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Por esos ojos grises por Sleepless Beauty

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Notas del fanfic:

La historia más o menos es un poco cruel, llena de dolor y amor y muestras de fidelidad y obsesión del pobre Edward y el amor que siente Alfred hacía este muchacho que encuentra inocente y corrompido por el criminal Miles. 

Notas del capitulo:

Hello mundo :3 no sé si alguién ya habrá leido mi otra historia "Reencuentro inesperado" que ya alcanzo su final feliz ._./ no tiene nada que ver con esta pero decidí hacer spam ninja no tan ninja, bueno regresando a este fic, espero les guste y que me acompañen hasta el final :3 

La noche era fría y escasas luces alumbraban las calles silenciosas de aquella ciudad. Pocas personas caminaban por allí, más eran los ebrios o sobrios que regresaban de las infaltables celebraciones de fin de semana. Era el caso de un hombre que empezaba a sentir los tragos de más y se tambaleaba por la acera tratando de mantenerse en pie, cosa que no le fue sencillo cuando se tropezó con algo. Para su suerte un joven muchacho lo ayudo a no estrellarse contra el congelado pavimento, el hombre rio y le agradeció antes de seguir con su camino, volteó para agradecerle una vez más a su salvador pero el chico ya no estaba, obvio que no estaría.

Edward ya se encontraba dos cuadras más abajo doblando en la esquina, sabía que el sujeto no se daría cuenta antes de llegar a casa, pero de todas maneras debía ser cuidadoso. Revisó el poco efectivo que quedaba en la billetera y lo guardó en su bolsillo antes de arrojar el pedazo de cuero sin uso alguno para él. Llegó a su refugio poco después de la una, tratando de no hacer ningún ruido se dirigió a su cuarto, no sin antes pasar por la habitación de aquella persona. Tocó la puerta un par de veces pero no hubo respuesta, eso no lo detuvo de abrir y echar una ojeada al cuarto vacío. Soltó un suspiró de decepción y se propuso a cerrar la puerta cuando un tirón a la misma lo detuvo, haciendo que el muchacho cayera al piso de cara. Intentó no dejar salir ninguna queja y levantarse cuando un fuerte pisotón en su espalda lo mantuvo quietó, al parecer había encontrado a aquella persona de mal humor. Pidió perdón y nuevamente trató de recogerse mas repetidamente fue devuelto al suelo una y otra vez. Él sabía lo peligroso que había sido entrar allí, no obstante su deseo por verlo superó su miedo y ahora se encontraba allí cara a cara con la alfombra y sintiendo un interminable dolor en su espalda sin poder quejarse. Pensaba que no iba a detenerse hasta que le rompiera una costilla, mas fue tomado por el brazo bruscamente y estrellado contra la pared haciendo su dolor aún más grande. Ahora miraba a los ojos de su agresor pero no con miedo, sino más bien con alegría.

-          Te he dicho que no puedes entrar aquí sin mi permiso – habló el hombre furioso presionándolo con más fuerza contra el muro – ¿Cuántas veces tengo que repetírtelo para que te entre en esa cabeza que sólo tienes de adorno?

 

-          Lo siento Miles – respondió – Lo lamento, pero pensé que no estabas e iba a…

 

-          ¡¿Ibas a qué?! – puso su mano alrededor del cuello del más joven – ¡¿Qué tienes que hacer en este cuarto si yo no estoy aquí?!

 

-          N-nada malo Miles – sacó el dinero de su bolsillo y sonrió – I-iba a dejar esto…

 

-          ¡Eso no es razón! – golpeó su mano y los billetes y monedas cayeron al piso – ¡No quiero que se repita! ¡¿Me entiendes?!

 

-          E-está bien – su rostro pálido empezaba a ponerse rojo al no poder respirar – D-disculpa M-Miles…

 

-          Más vale que te haya quedado claro de una vez – lo arrojó sobre la cama – No quiero que esa puerta se abra si yo no lo ordeno, ahora prepárate  

 

-          Muy bien – se sacó los pantalones y se dispuso a desabrochar la correa del hombre que hace tan sólo segundos casi lo mata.

