¿Por qué, hoy en mi tranquilidad, si es tan grande esta ciudad, hoy te tuve que encontrar?
Nueva York cuenta con más de 19 millones de habitantes siendo el tercer estado con más personas del país y Manhattan es el condado más poblado de Estados Unidos, sabiendo eso... ¿Por qué? ¿Por qué tenía que encontrarte aquí? ¿Por qué de todas las personas que pude toparme en la vida y en la ciudad precisamente has sido tú el que está frente de mí?... Dios, si es tu castigo por haberme quedado dormido en la fiesta de beneficencia que ofrece la editorial mientras el señor Smith hablaba y hablaba de quien sabe que carajos , por haberme desvelado viendo todas las temporadas de Friends*, te pido perdón, pero de todos los castigos que se te pudieron haber ocurrido, ¿por qué este?!?...
- Hola Kuroko... Ha pasado tiempo- tu eres el primero que sale de la estupefacción siendo lo único que se te pudo haber ocurrido decir, bueno está claro que después de seis años es lo único que a uno se le viene a la mente... – Hola Kagami kun... Si ha pasado algunos años- contesto lo más calmado que puedo, pues mi garganta trata de aguantar un grito, agradezco que a pesar de los años mi cara de poker no ha cambiado y puedo disimular bien mi nerviosismo- seis para ser más exactos- digo al último. No es mi intención remarcar los años pero es lo segundo que mi cerebro mando a mi boca....
¿Por qué tu sonrisa despertó sentimientos que guarde con candado en un cajón?
¿Por qué?
- Bueno si seis años- sonríes de lado gracias al cielo porque si hubiera sido una completa yo...- me sorprende verte aquí en Manhattan Kagami kun . Lo último que supe de ti es que estabas en Chicago con el equipo profesional de basquetbol...- digo sin ningún titubeo, provocando esa maldita sonrisa, esa bella y endemoniada sonrisa de oreja y oreja que tu solamente sabes mostrar- si estaba en el equipo pero bueno después de ganar el campeonato decidí tomarme un tiempo para dedicarme de lleno al negocio familiar- lo dices rascándote la nuca, era un pequeño movimiento involuntario que te daba siempre que te encontrabas nervioso, a pesar de los años eso no cambio en ti. Un fugaz recuerdo llego a mi mente... Cuando te me confesaste en la azotea de la escuela Seirin...
Como todos los días, almorzábamos en aquel lugar, y antes de irnos tú me detuviste del brazo, haciendo que voltease a verte... – ¿ Kagami kun?- dije tu nombre en señal de confusión, no entendía el por qué me habías retenido si sabias que el profesor que tocaba después del almuerzo era realmente terrible si llegábamos tarde- quiero decirte algo muy importante- te rascaste la nuca y tus orejas se colorearon de rojo- Kagami kun, ¿estas nervioso por algo? – en ese tiempo ya había descubierto aquella maña tuya de tocarte la nuca y aventure la pregunta- si bueno... No lo estoy... Tsk si si lo estoy pero.... ¡Waaa! Es tan difícil – mi expresión no cambia, pero no me impaciento, parece importante y creo que debo escucharle así que le ánimo para que me diga- dime lo que quieras Kagami kun...- ¡ya lo sé! –Explotaste- Pero es tan complicado confesar tus sentimientos a alguien cuando la otra persona me ve con cara de idiota...- ¡vaya! lo dijiste sin tapujos... Y me llamaste idiota en el proceso. Cinco segundos después de que soltaras la bomba, toda tu cara se volvió roja, una tonalidad que competía claramente con el de un tomate maduro y comenzaste a balbucear, pero paraste al ver mi cara. Tal vez no pude verme porque no tenía espejo, pero podría jurar que de mi rostro salía humo de lo caliente que me sentía, y no digo de ese caliente, si no de cuando uno se avergüenza demasiado. Aunque tú estabas peor me tomaste de las manos y me acercaste a ti, soltando una de ellas tomaste mi mentón obligándome verte a los ojos- ¿puedo... Besarte?- preguntaste casi con temor, pero lejos de negarte, asentí... Debo admitir que me tomaste con la guardia baja por lo que no podía organizar mi cerebro para que saliera algo coherente. También me gustabas pero como dije tú lo soltaste así nada más, haciendo que quedase fuera de combate y solo dejándome guiar por ti. Acercaste tus labios lentamente al paso que cerrabas tus ojos no era experto pero hice lo mismo que tú y me di cuenta que tú también eras primerizo porque chocamos los dientes, fue horrible... Volvimos a intentarlo sin los dientes de por medio y fue corto, tus labios estaban húmedos y sabían a fresa porque habías comido un caramelo de aquel sabor anteriormente, fue rápido pero es uno de los que más atesoro en mi memoria...
