Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La casa de los milagros por NaniMe

[Reviews - 14]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Kagami se ha encontrado a tipos raros en una casa embrujada que lo guian a quién sabe dónde y él sólo va los sigue ¿Cómo sigue eso?

Hay alguien que me está mirando. Se levanta del escritorio donde estaba sentado, se ajusta los lentes y se acerca a mí. Es algo más alto que yo, tiene el cabello verde, unos anteojos, cara de pocos amigos y la mano derecha vendada. Qué raro.

-¿Dime quién eres tú? – Es lo primero que sale de su boca. De mala gana y a pesar de eso en cierta forma aún se escucha educado.

Como por instinto me giro hacia Akashi para descubrir que ya no está. Reviso el pasillo en ambas direcciones pero sólo hay oscuridad anti-natural. Regreso mi mirada a este anfitrión que espera mi respuesta.

-Kagami Taiga ¿Y tú?

-Midorima Shintarou - ¿Todas las personas que están aquí  se llaman a partir del color de su cabello? - ¿Qué haces en este lugar, Kagami?

-No estoy seguro-  Entré para demostrar mi valentía a Tatsuya pero he estado con gente que no conozco haciendo cosas que no entiendo la mayor parte del tiempo que llevo aquí dentro así que creo que me he desviado de mi intención inicial un poco. Ya llevo mucho tiempo aquí, Tatsuya se preocupará.

-¿Eres idiota?

-¿A quién le dices idiota, idiota? - ¿Qué sucede con este tipo? Insultarme sólo porque no entiendo, ¡La gente normal no entiende esta situación! – Akashi dijo que tú me explicarías.

-Entiendo, nanodayo.

¡Entiende! Lo bueno de esta gente es que parece entender las cosas rápido. Yo NO entiendo. Además, ¿Dijo nanodayo?

-Si Akashi te envía es porque ya estás aceptado-  Continua hablando. Pero… ¿Aceptado? ¿En qué? Murasakibara también mencionó algo de ser el nuevo ¿Por qué ninguno se toma el tiempo de explicarme algo? – Pero en tu caso, en especial, deberás contestar unas cosas. Toma asiento.

Señala detrás de mí, me giro y veo una silla ¿Estaba allí antes? No es que me fije demasiado pero me da escalofríos, Midorima regresa al escritorio en el que estaba cuando entré. Cargo la silla y la llevo hasta estar frente a él. En su rostro parece notarse que ese gesto no fue de su agrado.

-Tu nombre es Kagami Taiga –Me mira como si esperara una aprobación a pesar de que acabo de decírselo. No estoy seguro pero sus ojos no están en los míos, es más como si me estudiara.

-Aja – Digo, y escribe.

-¿A qué se dedica tu familia?- y me mira otra vez. Pero espera ¿Qué mierda fue lo que me preguntó? Claro, ahora lo miro confundido y desconfiado, él sólo me observa, y comienza a recorrer mi cuerpo con su mirada, pero hay algo en esa forma de mirarme que no me agrada.

-¿Qué-

-Tú familia no se mudó aquí –me interrumpe antes de que pueda quejarme ante tal indiscreción de preguntarme de mi vida- desconozco los detalles.

-¿Qué?

Sigue mirándome, pero de una forma algo desesperada.  Levanta su brazo en mi dirección.

-Préstame tu mano.

-¿Qué?- Y ahora también Midorima ignora mi confusión. ¿Es que nadie me va a explicar? ¿Por qué les sigo el juego de todos modos? Ya debería irme. Tatsuya ya debe estar preocupado.

-N-no te lo pediré dos veces nanodayo. – Desvía la mirada y se ajusta los lentes a pesar de que no lo necesita.

Bien. ¿Qué es lo peor que puede pasar? Tal vez Tatsuya sí que se merece sufrir preocupándose por mandarme a este aterrador lugar, que actualmente ya no da miedo, así que lo haré esperar un poco más. No es como si Midorima fuese a hacerme algo ¿Verdad? Todavía no le he contestado lo de mi familia así que no sabe quién soy como para que sus planes sean secuestrarme. Murasakibara se veía como un niño gigante y Akashi inspiraba confianza, aunque hasta ahora todo es muy raro y no entiendo que hacen ellos aquí no puede haber en verdad algún peligro. Qué más da, me arriesgo a seguir el juego de este lugar y estiro mi brazo sobre el escritorio hasta que nuestras manos hacen contacto.

