Mi historia comienza en el primer día de empezar en un colegio nuevo, caminaba por los pasillos junto con el director de la escuela quien me acompañaría y me enseñaría donde sería mi salón.
Al llegar, el director me dijo que esperara aquí y el entro al salón, me apoyé en la pared que separa la entrada del salón y una de sus ventanas, escuchando al director de quien era yo, de donde venía, entre otras cosas. Mientras yo pensaba en como seria en estos momentos si haría amigos o enemigos, si sería tranquilo o no.
Era una bienvenida realidad.
-Pietro, pasa por favor- El director me llamaba, yo respire profundamente y entre al salón con paso seguro.
Al entrar muchos rostros me miraban, unos con rareza y otros con amabilidad, lo común para un chico nuevo. Estaba ya algo nervioso y mis ojos se agrandaron cuando vi a ese chico, cabello corto claro en punta hace que sus bellos ojos se luzcan, como un famoso personaje de película, sus ojos hermosos, profundos con un tono de azul grisáceo y verde, tenía labios perfectos que uno podría besar sin parar y rostro hermoso que quisiera sentir con mis manos.
-Bienvenido Pietro, toma un lugar desocupado que ya vamos a empezar.- Escuchando a quien sería mi nueva maestra obedecí, mientras contestaba con un silencioso gracias.
Había cinco lugares solos y uno de esos lugares estaba junto al chico que me cautivo, caminaba hacia él, aun sintiendo la mirada de los demás pero no me daban ya el nerviosismo que tenía antes. Al acercarme le pregunte:
-¿Podría sentarme junto a ti?- Me miro sin mostrar una emoción que podría deducir, pero no dijo nada y asentía con su cabeza mientras se acomodaba para que yo me sentara.
Todo el tiempo en clases, aunque ponía atención a la clase, no podía dejar de verlo, trataba de hacerlo más discretamente para que no se diera cuenta.
El timbre sonó ya a la hora de irse, decepcionado viendo como el guardaba sus cosas me dispuse a igual a hacer lo mismo, mientras lo hacia mi estuche cayo dejando mis cosas regadas en el suelo, me moleste y las recogí, lo vi a el de nuevo pero me ayudaba a recoger mis cosas, luego con su mano tomo la mía y me ayudaba a levantarme poco a poco mientras me daba mis cosas.
-G-gracias.- Tartamudee un poco y me sentí apenado de mi forma de agradecerle, pero vi su sonrisa formarse.
-No hay de que Pietro, por cierto mi nombre es Clint.- Desde entonces empezó la amistad.
Pasaron los meses y mis ojos cambiaron la forma de verlo, era un chico tranquilo, callado pero amable, solidario y muy popular, pero en todos estos meses amigo ya no era y un “te quiero” me quedaba chico, simplemente me enamoraba a cada segundo que pasaba y era tan grande el amor que sentía que un día charlando en el patio de la escuela se me escapo un suspiro mientras miraba sus ojos hermosos y no pude más. Cuando me miro, me abalancé de frente hacia él y sus labios chocaron con los míos, cuatro segundos fueron lo que duro, no me respondió al beso, simplemente al dejar sus deliciosos labios su rostro estaba lleno de confusión y sus ojos se concentraron en los míos, creo que fue un gravísimo error, ahora de seguro está molesto conmigo, no había nada que decirle.
-Disculpa.- Tome mis cosas y me quise ir, pero el tomo mi mano deteniéndome mientras se levantaba, se acercaba de seguro para saber el porqué de mi beso, no sabía que decirle pero no fue necesario, sus labios ahora chocaron con los míos mientras ponía su mano en parte de mi espalda baja y yo rodeaba su cuello con mis brazos automáticamente, más de cuatro segundos duro el beso entre los dos ahora. Al separarme de sus dulces labios me sonrió mientras me acariciaba mi rostro y mi mano tocaba la suya, supe al momento que ya no éramos amigos, ya no necesitaba nada más, su presencia, sus abrazos y sus labios eran todo lo que necesitaba en la vida, ya todo era perfecto.
Mi familia ya era solo una pantalla que no se interesaba en mí, mis amigos que hice en la escuela ya no les ponía mucha atención, ya para que, si mi amor por Clint y su amor hacia mí es lo que se necesita ahora, aunque un día no fue asi nunca más, habíamos discutido fuertemente una tarde…
*FlashBack*
-¡Pietro, eres muy celoso, sobre todo con mis amigos!- Era algo que no entendía bien.
-¡Para que necesitas amigos si conmigo es más que suficiente!- Bueno, es en lo que yo me basaba.
Pasaba el tiempo de lo que quedaba del día y la discusión más y más al punto de ser una pelea de gritos, pero termino cuando de furia y sin razón lo abofetee.
