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EL GUARDAESPALDAS por natsuru

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Notas del capitulo:

Vampire Knight y todos sus personajes pertenecen a Matsuri Hino.

Capítulo 2


 


Mi amado Zero:


 


Te escribo estas líneas exactamente a las 4:30 am, mi vuelo sale en dos horas y estoy tan feliz, por fin podré traer de vuelta a mi hermana conmigo, la vas a adorar te lo juro. Aquí sentado en mí escritorio puedo verte en la cama, desde que desperté solo te he observado dormir, eres tan hermoso. Quiero despertarte para hacerte el amor antes de irme, estaré tres eternos días sin ti y eso no me gusta, pero prefiero verte dormir, así que cuando despiertes ya no estaré pero espera por mí, estaré de vuelta para la víspera de año nuevo.


En realidad escribo esto porque quiero agradecerte que estés a mi lado, gracias a ti recupere mi fortaleza, mi templanza, el carácter que mis padres forjaron en mí y que perdí por un tiempo. Pero ahora he recuperado todo, incluso Kuran Corp y tú sabes que sude sangre para lograrlo. Tengo que decirte que por la época en que me conociste solo era un cascaron que estaba a punto de romperse porque estaba lleno de sentimientos negativos. Había perdido mi rumbo y no sabía qué hacer, pero después de la primera noche que pasamos juntos, aquella vez que nos encontramos en el parque, tú me dijiste "no te preocupes" y fue exactamente lo que hice, deje de preocuparme. Así de simple y cuando quite de mis hombros aquel peso todo fue bastante claro para mí, lo que debía hacer para recuperar Kuran Corp y devolverle su prestigio, y lo que debía hacer para recuperar a mi hermana. Y todo fue gracias a ti. Tú naciste para mí y yo para ti. Sin más. Y quiero pasar el resto de mi vida contigo. Quiero que sigas siendo la persona que amanece a mi lado cada mañana. Quiero pasar cada verano en tu casa y comer el pastel de fresas que hace tu mamá (aunque odie las fresas). Quiero ir de campamento contigo, Takuma, Kain, el escandaloso de Aido, Senri, Ichiru y las chicas y contar historias de terror. Quiero lamer cada noche ese sensual tatuaje en tu cuello hasta hacerlo desaparecer. Quiero que Ichiru nos grite por siempre que no nos besemos frente a él. Quiero volver a hacerte el amor en el vestidor de alguna tienda y que nos vuelva a arrestar la policía. Quiero convertirte en una galleta para comerte y seas solo mío (en serio). Quiero verte sonreír y ser feliz contigo para siempre. Hay tantas cosas que quiero hacer contigo, y quiero tener toda la vida para hacerlo, porque te amo. Gracias por cuidar de mí. Mi hermoso guardaespaldas.


 


Siempre tuyo


 


Kaname


 


La hermosa letra de Kaname comenzó a desdibujarse, unas gotas salinas caían suavemente sobre la hoja, sostenida por Zero. Esas palabras le traían felicidad. Completa y total felicidad.


 


Días después...


 


Era víspera de año nuevo, sentado en un sillón miraba por la ventana hacia la entrada de su casa, la nieve seguía cubriendo todo. Su mirada era ansiosa, anhelante, nerviosa. El sol se empezaba a ocultar poco a poco y el frio se intensificaba. Al fondo de su casa podía escuchar el alboroto en la cocina, ocasionado por sus padres, su hermano, sus amigos, sus primos y tíos, todos haciendo la cena.


 


-¿Que pasa cariño?- escucho la voz de su madre al tiempo que lo abrazo por la espalda.


 


-Kaname ya tardó mamá ¿Y si no viene?- no pudo evitar que su voz sonara un poco decepcionada.


 


-El llegara, no te preocupes, tienes que darle un poco de tiempo con su hermana, hace años que no la ve- el semblante de Zero cambio, sacudió la cabeza como reprendiéndose el mismo y sonrió por sus propias tonterías.


 


-Tienes razón, aun así no puedo evitar sentir nervios ¿Qué tal si no le agrado a Yuki?- volteo a verla sin ocultar del todo su nerviosismo.


 


-Hijo, no hay chica a la que no le agrades, te lo aseguro- lo besó en la frente. -Vamos por los regalos para ponerlos en el árbol- le sugirió.