 

A la mañana siguiente despertó completamente adolorido, aunque el suplicio de su parte baja no se comparaba al de su espalda, realmente lo había encontrado enojado. Sin embargo, Edward no opuso ninguna resistencia, amaba a Miles con toda su alma y si tenía que pasar por toda esa tortura para estar con él lo haría, resistiría todos los golpes que tuviera que resistir y recibiría todos los insultos que tuviera que recibir, Miles era su mundo, su salvador. Abrazando la almohada que aún conservaba el olor de su dueño recordó con una sonrisa el día que conoció a aquel sujeto.

*Cinco años antes*

 Edward corría por las calles tratando de perder a sus perseguidores quienes no parecían rendirse en un futuro próximo. Se estaba quedando sin aliento y ya casi no sentía sus piernas, pero sabía que si se detenía todo se acabaría. Pasando por un callejón, un desnivel en la acera hizo que se tropezara pero aun así se repuso rápidamente y continuó con su escape, los hombres que iban tras él no dejaban de insultarlo y amenazarlo, su corazón latía a mil por hora y sentía que su fin estaba cerca. Doblando una esquina se topó con una verja alta, pensó que si lograba pasarla definitivamente lograría perderlos. Estando en medio de la hazaña, sintió cómo su tobillo era sujetado con fuerza y era jalado intentando bajarlo, volteando con miedo se encontró con los sujetos justo allí, su cansancio lo había vencido y había perdido toda la ventaja que había ganado, pronto sus brazos también lo traicionaron y se sintió caer en cámara lenta a lo que sería una brutal paliza. Los tres hombres lo golpeaban y pateaban como si él les hubiera robado a sus mujeres cuando sólo le había birlado el monedero a uno. Empezaba a perder la conciencia entre tanto sufrimiento cuando vio una sombra asomarse de entre los basureros, pensó que estaba alucinando por tantos golpes en la cabeza pero pronto notó que era realidad cuando la sombra se acercó y tomó a uno de sus atacantes y lo estrelló contra la reja, los otros dos dejaron a su casi inconsciente víctima y pasaron a pelear contra el intruso, sin embargo, ambos fueron derrotados en menos de un minuto. Su salvador se acercó a él y lo miró con menospreció a lo que Ed sólo respondió con una sonrisa viendo sus hermosos ojos grises antes de encontrarse con la oscuridad pura.

Para cuando abrió los ojos estaba en una cómoda cama, no obstante, pronto fue invadido por el increíble dolor en todo su cuerpo, se vio a sí mismo y pudo ver las vendas que lo cubrían, se sentó y gimió horriblemente al sentir la agonía que le había dejado la golpiza de aquel día. Continuaba lamentándose y quejándose hasta que la puerta se abrió y el sujeto que impidió que lo mataran entró sentándose en una silla que se encontraba próxima de su ubicación.

-          ¿Qué te llevó a eso? – preguntó sin mostrar ninguna emoción en su rostro, Edward lo miró confundido – El robo, ¿Por qué robaste a ese hombre si viste que fácilmente podría asesinarte? ¿Tan desesperado estabas por un poco de cambio para satisfacer tus caprichos?

 

-          Tenía hambre – respondió mirando las sábanas fijamente – Parecía estar borracho… pensé que no se daría cuenta – empezó a gimotear – Yo… sólo quería algo de dinero para comer… no pensé que él…

 

-          Calla – ordenó abofeteándolo, Ed sólo sollozo por el suplicio y lo miró asustado – Si has decidido robar hazte responsable y asume las consecuencias, el arrepentimiento no existe cuando has tomado ese camino

 

-          No lo tomé porque quisiera – comentó con miedo a seguir mirándolo a los ojos, esos ojos de color tan bello pero al mismo tiempo llenos de frialdad – No tuve otra opción, soy un chico de la calle, no puedo hacer más

 

-          ¿Y tus padres? – preguntó tomando su rostro con fuerza y obligándolo a verlo, Ed no podía evitar quejarse por lo que hizo más fuerte su agarre hasta que se calló

 

-          M-murieron – contestó con el temor aumentando – Y ninguno de mis parientes quiso acogerme, iba a ser llevado a un orfanato

 

-          ¿Y por qué no ir allí? – cuestionó aún sin cambiar su expresión indiferente

 

-          No quiero ser tratado como un preso sin haber cometido ningún crimen – respondió molesto pensando en cómo lo habían rechazado todos y cada uno de sus parientes y todo lo que la policía le había dicho cuando él se negó a hablar con ellos – Dijeron que sería golpeado, que sería tratado cruelmente y que la comida era horrible