“¿Qué fue lo que hice?” me acerque preocupado hacia el queriendo disculparme, lo mire fijo a los ojos pero él me rechazaba, vi su ojo izquierdo soltar una lagrima y luego su mirada se fue hacia mí, note la decepción y la tristeza que anunciaban sus ojos, queriendo disculparme y casi llorando por lo que hice quería acercarme a el pero me lo impedía, pero lo que fue que mi mundo se derrumbo fue lo que me dijo.
-Esto se acabó.
-¿Cómo que se acabo?- Empezó a llorar y el caminaba deprisa hacia la puerta, intentaba detenerlo pero él me apartaba más bruscamente hasta que tropezó y caí al suelo, alza mi vista solo para ver a mi amor salir y cerrar la puerta, me puse de rodillas mientras ponía mis manos en mi rostro para luego empezar a llorar más fuerte, sentía un gran dolor muy feo dentro de mi corazón.
Estoy solo en este momento…
*Fin FlashBack*
Ya ha pasado un mes de lo que paso y no lo he vuelto a ver, miles de veces llamaba a su celular a cada momento sin ninguna respuesta, ya no estaba en mi horario de la escuela, lo cambio a un horario de tarde y ya no me puedo quedar a esa hora porque me lo prohíben. Mientras eso paso no dejaba que nadie, incluso mis amigos se sentaran en el lugar que ocupo mi gran amor, todos estos días sin él no era lógico salir o ni siquiera vivir, me vuelve loco el no poder ver sus ojos, probar sus dulces labios, ni siquiera sus fotografías en mi pared son suficientes para recordar sus ojos y su rostro, ni siquiera romper mi espejo y cortarme mis antebrazos con una navaja cambiaria mi dolor de soledad que siente mi cuerpo y mi corazón.
Uno de mis amigos me visitaba cada día, él es el único que sabe lo que siento y el dolor que me invade, me alegraba cuando el trataba de hacerme sentir feliz con platicas y abrazos, pero el como yo sabe que es lo único que puede arreglar mi mundo.
Un día el vino a verme nuevamente para invitarme a una fiesta que se daría en un salón y que parte mis amigos estarían en la fiesta, yo claro que no quería ir pero el insistió mucho con que saliera a despejar mi mente, hablar con mis amigos con los que ya no hablaba, en fin, muchas cosas me decía hasta que acepte su oferta, me levante de mi cama para darme un baño, arreglarme y vestirme, pero aun asi no tenia deseos de salir.
Llegamos al lugar de la fiesta, habían muchas personas en el lugar, la mayoría eran mis compañeros y amigos de la escuela, mis amigos luego al verme empezaron a hablarme, sobretodo de mi gran ausencia de no hablarles, yo les seguía la plática aunque claro no quería hablar con nadie, de vez en cuando iba a la pista para bailar con mis amigos, tratando de al menos divertirme un poco y convivir con mis olvidados amigos, pero ya todo cambio cuando lo vi de nuevo a él, mientras estaba sentado miraba a todos en la fiesta y ahí estaba el, apoyando su espalda contra la pared de brazos cruzados hablando con sus amigos, al verlo mi corazón se aceleró y mi cuerpo extrañamente se relajó, ya podría decir que mi felicidad empezaba a florecer, no lo paraba de ver como sonreía con sus amigos, pero note que su sonrisa se apagó, giro un poco su cabeza y abrió sus ojos para verme, yo le sonreía esperanzado por hablarle, de por lo menos sentir sus abrazos, lo que sea, pero el solo se me quedo viendo unos segundos, no parecía asombrado, enojado pero solo me miraba.
Luego indico a sus amigos que saldría y va en dirección al jardín, espere un minuto completo, luego le dije a Tony que estaba cerca.
-Saldré un rato.- El solo asintió.
Mientras avanzaba hacia el jardín en mi mente solo pasaba una cosa…
“De nuevo se mío, estemos juntos de nuevo día y noche como antes”.
Estaba ya en el jardín, muy bonito con un gran espacio, flores, arboles, en fin, era un lugar hermoso, veía a otros chicos y chicas aquí afuera pero mis ojos solo se concentraban en mi amor, lo vi sentado descansando en un árbol, yo quería sorprenderlo asi que me oculte en la obscuridad mientras me acercaba más hacia el pero me detuve, vi a un chico ir hacia Clint, me preocupe cuando ese chico se sentó a su lado, pero lo que hizo que mi mente y mi corazón se destrozaran nuevamente fue cuando ellos se besaron, mis ojos empezaron a humedecerse, se formaba un nudo en mi garganta y sentía un dolor grave y agudo a la vez en mi pecho, Salí corriendo de ahí tropezando con la gente de la fiesta, no quería ni siquiera detenerme y no me importo empujar a la gente en mi camino, no deje de correr.
