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Un Cuento de Navidad al Estilo Kuroshitsuji por AbSeMaJe

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Notas del fanfic:

Kuroshitsuji le pertenece por completo a la majestuosa Yana-sama pero la historia a mi.

Original en fanfiction.net

Un cuento de Navidad al estilo Kuroshitsuji

Érase una vez un niño de trece años que vivía a las afueras de Londres; él se llama Ciel Phantomhive y no creía en la navidad, bueno más bien la odiaba como si del mismísimo Grinch* se tratara.

¿Sus razones?

Era que justo que en esas fechas asesinaron a sus padres y a él; un pequeño niño de diez años le robaron su inocencia y sus ilusiones.

Ese mes fue el más horrible de toda su vida y por ende; la navidad más fría que habría pasado, es por eso que la odiaba tanto al igual que su cumpleaños, que era en el mismo mes

Sin embargo, fue «forzado» a celebrar esas fiestas que marcaron su corta existencia.

Era la víspera de navidad, los sirvientes preparaban la mansión para ofrecer la que sería; una fiesta navideña.

Su prima y prometida insistió tanto en celebrar la noche buena con él, que el menor no tuvo otra opción más que terminar cediendo a sus caprichos, con tal de «quitársela» de encima.

Y ahí estaban, Sebastián y Maylene decorando el frondoso árbol de navidad, el cual se ubicaba en la sala principal de la enorme casona. El mayordomo colocaba las luces de color blanco alrededor del pino mientras que la sirvienta le ponía esferas rojas y moños dorados.

Finny, Bard y Snake se encontraban en el recibidor adornando los pasamanos de los escalones principales con guirnaldas, flores de noche buena, campanas, cascabeles, moños, etc.

Y Tanaka en su versión chibi, solo veía alrededor con su clásica taza de té en ambas manos diciendo —Ho, ho, ho.

Se podía sentir el espíritu navideño en el ambiente, todos reían mientras decoraban, incluyendo al mismísimo Sebastián, o al menos eso era lo que aparentaba.

Ciel, como de costumbre, se hallaba en su estudio un tanto —por no decir mucho— malhumorado.

Pensaba en cómo salir bien librado de esa odiosa celebración, honestamente no quería estar ahí.

"¿Por qué se dejó convencer para hacer esa fiesta?" Interpelaba para sí.

—Tsk—. Se sentía tan abrumado quería desaparecer de la faz de la tierra solo hasta que la festividad terminara, unos golpes leve a la puerta lo sacaron de sus pensamientos.

—Adelante —dijo.

—Buenas tardes, Bochan. ¿Desea tomar un poco de té? —le preguntó Sebastián con su linda sonrisa que derrite a cualquiera que lo vea, traía un carrito con una charola de plata en la cual estaba el té y unos bocadillos.

—Déjalo por ahí—, manifiesta Ciel sin prestar atención y con su típica frialdad.

Sebastián noto cierto enfado por parte de su amo y no se reprimió de preguntar.

—Puede decirme, Bochan. ¿Qué es lo que lo tiene tan malhumorado? Se supone que estas fechas son de celebración para los humanos—, mencionó entretanto servía el té en una fina taza de cerámica y se la entregaba en las manos.

El menor tomo la taza —Tsk, no molestes, demonio—, se limitó a decir y prosiguió a tomar su te.

—Le recuerdo que Lady Elizabeth no tarda en llegar, le sugiero que cambie esa carita tan malhumorada que tiene por una; ¿Cómo lo digo? Feliz o al menos eso aparente— expresó con una sonrisa divertida el azabache.

Ciel enfureció.

Las palabras del demonio le hicieron hervir la sangre, estaba tan enojado que no deparó en arrojarle en la cara el té caliente que tenía en las manos.

— ¿Quién te crees que eres para hablarme de esta manera? —Era obvio que estaba enojado y que actuó por impulso pero ya era muy tarde para lamentarse.

"¿Por qué se desquitó con Sebastián de esa manera?" Interpela en su interior. Fijó su vista en la del contrario.

Sebastián reflejaba una mezcla de enojo y «tristeza».

El mayordomo se inclinó en señal de reverencia y le dijo—. Le ruego disculpe mi atrevimiento —se levantó, tomo la charola donde traía el té y se marchó.