 


Ambos se dirigieron hacia la puerta trasera que daba al garaje, a su paso Ichiru asomó la cabeza por la cocina, llamándolo escandalosamente.


 


-¡Zero espera! ven acá y dime que tal sabe esto- salió de la cocina con un delantal, un cucharon en la mano y unos cuernos de reno en la cabeza. Zero contuvo la risa al verlo.


 


-¿Que rayos traes en la cabeza?- le cuestiono burlonamente.


 


-María-chan y las chicas los trajeron y no te rías porque hay unos con tu nombre- dijo y le extendió el cucharon, el cual contenía un líquido verde, espeso y caliente. Zero miro aquello con cierta repulsión, los experimentos que hacia su hermano en la cocina generalmente no salían bien. Iba a decir algo pero Ichiru no lo dejo.


 


-Si no lo pruebas te mato- le advirtió con mirada asesina. Resignado vio como Takuma, Senri, Kain y Aido detrás de Ichiru le advertían no probarlo, lo cual lo asusto más. Cerro los ojos y sorbió del cucharon, tragarlo le hizo arder la garganta.


-Está muy bueno Ichi- una completa mentira pero que le arrebato a su hermano una sonrisa enorme.


 


-¡Ven se los dije!- grito sacando y haciendo reír a todos. Zero y su madre siguieron su camino por los regalos, cuando ya nadie los oía ella hablo.


 


-Hijo...- empezó no muy convencida. -Te advierto que eso que probaste Ichiru lo estaba haciendo especialmente para Kaname- Zero la miró con pánico.


 


-¡¿QUE!? De ninguna manera permitiré que Kaname pruebe eso- declaró y salió corriendo, inmediatamente empezó a escuchar los gritos en la cocina, sin embargo ella sonreía.


 


¡Ichiru! trae eso acá


 


Oye que haces


 


¡No dejare a Kaname probar esto!


 


¿Porque no? lo hice para el por qué lo quiero


 


¡Si claro! Lo quieres pero matar ¿A dónde vas con eso?


 


¿Qué vas a hacer?


 


¡Lo voy a tirar a la basura por supuesto!


 


¡Nooo Zero!


 


Inmediatamente después se escuchó el crujir de cristales. Otro tazón menos. Suspiro Hitomi y negó con la cabeza tiernamente. Sus niños nunca cambiarían.


 


Horas después...


 


Faltaba poco para la media noche, para que diera comienzo un nuevo año e Ichiru observaba desde el comedor a Zero, estaba junto al árbol y sostenía en sus manos los regalos de Kaname y de Yuki. Ya tenían varias horas esperándolos, la última llamada de Kaname que recibió Zero fue entrecortada debido a la nevada y lo único que escucho fue que estaban en camino. Pero no llegaban. El obvio estado de preocupación de Zero ya estaba contagiando a todos. Su padre observando también a su hijo decidió que no podían esperar más. Irían por ambos hermanos a donde quiera que estuvieran. Se paró dirigiéndose a la puerta para tomar las llaves del auto.


 


-Zero, Tôga y yo iremos...- empezó diciendo pero no acabo de hablar. De repente unas luces blancas iluminaron el interior de la casa, cubriendo sus ojos Zero se paró a ver de qué se trataba. Se escuchó el rugido de un motor, cadenas y cuando se apagaron las luces pudo ver por la ventana una camioneta Amarok Polar, con unas enormes llantas aparcar a unos metros de la entrada. Su corazón se lo dijo. Kaname había llegado. Lo vio descender del vehículo y de la emoción Zero abrió la puerta sin reparar en cubrirse con algo abrigador.


 


-¡Kaname!- El aludido volteo hacia la puerta y vio que Zero iba corriendo hacia él, noto en las ventanas varias personas observándolo.


 


-¡Zero!- lo saludo asombrado de ver que prácticamente se lanzó a sus brazos y lo abrazo con afecto. Generalmente Zero era muy discreto a la hora de demostrar su amor en público, sin embargo su preocupación era tan obvia que en esos momentos no le importo.


 


-No sabes cómo me alegra que estés aquí- dijo Zero separándose y empezando a temblar, afuera el clima estaba varios grados bajo cero.


 


-Te dije que llegaría- lo abrazo de nuevo al verlo temblar.