Cuando salí del salón corrí y corrí aun con la lluvia sobre mí, al llegar al parque caí en el pasto húmedo y frio y no me levante, me recosté y llore como ninguna persona lloraría de una forma tan triste, desesperada y decepcionada, llore un largo tiempo pero no recuerdo cuando pare de llorar, solo que ahora estaba acostado mirando una foto donde estamos Clint y yo cuando éramos felices, aun sentía el frio que sentía en mi cuerpo, sobretodo en mis piernas pero ya nada me importaba, nada de la vida, escuche una voz la cual jamás saldría de mi corazón, levante mi cabeza para ver mejor y era Clint con ese chico, al parecer se estaban despidiendo, vi a ese chico besar a mi Clint y me llene de furia y odio, él no me lo va a quitar.
Me levante del pasto frio y con sigilo caminaba hacia el mientras que tomaba una roca, me acercaba más deprisa haciendo ruido por mis pisadas, el giro para verme y luego golpear su cara con la piedra, el cayo y yo me abalancé hacia el golpeándolo con furia.
-¡No me lo vas a quitar! ¡Clint es mío!¡Él es mi corazón!- Me detuve cuando una gran cantidad de sangre estaba en la cabeza golpeada y un poco deformada, lo mate, no sentía su pulso ni reaccionaba, yo sonreía porque el ya no se interpondría en mi gran amor, debía desasirme del cuerpo, lo arrastre hasta llegar al pequeño rio del parque y lo arroje, vi como el rio se llevaba el cuerpo inmóvil y desaparecer en el túnel que daría al lago, no me importaría si lo encuentran, total ya está muerto, ahora falta una cosa más, camine mucho para llegar a la casa de mi Clint, toque mucho la puerta hasta golpearla para que me abrieran, lo hizo, el me abrió la puerta y antes de que me dijera mil y un cosas lo bese, trataba de que mi beso fuese lo más apasionado que fuera para que el siguiera mi beso, pero en vez de eso el trataba de alejarme agarrando mis brazos y tratando de separarse de mí.
-¿Por qué no me dejas amarte de nuevo?¿Por qué no quieres que estemos juntos como antes?- Le preguntaba con tristeza y en las respuestas que me daba solo sonaba a que ya no quería nada de mí.
-¿No ves que te amo Clint?¿Por qué no ves que no soy nada sin ti? Te necesito.- Implorando de rodillas luchaba por una reconciliación o algo pero sin éxito.
-Está bien, si ya no quieres estar conmigo entonces ya no hay razón de seguir vivo.- Se lo dije con furia mientras corría hacia la cocina, al llegar tome un cuchillo y lo coloque en mi cuello donde se encontraban las venas importantes, Clint al verme caminaba muy despacio hacia mi mientras alzaba sus manos queriendo tranquilizarme.
-Por favor no lo hagas.
-Ya es tarde, yo me enamore de ti cuando te vi por primera vez en el salón de clases, te empecé a amar cuando te di el beso y tú me correspondiste después, soy celoso porque tengo miedo de perderte, no quería que nadie se interpusiera en nuestro amor, yo quería algún día casarme contigo, quería siempre despertar a tu lado en tus brazos, quería algún día criar a nuestro bebe si es que formaríamos una familia algún día, quería morir a tu lado cuando nuestro tiempo de vida llegara a su fin.- Dije cada palabra con voz entrecortada por aguantar mi llanto, quería una respuesta a todo lo que le dije pero solo vi sus brazos caer y su rostro ocultándolo agachando su cabeza, era todo, estaba a punto de cortarme mi cuello, pero él lo impidió sujetando mi brazo y atrayéndome hacia él, yo no quería ya nada, solo deseaba matarme, trataba de alejarlo de mi pero caímos los dos al piso, su cuerpo amortiguo mi caída pero algo estaba muy mal, mire mi mano y estaba ensangrentada, me incorpore para solo ver a Clint y el cuchillo enterrado en un costado donde se encontraba el pulmón izquierdo.
-No, no, por favor no.- Me alarme, no sabía qué hacer, no supe a quién llamar, vi su rostro de dolor y sufrimiento, mientras una gran cantidad de sangre se acumulaba en el cuchillo enterrado, me maldecía profundamente, negaba l no creer lo que hice, Clint estaba a punto de entrar en estado de shock, trataba de hablarle, tocaba su rostro con mis manos tratando de centrar su mirada en la mía, pero ya no, el murió en mis manos.
-¡AAAAHHHH!- Di un grito de dolor y llore amargamente acurrucándome en su cuerpo, ya nada entraba en mi mente, mi mirada se perdía en un punto de la casa mientras aún estaba acostado a un lado del cuerpo de Clint, al poco rato vi en un estante cerca de la chimenea, había un arme de fuego dentro de un cristal, fui hacia allí, rompí el cristal haciendo caer el arma y un cartucho, había visto como recargan un arma y de cómo accionarla, nuevamente me fui hacia el cuerpo inmóvil de Clint, me arrodille y quite el cuchillo enterrado.
No sentía nada de emoción y mis lágrimas se vaciaron por completo, bese por última vez sus ahora fríos labios, me recosté con él con el arma cargada y lista y me la puse en la cabeza, como dije, no puedo vivir si mi amor no está conmigo, ni mucho menos si yo lo mate…
¡PUM!