Estaba demasiado molesto y se quedaba allí, lo más probable es que terminara «asesinando», literalmente ya que el contrato se lo impide, a su joven amo.

"Eso fue muy grosero de mi parte" pensó Ciel, tendría que disculparse con su mayordomo y tenía que hacerlo pronto.

Pero "¿Cómo hacerlo?" Si nunca antes hizo algo como eso, pensaba una y otra vez.

Por alguna extraña razón, no le gustaba estar peleado con Sebastián.

Mientras ideaba una manera para disculparse se le ocurrió idea que tal vez pondría en práctica más adelante.

—Y ¿Por qué no? Si esta es una fiesta para celebrar que mejor manera de celebrarla como tal.

Y así fue, como le llego un pedacito de espíritu navideño al pequeño Ciel, solo por ser noche buena; se disculparía con su demonio-mayordomo.

Unas horas más tarde Sebastián, ya más tranquilo, se encontraba preparando la cena de navidad cuando una pequeña campana comenzó a sonar, ese era el aviso de que su Bocchan le llamaba.

Sebastián suspiro con enfado — ¿hora que querrá? —respingo y no teniendo opción, se dirigió a la alcoba donde se encontraba el niño quien se preparaba para vestirse esa noche, toco la puerta y prosiguió a entrar.

— ¿Qué es lo que desea, Bocchan?

Ciel lo miro de reojo lo que haría no era nada fácil o al menos eso creía él.

—Sebastián acércate —ordenó sin mirarlo.

El demonio un poco extrañado se acercó, esperaba que su joven amo le dijera de todo pero lo que hizo, realmente le sorprendió.

—Sebastián, perdóname por lo que hice hace rato, pero es que de verdad odio estas fechas y luego la fiesta ¡ahh! (suspiró) mira lo siento en verdad —declaró Ciel demasiado apenado.

Sebastián a su vez; estaba conmovido, de hecho fue demasiado que las palabras se le fueron de la boca.

¡Ciel se disculpó con él!

¡Oh! Esto definitivamente pasaría a la historia, Ciel Phantomhive pidiéndole disculpas a un demonio, sin duda; eso sería un momento que nunca en su vida inmortal olvidaría. Aún sin poder mediar palabra alguna, prosiguió a vestir al menor.

Ciel al no recibir respuesta alguna por parte de Sebastián le pidió que se fuera, "en verdad lo ofendí" caviló con preocupación.

Tendría que demostrarle que realmente estaba arrepentido.

Se acercaba la noche, Lizzy había llegado dos horas atrás y puso la mansión de cabeza, hizo que los sirvientes redecoraran algunas partes que —según ella— les faltaba más atención.

No solo fue eso, también los «forzó» a disfrazarse a todos ellos incluyendo a Ciel quien anteriormente ya se había vestido para la ocasión. El menor sabía que si discutía con ella sería peor, así que no teniendo otra opción, les ordenó a todos los sirvientes que accedieran a su petición.

A Finnian le dio el disfraz de Rodolfo el reno, el cual constaba de un enorme mameluco café con gorro y unos cuernos pegados a este y también le puso una nariz artificial roja que lo hacía ver más infantil de lo que ya se veía.

A Maylene y a Paula les dio un traje de pastoras, como los pastores de belén, ambas se veían adorables y lindas.

A Snake, Bard y Tanaka les dio los trajes de los tres reyes magos: Snake interpretaría a Melchor, Tanaka sería Gaspar y Bard representaría a Baltazar.

Ella y Ciel se disfrazaron de María y José. Obviamente Lizzy sería la Virgen María y el, José.

Y finalmente Sebastián, le tocaría ser Santa Claus. Usaba un traje ajustado a su cuerpo ya que este Santa se encontraba en tiempos de hambre xD.

Todo marchaba muy bien hasta que se les unieron el príncipe Soma y Agni, días atrás se habían encontrado a Lizzy en una plaza en el centro de Londres y los invito a unirse a la celebración también, y ya que ellos festejan el 25 de diciembre en una celebración nacional llamada en hindi Bada Din (el Gran Día) de igual manera se unirían a ella.

