Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

eight ways to say i love you por MrsBatido

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

También disponible en wattpad y PDF (dejad vuestro email en un comentario u otro lado). 

i.

 

Un trago de whisky para armarse de valor. Eso es lo que Sehun se dice a sí mismo. Solo un trago y se deshará de sus inhibiciones y por fin le contará a Jongin cómo se siente.

 

 

 

Un trago se convierte en tres, y a Sehun ni siquiera le gusta el whisky. Aunque es difícil decir ahora si le gusta o no porque ciertamente, disfruta la caliente sensación en sus venas y la repentina noción de que es invencible.

 

 

 

Se deja caer sobre su sofá, mareado en la oscuridad. Mareo no es debilidad, es fuerza. Todo de Sehun es fuerte ahora mismo. Puede contarle lo que sea a Jongin sin problema.

 

 

 

Es algo bueno que el número de Jongin sea el primero de su lista de favoritos porque no está seguro de si podría marcarlo por su cuenta.

 

 

 

—¿Hola? —viene de la voz de Jongin—. ¿Sehun?

 

 

 

—Hola, Jongin —articula Sehun, sintiéndose feliz de oír la voz de su mejor amigo. No serán meramente mejores amigos por mucho más, piensa ingenuamente Sehun, porque después de que le cuente a Jongin lo que está por admitir, será sexo y palabras de amor durante años lo que vendrá.

 

 

 

—Sehun, suenas gracioso —dice Jongin, preocupación evidente en su voz. O al menos, sería evidente si Sehun no estuviera tan ebrio.

 

 

 

—¿Gracioso? —Sehun suelta una risilla—. No, Jongin, puedo controlar el mundo. ¡Nada puede detenerme ahora mismo! —ríe de nuevo y Jongin suspira.

 

 

 

—¿Estás borracho? —pregunta Jongin—. Sehun, no está bien beber por tu cuenta, ¿sabes?

 

 

 

—Te quiero —suelta Sehun, aun sintiéndose risueño hasta que no oye a Jongin responder Oh, Sehun, Te quiero tanto, por favor ven y follemos hasta el amanecer. No, eso nunca llega.

 

 

 

—¿Qué? —llega a cambio, y Sehun se siente de repente inundado de vergüenza. No es invencible. No puede controlar el mundo, y Kim Jongin es solo su mejor amigo.

 

 

 

Y tal vez, después de esto, ya no serán mejores amigos.

 

 

 

Sehun cuelga.

 

 

 

Jongin no lo menciona cuando se ven la próxima vez, actuando como si nada hubiera pasado. Sehun se parte en tres. Quiere emborracharse y llamar a Jongin de nuevo y decirle que iba en serio lo que dijo. Tal vez quiere probarlo sobrio. Tal vez solo quiere olvidarlo todo tal y como Jongin está haciendo.

 

 

 

La última opción parece la más razonable. Es ridículo pensar que Jongin siente lo mismo por Sehun que Sehun siente por él. Nunca va a ocurrir.

 

 

 

Así que pretende olvidarlo. Y duele.

 

ii.

 

Los labios de Jongin son suaves, y tan suaves, y su lengua dentro de la boca de Sehun es jodidamente fantástica. Las manos de Jongin están sobre la cintura de Sehun, bronceados dedos hundiéndose en la suave y pálida piel. Sehun está en el regazo de Jongin, moviendo su cadera contra la dureza de este y es lo más lejos que han llegado nunca pero es increíble y Sehun no puede esperar para ir más allá. Tal vez lleguen hasta el final hoy, tal vez la semana que viene, tal vez el año que viene, pero ahora mismo, Sehun está contento con ello.

 

 

 

Nunca ha querido más cuando está con Jongin. Han estado juntos durante cinco meses y hablar con Jongin está junto a besarse hasta quedarse sin aliento en lo mejor de la lista de cosas favoritas de Sehun. Nunca ha sido tan feliz en su vida.