 


-Hermano, la descripción que me diste de Zero para nada le hace justicia- se oyó de pronto una voz femenina y al voltear ambos chicos hacia la camioneta una tierna chica de enormes y hermosos ojos chocolate les sonreía con felicidad y les tomo una fotografía.


 


-Yuki, ven acá, quiero que conozcas al amor de mi vida- dijo Kaname extendiendo su mano hacia la chica y pegando más a Zero a su cuerpo.


 


De la camioneta bajo Yuki, tomo la mano de Kaname y abrazados los tres entraron a la casa. Su casa. Porque si bien nunca habían vivido ahí se sentía tan acogedora, la calidez del lugar les dio la bienvenida, al igual que su nueva familia.


 


 


EXXXTRA


 


 


-Ahh...Ka...Kaname...basta- suplicaba Zero mientras trataba por todos los medios de callar sus gemidos que subían de tono cada vez más.


 


Era de madrugada y solo hace unos momentos Kaname había irrumpido en su habitación, lo había secuestrado y ahora lo tenía preso en la sala. Tres largos y eternos días sin verlo, ni besarlo, ni tocar su piel, ni admirar sus hermosos ojos amatista, habían hecho que su libido estuviera al máximo. Tanto que no le importaba que estuviera toda su familia en su casa, a unos pasos de ellos. Tenía la cabeza y medio cuerpo metido en la playera de Zero, besando su torso y lamiendo sus pezones, a pesar de que su novio oponía cierta resistencia.


 


-To...todos están aquí...- intento de nuevo detenerlo, aunque en realidad el también se moría porque hicieran el amor. Kaname por su parte lo ignoro, sujeto su cadera y lo recostó completamente en el sillón. Saco las manos de la playera y apreso las de Zero por encima de su cabeza.


 


-Zero... déjame hacerlo... no sabes cuánto te deseo...- le ronroneo al oído, sabiendo que al hacerlo tocaba fibras hipersensibles de su guardaespaldas. A aquella voz ronca se rendía sin luchar. Aprovechando que tenía los brazos arriba le saco la playera y continuo repartiendo besos, en sus pectorales, en sus hombros, en su abdomen y en su ombligo, poniendo especial atención en este último, una zona sensible del peliplata. Sus labios, sus manos y su cuerpo reclamaban su sabor, su calor, su amor.


 


-Ahhh...mmmm....- su respiración se hacía más dificultosa con cada caricia y a pesar de estar en un helado ambiente, empezaba a sofocarse.


 


-Zero...te amo...- le dijo al tiempo que se deshacía de su playera, y juntaba sus cuerpos. Lentamente volteo a Zero y comenzó a besar su espalda, al contacto de su boca este se arqueo, Kaname atrapo sus labios y desplazando una mano por su abdomen la metió dentro de la ropa interior, tomo su miembro semidespierto y empezó a estimularlo, mientras los gemidos de Zero aumentaban su excitación crecía. Cerró los ojos e instintivamente empezó a rozar su cadera contra las nalgas de Zero, y empezaba a sentir un placentero cosquilleo en su miembro. Un par de minutos después el mismo no podía contener sus gemidos, sincronizaba ya el estímulo en el miembro de Zero con el movimiento de su cadera.


 


-Hummm... Kaname...ahhh- su voz se elevó varios decibeles y callo de inmediato, con dificultad miro hacia las escaleras esperando no ver a nadie. Mientras el castaño sentía ya la punta de su miembro bastante húmeda, saco la mano del pantalón de Zero, quien volteo quedando nuevamente de frente. Kaname se incorporó de rodillas sobre él y se bajó toda prenda, dejando expuesta su hombría, completamente erecto, sin pudor. Aquella imagen que apreciaba el peliplateado casi lo hace explotar, sin pensarlo se agarró a la cadera de su compañero y metió de lleno el miembro en su boca. Kaname soltó un excitante gemido de sorpresa y placer, cerró los ojos y se mordió el labio, podía sentir la lengua caliente de Zero, dándole la mejor atención que hubiese experimentado nunca.


 


Zero sacaba y metía su boca, succionaba lentamente y lamia la punta con delicadeza, haciendo círculos. Con una mano agarro el miembro de Kaname siguiendo con un movimiento de arriba a abajo, mientras su boca se dirigía a un nuevo lugar. Atrapo uno de sus testículos con la boca, repitiendo con la lengua los movimientos sobre la punta de su pene, primero con uno y luego con otro. Kaname se aferró a su cabello con ambas manos, mientras gotas de sudor resbalaban de su frente, le faltaba poco para llegar al orgasmo. Puso su mano bajo el mentón de Zero y suavemente le alzo el rostro, haciendo que dejara de atenderlo. Zero lo vio a los ojos, estos estaban llorosos de deseo, se recostó en el sillón y alzando su cadera un poco se sacó lo que le quedaba de ropa.