Cuando llegaron, dijeron que le traían un regalo a Ciel, el cual solo hizo un mohín de disgusto al acceder a que se quedaran.

El príncipe Soma se disfrazó del Ángel Gabriel, vestido completamente de blanco, con un listón dorado atado a su cintura, detrás llevaba unas hermosas alas blancas y una areola sobre su cabeza, se veía realmente adorable.

Y Agni venía vestido con el traje del tamborilero, de plebeyo con un viejo tambor colgado por el frente.

Se la estaban pasando muy bien, la velada era agradable, no obstante, Ciel a pesar de que se encontraba triste por lo ocurrido con Sebastián, no podía negar que la fiesta era realmente divertida.

Estaban todos disfrazados y se escuchaban risas por doquier cuando interpretaban alguna que otra escena cómica el cuarteto de sirvientes.

Llegó el momento para cenar, se disponían a ir al comedor cuando se escuchó que tocaban la puerta.

Eran nada más ni nada menos que Lau y Ran-Mao; estos venían vestidos de duendes.

— ¡Ahh! —Ciel dio un largo suspiro esos tipos siempre llegaban sin invitación, no obstante, no podía negarle la entrada ya que quedaría mal frente a Lizzy, que por cierto, también se enteraron por parte de ella que se llevaría a cabo la celebración en la mansión ese día.

—Nosotros también hemos venido a celebrar y además traemos un regalo para usted, ¿no es así Ran-Mao? —terminó de decir Lau y la joven nomas asintió con su cabeza, el niño pronto se arrepintió de haberlos dejado entrar, pero ya no había nada que hacer.

Se disponían otra vez a dirigirse al comedor, cuando volvieron a tocar la puerta.

— ¿Quién será esta vez? —Inquirió Sebastián mientras se dirigía a abrir la puerta, acabándola de abrir, un conocido pelirrojo se le abalanzo para abrazarlo pero lo único que recibió una patada en la cara por parte del azabache, haciendo que cayera de sentón al piso.

— ¡Auchh! Sebas-chan que descortés de tu parte yo que venía a darte este regalo —mencionó mientras se ponía en pie rápidamente y le mostraba una caja pequeña con un moño demasiado exagerado, ya que estaba más grande que la cajita.

— ¡Wuaaa! —Al mirar bien la manera en la que estaba vestido Sebastián—. Nuevamente el destino me dice que tú y yo somos el uno para el otro—, grita y hace ademanes como loco.

Por su parte el mayordomo, solo roda los ojos de aburrimiento. Pensaba cerrarle la puerta en la cara, pero al igual que Ciel, no quería dar una mala imagen a Elizabeth.

— ¿Qué te parece mi traje? —le preguntó mientras modelaba un traje también de Santa Claus demasiado provocativo, era un conjunto de short tipo bóxer rojo pegadísimo al cuerpo con un chaleco rojo con orillas blancas esponjadas que se le abría justo arriba de la cintura, dejando ver su ombligo, lo ajustaba con un cinto, también traía puesto un gorro rojo con blanco con un cascabel en la punta, para rematar, vestía una botas negras de tacón puntiagudo que le llegaban justo arriba de las rodillas, como solo él se atrevería a usar.

Sebastián dio un largo suspiro, "¿porque le pasaban estas cosas a él?", de mala gana acepto el regalo del shinigami, y no podía ser peor, detrás de Grell venían William y Undertaker.

Grell en una de las tantas ocasiones en las que espiaba a Sebastián se enteró de la fiesta que harían ese día así que les pregunto Undertaker y a William que si lo acompañaban a esta.

Undertaker aceptó ir gustoso y William inventó mil y un excusas para no ir, pero finalmente lo convencieron.

William venía vestido como usualmente lo hace, con su traje negro, a excepción de unos cuernos de reno detenidos en una diadema, mostraba su típica cara de aburrimiento.

Undertaker venía igual con su típica vestimenta también, solo cambió su sombrío sombrero por un gorro rojo con orilla blanca esponjosa, una barba falsa y unos cascabeles atados a su manos.

Sebastián no podía negar que el trío de shinigamis se veían verdaderamente cómicos.

Mientras que su amo; "Si, definitivamente esta noche no se podría poner peor" cavilaba en su interior.