 

 

 

Y dios, las manos de Jongin se han hecho su camino hasta más allá del bordillo de los bóxers de Sehun. Joder, eso sienta bien. Jongin sabe exactamente cómo torcer la mano, exactamente cómo debe sujetar firmemente la polla de Sehun, exactamente cómo de rápido debe mover su puño arriba y abajo hasta tener a Sehun viniéndose, sus bocas aún deslizándose la una con la otra tan, tan perfectamente. Y cuando Sehun se viene, siente adrenalina recorriendo sus venas a velocidades ridículas. Siente su corazón latir cien veces por segundo. Ve todo en blanco y la única cosa que puede seguir sintiendo es la lengua de Jongin contra la suya.

 

 

 

Su cuerpo decae pero su mente no lo hace y susurra dos palabras contra los labios de Jongin. El último no las oye, pero está bien, porque Sehun está seguro de que puede sentir el significado de ellas cuando lo acerca a sí esa noche, besándolo y diciéndole que es feliz.

 

 

 

Sehun también es feliz. Es muy feliz.

 

 

 

 

 

iii.

 

Sehun tiene aproximadamente tres horas. Le dice a la florista esto y ella ríe naturalmente.

 

 

 

—Estoy segura de que podemos encontrarte algo mucho más rápido que eso —dice—. ¿Qué estás buscando? ¿Rosas? ¿Lirios? ¿Claveles?

 

 

 

Sehun mira la amplia colección de flores. Hay muchos colores y está seguro de que todas esas flores tienen algún significado que su madre le contó en un momento u otro pero que no recuerda para nada. Necesita un gran ramo porque solo una docena de rosas no basta. Tiene más sentimientos por Jongin de los que unas cuantas rosas pueden expresar.

 

 

 

—Algo impresionante —decide Sehun, porque quiere impresionar a Jongin. Quiere que Jongin sepa que no está nervioso.

 

 

 

La florista sonríe y guía a Sehun a un lado de la tienda.

 

 

 

—Esto lo llamamos "Declaración de amor". Rosas blancas y rosas, lirios, eustomas y flor de guisantes. ¿Qué te parece? —pregunta, mostrándole a Sehun lo que es de hecho un buen ramo.

 

 

 

—Es muy pequeño y pálido. —Sehun se encoge de hombros.

 

 

 

—Bueno —dice la florista—, tenemos este de aquí —Lleva a Sehun a otro lado de la tienda—. Este se llama "Brillo dorado". Rosas, orquídeas, lirios asiáticos, tulipanes y más. ¿Este se ajusta mejor?

 

 

 

Se ajusta mucho mejor. Es grande y colorido e incluso el nombre parece ajustarse a Jongin. Él no es pálido ni pequeño ni manso como "Declaración de amor". Jongin es Brillo dorado. Es perfecto.

 

 

 

—Me llevaré ese.

 

 

 

También compra chocolate y un osito de peluche, solo como medida de seguridad. Piensa que a Jongin le gustan los ositos de peluche.

 

 

 

Se encuentran en el asador favorito de Yifan, ese que ninguno de los dos puede realmente permitirse. Jongin luce tan incómodo en traje y corbata como Sehun, pero se sonroja cuando Sehun le da las flores, el chocolate y el osito.

 

 

 

—Sehun...—balbulcea—, esto es...tan...

 

 

 

Sehun entra en pánico. ¿Qué? ¿Genial? ¿Bueno? ¿Raro? ¿Impresionante?

 

 

 

—Gracias, Sehun —Jongin sonríe, y Sehun concluye que eso, al menos, es buena señal. No está nervioso. Solo está temblando, no, tiritando porque tiene frío. Sí, tiende a hacer frío a mediados de julio. Esa es la razón por la que Sehun está sacudiéndose. No porque esté a punto de decirle algo muy especial a Jongin.

 

 

 

Se sientan en una mesa que tiene demasiados tenedores y Jongin lo comenta con una risa.

 

 

 

—¿Crees que usas un tenedor diferente para cada bocado que das? —bromea Jongin, y Sehun traga duramente. El cuello de su camisa está demasiado apretado. Está tiritando y no está ni seguro de si es frío pero lo cierto es que se siente igual.