 

-          Y la vida que elegiste es el paraíso ¿no? – se burló pero con el mismo tono monótono – Que sabio eres chico, tienes la cabeza de adorno

 

-          Ya no importa – bajó la vista pero automáticamente fue atraída devuelta hacía esa penetrante mirada – Bien podría caerme muerto y no le importaría a nadie

 

-          En eso tienes razón – por primera vez una sonrisa apareció en su cara pero era una cruel y llena de malicia – Pero yo no te he salvado para que te des al abandono – acarició el cabello del muchacho con una delicadeza que sorprendió al joven – Me debes una, y una enorme

 

-          ¿Qué puede hacer un inútil como yo por alguien como tú? – preguntó Edward con un leve sonrojo en sus mejillas, el hombre soltó una risa burlona

 

-          Eres un inútil, sí, no lo dudo – pasó su mano por la mejilla del menor – Mas ten seguro de que yo haré que puedas valer algo – deslizó su otra mano por un brazo del chico hasta llegar a su mano la que tomó y presionó haciendo que Edward gima de dolor – Ahora apresúrate en sanar, que así no me sirves de nada  

 

-          ¿Puedo preguntar por tu nombre? – cuestionó antes de que el pelinegro abandonara el cuarto

 

-          Soy Miles – respondió abriendo la puerta – Descansa… Edward

 

Sin decir más y sin girar dejó el lugar y cerró la puerta causando un estruendo. El muchacho ni siquiera se preguntó cómo es que ese sujeto sabía su nombre o por qué exactamente había decidido salvarlo, sólo se preocupó en calmar su corazón que latía a mil por hora mientras recordaba el delicado tacto de Miles sobre su piel, por alguna razón sintió un deseo de que lo tocara aún más.

*Actualidad*

Terminó de vestirse y miró el reloj que señalaba las diez de la mañana, había dormido más de lo que debía, y si no se apuraba en salir a la calle no habría manera de ganarse el pan.

Salió de la casa y se estiró sintiendo una pena aguda en la espalda que sabía que no se iba a detener pronto, Miles realmente casi le parte un par de costillas en ese ataque de anoche, sin embargo, a él poco le importaba. Prefería pensar en el placer que le dio después de aquello, había sido rudo, sí, pero incluso en esa rudeza y entre toda su furia lo había acariciado y besado como él amaba que lo hiciera, tan sólo pensar en eso lo hacía sonreír y seguir adelante. Dio unos pasos por la calle y una mano en su hombro lo detuvo.

-          Oye, oye pequeña mascota – sonrió un rostro conocido – ¿Dónde crees que vas pequeña perrita?

 

-          Tengo que ir al muelle – contestó zafándose del agarre – ¿Necesitas algo, Wayne?

 

-          Por supuesto que sí, no tengo más razones para dirigirte la palabra – sonrió con altiveza – Miles me dijo que te encargara un negocio

 

-          ¿Un negocio? – preguntó confundido – ¿De quién se trata?

 

-          Es un pez gordo – guiño el ojo dándole una palmada en la espalda – Miles tendrá el 40% de las ganancias por habernos conseguido el trato

 

-          Está bien – contestó suspirando – Si Miles lo ordena no puedo hacer nada, ¿Dónde me dan las cosas?

 

-          Sabía que eras un perro fiel – rio – En una cafetería tres cuadras más abajo del Hotel Larole donde te encontraras con el Sr. Joules, habitación 214, habrá un auto rojo estacionado con las luces de emergencia encendidas, no habrá conductor, tú sólo abre la maletera y encontrarás un oso de peluche, eso es lo que tienes que entregar

 

-          De acuerdo – asintió – ¿A qué hora será todo?

 

-          Medio día, auto; dos, hotel – sacó un cigarro y le dio una nalgada al muchacho – Pon ese trasero a trabajar y trae el dinero a casa, sé que el jefe te lo agradecerá como a ti te gusta

 

-          Hasta luego – prefirió no decir nada más y siguió su camino al muelle, sería un día largo, pero nada fuera de lo común 

Notas finales:

Y eso es todo por hoy, en este cap no ha entrado aún el otro personaje principal pero pronto lo hara ;) ojalá que les haya gustado ._./ 

Espero amor y opiniones~ 

Besos ^3^


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