Ciel se dirigió al trío de Shinigamis — ¿Me pueden decir que es lo que están haciendo aquí? —pregunto enfadado y con el ceño completamente fruncido.

Undertaker se le acerco se le puso por detrás, con una mano tomo su hombro y con la otra le clavó su uña de manera suave en la mejilla—. No se enfade Conde nosotros solo vinimos a celebrar esta fiesta con usted, hihi, hasta le hemos traído un presente—, le mostró una caja rectangular de color azul con un moño violeta que se sacó de entre sus ropas.

Ciel suspiró más hondo que la vez anterior, paciencia, era lo único que pedía para no terminar echando de su casa a esos tres.

—Bien no se diga nada más, en vista de que estamos todos reunidos, pasemos al comedor para comer la cena —dijo Lizzy con una gran sonrisa adornándole el rostro.

Cuando Finalmente llegaron al comedor, ¡Oh sorpresa! Todo estaba completamente decorado al estilo navideño.

En la enorme mesa, la cual cuenta con dieciséis sillas, cabe destacar, había diferentes platillos, estaba el clásico pavo de navidad, la pierna al horno, pato al horno, gelatina gourmet, pastel de chocolate, vinos de la más alta calidad, tampoco no podía faltar el clásico ponche de frutas, también habían pequeñas charolas con dulces de todo tipo repartidas por toda la mesa y frutas de temporada.

A lo largo habían candeleros con velas rojas, las cuales estaban encendidas, decorados con flores de noche buena, todo sobre un mantel blanco adornado con campanas y flores de noche buena.

Ciel le ordenó a Sebastián con anterioridad que pusiera toda la mesa, si bien no entendió el porqué del afán de poner los dieciséis platos con cubiertos, empezaba a darse una idea pero la descartó tan rápido como lo pensó ya que su joven amo «jamas» haría algo como eso.

Ciel, Lizzy, el Príncipe Soma, Lau, Ran-Mao y el trio de shinigamis se disponían a sentarse, cuando Ciel se dirigió a los sirvientes incluyendo a Paula y a Agni.

—Esta noche ustedes se sentaran a la mesa a comer la cena con nosotros—. Los sirvientes pusieron cara 'WTF' ¿acaso su amo se volvió loco? Cavilaron todos al mismo tiempo.

—Pero Bocchan, eso no es correcto —dijo Sebastián, mientras que los demás asentían a favor del mayordomo.

—Dije que solo por esta noche, así que ¡siéntense de una buena vez! y ¡es una Orden! —Exclamó todo histérico.

Los sirvientes no teniendo más remedio, hicieron reverencia incluidos Paula y Agni y dijeron al unísono -¡Yes, my Lord!- y prosiguieron a sentarse.

Del lado derecho de Ciel se encontraban Lizzy, Paula, Ran-Mao, Lau, Maylene y Tanaka.

Mientras que del izquierdo de hallaban: el Príncipe Soma, Agni, Snake, Bard, Finny, Undertaker, William y Grell, Sebastián quedo frente a Ciel, en el otro extremo.

El menor tomó un poco de aire—, bien, les explicare como no hay nadie quien sirva ya que todos son invitados, cada uno se va a servir lo que desee—, terminó de decir.

Todos asintieron y prosiguieron a servirse cada uno, aunque al final, terminaron ayudándose los unos a los otros a servir del platillo que les quedaba lejos.

El niño solo observaba, ya que Lizzy le dijo que ella le serviría la cena a él.

Se sentía el espíritu navideño en el ambiente esa era la primera navidad que celebraba luego del incidente, así que se daría el lujo de disfrutar de ese momento que de alguna manera le daba un poco de paz.

Ya todos se habían servido, se disponían a comer la deliciosa cena, cuando Lizzy se puso de pie para pedir que todos juntaran sus manos en señal de oración.

Ciel rio divertido. El ¿por qué?

Porque Sebastián estaba con ellos compartiendo la cena, el solo hecho de ver a un demonio «dándole» gracias a Dios por la cena, definitivamente era algo digno de ver.

Y ahí estaban todos incluyendo a Sebastián en señal de oración.

