposa, ni a esos mocosos que fueron engendrados por él. No, esas sonrisas sinceras, verdaderas y radiantes siempre estarían reservadas para una sola persona en el mundo.

Sus ásperas manos tomaron la tapa del ataúd, apretó sus labios y de un rápido movimiento lo abrió.

Allí, dentro de esa carcaza de madera, recostado en una tela negra, con una ropa del mismo tono oscuro que su cabellera lacia descansaba como si durmiera la razón por la que Naruto acababa de cruzar los límites de la cordura. Él, con su rostro sereno y perfecto se mantenía, a pesar de tener esa palidez mortuoria con esa belleza sublime que siempre lo caracterizó. Sasuke seguía tan hermoso como lo recordaba.

Naruto no se contuvo y lo atrapó entre sus fuertes brazos, cerró los ojos por donde rodaron varias lágrimas y lo apretó con fuerza tratando de fundir en ese abrazo todo su sentir, toda esa desesperación en la que estaba sumido desde que lo perdió, desde hace días cuando recibió la noticia de su muerte, desde que lo vio estático en esa maldita caja de madera. Su mundo que se derrumbó y lo sumió en la oscuridad de la desesperanza solo en ese instante pareció tener una escaza y tenue luz.

- Estas conmigo, estas de nuevo conmigo, ttebayo – susurraba Naruto sin soltar ese cuerpo sin vida, el rubio con una delicadeza poco propia de él tomó el rostro frío del Uchiha y lo acunó entre sus toscas manos, se rió en medio de sus lágrimas al ver como sus manos sucias de tierra manchaban el fino rostro del azabache pero no le importó, solo importaba que lo tenía entre sus brazos y pensando eso bajó su rostro para depositar un beso en la blanca frente.

Naruto reaccionó, nuevamente con esa delicadeza que ni con su mujer mostró, recostó el cuerpo en el ataúd, esa venda que cubría los ojos del Uchiha lo molestaba pero antes de quitarla debía de restaurar en él aquello que le quitaron inmediatamente después de morir. Naruto le devolvería a Sasuke esos bellos ojos que fueron el orgullo de ambos.

Sacó un pergamino de entre sus bolsillos, recordó con cierto remordimiento a los anbus y jounnin que atacó cuando le impidieron tomarlo, quizás no debió tomar sus vidas pero estaba muy fuera de sí. Abrió el pergamino y lo posó en la tierra, mordió su dedo y escribió con su sangre el jutsu de invocación, lo hizo en el pergamino y en la venda blanca que cubría los ojos vacíos del muerto. Formó con sus manos los sellos que había practicado todo un día sin dormir y golpeó su mano contra el pergamino, impregnó su chakra demoniaco y después de sentir como este cambiaba de color a uno morado quitó su mano y la posó sobre la venda, depositó nuevamente ese chakra de color morado y esperó a que ingresara todo. El sharingan y el rinnegan de Sasuke habían sido sellados en ese pergamino y la única forma de devolverlo era con una enorme cantidad de chakra que removiera ese sello poderoso, cuando lo supo, Naruto entendió que él era el único capaz de hacerlo.

 Suspiró y quitó la venda, estaba seguro que el proceso estaba completo. Limpió sus manos en sus pantalones negros, tomó el pergamino y lo enrolló para después meterlo en sus bolsillos.

Naruto alzó su rostro, sintió las gotas de lluvia caer en su rostro y sonrió, nuevamente con esa sonrisa sincera y honesta, los matices oscuros y grises del cielo que de vez en cuando eran atravesados e iluminados por los rayos le hicieron entender que si aún hubiera algún rastro de indecisión ya no había forma de volver atrás pero en el Uzumaki no existía tal cosa, no se arrepentiría, nunca porque por primera vez en más de 12 años estaba tomando la decisión que su corazón le dictaba.

Tomó el cuerpo delgado entre sus fuertes manos y lo levantó a estilo nupcial, salió del hoyo de un salto y comenzó a caminar con lentitud con Sasuke entre sus brazos, su caminar se comenzó a volver rápido al punto de que estaba por echarse a correr cuando vio a un grupo de jounnin que venían hacia él, no le tomó importancia, apretó ese cuerpo contra su pecho ignorando que estaba siendo rodeado por aquellos hombres que hace unas horas le juraban lealtad.

