-Bueno ya te lo dije. No es muy expresivo, es serio y frio.
Dijo ella continuando su caminar mientras un alegre pelirrojo le seguía el paso.
-Oh... vaya... no importa, igual lo quiero conocer- terminó dando una de sus típicas sonrisas. Ella también sonrió.
Una vez llegaron a su destino entraron al local.
Nada más y nada menos que una cafetería. La mejor del lugar, según muchos.
Ambos chicos tomaron lugar en dicho establecimiento continuando así su conversación.
-Tendrá que ser un encuentro casual- propuso alegre ella
-Veamos... mmm... ¡El viernes! ¡El viernes él vendrá a mi casa porque tenemos una "cita"! Aunque a simple vista se nota que yo no le intereso y él a mí tampoco... pero mí padre... Como sea, éste viernes ven y ¡los presento!
Finalizó y el pelirrojo asintió emocionado.
Pronto llegó un camarero a tomar su orden. El resto de la tarde se la pasaron hablando de trivialidades y cosas sin importancia.
Otoya, el pelirrojo, internamente agradeció a su amiga quien le ayudaba a conocer a su "amor platónico"
Solo le conocía por fotos: de revistas, periódicos y foros o blogs de internet. Al enterarse que Ayanami, su única y mejor amiga, mantenía una supuesta relación con el chico, no dudo en bombardearla con preguntas sobre él.
Ayanami, jamás le había visto de esa manera, por nadie y esa actitud por parte de él le parecía graciosa.
Y a pesar de tenerlo tan cerca a su vez lo tenía tan lejos. Nadie, ni Ayanami, lo conocía a fondo: sus gustos, disgustos, problemas, alegrías, nada.
Desde que lo vio por vez primera en una de sus tantas presentaciones, le gustó, le atrajo físicamente.
Y ésa atracción lo llevó a la curiosidad, saber más y más.
¿Qué le gusta? ¿Cómo es? ¿Puedo tener una oportunidad con él?
Entre otras cosas rondaban su cabeza.
-Bueno, debo irme, ya es muy tarde...
Dijo la castaña sacando al pelirrojo de sus pensamientos. Se levantó y tomó su bolso
-Espera ¿No quieres que te lleve?
El pelirrojo también se levantó.
-No, no te preocupes tomaré un taxi, pero gracias igual. ¡Adiós!- se despidió y después salió del establecimiento.
Otoya se quedó ahí un rato más pensando y dando vueltas y vueltas al asunto.
-Él es hiperactivo y alegre. A contrario de eso
-Él es frio y serio. Entonces ¿Cómo debía actuar?
Totalmente Opuestos.
Pasaron 20 minutos, pagó la cuenta y se marchó del local.
Caminó hasta su hogar, sin ninguna prisa. Nadie le esperaba ahí, así que no importaba sí llegaba tarde o sí siquiera llegaba.
-3 Días Antes de la "Cita"-
Mitad de semana y los días pasan muy lentos. Últimamente, me la paso sumido en mis pensamientos sin importancia, lo que me complica el concentrarme. Lo que es peor, el vienes no solo conoceré al cantante, también son mis exámenes parciales. ¡Vaya suerte la mía!
Estoy en clase de música, mi favorita. Pero es un fastidio ahora...
No logro entender mucho de lo que dice el profesor.
-Señor Ittoki, deje de buscar respuestas en el techo y ¡preste atención!
-S-si lo siento...
-2 Días Antes de la "Cita"-
Bien ya es mañana, debería dejar de contar cada minuto y segundo que pasa, parezco obsesionado...
A ver Ittoki Otoya, tranquilo, ni siquiera es una cita como tal. Solo se conocerán... y de hecho la de la cita es Ayanami...
Pero ella no tiene ningún interés en él, además a ella le gusta esa chica de un grado mayor... ¿Cómo es qué se llama?... Shibuya... ¡Shibuya Tomochika!
Como sea, debería dejar de pensar demasiado... comienzo a imaginar cosas...
-2 Horas Antes de la "Cita"-
Daba vueltas por mi habitación mientras elegía lo que usaría.
Me sentía un idiota...
¡Por favor Otoya!
¡Usa lo que sea!
¡Mierda, no vas a impresionar a nadie!
-¡Al diablo!- tomé una polera cualquiera y unos jeans negros. Sí, no me vestiría de traje pues no es para tanto y de querer impresionar, quedare en ridículo más rápido...
Salí de casa tan pronto terminé de cambiarme, ella dijo que llegase 40 minutos antes que él así que estoy a tiempo.