 

 

 

Sehun solo aclara su garganta como cinco o seis veces cada minuto. Solo tira de su corbata igual de frecuentemente. Está seleccionando la comida porque no tiene tanta hambre, aun si no ha comido nada en todo el día.

 

 

 

Sabe que está siendo ridículo. Son solo dos pequeñas palabras, no una petición de matrimonio. Y siempre ha estado enamorado de Jongin. Nunca ha habido una pregunta en su mente sobre ello. Está absolutamente seguro de que lo está y que no va a arrepentirse de decirlo.

 

 

 

Eso no le quita nada de pánico.

 

 

 

—Sehun —dice Jongin cuando Sehun intenta pagar una cena de cien dólares con un billete de veinte—, ¿estás bien? Has estado actuando un poco ido toda la noche.

 

 

 

Sehun aclara su garganta de nuevo.

 

 

 

—Um. Um...Yo...Buueno, Jongin, nos conocemos desde hace mucho tiempo, y...bueno...yo...yo creo que debería...no, lo sé. Sé que yo....um, joder. Yo um...Bueno, sabes. Yo.... —se desvanece, bajando el volumen de su voz al más absoluto mínimo—. Te quiero —dice rápidamente.

 

 

 

—¿Qué? —pregunto Jongin—. No te he oído.

 

 

 

Aclara su garganta de nuevo.

 

 

 

—Te quiero —dice un poco más fuerte, y está nervioso hasta que una sonrisa gigante se dibuja en la cara de Jongin.

 

 

 

—No tenías que haber estado tan nervioso para decirme eso, ¿sabes? Y de verdad que no tienes que hacer todo esto tan lujoso. Un simple "te quiero" cuando estemos comiendo mantequilla de cacahuete del bote con cucharas hubiera bastado —se ríe Jongin. Sehun ríe también, porque aún no se ha dado cuenta de por qué estaba tan preocupado—. Por un segundo, creí que ibas a pedirme matrimonio.

 

 

 

Y Sehun piensa que un día lo hará.

 

 

 

 

 

iv.

 

Sehun no entiende cómo Jongin puede dormirse durante películas como Skyfall porque tienen mucha acción y son muy excitantes. Sehun no podría dormirse ni aun si estuviera en mudo porque es así de intenso para él.

 

 

 

Aun así, aquí están, Jongin durmiendo sonoramente sobre el hombro de Sehun mientras los créditos pasan.

 

 

 

Jongin luce muy pacífico cuando está durmiendo. Sus pestañas son oscuras contra sus mejillas, que están teñidas de rosa claro por estar envuelto por una manta. Sus labios lucen muy besables, rojizos y carnosos como siempre. Pero Sehun no va a besarle ahora. Jongin puede que sea una bella durmiente, pero Sehun está contento con solo admirarlo.

 

 

 

La respiración de Jongin es lenta y relajada. Haz dos o tres segundos entre cada inhalación y exhalación. Sehun se inclina hacia delante, respirando en el pelo de Jongin. Huele a limón y algo más....aceite de oliva quizás. Utiliza champús raros, pero de alguna forma, siempre huelen genial.

 

 

 

Sehun apoya su cabeza sobre la de Jongin. Es maravilloso. No perfecto, nadie es perfecto, pero Jongin es maravilloso de tal manera que Sehun no quiere la perfección. Jongin es todo lo que Sehun quiere.

 

 

 

—Te quiero —dice tranquilamente.

 

 

 

Jongin se revuelve y Sehun da un saltito momentáneamente antes de cerrar los ojos.

 

 

 

—¿Sehun? ¿Dijiste algo? —pregunta atontado Jongin, girando la cabeza hacia su novio. Se detiene un momento, sin duda preguntándose si quizás ha soñado las palabras de Sehun—. Ah, la TV sigue encendida —reflexiona para sí después de un minuto, alcanzando el mando y apagando la televisión. Jongin suspira y vuelve a su cómoda posición junto al hombro de Sehun.

