Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Los títeres rebeldes por PokeGirl Uchiha

[Reviews - 231]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

XLII.

Neil planeaba a regresar a Gastrell hasta el día de siguiente, pero había recibido un mensaje de Leah diciéndole que dejaría algo para él en la entrada de su puerta y que era mejor que regresara ahora mismo si no quería que alguien lo tomara. A pesar de la insistencia que lo dejase con el vigilante o que se lo diera mañana, su amiga siguió sin dar su brazo a torcer. Resignado condujo de regreso hasta Gastrell, luego de haberle inventado un millón de razones a su madre a quien no le gustaba que viajara solo en la carretera tan tarde.

Cuando llegó a la residencial eran las siete y se sentía exhausto por el viaje. Más valía que Leah le hubiera dejado algo bueno o mañana iba a estar molesto con ella. Subió la pequeña colina y vio una serie de pequeños bultos en la entrada de su casa. Cuando entró en su estacionamiento notó para su sorpresa que era Patrick sentado entre un puñado de bolsas de supermercado. Había estado profundamente dormido hasta que las luces de la camioneta le dieron directo al rostro. Neil bajó confundido del vehículo.

—¿Pat?

Patrick lo miró aún soñoliento—Hola…

—¿Qué haces aquí? ¿Por qué no me llamaste? Te hubiera dicho donde guardo la llave de emergencias.

Patrick se puso de pie somnoliento y se frotó los ojos—Quería darte una sorpresa.

Neil le miró confundido—Y lo has hecho ¿Para qué son todas esas bolsas?

—Es parte de la sorpresa, ya sabes, por el día…

Neil lo miró con mayor confusión—No creo entender.

Patrick no puso ocultar la decepción al escuchar las palabras de Neil—No es nada. Solo quería verte —dijo dándole la espalda para recoger las bolsas.

Neil se limitó a bajar a Danny de la camioneta, abrir la puerta y ayudarle con las bolsas hasta la cocina. Miró extrañado el contenido de éstas—Ok, empiezo a sentir que olvidé algo importante…

Patrick negó con la cabeza—No es nada. Solo quería cenar contigo.

Neil frunció el ceño—Vamos, Pat. Ambos sabemos que eres mal mentiroso.

Patrick desvió la mirada—No, no es nada.

—Pat…

—Hace un mes tú y yo…

Neil se quedó confundido mirando a Patrick y luego miró el pequeño calendario magnético que había en la refrigeradora. Miró la fecha y de pronto lo recordó. Miró a Patrick quien solo mantenía la mirada fija en el suelo—¡Mierda! —exclamó. Tenían un mes de ser novios—. Patrick, yo lo siento…

—Está bien…

Neil se apresuró a negar—No, no está bien.

—Claro que sí. No sé por qué pensé que serías de los que celebraban estas cosas.

Aquello fue como una patada en el estómago para Neil porque él era del tipo que celebraban esas cosas, pero no entendía cómo se le pudo pasar por alto esta fecha y lo peor de todo con Patrick— Aguarda aquí —dijo corriendo para tomar las llaves de carro—. Empieza la cena o lo que sea que vayas a hacer…

—Neil…

—¡No se te ocurra irte! —gritó Neil antes de salir corriendo a la camioneta.

Patrick se quedó confundido a solas con Danny quien se limitó a tirar de su pantalón para que le diera de comer. Ante la insistencia del perro no tuvo más opción que obedecerle. Empezó también a preparar la cena, pero tanto silencio lo hacía sentirse un poco ansioso por lo que puso un poco de música.

Entre más pasaban los minutos no sabía en qué había pensado cuando le comentó a Leah que hoy era su aniversario con Neil, y que no sabía si era buena idea sorprenderlo con una cena. Su amiga estaba encantada con la idea, se habían desviado al supermercado y mientras el compraba todo, ella se había encargado de asegurarse que Neil regresase ahora a Gastrell. Nunca había celebrado nada con Caleb ni nunca había tenido la iniciativa de proponérselo, pero considerando la forma de ser de Neil creyó que sería de los que celebraban aniversarios, aunque si lo pensaba bien, celebrar solo un mes considerando que habían discutido bastante los últimos días fue algo bastante tonto de su parte.

