Gray estaba temblando. Sentía como su cuerpo no le respondía e igualmente, no se sentía con ánimo de luchar. Aún podía sentir como las saladas lágrimas caían por sus mejillas enrojecidas de tanto llorar. Sintió como aquel hombre le levantó la barbilla y miró directamente a sus ojos llorosos.
— Tu alma... Ya es mía. — Le susurró con una sonrisa. El mago de hielo entonces cayó en la misión, donde supuestamente estaba prohibido salir de casa más tarde de las doce porque había ladrones de alma. Probablemente este hombre era uno de ellos.
Y había caído completamente en la trampa.
De pronto escuchó una voz, que la reconoció al momento.
— ¡Gray! — Gritó un gato azul alado, mientras volaba a gran velocidad hacia él, pero antes de seguir volando, de pronto, cayó al suelo, producto de una magia del mago que estaba delante del mago de hielo.
— ¡Happy! — Chilló el mago, preocupado. Happy intentó levantarse, pero vio que no podía moverse.
— Mi magia es un tipo de gravedad, lo que hace que quedéis a mi merced y sea más... Sencillo hacer mi trabajo. — Explicó con una sonrisa, antes de volver a agacharse a la altura de Gray. — Y ahora sigamos con lo que estábamos, no quiero hacerte esperar. — Comentó, antes de coger de la barbilla al mago para que le mirara, poniéndole nervioso.
— ¿¡Qué vas a hacer con Gray!? — Preguntó el exceed exaltado. El hombre sólo sonrió un poco más.
— Eres afortunado, gatito... Vas a observar como se extrae un alma. — Dijo mirando a Gray, quien estaba intentando moverse sin ningún tipo de éxito. Antes de darse cuenta, ese hombre le había puesto de pie y sus labios estaban encima de los suyos, comenzando a notar como le faltaba vitalidad.
— ¡Gray! — Gritó Happy, al ver como un tipo de llama azul salía del cuerpo de su amigo. Sin embargo, Gray no pudo escuchar a Happy. Porque poco a poco estaba dejando de sentir, oler, palpar, ver y escuchar.
Pronto una oscuridad se apoderó de él.
Natsu Dragneel seguía corriendo, buscando desesperadamente el olor de sus dos amigos. Maldita sea, la había fastidiado demasiado. Era cierto que desde hacía unos meses no consideraba a Gray nada serio, pero eso no le daba derecho a hacer lo que había hecho.
Había estado a punto de engañarle y encima había dicho en pocas palabras que Gray era su perra particular. Bien, era posible que no sintiera realmente amor, pero eso no quitaba que si que le tuviera amistad y cariño.
Salió de sus pensamientos cuando olió el olor de Happy junto a uno desconocido, yendo rápidamente. Y cuando llegó... Se encontró algo muy extraño.
Un tipo extraño estaba besando a Gray y aquello le fastidió, pero lo que no entendía era porque aún estando tan cerca de él, no podía oler a Gray. Y de pronto, el hombre le soltó y el mago cayó redondo al suelo, preocupando al dragon slayer.
— ¿...Gray? — Preguntó Natsu, preocupado, al ver como los ojos de su amigo estaban abiertos pero sin ninguna vida.
— Vaya... Así que alguien más está interesado en esto... — Murmuró el hombre, mientras relamía sus labios. Esta última alma había tenido un sabor muy bueno, se notaba que no era de un simple humano normal.
— Natsu... ¡Ese tipo le ha robado el alma a Gray! — Explicó el exceed en un chillido, con lágrimas en sus ojos, sorprendiendo al mago de fuego. Eso explicaba porque no podía detectar su olor y sus ojos estaban completamente opacos. De pronto, el mago hizo un movimiento y antes de darse cuenta, Happy estaba en manos de ese tipo. ¿Cómo era posible? Lo dejó en el suelo pero el exceed no se movió, producto de la magia de gravedad.