- No te preocupes, todo va a estar bien ¿si? Nadie nos separará, ttebayo – susurraba Naruto a Sasuke con suavidad.

- Hokage-sama deténgase, no nos haga usar la fuerza.

El rubio esbozó la última sonrisa para Sasuke antes de alzar su rostro y mostrarle a los ninjas los ojos de un rojo intenso, el cuerpo de Naruto se cubrió del chakra amarillo del zorro de nueve colas. Los hombres retrocedieron instintivamente y tragaron saliva nerviosos, en esos ojos no veían al hombre amable héroe del mundo shinobi sino a un demonio que les mostraría hasta qué punto se podía llegar por Uchiha Sasuke.

 

 

 

 

 

 

 

Tsunade tosía constantemente, su vida estaba al límite y solo le quedaba esperar pacientemente su muerte, esa mujer sabía que el uso frecuente de la reconstrucción y regeneración de las células de su cuerpo la llevarían a consumir con mayor rapidez su tiempo de vida pero eso nunca la detuvo, nunca se arrepintió de hacer y quizás a esas alturas donde solo esperaba la muerte para reunirse con su hermano menor, con Dan y con Jiraiya; lo único que lamentaba era no poder haber hecho más por Naruto.

Cerró los ojos, en esa vieja casa alejada de Konoha y de toda la hipocresía de la aldea que su abuelo fundó y terminó traicionando sus ideales, la legendaria Sannin recordaba cada momento de su vida, la melancolía y nostalgia quizás solo era producto de la lluvia que golpeaba las ventanas y no de sus memorias. Sonrió con delicadeza, quizás también era en parte culpa de sus recuerdos.

Estaba por dormirse cuando el fuerte golpeteo de la puerta le llamó la atención, ella no recibía visitas desde hace años cuando perdió a propósito contacto con toda persona. Caminó lento hacia la puerta, la abrió y sus ojos color miel se abrieron con sorpresa al ver frente a ella al mocoso que la hizo superar su miedo y traumas hacia la sangre.

Naruto estaba en la puerta con el cuerpo lleno de machas de sangre y un bulto entre sus brazos que no tuvo que distinguirlo para saber de quién se trataba.

- Entonces realmente lo hiciste – dijo la dama con suavidad, se dio la vuelta y volvió a su asiento. Escuchó los pasos del rubio al ingresar y cerrar la puerta de un golpe, Tsunade alzó su visa y la confrontó con la azul del hombre rubio – deja a Sasuke en el sillón y dime ¿por qué buscas a una anciana alcohólica y buena para nada? No son las horas y menos si traes contigo a un muerto.

Naruto dejó el cuerpo de Sasuke en el sillón más largo antes de alzar se rostro nuevamente y ver la mirada severa de Tsunade, sonrió de lado y recordó que esas fueron sus palabras cuando se refirió a esa mujer hace años, antes de que Kakashi tomara el puesto de Hokage. La llamó anciana, alcohólica y puso en duda su capacidad como Quinta Hokage ante la mirada atónita de los concejeros, del mismo Kakashi, de Sakura que en esos tiempos había retomado su personalidad callada y retraída; de Shikamaru e incluso de su patética mujer que como siempre solo susurró su nombre y que a diferencia del resto que le lanzó una mirada de desaprobación, ella solo atinó a volver a susurrar su nombre.

A estas alturas de su vida aún no entendía ¿por qué lo hizo? ¿por qué habló mal de quien era como una abuela para él? Quizás solo fue una forma de mostrarle al mundo que el Uzumaki Naruto que conocían, ese que odiaba a las personas que se mentían a sí mismas, ya no existía y solo quedaba un hombre vacío sin aspiraciones que sería Hokage porque era lo mejor para el pueblo, que tenía mujer por un complejo de culpa, que sería padre porque no supo cuidarse y que se casaría porque no había otra opción para él. Un hombre sin los huevos suficientes para enfrentarse al mundo y tomar de la mano a quién en verdad quería en su vida.