Quiso meter la cabeza al horno con el capeado de papas que estaba haciendo en esos momentos por haber tenido una idea tan ridícula. Un mes era una nada de tiempo. Quizás solo era mejor celebrar los meses pares o los años. Además el no haber recibido ninguna llamada o mensaje de Neil ese día debió haber sido una señal que no debía celebrarlo.

Una hora después, estaba terminando de cocinar los Rib eye, pero Neil no daba señales de vida. Iba a llamarle para decirle que lo olvidara cuando escuchó el ruido de un automóvil detenerse al otro lado de la calle. Danny que había permanecido dormido a un lado del refrigerador alzó la mirada cuando escuchó que alguien bajaba del auto y empezó a ladrar.

Patrick dejó lo que estaba haciendo cuando escuchó la puerta abrirse y salió de la cocina—Empezaba a preocupar…—la frase quedó inconclusa y tardó unos segundos en poder reformular la siguiente:—Bue-buenas noches, señor Evans…

Craig quien estaba acariciando a Danny alzó la mirada confundido—¿Patrick?

Patrick tardó unos segundos en poder reaccionar y solo miraba confundido la maleta que Craig tenía en la mano—S-sí, este disculpe la intromisión…

—No, no te preocupes. Neil me había dicho que no regresaría ahora a Gastrell, pero que podía venir a dormir aquí.

—Oh, al final sí vino, pero salió a hacer un mandado y yo…—Patrick dejó de hablar porque de pronto la situación se volvió realmente incómoda para él—¿Ya cenó?

—Iba a pedir algo…

—Oh, no, no se preocupe yo estoy preparando algo si usted desea acompañarnos…

—¿Seguro?

—Sí, sí…no se preocupe…esta es su casa después de todo…

—En realidad es Neil, pero…

—Está bien. Y-yo terminaré la cena ¿de acuerdo?

—¿Necesitas ayuda?

—No, estoy bien.

—Iré a dejar esto entonces —dijo Craig mientras se dirigía a las escaleras.

Buscó su móvil y marcó a Neil, pero no contestó a la primera, ni a la segunda—Maldita sea, Evans…—masculló por lo bajo.

Al no tener respuesta de Neil regresó a la cocina. Revisó los postres, terminó de cocinar todo, sacó el capeado de papas del horno y puso la ensalada en un recipiente grande. Por fortuna las porciones de carne eran generosas por los que las cortó para que cada quién se sirviera. Volvió a intentar localizar a Neil pero seguía mandándolo al buzón de voz.

—Te juro, Evans…

—¿Me llamabas?

Patrick se sobresaltó cuando escuchó a Craig casi a sus espaldas—No, yo estaba terminando de servir todo —dijo dejando el celular—. La cena está lista.

Craig le ayudó a llevar los platos a la mesa y cuando se percató todo lo que había en ella volteó a mirar confundido a Patrick— No estoy interrumpiendo nada importante ¿verdad?

—¿Eh? N-no…¿por qué piensa…?

—Patrick, no sé si Neil te comentó que estoy al tanto de su relación.

—Claro que lo hizo —murmuró por lo bajo y se llevó una mano al cuello—. Puede que se le haya olvidado comentármelo…Y yo creo que mejor me voy…

—Oh, no por favor.

—N-no quiero incomodarlo, esto debe ser extraño para usted…

—Soy amigo de Tony ¿recuerdas?

Patrick intentó sonreír, pero lo que menos quería en esos momentos era recordarse del amigo y colega promiscuo de Craig—Cierto…Y-yo bueno…

—Quizás yo soy el que debería irme…

—No, no por favor.