Midorima jala mi mano y al dejarme sin alternativa, me inclino hacia el frente. Lleva mi mano hacia su rostro y la huele. Está oliendo mi mano ¿Puede esto ser más extraño? Quiero quejarme pero algo me lo impide. Huele mi mano como si fuera algo exquisito. Su nariz y casualmente sus labios rozan mi piel provocando un escalofrío que me recorre. En un imperceptible silencio sólo puedo contemplar como disfruta de ese acto. Aparentemente ha olvidado que esa mano me pertenece pues comienza a besar mi mano con una delicadeza tal, que me hace dudar que se trate de la misma persona malhumorada que me recibió.

Puedo sentir su lengua que deja un rastro de humedad por donde pasa a lo largo de mi antebrazo, cada vez subiendo más, por eso intento alejarme pero no me lo permite, me toma con más firmeza, me atrae hacia sí más al tiempo que lame y chupa con más insistencia. Quiero quitarme, de verdad que quiero mover mi brazo con fuerza y reclamarle enfurecido por lo que está haciendo, pero no puedo, mi cuerpo se resiste, quiere que siga haciéndolo. Se inclina más sobre el escritorio y siento que en cualquier momento saltará sobre este y se me lanzará encima.

Un ruido, una voz, se escucha a lo lejos. Nos saca de esa especie de concentración en la que nos habíamos quedado, de ese trance en medio del cual me había acercado al escritorio tanto o más que Midorima, prácticamente ya no estoy en la silla, un poco más y me hubiera caído al suelo ¿Y para qué? ¿Para que un tipo molesto y desconocido hiciera eso con más de mi brazo? No puedo creerlo, algo raro me está pasando, es la segunda persona que me hace algo así esta noche.

Me suelta, aparto mi mano rápidamente e incómodos nos volvemos a sentar apropiadamente. Lo miro esperando una explicación y él no me mira más.

-No me has dicho sobre tu familia. – Me dice. ¿Planea ignorar lo que acaba de pasar?

En ese momento, antes de que procese si eso debería molestarme o aliviarme, una puerta diferente de la cual yo ingresé, se abre fuertemente y da paso a un chico apuesto, supongo, con los brazos y el rostro dirigidos hacia arriba.

-¡¡Midorimacchi!! No puedo encontrar a Kurokocchi, no es justo-ssu

Al bajar la mirada se da cuenta de mi presencia. Por unos momentos parece que acaba de ver un fantasma (cosa aterradora si recuerdo el tipo de casa en la que estoy metido) y su mirada se torna fría.

-¿Quién es?  - Me mira a mí pero es claro que no es una pregunta dirigida a mi persona, su, ligeramente largo, cabello rubio le da más severidad a su rostro, incluso su tono de voz se escuchaba diferente.

-El nuevo – contesta Midorima sin levantar la mirada ni darle mucha importancia a lo que estaba pasando.

-Ohhhh, ¿Nuevo? No sabía de eso. Nadie se ha mudado ¿Vino por su cuenta? – Como si su actitud anterior hubiera sido broma, ahora está alegre con un brillo en sus ojos dorados, casi siento que lanza flores a su alrededor. - ¿Cómo te llamas?

-Kagami Taiga - ¿Cuántas veces me he presentado? Comienza a ser molesto.

-Kagamicchi, yo soy Kise Ryouta.

-¿Kagamicchi?

-¡Sí! Yo agrego –cchi a las personas que se unen a esta casa.

-¿Unirme a esta casa? - ¡Oh! ¡Ya entiendo! Ellos son una especie de club y usan este lugar como base y creen que quiero unirme, por eso me dicen tanto el nuevo. Ya veo, ya veo. Soy un genio al deducir esto. Le sorprenderá a Tatsuya cuando le cuente. Nunca regresaré aquí así que supongo que no importa si finjo que en realidad quiero unirme. Bien.

-Midorima – Lo señalo y el me mira como si eso le desagradara, no le tomo mucha importancia, parece que todo lo que hago lo molesta- apunta, mi familia es dueña de una importante cadena de hoteles en América.