 

 

 

Sehun iba en serio con lo que dijo. Simplemente no está seguro de que quiere que Jongin lo sepa ya.

 

 

 

 

 

v.

 

—Hey, enciende la radio —sugiere Jongin mientras se ata un delantal. Coge una sartén a la vez que Sehun pulsa el botón de la radio. Comienza a sonar una canción pop que han escuchado millones de veces, pero les da igual, porque es divertido mover las caderas a su son. Ambos son bailarines y no hay nada que a Sehun le guste más que bailar (excepto tal vez besar a Jongin, pero eso es otra historia).

 

 

 

Jongin mide el arroz y sigue moviendo sus caderas cuando lo vierte en la arrocera. Sehun baila hacia el frigorífico, sacando un trozo de carne que van a cocinar. Derrocharon el dinero en ello, pero vale completamente la pena, porque tenía una pinta increíble en la tienda.

 

 

 

La carne está en la parrilla cuando Sehun comienza a saltear la verdura, riendo cuando Jongin agarra su cintura y contonea sus caderas tras las de Sehun.

 

 

 

—¿Me concede este baile? —pregunta Jongin, y Sehun rueda los ojos.

 

 

 

—Déjame terminar de cocinar —ríe Sehun, dejando que Jongin zigzaguee por la cocina para coger una escoba.

 

 

 

—Vale —dice con altanería, cogiendo la gorra que Sehun había dejado sobre la encimera—. Conseguiré otro compañero entonces —Pone la gorra sobre la escoba y la mueve de aquí para allá, bailando con ella.

 

 

 

No todo el mundo puede bailar con una escoba, mucho menos luciendo sexy. Pero Jongin puede. Jongin puede hacer cualquier cosa y Sehun la encontraría sexy. Está así de enamorado.

 

 

 

—Hey —dice Sehun, tocando el palo de escoba y dejando la verdura a fuego lento por un momento—, ¿puedo interrumpir?

 

 

 

Jongin sonríe ampliamente a su novio, apoyando la escoba sobre la encimera. Sehun coge la cintura de Jongin y se balancea a su alrededor tan repentinamente que Jongin no puede ocultar la sorprendida expresión de su cara.

 

 

 

—Sehunnie, mírate —ríe Jongin mientras se pavonean por la cocina, aun sujetos el uno al otro y balanceándose al son de la música—. Estás mejorando.

 

 

 

—Por supuesto —Sehun saca la lengua—. Tengo un buen profesor.

 

 

 

—Para, me estoy sonrojando —dice sarcásticamente Jongin. La música llega a un crescendo y Jongin agarra a Sehun por la cintura, bajándolo.

 

 

 

—Te quiero —suelta Sehun antes de que pudiera detenerse a sí mismo. Los ojos de Jongin se amplían, y por un momento, Sehun piensa que tal vez lo haya hecho bajar. Tiene que decir algo. ¿En ese momento? ¿Cuando cocinan carne?—. Hacer esto. Quiero...hacer esto.

 

 

 

Jongin sonríe, como si supiera exactamente qué quería decir Sehun, pero este agradece que no le presionara. En cambio, bailan hasta que la canción termine, y entonces besa a su novio en los labios antes de enviarle con un giro de vuelta al fogón, donde Sehun agradece a las estrellas que la verdura no se haya quemado.

 

 

 

 

 

vi.

 

—¿Sehun? —llama Jongin, sacando un trozo de papel arrugado con aspecto raro de la papelera de la habitación—. ¿Sehun? —mira por el apartamento, pero Sehun no está en ningún lado. Finalmente encuentra un post-it en el frigorífico—. "Fui a comprar algo de bubble tea. Ahora vuelvo".

 

 

 

Abre el trozo de papel.

 

 

 

Querido Jongin,

 

 

 

Van seis años desde que nos conocemos; cuatro años desde que mostramos interés mutuo y un año desde que decidimos vivir juntos.