—Querido Dios te damos gracias por poner estos alimentos en esta mesa y también te damos gracias por permitirnos estar aquí todos reunidos esta noche y bendice a todos y cada uno de los que estamos aquí —decía Lizzy en señal de oración con los ojos cerrados.

Mientras que Ciel no aguantaba las ganas de reír a carcajadas, Sebastián se veía realmente cómico pero que podía hacer más que reír internamente, mirando divertido al demonio quien le mandaba unas miradas asesinas, pues sabía bien por qué su amo se burlaba de él.

Por su parte, el trío de shinigamis estaban igual que Ciel, principalmente Undertaker, quien se cubría la boca con su mano ya que apenas si podía aguantarse las ganas de reír.

El mayordomo frunció el ceño, en resignación, no obstante, ya buscaría la manera de vengarse más adelante.

—Amen —termino de decir Lizzy y todos respondieron igual al mismo tiempo.

Dicho esto se pusieron a cenar, no hace falta mencionar que la cena estaba realmente deliciosa.

—Te luciste con la cena Sebastián —expresó Ciel a modo de halago y todos asintieron a favor del niño.

Sebastián le miro extrañado, "será que ¿su amo le estaba reconociendo su labor frente a todos?" caviló para sí.

—Pero que cosas dices si todo lo que hace mis Sebas-chan es perfecto—, interrumpió Grell acercándose a Sebastián de manera provocativa, apoyó sus codos sobre la mesa y colocó sus manos sobre sus mejillas mirándolo fijamente.

El mayordomo solo puso cara de aburrido entretanto William lo veía con un mohín de molestia —Compórtate quieres—, se limitó a decir.

Undertaker mostraba su típica sonrisa —Hi hi hi.

Snake agregó —la cena estaba deliciosa. Dice Oscar.

—Esta cena es digna de la mismísima Diosa Kali—, halagan al unísono Soma y Agni, como si estuvieran a punto de llorar.

— ¡Realmente deliciosa! —declara Lizzy y Paula asintió a favor de su ama.

— ¡Riquísima! —dijeron al unísono Finny y Bard.

Tanaka respondió con su típico —ho, ho, ho.

—Hmm, muy bueno, ¿no es así, Ran-Mao? —afirmó Lau y la joven asintió.

Por último Maylene —concuerdo con el Sr. Pelirrojo, todo lo que hace Sebastián-san es perfecto—, expreso sonrojándose un poco.

Sebastián se sentía, como decirlo... ¿halagado? No obstante, respondió rápido—. Como mayordomo de familia Phantomhive, ¿Qué sería de mí si no pudiera hacer algo tan simple como preparar la cena navideña? —hizo una leve reverencia desde donde se encontraba mostrando a su vez; su típica linda sonrisa que cuando la miro Grell casi se desmaya, fue demasiado para él.

Mientras cenaban, se escucharon a lo lejos unas campanadas, eran las que anunciaban que la navidad finalmente había llegado.

Lizzy toco una copa con su tenedor para llamar la atención de todos y que voltearan a verle, una vez que tuvo toda la atención, dirigió su vista a Ciel, quien solo asintió para que comenzara a hablar.

—Quiero proponer un brindis en honor de Ciel —dijo un poco apenada, después alzó la copa con su mano derecha, todos asintieron e hicieron lo mismo.

Ciel estaba sorprendido y otro tato confundido, no tenía idea del porque quería que brindaran por el si no se lo merecía.

— ¿Qué? ¿Por qué yo? —Aún estaba intrigado.

Lizzy le miro y le regalo una sonrisa—, bueno... yo sé que para ti no es nada fácil celebrar estas fechas, pero hoy brindo porque a pesar de todo lo malo que te ocurrió aun sigues con nosotros —dice con melancolía, no obstante, después sonrió y levantó todavía más la copa que tenía en su mano.

—¡Salud! —Habló fuerte sin llegar a gritar.

— ¡Salud! —manifestaron todos al mismo tiempo.

Ciel no pudo evitar sonrojarse, ese detalle que Lizzy tuvo hacia él nunca lo olvidaría.

—Gracias a todos—. Alzó también su copa para responder al brindis.

Sebastián noto el sonrojo de su amo y en su rostro se dibujó una sonrisa la cual borró al instante debido a que lo creyó incorrecto, sin embargo, no dejaría de admitir que su amo se veía realmente lindo ruborizado.

