Le observe divertido, él siempre hace lo mismo, aunque me encanta como cocina, me divierte ver como siempre se esfuerza haciéndolo, llevaba un delantal puesto que le hacía ver muy guapo. Llevamos dos años viviendo juntos y unos meses como amantes y haberle confesado lo que sentía al rubio fue lo mejor que pude haber hecho. Me acerque y le rodee con mis brazos pegando su espalda a mi abdomen, puse mi cabeza en su hombro y el sonrió.
– Sasuke…–Susurro.
Le di la vuelta para verlo de frente y le bese, fue un beso suave, un simple roce, pero solo eso me hacía feliz, aunque claro, tengo mis necesidades, mi amiguito quería más que simples besos.
–Sasuke–Repitió, ¿Por qué mi nombre sonaba tan sexy cuando él lo pronunciaba? –Tengo hambre–dijo en un tono muy tentador.
–Yo también–Dije besando su cuello, oí como este soltó un sonido muy satisfactorio de su boca.
–No ese tipo de hambre, teme–Me separo y me observo divertido, como si lo hubiera hecho todo al propio, suspiro y se dio la vuelta quitándose el delantal, agarrando los dos platos para luego desaparecer por la puerta.
Decepcionado por mi intento fallido me dirigí con dos vasos al comedor.
La comida estaba deliciosa, pero me sentía incómodo pues Naruto no dejaba de mirarme. Sus ojos zafiro me veían, como si me inspeccionasen y de vez en cuando se reía divertido de quien sabe que mierda.
Enojado, termine con mi alimento y me levante, camine con mi plato y mi respectivo vaso hacia la cocina y los lave, para luego encaminarme a la habitación, me tire en la cama y saque mi celular… ¿Por qué ese dobe era tan complicado?
Escuche como la puerta se abría, por lo que me senté en la orilla y pude ver sus ojos zafiro, pero estos no eran los dulces ojos, si no, estos eran tentadores, unos ojos con una chispa macabra, unos ojos con una mirada excitante...
“Tener tus ojos debe ser ilegal
y más si cuando miras solo inspiras a pecar…”
Empecé a emocionarme más de la cuenta cuando miré como el rubio se desabotonaba la camisa, sentí una corriente eléctrica por todo mi cuerpo y más en cierta parte que empezaba a despertar. Por lo visto Naruto se dio cuenta, pues su sonrisa era divertida y orgullosa. Había desabotonado todos los botones de su camisa y ahora podía ver su muy bien formado abdomen, se acercó más a mí, moviéndose de una forma demasiado exótica.
“…esa sonrisa peculiar de jugar a tentar letal
es un dote que si sabes cómo usar para matar…”
Mi mini Sasuke cada vez se despertaba más y por la manera en la que Naruto se reía, creo que tengo cara de estúpido. Se sentó encima de mis piernas, acercando su rostro peligrosamente al mío, mientras mordía su labio. El que su cuerpo estuviera tan cerca del mío hacia que la excitación se volviera mayor.
“…te has armado de forma perfecta
para hacerme agonizar tan muerte lenta…”
Su boca al fin llego a la mía, pero este solo la rozaba con sus labios, haciendo que me sintiera desesperado, sentí su lengua delinear mi boca y luego sentí como este me besaba con fiereza, este abrió su boca, dándome permiso de explorar su cavidad, se sentía demasiado bien, toque su lengua con la mía y no pude evitar jugar con ella, hasta que aquello se convirtió en un juego exquisito.
“…mientras tu boca violenta revienta
dentro de mi boca como un rayo una tormenta.”
Cuando nos quedamos sin aire empecé a besar su cuello, a saborearlo, mientras Naru soltaba pequeños gemidos y aquello me volvía loco. Me sentía desesperado, pues, quería probar cada parte de su cuerpo y no me quedaría con las ganas. Deslice mis manos por su espalda acercándolo más a mi cuerpo, aunque aquello ya era casi imposible, y mordí su hombro.
“Tus manos calientan piel solo de rozarla
y mis manos van jugando a conocer tu espalda…”
De un momento a otro los dos ya estábamos desnudos y el cuerpo de Naru ese encontraba encima del mío formando un perfecto sesenta y nueve, yo disgustaba su pene y él de manera experta disgustaba el mío como si de un helado o un caramelo se trataba. Mis dedos se movieron hasta llegar a su trasero, el cual pellizque haciendo que Naru dejara mi pene por un momento para gemir. Le di la vuelta Naru para que quedara debajo mío pero esta vez, cara a cara. Le bese con pasión, y baje mis manos sobre su abdomen, me detuve en su pecho, específicamente en una de sus tetillas, rompí el beso, pues Naru me había alejado, este agarro mi mano y empezó a lamer mis dedos lubricándolos. Él estaba tan desesperado como yo.
“…con toda la calma se alarga
la delicia de mi expedición hacia tus nalgas.”
Cuando estaban lo suficientemente lubricados metí uno de ellos en su trasero, a lo que el rubio se quedó quieto un momento. Moví el dedo en círculos, lo metí y lo saque, cuando Naruto empezó a gemir más fuerte metí el segundo y realice el mismo procedimiento, para por ultimo meter el tercero. El de ojos zafiro gemía y se movía al ritmo de mis dedos creando una imagen demasiado excitante, mi amiguito dolía, necesitaba sentir el interior de mi amado rubio. El rubio abrió sus ojos que desde hace unos minutos mantuvo cerrados, y me miro, estos estaban llorosos por el placer y todavía contenían aquel brillo que me excitaba tanto, su cuerpo estaba todo sudoroso y soltaba un aroma exquisito. Era la perfección en persona.
“Y no hay más que una sola versión,
una sola muestra total de perfección
llenas de luz la habitación con tus brillos de neón
y yo sin trabajo suelto así un último botón y pienso…”
Saque los tres dedos, y acerque a mi pene a su entrada, sintiendo el calor del cuerpo del rubio, lo metí rápidamente para que este no doliera tanto, su entrada era muy apretada, se sentía bien… Naruto aruño mi espalda por el dolor, unas lágrimas salieron por sus ojos y lo único que pude hacer fue no moverme todavía y besarlo para que se le olvidara. Empecé a masturbarlo y este empezó a reaccionar a mis caricias, a los segundos el rubio empezó a mover su cadera en forma giratoria y a dar pequeños saltitos, se sentía demasiado bien.
“Tan solo las doce y no se escuchas voces
solo gemidos finos, sonidos del goce…”
Nos movíamos de forma violenta, y estábamos a punto de llegar a nuestro éxtasis, la cama rechinaba de manera graciosa, y sentía que en algún momento haríamos un hueco a la pared.
“para cerrar la noche con broche de oro
yo te llego al oído y susurro este coro:
Eso no fue nada, ya estoy en confianza negra
si me regalas la mañana
te llevo hasta la noche eterna...”
Terminamos juntos y Naruto callo dormido sobre mis brazos inmediatamente, cansado por tan sensacional noche. Sonreí alegre. Miré su rostro este se veía tranquilo es hermoso, ¿Cómo puede existir alguien como él en este mundo?, lo amo demasiado… me acerque dispuesto a besarlo.
–Teme, despierta…–Abrí mis ojos… todo había sido un puto sueño mojado… lo peor es que– ¡Dios, Sasuke! ¡Tienes una erección! –Agg… si lo noto, su rostro estaba más rojo que un tomate, es tan lindo. –Con que has estado soñando, ¡Estúpido pervertido! –Sentí una almohada chocar con mi cara… para luego escuchar como cerraban la puerta.
Bueno… por lo menos había sido un buen sueño.