Y en verdad escribe.

-Eso está bien- me contesta - ¿Practicas básquet? ¿Te gusta?

-Claro- ¿Así que son un club de básquet? Pero ¿Por qué en este lugar? ¿No deberían reunirse en una cancha?

-¿Qué signo eres?

-¿Uh? Leo… - Me mira de forma extraña y cierra los ojos.

-Hoy eres el primero del ranking de Oha-Asa

-¿Sigues con Oha-Asa, Midorimacchi? – Kise se encorva un poco, como si estuviera cansado- Han pasado años.

-Oha-Asa es eterna – Midorima se levanta para reafirmar sus palabras – El objeto de la suerte de hoy es este escritorio- Y ahora se ve ridículo.

-Aja, ya tienes todo lo que necesitas – Kise se acerca y toma mi mano- huyamos Kagamicchi- me arrastra y salimos a través de la puerta por la que él entró. Alcanzo a escuchar a Midorima gritar que nos detengamos, que aún no he firmado o algo así.

Todo está oscuro, es tan negro que con trabajaos distingo a Kise que camina frente a mí aun sosteniendo mi mano. No es que me de miedo pero no saber que hay por aquí no da confianza. Y ahora que recuerdo, tiré mi celular hace rato, mierda ¿Qué voy a hacer ahora? No quiero regresar por él. A lo mejor si los convenzo de que me acompañen y me ayuden a encontrarlo, así ya no estaría en esta horrible negrura yo solo. Pero con Akashi o alguna lámpara porque Murasakibara y Kise parecen estar bien así y no me gusta. Me parece escuchar algo caminando detrás de mí y casi me da un maldito infarto. Con mi mano, que hasta ahora sólo tenía allí inerte, tomo a Kise también y aunque no es mi intención, aprieto su mano.

-¿Qué pasa, Kagamicchi? ¿Estás asustado?

-N-no digas estupideces. No estoy asustado, s-solo me tropecé y me apoyé en ti, lo siento.

-No te disculpes – entrelaza nuestros dedos y se coloca junto a mí- yo te protegeré, Kagamicchi.

Pero no estoy asustado. Continuamos caminando de esa forma un poco más y llegamos a una iluminada cancha de básquet con el perímetro siniestramente sumergido en obscuridad. No debería ser posible, no hemos salido pero parece ser el exterior.

-Siempre me rechazan-dice Kise, una vez que nos detenemos, sin verme. –  No quieren estar conmigo. Como si de verdad tuvieran algo mejor que hacer.

Lo miro confundido, porque claro, no entiendo de qué habla. Igual que con todos aquí. Aprieta un poco mi mano y me mira. Con una extraña e incomprensible combinación de sentimientos en sus ojos. Triste pero indiferente. ¿Cómo se hace eso? Más bien ¿Cómo es que yo lo entiendo? No me gusta aceptarlo pero, es cierto que soy algo denso y no me entero de lo que los demás tratan de transmitirme si no es con palabras directas.

-Yo no te ignoraré- Le digo. ¿Por qué lo hice? Sólo salió de mí. Rayos. Sonríe y me siento culpable porque mañana me voy al otro lado del mundo para no regresar. Pone su mano en mi mejilla y… ¡Me besa! Está besándome. ¿En serio? ¿Por qué? Fue sólo un segundo el que se tardó en eliminar la distancia entre nosotros y juntar nuestros labios. Lo hace de una forma tan lenta que termino por responderle. Enserio me pregunto qué está pasando conmigo. Oh, pero está bien, sus labios suaves se sienten bien, la forma en que se mueve se siente bien. Con su peso me indica que nos sentemos y lo hago. Ya en el suelo, con Kise sobre mí, nos separamos.

-Kagamicchi es dulce – dice y me lame los labios. Demasiado erótico para intentar rechazarlo. Va a mi oreja y me da una ligera mordida que hace que me estremezca. Sube sus manos lentamente por mi cuello y enreda sus dedos en mi cabello. Yo cierro mis ojos, porque mierda, eso se siente bien. Sigue con mi oreja. Y sin darme cuenta llevo mis manos a su cintura. Sólo puedo pensar en su cuello, que por la posición está frente a mis ojos que abro ligeramente. Con solo verlo puedo notar que es una piel suave, cuidada, pura, que incita a marcarla. Me acerco para hacerlo porque… carajo ¿Por qué no?