 

 

 

Eso suena tonto. Suena formulado cuando de verdad que no lo es. No sé qué decir para expresar lo que siento, pero no te preocupes, no es nada raro. O quizá sí. Me gustaría pensar que no lo es. Me gustaría pensar que es perfectamente normal, pero por otro lado, nada de nosotros es normal. Y me gusta tal y como es. De verdad que me gusta, casi hasta el punto de gustarme mucho mucho mucho. Hasta un punto más allá de eso. Así es como me siento.

 

Supongo que comenzó en clase de baile, el primer día que nos conocimos. Quizá no el primer día o la primera semana pero definitivamente el primer mes. Tal vez la tercera semana. El cuarto día de la tercera semana. No estoy exactamente seguro. Solo sé que fue rápido. Y estuve bastante feliz al saber que tú sentías lo mismo. Creo que sigues sintiéndolo de todas formas. Sentir lo mismo que yo respecto a nuestra relación. Tampoco es que haya nada que definir. No es como si esta carta significara que hemos pasado por algún hito.

 

 

 

Eso suena imponente en y de por sí, y esta carta no se supone que tenga que ser así. Se supone que tiene que ser algo simple como nosotros. Pero no somos tan simples, somos sencillamente simples en el buen sentido. El sentido que se supone que tiene que ser. Pero nosotros no seguimos reglas. Las transcendemos. Aunque, supongo que eso nos hace sonar muy espaciales o algo, cosa que no somos. Podemos, a veces, y está bien, pero en general me gustaría decir que somos bastante típicos. No típico de aburrido, sino típico de no completamente locos como otros. Completamente locos no es algo que nosotros seamos.

 

 

 

Jongin, simplemente siento que eres muy importante para mí, y espero ocupar el mismo espacio en tu corazón que tú en el mío.

 

 

 

Supongo que hubiera sido más simple si sencillamente hubiera dicho que te

 

 

 

Significas mucho para mí y te

 

 

 

 

Siento que quizás tú

 

 

 

 

Te quiero.

 

 

 

 

Jongin oye la puerta abrirse y mete apresuradamente la carta en su bolsillo.

 

 

 

—He vuelto —dice Sehun—. Jongin, ¿estás despierto?

 

 

 

—¡Sí! —responde Jongin desde la cocina. Actúa normal. Actúa normal.

 

 

 

Se pregunta si Sehun iba en serio con lo que escribió.

 

 

 

 

 

vii.

 

Bien entrada la noche es el único momento en el que pueden realmente caminar cogidos de la mano. Todas las otras veces, la gente los mira raro, y aunque no les importe mucho lo que otros piensan, Jongin y Sehun se sienten definitivamente más cómodos cuando no hay tanta gente alrededor mirándolos.

 

 

 

—¡Esta noche estamos solo nosotros y las estrellas! —dice Jongin, balanceando a Sehun con una risa.

 

 

 

—Y los borrachos —suspira Sehun, mirando de reojo a un hombre que está ensanchando calles en la acera.

 

 

 

—Ellos también —concuerda Jongin cuando se apartan del camino del hombre. Ríe borracho hacia ellos y Sehun frunce el ceño.

 

 

 

—Está bien, Sehun —dice Jongin, cogiendo la mano de Sehun y sujetándola fuerte—. Hey, ¿quieres tomar ddeokbokki?

 

 

 

—Es medianoche —Sehun muestra un rostro sin expresión.

 

 

 

—¿Y? Podemos tomar ddeokbokki cuando queramos. Somos adultos —Jongin sonríe ampliamente y Sehun se encuentra a sí mismo respondiendo con otra sonrisa porque no se siente como un adulto con responsabilidades y preocupaciones cuando está con Jongin. Todo eso desaparece y simplemente se siente feliz. Es afortunado por tener alguien como Jongin ayudándolo a olvidar sus preocupaciones aunque solo sea un poco.

 

 

 

—¡Vamos! —chilla Jongin, corriendo por la calle.