—En verdad siento que estoy interrumpiendo algo…

—No, para nada, señor Evans…

—No necesitas ser tan formal, ya te lo había dicho la vez anterior.

—Sí, pero la otra vez…

—¿No salías con mi hijo?

Patrick sentía su estómago revolverse por el nerviosismo—S-sí…exacto.

—No me molesta su relación, Patrick.

—¿En serio?

—Sí, ahora puedes dejar de actuar como si voy a dispararte o algo así…

Patrick intentó sonreír—L-lo siento, es solo que…

—Entiendo, he estado en tus zapatos. Cuando Erika me presentó a sus padres estos tenían cara de pocos amigos, recuerdo que los primeros años me detestaban.

—¿Lo hacían?

—Sí, tuve que esforzarme bastante para ganármelos. No quiero que pases por lo mismo porque te ves un muchacho agradable y lo digo en serio: me alegro por ustedes.

—¿Lo hace?

—Sí, Neil se ve mucho más feliz desde que está contigo e inclusive creo que hasta le va mejor en la universidad por lo que me ha comentado. Te estoy muy agradecido.

—Y-yo no he hecho la gran cosa, señor Ev..., Craig —se forzó a corregirse.

—Quizás así lo veas tú, pero permíteme darte las gracias…

—¿Por qué? —preguntó confundido Patrick.

—Porque aunque no lo admitas, sé que algo le habrás dicho a mi hijo para que pudiéramos limar asperezas.

—¿Se han arreglado? —preguntó Patrick sorprendido. Neil no le había comentado nada anoche que hablaron, pero se le escuchaba más feliz, había intentado sacarle la verdad pero le dijo que quería hablar del tema cara a cara.

—Eso creo…

Patrick sonrió genuinamente desde que Craig estaba en la casa—Me alegra escucharlo…

El sonido de la camioneta de Neil despertó a Danny quien se había echado en la alfombra y empezó a arañar la puerta.

—Bueno, justo a tiempo para que comamos —dijo Craig.

Patrick asintió dispuesto a ir a abrirle y advertirle que Craig estaba allí, pero cuando abrió, se quedó confundido al ver a Neil que batallaba por entrar a la casa con un enorme globo dorado con helio en forma de uno y otro que decía feliz aniversario.

—Ok…la cagué por completo…lo sé…

—Evans…

—¿Podrías ayudarme con las flores o el regalo?

Patrick solo alcanzó a mirar a Craig quien lucía más confundido que él y cuando este posó la vista en él solo pudo ruborizarse.

—Pat, un poco de ayuda me vendría bien —dijo Neil quien no podía ver a Craig por el globo.

Patrick solo pudo tomar el regalo y el ramo de flores que Neil le tendía en lo que él terminaba de batallar con el globo. Cuando finalmente lo hizo pasar por la puerta miró a Patrick con una sonrisa radiante—Hoy sí, feliz aniversario…

Neil intentó besarlo, pero Patrick retrocedió rápidamente y le indicó con la cabeza que viera al comedor. Neil confundido volteó a ver en la dirección que Patrick le indicaba y cuando vio a Craig allí se sonrojó—Pa-papá…

—Hola, hijo—dijo Craig quien cruzó de brazos—. No interrumpía nada importante ¿eh, Patrick?

—Es-este…

—Debería irme…

—¡No! —dijeron Neil y Patrick al unísono.

—Di-digo…—dijo Neil mirando a Patrick que jamás lo había visto tan sonrojado.

—Ya la cena está servida para tres. Comamos.

Patrick dejó las flores y el regalo en la mesa de la sala y el globo con helio quedó flotando por la sala el cual Danny saltaba para intentar morder. Los tres se sentaron a la mesa y ninguno dijo una palabra mientras se servían.

—Muchachos, en verdad no tienen que hacer esto —dijo Craig al notar las miradas que Neil y Patrick se lanzaban.

—N-no, no está bien, papá.