— ¡Ahora hay que abrir los regalos! —Manifestó el inocente de Finnian.

—Nosotros también le hicimos un presente—, volvió a decir el rubio y Bard, Maylene Snake solo asintieron.

"Un presente" pensó Ciel. "¡Un momento! Todos me trajeron algo y yo no les compre nada" levanto la cabeza de golpe y miro a su mayordomo.

Sebastián interpreto los pensamientos de su amo y lo miró, esperando que este le diera la orden para salir.

Ciel le dio un si con su cabeza y Sebastián simplemente se esfumo, nadie lo noto.

Un momento más tarde, se dirigían a la sala principal, cuando llegaron el arbolito de navidad estaba atiborrado de regalos.

El niño rio por lo bajo, "ese demonio nunca le hacía quedar mal".

—Bien, veo que compraste muchos regalos —le dice Lau cerca del oído.

—Bueno, es que como siempre me llegan visitas inesperadas pensé que este día no sería la excepción así que decidí hacer algo al respecto—. Hablo Ciel con sarcasmo.

— ¡Oh! Conde abra primero nuestro regalo que le hemos preparado William, Grell y yo, hihi —mencionó Undertaker mientras le daba la caja rectangular azul con el moño violeta que le mostró antes.

El niño la tomo con cierta duda, pensó que tal vez le traía un ataúd en miniatura o algo por el estilo, procedió a abrirla; era nada más y nada menos que una fina pluma la cual parecía estar tallada en oro puro.

—Gracias—. Se limitó a decir, entretanto la guardaba en su chaleco.

Después vino el turno de Lizzy—. Este es de parte de mía y de mi familia.

Ciel lo tomó, era un regalo de caja cuadrada y cubierto con papel dorado y un moño grande rojo y procedió a abrirlo, se sorprendió al mirar que el presente era un álbum fotográfico, pero no uno cualquiera, en este había fotos de sus padres y de él cuando era pequeño, antes del incidente.

—Muchas gracias Lizzy—. La miraba profundamente a los ojos mientras le sonreía.

La niña solo se sonrojo y desvió la mirada, se sentía feliz, esa era la primera vez que miraba a Ciel sonriendo sinceramente para ella.

— ¡Ahora sigue el nuestro! —Gritó Soma—, este es de parte mío y de Agni—. Le mostró un regalo que venía en una caja rectangular un «poco» pesada y que venía forrada con papel cromado y un moño azul rey.

El niño no podía evitar preguntarse en su interior "¿Qué sí que rayos era eso?", aunque la verdad no quería saber. Abrió la caja y sacó una estatua de la Diosa Kali tallada en cerámica, ya se imaginaba algo como eso. Solo suspiro y agradeció al dúo que feliz se fueron cada uno a sentar.

Lau y Ran-Mao le mostraron una cajita pequeña forrada con papel verde y un moño dorado, el joven la abrió y miro que era un frasco con un líquido azul dentro, iba a preguntar ¿Qué rayos era esa sustancia?, pero mejor se abstuvo, no obstante, Lau se le acercó al oído.

—Dele esto a su mayordomo y lo tendrá completamente rendido a sus pies, usted sabe bien de que hablo—. Ciel se ruborizó por completo y casi brinca de su asiento, pero recupera la compostura tan rápido como la perdió y le lanzo una mirada a asesina a este.

Lau solo se dedicó a sonreír socarrón.

Por último, estaba el regalo de los sirvientes.

—Joven amo le hicimos esto con mucho amor —decía Maylene levemente ruborizada.

Sebastián a su vez, solo rodó los ojos en señal de enfado pero después recordó "¡no le compre nada a mi joven amo!".

Estaba tan atareado con los regalos de los demás que se olvidó por completo de su Bocchan, y peor aún, este se había disculpado con él y no le dio respuesta alguna.

Por otro lado Ciel se encontraba abriendo el presente de los sirvientes, el regalo se componía de un juego de bufanda, gorro y guantes para protegerse del frío invierno, y habían sido Finny, Maylene y Snake quienes los tejieron.