- ¿Kuroko?- tu voz me vuelve a traer al presente,- si Kagami kun- pregunto algo atontado- je te quedaste pasmado, sigues siendo igual de raro - otra vez ahí va... Esa sonrisa, mi estómago da un vuelco y mi corazón brinca al verte así. Ahora reparo cuanto has cambiado... te peinas hacia atrás y creciste unos cuantos metros más... No, tal vez medio metro más... Tu cuerpo atlético no se puede ver por completo por el abrigo que llevas, pero recuerdo partidos que he visto en televisión y tienes músculo, pero no de manera tosca, diría yo que balanceado.- no sabía que estabas en América Kuroko – vuelvo de nuevo a la realidad, tal vez notaste mi mirada concentrada en tu cuerpo, bueno tal vez perdí un poco el disimulo durante este tiempo- mi carrera me trajo hasta aquí Kagami kun, entérate- infle mis mejillas en señal de disgusto, aunque es injustificado porque jamás le dije sobre mi carrera... Es más nunca hable con él después de su partida… soy estúpido...- ya ya no te enojes- revuelve mi cabello con cariño- luces igual de adorable- un golpe bajo… ¿cómo diablos se te ocurre decir eso?.... Ahora tengo tantas ganas abrazarte y besarte... increíble que después de este tiempo tú me hagas recordar aquello que tenía guardado tan profundamente en mi corazón... con solo unas palabras y unas inocentes acciones...no es como si quisiera dejar mis emociones ocultas por siempre, pero que me hagas sentir lo mismo que cuando estábamos juntos, cuando éramos luz y sombra, cuando éramos algo en ese entonces y mi corazón lo recuerda al igual que mi cuerpo... Pero basta! Es absurdo pensar en el pasado, tú tomaste tu decisión de estudiar en América y yo no quise retenerte, acabamos nuestra relación en buenos términos. Aquello es asunto del pasado... ¿verdad?
Eres el peor amor que he conocido, tan perfecto que no te olvido, piensa en mi Ayudame a odiarte has las cosas que hacen los cobardes, no me trates bien, ni sonrías mas pues mi alma sigue sufriendo, sé un ex de verdad y trátame mal... ¡Ayúdame con eso!
- Perdón Kagami kun, recordé que tengo que hacer un trabajo importante y pues...- miento un poco, bueno es parte mentira y parte verdad si tengo trabajo, pero no es tan importante, tengo que asistir a una fiesta de navidad que organiza la editorial y como el dueño se unirá con empresas importantes dijeron que es fundamental que los editores en jefes asistan- ah si no te preocupes yo también tengo prisa, me dio gusto verte de nuevo Kuroko...
Esto no está bien... Bueno en un principio no estaba bien... Solo que ahora mi mente me dice que no debo dejarlo ir así como así... ¿Qué hago?- Kagami kun- le llamo de manera casi audible - ¿si Kuroko?- maldición si me escucho- e esto y yo...- ¡oh no! Estoy titubeando Tetsuya con un carajo concéntrate !Dilo ya!!- fue bueno verte... – felicidades no pude haber dicho mejor idiotez que esa- lo mismo digo- lo dices con una sonrisa, son tus últimas palabras y te das la vuelta para perderte entre la gente
Y sé, que mañana yo sere la culpable de esperar, dejarte escapar sin preguntar ¿porqué?