- Parece no sorprenderte lo que hice, abuela Tsunade, ttebayo.

Tsunade suavizó su rostro, esa forma de llamarla, esa muletilla e incluso esa sonrisa aunque torcida si eran del mocoso que Jiraiya entrenó, después de años veía frente a ella al muchachito que la puso en su lugar cuando ofendió el puesto de Hokage y la protegió del aprendiz de Orochimaru ¿Tanto tardaste en revivir, Naruto?

- Solo me sorprende que tengas tanta sangre en todo el cuerpo, no necesito preguntar para saber que has asesinado a varios de tus hombres y que probablemente ahora toda la aldea esté en caos y buscándote porque su Hokage perdió la cordura y robó un cadáver. Siempre te metes en problemas pero ahora no creo poder ayudarte…

Cuando se enteró de la muerte de Sasuke, la rubia anciana acababa de ganar la lotería, no fue necesario angustiarse para saber que ese mal presentimiento no venía de la sola muerte del último Uchiha sino que esa muerte era el comienzo del fin de algo muy grande. A sus oídos llegaron los chismes del mal comportamiento del Hokage, de su aislamiento, de su carácter algo agresivo incluso con su misma familia y de esas largas e interminables horas que permanecía pegado a la fría lápida de su supuesto amigo.

 Naruto perdería la cordura y cometería un crimen atroz pensó y se pudo imaginar cuál sería pero rezó porque sus miedos fueran solo ideas vagas producto de su vejez.

- Si puedes ayudarme, abuela Tsunade – Naruto hablaba pausadamente, se acercó hacia ella y se arrodilló frente a la anciana que no despegaba sus ojos del hombre.

- Dejaste a la aldea, mataste a inocentes y seguro eres consciente que en estos momentos en Konoha tu mujer y Sakura deben estar echas un mar de lágrimas junto a tus hijos que deben maldecirte. Naruto, podría preguntar el por qué pero no obtendré respuestas ¿verdad? El lazo que te une con Sasuke, que ignoraste y trataste de reemplazar con un título y una esposa insípida y sumisa, es irrompible y necesitaste que él muriera para que ese dolor te hiciera reflexionar.

 La mano arrugada de la mujer acarició el cabello rubio del hombre que había bajado la vista y comenzaba a llorar silenciosamente, recordaba con odio cuando lo dejó ir después de su recuperación tras la guerra, maldijo ese remordimiento que nació en él cuando conoció los sentimientos de su actual esposa y volvió a maldecir el día de su boda patética donde pensó erróneamente que ella podría ser un fuerte lazo que le diera felicidad. Golpeó el piso al entender que hasta ahora había tratado de darle felicidad a todos, absolutamente a todos menos a sí mismo, condenó a Sasuke a misiones alejadas de la aldea por sugerencia del concejo de ancianos, de las palabras falsas que aducían que sería lo mejor para el Uchiha y los aldeanos. Fue un maldito títere que se mintió a sí mismo por años tratando de ignorar ese fuerte sentimiento que lo unía a Sasuke, su Sasuke, su única verdadera alma gemela.

- Tráelo de vuelta, abuela por favor – hablaba entre el llanto Naruto – regrésame a Sasuke y dame otra oportunidad, abuela Tsunade.

- Si pudiera hacerlo ¿qué harías?

- Me iría con él, huiría con Sasuke.

- ¿Y la aldea? ¿Tus hijos, tu mujer, Sakura? ¿Qué pasaría con ellos?

- ¡A la mierda con todos! – gritó Naruto alzando su rostro con ira – he desperdiciado mi vida haciendo feliz a otros mientras yo me sumía en la soledad, nunca me sentí tan solo como en estos años, incluso cuando era un mocoso y solo tenía a Iruka-sensei me sentía más vivo ¡Quiero a Sasuke! Lo necesito para vivir y no me importa enfrentarme a todo el maldito mundo shinobi por él, me enfrentaré a quien sea con una mano mientras Sasuke me sostenga de la otra.

- Tu siempre pensando que las cosas son así de fáciles – dijo la dama mientras empujaba levemente al hombre y se ponía de pie – me alegro al saber que has vuelto a ser el mocoso idealista que eras antes y que ya no te mentirás a ti mismo nunca.