—Sí, ya le dije que la comida alcanza para todos.

Craig asintió igual o más incómodo que ellos. Tomó sus cubiertos y probó un trozo de carne. Su mirada rápidamente se fue a Patrick—Está exquisito…

—Gra-gracias…

—Ahora entiendo por qué Neil ha engordado últimamente.

—¿Eh? —dijo Neil confundido—No es verdad…¿Estoy más gordo? —le preguntó a Patrick.

—Yo te veo igual…

Craig sonrió divertido—Solo un poco hijo, aunque con esta comida no me sorprende. ¿Puedo tomar un poco más de capeado?

—Sí, todo el que guste —dijo Patrick mientras le pasaba el molde.

—Gracias, todo está delicioso.

Neil se relajó al ver a Patrick asentir apenado. El silencio inicial se transformó en una conversación sobre cómo iba la construcción del hospital. Patrick dejó su vergüenza inicial y empezó a hacerle preguntas más concretas sobre la construcción.

—¿Te gustaría acompañarme un día a verla?

—¿No hay problema? —preguntó sorprendido.

—No, para nada. Creo que sería excelente que fueras, aprendería mucho. Podemos ir esta semana si te parece bien.

—¡Sería excelente! Solo avíseme que día le es más conveniente.

Neil sonrió más y cuando Patrick volvió a prestar atención al plato para partir un trozo de carne, Craig solo le sonrió a su hijo quien le dio las gracias en silencio. Cuando terminaron de cenar, Patrick sorprendió a todos con panna cotta de fresa.

—¿Cómo te quedó tiempo para hacer todo? —dijo Neil sorprendido.

—Te fuiste demasiado tiempo, Evans —dijo Patrick intentando de restarle importancia—. Espero que quedara bien, es la primera vez que las hago.

Neil le dio una probada y miró a Patrick encantado—Bromeas, no es la primera vez que las haces.

Patrick sonrió aliviado—En serio, la vez pasada dijiste que te gustaban y quise intentar hacerlas. Quedan cinco más en el refrigerador.

Craig se puso de pie llamando a la atención—Bueno, yo comeré mi postre en mi habitación si no les molesta. Tuve un día agotador. Gracias de nuevo por la cena, Patrick. ¿Pasas aquí la noche?

Patrick sintió la mirada de Neil sobre él—No, tengo que ir a ver a mi abuelo. Además ya es tarde.

Craig se despidió nuevamente y hasta que escucharon que cerraba la puerta de la habitación de huéspedes ambos dejaron salir un largo suspiro de alivio. Neil y Patrick se miraron antes de sonreírse.

—Creo que nunca dejaré de disculparme por este día —susurró Neil.

—Pudo ser peor —dijo Patrick un poco resignado, al final las cosas no habían salido tan mal y había disfrutado la conversación con Craig—Y me alegra ¿sabes? Que tú y tu padre…

—Sí, a mí también.

Patrick asintió y miró hacia las escaleras antes de regresar su vista a Neil—¿Puedo preguntarte algo? 

—Claro…

Patrick guardó silencio unos segundos antes de atreverse a preguntar: —No te obligué de alguna manera a que perdonaras a Craig ¿verdad?

—No, no —se apresuró a decir Neil—. Yo…creo que aún nos debemos una plática sobre lo del viernes, pero no Pat. Lo que me dijiste el viernes…

—Lo siento, no pensaba —lo interrumpió Patrick.

—Pero tenías razón respecto a mi padre…

—Aún así…

—Quizás si no me lo hubieras dicho así no hubiese reaccionado y las circunstancias se dieron solas, pero estoy feliz ¿sabes? De haber hablado con él, de decirle lo nuestro.

—Sí, gracias por avisarme…Fue lindo enterarme de boca de tu padre.

Neil le miró arrepentido—Lo siento, joder, olvidé que vendría.

—Ya que, al menos no me sacó a patadas de la casa.