Después del encuentro, me dirijo de milagro a mi departamento, después de ver a mi antiguo amor y que de alguna manera el único que no puedo olvidar a pesar de los años , casi soy atropellado por dos automóviles, tres bicicletas y varios trasuntes que caminaban como alma que lleva el diablo, es Noche Buena y la ciudad estaba congestionada de personas. Me alisto para la cena que organizo la editorial donde trabajo. Estábamos por acabar el tercer año e ingresar a la universidad, Kagami kun recibió una beca deportiva para la mejor universidad de Norteamérica, yo le dije que aceptara siendo una oportunidad de una en un millón. También asimile lo difícil que podría ser una relación a larga distancia y con todo el dolor de mi alma di por finalizado nuestro noviazgo. Se enfureció al principio pero de alguna manera logre que entrara en razón. Todos los amigos fuimos a despedirlo y en cuanto vi que cruzo aquella puerta en el avión me derrumbe... lloré... Llore como un niño pequeño e indefenso al que le arrebatan su objeto más preciado, y así fue... para mi Kagami kun fue mi todo, por esa misma razón no quise volver a verle porque sé muy bien que le hubiera dicho que volviera y no podía ser egoísta con él. Mis amigos me reconfortaron y les hice prometer que no dijeran nada, pues pensé que el tiempo curaría mi dolor. Debo decir que lo curo a medias, deje de llorar y al no verlo creí que podría olvidar, sin embargo me doy cuenta que los noviazgo que he tenido después de aquel pelirrojo solo duraban a lo mucho dos semanas y lo peor lo que buscaban era a alguien con quien pasar la noche, antes de que intentaran algo yo terminaba con ellos y mis amigos como los de la GM me respaldaban, terminaban a golpes a los que intentaban propasarse conmigo, hasta que deje de intentar en el amor para dedicarme a mis estudios. Con sudor y lágrimas termine mi carrera y gracias a los contactos de Akashi kun hace dos años comencé a trabajar en la editorial Smith aquí en Manhattan volviéndome jefe editor, puesto que llevo ahora.
Pero hoy me di cuenta que nunca le olvide, me engañe a mí mismo diciendo que el tiempo lo resolvería, que tan errado estaba... Su sonrisa, sus gestos, la forma en que me trato hoy, su forma de verme, las palabras dulces y la pequeñas muestras de cariño todo eso me enamoro en un principio de Kagami kun, y lo volvieron a hacer... De verdad que es un idiota sin remedio comportándose como si nada... O el idiota imbécil soy yo por volverme a enamorar por un encuentro que duro no más de 3 minutos... Cuando llegue a casa fue que me percaté de que perdí mi oportunidad, este encuentro fue fortuito, aunque al principio lo supuse un castigo divino, seria suerte si lo volviese a encontrar en esta ciudad tan grande con sus 19 millones de habitantes.
Eres el peor amor que he conocido, tan perfecto que no te olvido…
Estoy en la cena, olor navideño, música alegre y muchos colores, y comida por montón. Hay editores, escritores famosos, empresarios importantes con quienes la empresa editorial ha hecho lazos para proyectos nuevos e innovadores, honestamente no tengo cabeza para estar pensando en ello ahora y solo saludo en modo automático a todo quien mi jefe me presenta.
- Tetsuya mira la siguiente persona que te presentare es nuestro socio más importante, y es probable que este más tiempo con nosotros, así que trátale bien
- Si señor Smith- llegamos a la mesa de buffet donde estaría el socio, yo mantengo mi mirada en el suelo en lo que mi jefe llama al tipo
- Aquí esta, lo he estado buscando, mire le quiero presentar a uno de mis editores en jefe.
- Mucho gusto Kuroko Tetsuya- saludo y estiro la mano todavía con mi mirada hacia el piso.
- Un gusto, Kagami Taiga- ¡...!?!?... oh vaya, el mundo es más pequeño de lo que pensé- Un gusto verte de nuevo Kuroko- me revuelve los cabellos con bastante emoción entremezclado ¿con cariño tal vez? como si nada, haciendo que infle mis mejillas- por favor cuida de mi- terminas la oración mientras me muestras tus blancos dientes.
- Mooo comportarte... Sé un ex de verdad quieres Kagami kun- le digo mientras acomodo mi cabello y una sonrisa por primera vez en mucho tiempo adorna mi rostro...