Caminó hacia el sillón donde el cuerpo de Sasuke reposaba, sonrió al verlo igual a como lo recordaba, definitivamente en los Uchiha no pasaba el tiempo ni los años. Alzó su arrugada mano y la posó sobre la frente del muchacho y cerró sus ojos mientras esbozaba una sonrisa extraña, esa que solo aquellos valientes que están frente a la muerte son capaces de esbozar.

- A-abuela…

- Si, pasará lo que te imaginas pero descuida, solo aceleraré las cosas – Tsunade abrió los ojos y afianzó la curva de sus labios – antes de que llegaras temía que mi tiempo se te adelantara y llegaras tarde, si hubiese sido así quizás no me lo perdonaría después de todo yo necesitaba hacer algo por ti antes.

Un chakra claro de un tono verde esmeralda diferente al que normalmente se usa para curar salía de la palma de la dama y comenzaba a cubrir todo el cuerpo del Uchiha, Naruto se mantenía a un lado atónito, su corazón se estrujó y pasó su vista desde Sasuke a la mujer que parada frente a ese cuerpo inmóvil mostraba un jutsu prohibido que le tomó años desarrollar y que nunca le enseñó a nadie.

Había un silencio incómodo que solo era roto por las gotas de lluvia que golpeaban con mayor fuerza los vidrios de las ventanas, este se mantuvo por unos minutos más hasta que la mujer volvió a retomar la palabra.

- Ya casi termina. Solo prométeme que no volverás a cambiar de opinión, sé que esto será el inicio de algo más grande pero así como tú te estás dando la oportunidad de ser egoísta yo también lo seré y este será mi último regalo hacia ti. Naruto, gracias por volver a ser el mocoso molesto que yo conocí y que me devolvió la fuerza para vivir.

La sonrisa se amplió y lentamente el chakra verde desapareció. Los ojos de la mujer se cerraron y su cuerpo se desvaneció hacia el suelo pero el rubio logró atraparla, no necesitó tomar su pulso ni escuchar los latidos de su corazón para saber que la vida había abandonado el cuerpo de Tsunade Senju, la cargó con delicadeza hacia la silla donde hace momentos estuvo sentada y con suavidad la colocó.

La médico más grande del mundo, la legendaria Sannin Tsunade había muerto con una sonrisa no sin antes hacer su último pero más grande logro.

Volvió hacia donde estaba Sasuke, su corazón latía a mil por hora, su cuerpo temblaba en infinitos espasmos que lo sacudían desde lo más hondo de su ser, el sudor caía por su frente y las manos se le crispaban. No ocurría nada, no había ningún cambio. Sasuke se mantenía en esa posición sin vida, lo único diferente era que aquella palidez mortuoria había desaparecido.

Naruto iba a enloquecer.

Cuando ante sus ojos azules esperanzados, el pecho de Sasuke volvió a subir y bajar, un temblor en los párpados antes de que se abrieran le quitó la respiración a Naruto. La sangre de Sasuke volvió a fluir, sus mejillas cobraron un tono más vivo y esos hipnóticos ojos negros se abrieron lentamente.

Entones Naruto cayó de rodillas temblando, las lágrimas caían sin control por su rostro y su mundo de oscuridad lentamente se comenzó a tornar de colores porque su razón de existir, su obsesión enfermiza había regresado.

Ante sus ojos, Sasuke Uchiha había despertado y vuelto a la vida.

 

 

Notas finales: Si llegaste hasta acá ¡En verdad, gracias! Me alegra que hayas leído todo, eso me anima mucho ¿Sabes?

Querido desconocido lector espero que haya sido de su agrado xd llevo repitiendo eso como más de dos veces e.e pero en serio lo espero.

Si cree que merezco un comentario sea libre de hacerlo (eso me haría muy feliz T_T) solo pido que sea de forma respetuosa, toda crítica es bien recibida :D pero sin faltarnos al respeto ¿eh?

Como dice el inicio, es un ONE-SHOT que siento que me quedó con un final raro e.e pero bueno, así queda.

Nos leemos luego.

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