—Más le valía que se comportara contigo sino iba a enfadarme de nuevo con él. Por cierto, ¿en verdad ibas a irte ahora?

—No, pero con Craig aquí no es buena idea que me quede, por más que aún haya un cuarto libre.

Neil le miró apenado—Te compensaré…

—Ya trajiste todas esas cosas…

Neil le miró avergonzado— No sé si en realidad te encantan las flores, me mencionaste una vez que de todas las flores que tu abuelo le regala a tu abuela te gustaban los tulipanes, así que supongo que cuando los vi me recordaron a ti solo pensé en traértelos. ¿Es demasiado para ti? —preguntó apenado mientras desviaba la mirada y veía el globo—Joder, el globo creo que si es demasiado. No sé en qué pensaba cuando lo compré, pero te traje eso también —dijo señalando la bolsa de regalo—. Espero que al menos una cosa te guste y no haberme cagado por completo en nuestro primer aniversario, aunque después de lo de mi padre…

Patrick le besó a mitad de la oración—En serio, Evans, hablas demasiado.

Neil sonrió avergonzado—Es solo que a veces siento que nunca tenemos tiempo para nosotros dos.

—Supongo que tendremos que crearlo de alguna manera u otra…

***

—¡Ay, el amor! Quitando todo lo de la cena le recordaste que comprara condones ¿verdad?

—Isabella…—dijo Leah despegando la vista del manga que su amiga le había prestado.

La chica se encogió de hombros—¿Oye, qué es una buena celebración sin sexo?

—Asumo que las tuyas lo incluyen.

—Por supuesto e inclusive yo a veces he comprado los condones —aseguró con una sonrisa traviesa—¿A poco tú no has celebrado algo con sexo?

—No, Isa, no todos tenemos esa suerte —dijo la chica devolviendo la mirada al manga.

—No seas tan dramática, Leah.

Leah suspiró derrotada—¿En verdad quieres hablar de esto?

—Pues claro, oye nunca hablamos de estas cosas.

—Tienes a Emma para hacerlo.

—Bueno, también quiero hablarlas contigo.

Leah puso el manga sobre su mesa de noche y se arrepintió de haberla invitado a pasar la noche en su casa—Pues has venido al lugar incorrecto, amiga mía.

—¿Por qué?

Leah le miró un poco irritada—Porque hasta hace unas semanas atrás ni siquiera había besado a alguien, Isa. ¡Listo lo dije! ¿Feliz? ¿Era lo que querías escuchar?

Isabella le miró un poco apenada, pero luego su cara se iluminó—Aguarda, joder, tu primer beso ¡cuéntamelo todo! ¿Quién fue el afortunado?

Leah se quiso tirarse de su balcón en esos momentos. Había dicho eso con intención que su amiga cortara por lo sano bueno sus preguntas, pero obviamente se olvidó que era Isabella. Miró a su amiga llena de ilusión porque sabía que era de las cosas que le encantaba comentar, pero a ella le incomodaba un poco, pero en verdad apreciaba la amistad de Isabella, y suponía que no le hacía daño que lo supiera alguien más que Patrick—Ok, si te lo digo prométeme que no meterás la pata frente a él ¿de acuerdo? —pidió mientras veía a la chica asentir enérgicamente—. Fue Logan…

—¡¿Qué?! A-guarda aguarda…¿te gusta Logan? ¿Le gustas a Logan? ¡¿Cómo es que no me lo habías dicho?!

Leah se cubrió con la almohada incapaz de tener la fuerza de responder tantas preguntas, pero cuando sintió que le quitaban la almohada del rostro y la miraba expectante no tuvo más remedio que contarle todo con lujo de detalles porque con Isabella no existía otra forma. Cuando finalmente terminó esperó que la bombardeara con más preguntas, pero la chica se quedó en silencio todo un minuto antes de dejarse caer en el colchón de su cama.