— ¿Quieres de nuevo su alma? — Preguntó, con una sonrisa maligna. — ¿Quieres de nuevo que viva y que sufra? — Volvió a decir, mientras se agachaba y tocaba la mejilla pálida del mago casi sin vida.
— No te atrevas a tocarle...— Susurró entre gruñidos el dragon slayer. El mago sonrió.
— Da igual lo que haga, él no lo sentirá...— Comenzó, mientras seguía manteniendo su mano en las mejilla de Gray.— ...Puedo acariciar su mejilla o darle una patada...— Murmuró mientras se levantaba y efectivamente, golpeaba de una patada el cuerpo del chico, llegando hasta el dragon slayer. — ...Sentirá lo mismo.— Murmuró.
— ¡Gray! — Natsu chilló preocupado, mientras se acercaba al cuerpo de Gray y lo cogía entre sus brazos. — Maldita sea... — Murmuró cuando vio el estado real de su compañero. Su piel estaba pálida como un fantasma. Sus ojos estaban abiertos pero no mostraban vida. Y era extrañamente más liviano. Era como...Una muñeca.— ¡Devuélvele el alma a Gray! — Ordenó con un chillido de enfado. El hombre sólo sonrió un poco más.
— Hagamos un juego, chico... Quien saque el número más alto, se lleva el alma del chico. — Comentó sonriendo, mientras sacaba dos dados de su bolsillo.
— ¿¡Por qué tendría que participar en esto cuándo puedo simplemente matarte!? — Preguntó exaltadamente.
— Te recuerdo que el gatito está a mi lado...— Susurró. Entonces Natsu se calmó y cogió los dados que el hombre le dio. — Primero el invitado. — Comentó y Natsu los lanzó, con una mueca. Él sonrió, había sacado un 5/6, lo que era casi imposible de superar. Sin embargo, lo hizo. El hombre sacó un 6/6. — Qué lástima. —
— ¿¡Cómo sé que no has trucado los dados!? ¡Has hecho trampa! — Recriminó. Entonces el hombre le dejó tirar una vez. Y otra. Y en todas... El número del dragon slayer era menor. — ¡Estoy seguro que estás haciendo trampas! — El hombre comenzó a reírse de manera animada.
— ¿Sabes por qué siempre sale un número menor? — Preguntó, aún sonriendo. — Por que en realidad... No quieres que ese chico vuelva a tener su alma.— Dijo con seguridad, haciendo sudar al dragon slayer. De pronto hubo una luz demasiado fuerte que hizo que el dragon slayer tuviera que cerrar sus ojos.
Y cuando los abrió... Ya no había nadie.
Intentó buscar el olor de Happy, pero no pudo encontrarlo. Por supuesto tampoco se dignó a intentar buscar el olor de Gray, sabiendo que ese tipo le había robado su alma. Él gruñó profundamente. Nada le salía bien, maldita sea.
Sin saber exactamente qué hacer, se dirigió al hostal, pidiendo una lacrima para llamar al gremio. Esperó pacientemente y justo entonces apareció Mirajane junto a Gajeel, Lucy, Levy y más magos.
— ¿Natsu? Ya nos íbamos a dormir... ¿Qué ocurre? — Preguntó preocupada la chica de pelo blanco. Natsu tragó: cuanto antes lo dijera, mejor.
— Mira, necesito ayuda... La misión no ha salido bien... Se han llevado a Happy y...—
— ¿¡Qué!? ¡Tienes que encontrarlo, Natsu! — Saltó de pronto Lucy preocupada.
— No sólo eso... Ese tipo también le ha quitado el alma a Gray y se lo ha llevado... ¡Y no tengo ni idea de cómo encontrarle! — Explicó nervioso. Todos los magos se miraron entre sí, antes de volver a mirar al dragon slayer.
— Natsu... ¿De quién estás hablando? —
— ¿...Qué? —
— No conocemos a ningún Gray. —