 

 

 

Todo pasa en un instante, un coche se empina sin parar y Jongin salta justo a tiempo pero Sehun ya está temblando cuando Jongin corre de vuelta hacia él.

 

 

 

—¡Hijo de la gran puta! —grita tras el coche— ¡Aprende a conducir, subnormal! —Jongin coge la mano de Sehun con la suya y este está temblando más que él mismo.

 

 

 

—Estoy bien, Sehun, está bien —dice Jongin de manera confortante.

 

 

 

—Te quiero, Jongin —dice Sehun, temblando con fuerza y mirándolo a los ojos—. Por favor mira a ambos lados antes de cruzar la calle.

 

 

 

Jongin se detiene un momento antes de reír y alborotar el pelo de Sehun. Coge su mano.

 

 

 

—Vale —dice, tirando de Sehun hacia la tienda de ddeokbokki—. Seré más cuidadoso de ahora en adelante. No te preocupes, ¿vale?

 

 

 

—¿Cómo puedo no hacerlo? —gruñe Sehun, pero deja que Jongin lo invite a un tentempié de medianoche de todas formas.

 

 

 

 

 

viii.

 

Sehun vierte el café en la prensadora.

 

 

 

—Jongin, ¿has puesto el agua a hervir?

 

 

 

—Sí, mamá —responde sarcásticamente Jongin desde el salón, donde la televisión está reproduciendo algún programa americano que a Jongin le encanta. Sehun rueda los ojos. Enciende el calentador que de hecho no está programado para hervir y pulsa el botón de encender.

 

 

 

Tienen cereales en la despensa, así que Sehun lo saca y lo echa en dos boles.

 

 

 

—Jongin —llama Sehun.

 

 

 

—¿Qué?

 

 

 

—Ven a la cocina. ¿Vas a hacer huevos?

 

 

 

—Claro —responde Jongin, pataleando hasta la cocina con gruesos calcetines de lana. Agarra a Sehun de la cintura y le da un beso de buenos días. A este no le importa el aliento matutino porque le gusta el Jongin adormilado, quien es extremadamente cariñoso.

 

 

 

Jongin saca una sartén del cajón y lo pone sobre el fogón. Alcanza el aceite para engrasar la sartén cuando Sehun lo detiene.

 

 

 

—Jongin, eso es aceite de sésamo. Uso uno vegetal para los huevos —Jongin se gira y le sonríe.

 

 

 

—Solo te estaba poniendo a prueba.

 

 

 

—Mmhmm —asiente Sehun. El agua ha comenzado a hervir así que coge la jarra y vierte el agua caliente en la prensadora, dejando que se absorba un momento antes de aplastar. El olor del café ya está perpetrando sus seres adormilados y Sehun está de buen humor esta mañana. Jongin rompe el huevo en la sartén, dejando que se fría.

 

 

 

—Cereales y huevos —medita Jongin—. Delicioso.

 

 

 

—Calla, es todo lo que tenemos —dice Sehun, empujando ligeramente a Jongin.

 

 

 

—No, en serio, todo está bien cuando tú lo haces.

 

 

 

—Para, eres asqueroso —ríe Sehun, sacando dos tazas del cajón. Los pone sobre la mesa y vierte café en ambos, justo cuando Jongin voltea los huevos.

 

 

 

—¿Poco hechos? ¿Muy hechos?

 

 

 

—Hechos a secas, como siempre —dice Sehun, sentándose. Jongin deja que los huevos se hagan por un rato más antes de emplatarlos.

 

 

 

—Su señoría —dice Jongin con una sonrisa, poniendo el plato frente a Sehun. Toma asiento enfrente y por un momento, solo se miran el uno al otro, comunicándose en silencio.

 

 

 

—Hey —dice Sehun, tomando un sorbo de café.

 

 

 

—¿Qué?

 

 

 

—Te quiero.

 

 

 

La sonrisa de Jongin se amplía, pasando la mano por la mesa hasta alcanzar la de Sehun.

 

 

 

—Yo también te quiero.

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).