—Qué pura mierda…Joder, Leah, no te guardes esas cosas para ti sola.

Leah sonrió un poco al escucharla—No es algo que me alegre de compartir.

—Lo sé, pero vamos, mujer, ¿somos o no somos amigas?

—Sí, si lo somos, pero Logan también es tu amigo, y no quiero que pienses mal de él. No es de esos tipos patanes, solo está teniendo una mala temporada.

—Nunca pensaría mal de Logan. Aunque lo que tú necesitas quizás es conocer a alguien que haga olvidarte de Logan.

Leah suspiró—No quiero olvidarme de Logan.

—Leah…

—Es mi amigo, Isa, qué tal si después…

—¿Y qué tal si no? —dijo la chica con seriedad—Mira, no quiero ser pesimista, pero no puedes estar esperando a alguien que obviamente tiene bastantes problemas con qué lidiar. Sí, puedes ayudarle como su amiga, pero conocer a nuevas personas no va a matarte ¿sabes?

—No sé si me sienta de ánimos de socializar con más personas.

—Déjamelo a mí. Tengo muchos amigos que podrían ser tu tipo.

—No por favor…

—Nada, nada, mañana planearé algo. ¡No te arrepentirás!

Leah desde ya empezaba a arrepentirse.

***

Eran las diez de la noche cuando Neil y Patrick salieron de la casa del primero. Iban en silencio escuchando música. Se detuvieron en un semáforo cuando Neil volteó a ver a Patrick— Le dijiste a tu abuelo que no llegarías esta noche ¿verdad?

—Sí ¿por?

Neil sonrió con malicia—Perfecto.

—¿Neil, qué demonios vas a…? —la pregunta quedó inconclusa cuando vio que Neil aceleró y dio un giro temerario. Por más que intentó sacarle una pista no pudo, pero cuando se detuvo en uno de los hoteles de la zona céntrica de Gastrell eran muy claras las intenciones—Neil…

Este solo se bajó y se limitó a decirle que lo siguiera, que no olvidara sus cosas las flores y su regalo. Patrick empezó a balbucear confundido. Cuando el hombre del vallet parking entró a la camioneta no tuvo más remedio que bajarse. Siguió a Neil por el enorme vestíbulo e intentó detenerlo, pero Neil no dio su brazo a torcer.

—Neil…

—Una habitación por favor.

La recepcionista asintió y buscó las habitaciones disponibles—¿Habitación doble?

—No, una cama está bien.

—En seguida, joven, solo necesitaría una tarjeta de crédito o débito y su identificación.

Neil sacó su billetera y se la dio sin vacilar. Patrick veía la escena confundido, tanto que ni siquiera se sonrojó cuando la recepcionista lo había visto de reojo cuando Neil dijo que una cama era suficiente.

—Aquí tiene, habitación quinientos, el desayuno buffet se sirve desde las seis hasta las once de la mañana —dijo entregándole la tarjeta magnética para que entraran a la habitación—. En seguida llamo a alguien para que los escolte y les ayude con sus maletas.

—No es necesario, señorita. No se preocupe.

La mujer asintió—Disfruten su estadía.

—Gracias, vamos, Pat —dijo Neil con una sonrisa.

Todo pasó tan rápido que solo pudo seguir a Neil hasta el enorme elevador. Cuando las puertas se cerraron este solo vio a Neil de reojo—Pudimos ir a un motel…

—No vamos a celebrar nuestro aniversario un motel y menos voy a dejarte durmiendo en uno.

—¿Planeas que pase la noche aquí?

—Sí, vendré para que desayunemos juntos.

Patrick suspiró derrotado, porque en algún momento se rindió ante la idea que Neil siempre haría cosas que lo sacarían de su zona de confort, pero que sabía que lo hacía porque era una de las maneras que tenía que decirle que lo quería. Sintió las manos de Neil irse a su rostro y cuando vio aquellos ojos cafés rebosantes de deseo supo que esta también era la manera de Neil de crear momentos para ellos. El beso de Neil estaba cargado de pasión, de un momento a otro lo dejó contra una de las paredes del elevador y las manos de este se fueron bajo su camisa aprovechándose que cargaba los tulipanes rojos en una mano y la bolsa de regalo en la otra.