De pronto una voz de mierda y de infarto por la situación resuena en el gran espacio.

-Kise

Nos separamos, claro está.

-A-aominecchi…

Es moreno, alto, como yo, tal vez un poco más. Me lanza una rápida mirada de desprecio con esos ojos azules oscuros como la noche, igual que su cabello.

-¿Quién es este?- Usa un tono de voz como si yo no fuera nada. Me enoja.

-Kagamicchi. Kagami Taiga-ssu Nuestro nuevo compañero. – Me mira – Él es Aomine Daiki, el mejor de nosotros jugando.

-¿Nuevo compañero? JA - Y sigue hablando como si fuera superior o algo. -¿Para qué quieren a este estorbo? - Burlándose de mí.

-Oi- No puedo quedarme callado ante esa actitud despreciable. Tener que quitarme a Kise de encima para poder levantarme me recuerda la situación en la que estaba y me quita un poco de la seriedad que tenía por la vergüenza. Pero no del todo, y definitivamente no al ver su arrogante cara. - ¿Tienes algún problema conmigo?-  Le digo desafiante.

-¿Para qué mierda te quieren aquí? Que alguien más débil se una no cambiará nada. No existe nadie capaz de superarme. – Dijo al tiempo que saca un balón de básquet de… ¿De dónde lo sacó? No importa.

-¿Ha? ¿Qué pasa con eso? ¿Quién te crees, bastardo? – le reclamo, enojado.

Me ignora el maldito y con una habilidad increíble, corre a una de las canastas para anotar al tiempo que gira como si evitara a algún contrincante imaginario. Parece que es bueno en esto. Pero no le da el derecho de tratarme como basura, esto no se va a quedar así. Ya verá.

Recupera el balón y se prepara para tirar otra vez. Sin que se lo espere, le quito el balón, corro y salto para encestar, cuando el balón está a punto de pasar por el aro, una mano veloz como un rayo me lo arrebata y lo lanza lejos. Fue Aomine.

Caemos al mismo tiempo y nos miramos. Una chispa de rivalidad se siente. El balón regresa a nosotros ¡¿Pero cómo demonios?! ¡Salió disparado de entre la oscuridad! Pareciera que nos lo lanzaron pero Kise está al otro lado de la cancha mirándonos, no fue él. Mientras me recupero de la impresión (No miedo) Aomine aprovecha para atraparlo y tirar otra vez. No alcanzo a evitarlo.

Esta vez soy yo quien toma la iniciativa y lo esquivo para encestar. Y otra vez no me lo permite, mierda, es muy rápido. Se prepara para lanzar y salto para evitarlo, entonces echa su cuerpo hacia atrás y desde casi paralelo al suelo, encesta. Eso no debería ser posible.

Continuamos así un poco más, ese estúpido encestando y yo sin poder hacer demasiado al respecto, peor no se va a quedar así, no me va a seguir humillando. Evito encenderme. De hecho me calmo y dejo que mis instintos me lleven, me es más fácil distinguir que es lo siguiente que hará de esta forma. Lo limito y sigo de cerca cada intento que hace por anotar otra vez.

Por fin logro quitarle el balón y, aunque no es mi especialidad, encesto uno de tres.

Me mira atentamente y parece satisfecho. Continuamos con el juego de una forma más pareja. No me deja encestar pero yo tampoco se lo permito, hemos estado robándonos el balón desde hace ya un rato sin que ninguno se pueda poner sobre el otro. Me preparo para clavar, salto, más alto de lo que he hecho hasta ahora, seguro que estoy por encima de él, ya está cayendo mientras yo me mantengo arriba y su cara de frustración es de lo mejor. De pronto todo rastro de luz se va. Me estrello contra el aro y caigo. No me duele tanto el impacto contra el suelo.

Notas finales:

Gracias por leer hasta aqui. Y gracias a quienes comentaron, fue un bello detalle de su parte. 

Como estoy de vacaiones (:'D) talvez me plantee hacer las actualizaciones más rápidas del oeste (?) o tal vez no, depende de cómo se den las cosas :B

Leámonos otra vez~ (porfa)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).