Mientras que Bard fue el que se encargó de comprar todos los materiales con los que los hicieron incluyendo los manuales para tejer ya que a él, simplemente no se le dio, y así todas las noches durante los últimos tres meses Maylene, Finny y Snake aprendieron a tejer para poder hacer lo que les correspondía.

—Muchas gracias—. De verdad les agradecía que se hayan esforzado en hacerlos ellos mismos.

El mayordomo pensó en desaparecer para comprarle un regalo a Ciel, se disponía a irse cuando cierto pelirrojo lo detuvo.

—Por fa Sebas-chan abre mi regalo, ¡sííí! —Le ofreció de nueva cuenta la cajita con el moño extravagante.

El azabache puso cara de aburrimiento, sin embargo, aceptó el presente y se dispuso a abrirlo; era nada más y nada menos que un llavero el cual había sido tallado a mano, la figura que tenía era al mismísimo Grell desnudo en pose provocativa.

El demonio se enfureció iba a aventarle el llavero en la cara, pero Ciel le dijo con la mirada que ni se atreviera.

El demonio dio un hondo suspiro y después le agradeció con una linda y forzada sonrisa al shinigami, quien cuando lo miró tuvo una enorme hemorragia nasal.

El niño le pidió a los presentes que tomaran su regalo del árbol y que lo abrieran, para que vieran esperando que les gustara.

Cada cual se encontraba abriendo su respectivo regalo. La escena que daban era realmente conmovedora, hasta el trío de shinigamis tenían un regalo debajo de ese árbol.

Al final todos agradecieron, el demonio acertó a cada uno de los regalos y como mi se tratara del mismísimo Santa Claus, cada quien quedo satisfecho con lo que les dieron.

Una vez acabaron, prosiguieron a seguir celebrando, mas sin embargo, Ciel se sentía melancólico. El ¿Por qué?

Esperaba un regalo de parte de su mayordomo, sabía bien que era un demonio, no obstante, aunque fuese fingido le hubiese gustado que Sebastián se tomara el tiempo para haberle entregado algo, lo que sea, por minino que fuese, se lo hubiera agradecido.

—Ahora si ¡vamos a bailar! —Expresó Finny con una enorme sonrisa.

—En ese caso, vamos a la entrada principal, ya que la acondicioné para que puedan bailar ahí —mencionó Sebastián.

Ciel por su parte, solo hizo una mueca de disgusto. El mayordomo sabe que odia bailar y aun así, se tomó el tiempo para acondicionar el recibidor, pero no tuvo el suficiente para comprarle un presente.

Desvió la mirada, la cual no pasó desapercibida por el mismo que provocó que se molestara.

Estaban todos reunidos cuando de pronto comenzó a sonar la música, el mayordomo puso un disco de acetato en un gramófono que se hallaba en una mesita café pegada a la pared, cabe mencionar que la música era bastante alegre.

Ciel le ofreció su mano a Lizzy para que ella bailara con él, y ella accedió, los jóvenes bailaban abrazados más sin embargo se separaron ya que la música era más bien indicada para bailar separados debido al ritmo.

Finny, Maylene y Snake formaron una rueda y danzaron al compás de la música.

Bard solo miraba.

Tanaka también.

Undertaker hacia movimientos raros y William lo veía con enfado.

Lau se encontraba sentado y Ran-Mao hacía movimientos de un lado a otro.

El príncipe Soma y Agni bailaban al estilo árabe.

Y Grell... —baila conmigo Sebas-chan —le rogaba una y otra vez al sexy mayordomo.

—Te dije que ¡no! —Hizo énfasis en la palabra "no".

—Pero ¿Por qué no mi Sebas-chan? Si todos están bailando.

Sebastián dio un laaargo suspiro, estaba seguro que se arrepentiría después pero no tenía opción, tomó al pelirrojo de la mano y se dirigieron a la pista a unírsele a los demás otros, causando gracia y un ligero disgusto por parte de Ciel.

Ambos vestían similares, lo que hacía que se vieran sumamente graciosos.

Al final todos se encontraban bailando, incluyendo el «amargado» de William, la fiesta fue un completo éxito después de todo. Y Elizabeth por primera vez, había logrado su objetivo; hacer sonreír a Ciel.