 


-Hazlo...ya...- casi exigió.


 


-¿Que?-


 


-Mételo... ahora-


 


-¿Quieres que te penetre?- pregunto malicioso.


 


-Ahhh...si-


 


-Dime que me amas- sonrió de lado.


 


-Kaname...te amo...-


 


Era lo único que necesitaba. Con desespero lo alzo, cargándolo por la cadera. Se inclinó y con una mano alcanzo su miembro, se posiciono entre las nalgas de Zero y empezó a empujar, lentamente, adentrándose poco a poco mientras lo veía a los ojos. Te amo, articulo con los labios y entró de lleno en el. Sin esperar más empezó a embestirlo de manera lenta pero constante, mientras el cosquilleo aumentaba en su vientre, atrapo sus labios y fue aumentando el ritmo. Acerco sus labios al oído de Zero, quería que oyera lo que provocaba en él, quería regalarle sus gemidos solo a él. Lo abrazo por el pecho mientras metía y sacaba, una y otra vez, sintió los dientes de su compañero en su hombro, le resultaba adorable la forma en que contenía sus reacciones, cuando por lo general no reprimía nada. De repente sintió el cosquilleo al máximo y se detuvo, sintiendo como se descargaba dentro de Zero, sintiendo la culminación del placer dentro de él, mientras que la respiración agitada del otro y un ligero dolor en el hombro le indicaban que igualmente había llegado al clímax.


 


Se dejó caer completamente sobre Zero recargando su cabeza en su pecho sudoroso, regulando su respiración mientras sentía su cabeza subir y bajar al ritmo de la respiración entrecortada del otro. Pasados unos minutos alzo el rostro y al encontrar la mirada amatista sonrió y lo beso, lentamente, disfrutando la calidez de su boca. Unos instantes después se paró del sillón y poso su mano sobre Zero al ver que también pretendía incorporarse, él se quedó recostado y Kaname se dirigió al baño de la sala. Abrió una gaveta y extrajo una toalla pequeña, la mojo con agua tibia y regreso al sillón. Zero, atento a sus movimientos vio que se sentó a su lado y con delicadeza separo sus piernas y comenzó a limpiarlo. Zero se sonrojo por completo pero no dijo nada, Kaname era siempre muy atento con él, la mayoría de las veces lo llevaba cargando a la ducha y a pesar de sus protestas terminaba lavando su cuerpo. Cuando sintió la humedad de la toalla en su abdomen volteo a verlo.


 


-Tendré que comprarle uno idéntico a mama- dijo haciendo sonreír a Kaname pícaramente.


 


-No te preocupes, de eso me encargo yo- repuso cuando termino y se agacho a recoger la ropa de ambos, y cual niño pequeño comenzó a vestir a Zero.


 


-No tienes que hacerlo-


 


-¿Porque no?- pregunto el castaño, sin notar para nada la vergüenza de Zero. Y él no pudo rechazar las atenciones de Kaname.


 


Una vez vestidos ambos, se dirigieron a la cocina, empezaba a amanecer y optaron por mejor beber un té.


 


-Leí tu carta- declaro Zero sonriendo y recordando que las palabras que le dedico el castaño le llegaron al alma.


 


-¿Te gustó?-


 


-Me encantó-


 


-Son mis sentimientos por ti Zero, y te los hare saber todos los días-


 


-¿Todos?-


 


-Sí, mi hermoso guardaespaldas-


 


 


FIN

Notas finales:

Hola a todos, pues aquí está el segundo capítulo que gracias a ustedes fue posible, debo decir que me costó un poco el lemon pues ya tiene un tiempo que no redacto uno. Para finalizarlo le quise dar un toque de acuerdo a la temporada, espero que haya quedado bien :D


Muchas gracias por leer y espero que me honren con un review *.*


Les deseo a todos los lectores de Amor Yaoi un ¡Feliz Año 2016! les mando un abrazo y un beso :* que todos sus deseos y metas se cumplan.


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