Y así sin más preámbulos la fiesta navideña acabó, eran cerca de las tres de la mañana.

—Quiero agradecerles que hayan venido a acompañarnos en esta noche, la velada estuvo divertida gracias a ustedes, ahora mi mayordomo les acompañara a despedirlos a la puerta —dijo Ciel. Justo después se retiró a su habitación, no sin antes haberse despedido personalmente de Lizzy, la cual se fue muy contenta de allí.

Sebastián se encargó del resto y terminó por despedir a cada uno de los invitados en nombre de su amo.

Cuando todo acabó, agradeció internamente que la celebración llegase a su fin porque hasta él, que es un demonio se sentía realmente exhausto, ese día se le hizo realmente largo.

Todo comenzó con la decoración, la taza de té derramada sobre su cara, la disculpa de su amo, el disfraz, Grell, la cena, las regalos, otra vez Grell, el baile, nuevamente Grell, — ¡Ahh! (suspiró) ese shinigami realmente supo cómo fastidiarlo, etcétera, todo eso lo había logrado cansar y para rematar, aún tenía que ir a atender a su amo para dormir.

Finalmente todos se fueron, los sirvientes ya se habían retirado a sus habitaciones. Se dirigía a paso lento hacia la alcoba del niño, toco despacio esperando que este estuviese dormido, pero un —adelante—, le comprobó que no.

Se dispuso a entrar y miro a su joven amo sentado a la orilla de la cama, este ya se encontraba vestido con el camisón para dormir, aunque estaba mal abotonado, también ya no tenía su parche.

Todo parecía indicar que lo estaba esperando.

Sebastián rio de lado, no cabía la menor duda de que su joven amo era un niño era muy torpe.

Ciel se percató de la burla de Sebastián—. No te burles, yo solo quería hacerte un favor —mencionó un poco apenado.

— ¿Un favor? —Pregunto el mayordomo un tanto extrañado.

—Bueno, hiciste mucho el día de hoy y sé que estás cansado, yo solo quería ayudarte un poco —expresó con un leve sonrojo adornando sus mejillas, ya que no era común que Ciel dijera tales palabras.

Sebastián le regalo una tierna sonrisa y se agacho para abotonarle bien el camisón, después lo miro fijamente, ese niño siempre lograba sorprenderlo.

—Sabe Bocchan, esta noche recibió muchos regalos por parte de todos los presentes, pero ninguno mío —declaró con una tierna sonrisa, mientras permanecía con los ojos cerrados.

—No te preocu... —no termino de hablar ya que Sebastián le robó un beso dulce y tierno.

Ciel tenía los ojos abiertos a mas no poder, ese demonio le estaba robando su primer beso, el cual, aunque no duró mucho, si logro hacerlo estremecer.

Una vez que separó el mayor trató de mirarle a los ojos pero el niño giro su cabeza hacia otro lado ya que se encontraba completamente avergonzado y ruborizado.

Sebastián rio divertido, la imagen que le regalaba Ciel, era única, el niño se veía tan lindo y era por eso que le amaba, con su mano lo tomo de su barbilla girando su cabeza para que le mirara, no obstante, Ciel se sentía tan cohibido que no se atrevía a mirarlo a los ojos.

— ¿Espero que le haya gustado mi regalo, Bocchan? —Preguntó Sebastián, más que burlarse, lo que sentía era ternura.

— ¡I… Idiota!... ¿Quién te dijo que yo quería ese tipo de regalo? —Interpelo Ciel ruborizado hasta las orejas y nervioso a más no poder,

El mayordomo no podía dejar de sonreír, hace mucho que tenía pensado robarle un pequeño ósculo a Ciel, sin embargo no se atrevía.

Con su mano aun en su barbilla Sebastián lo acerco hacia él y le dijo atisbándolo fijamente—. Feliz Navidad, Bocchan—, y le volvió a besar. Solo que esta vez el niño también correspondió el beso.

Y así fue como el pequeño Ciel Phantomhive tuvo su primera Feliz Navidad y su primer beso también.

Y colorín colorado, este cuento de navidad al estilo Kuroshitsuji se ha terminado.

Notas finales:

Si les gustó esta historia por favor hagánmelo saber dejándome un review por fa.

¡Felices fiestas!


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