—Neil…

El sonido del elevador les alertó que habían llegado a su piso y se separaron, pero Neil le tomó de la muñeca y salieron ante la mirada escrutiñadora de una señora que se disponía a bajar. La habitación era más de lo que esperaba Patrick, pero que debió imaginar al ser un hotel cuatro estrellas. Si no hubiera sido porque Neil ya se había quitado la camisa en lo que él examinaba la habitación y luego se disponía para llevárselo a la cama hubiera pasado más tiempo examinando el lugar.

—No te traje a este lugar para hacerlas de arquitecto —dijo Neil dejándolo sobre la cama.

—¿No?

—No, te traje para que tener nuestro sexo de aniversario —dijo poniéndose encima de él con una sonrisa maliciosa—. Y no planeo irme de aquí hasta que esté satisfecho.

Patrick sonrió—Suena a un desafío, Evans —dijo quitándose la camisa y dejándolo bajo de él, le quitó con presteza el pantalón, y luego el suyo.

Besó a Neil con deseo, su boca se deslizó por el cuello de Neil—Neil…—susurró contra su pecho. Alzó la mirada y sonrió al notar como su novio le miraba—Yo…este…

—Traje condones y el lubricante, no te preocupes —dijo señalando su pantalón que estaba a la orilla de la cama.

Patrick rio y se inclinó para sacarlos. Cuando volvió a poner su vista en Neil este le miraba expectante —Antes de comenzar, yo solo quería decirte que…— se interrumpió porque no sabía bien cómo decir aquello, su mano acarició el rostro de Neil intentando encontrar la manera adecuada de decirlo—Gracias…

—¿Gracias?

—Sí, gracias —dijo Patrick sentándose a un lado de la cama. Neil se incorporó confundido, pero esperó a que Patrick hablara—. Gracias por quererme.

Neil sonrió, pero no sabía bien a qué venía aquello—¿Está todo bien?

—Sí, digo, lo siento, esto debe ser raro para ti.

Neil negó y solo lo atrajo para besarle—No, yo también debería de darte las gracias por quererme a pesar de todo lo malo.

—Creo que aún no soy bueno expresándome —admitió con pesar—. No sé, no sé cómo hacerte entender lo feliz, lo agradecido, que estoy de tenerte en mi vida, Neil.

Neil le miró apenado—No es para tanto…

—Sí, sí lo es…—le aseguró—Desde que te conozco, no sé, lo cambiaste todo y para bien, y este mes contigo, no sé, ha sido tan irreal todo, lo bueno, lo malo y en retrospectiva lo malo ni siquiera debería llamarse así porque antes de conocerte en verdad las cosas eran malas. Desde que estás conmigo todo es más sencillo y sí, aún tengo problemas pero son más fáciles de llevar porque sé que te tengo a ti, porque me haces sentir especial y no sé, quizás porque aparte de mis abuelos nunca esperé sentirme tan querido por alguien…

—Pat…

—Solo…no sé, gracias por entrar en mi vida Neil Evans. Gracias haberme dado el mes más feliz de mi vida —se sinceró mientras luchaba por no bajar la mirada porque se sentía demasiado expuesto en esos momentos, pero quería que Neil lo supiera.

Neil apretó cariñosamente la mano que Patrick—Te quiero, Pat. Ojalá siempre pueda hacerte feliz.

Patrick también lo deseaba con todo su corazón, se estremeció al sentir las manos de Neil irse a sus mejillas, Neil tenía las manos suaves a diferencia suya que eran ásperas debido al trabajo en la construcción. Se dejó inundar de los besos que Neil le regalaba, primero cargados solo de amor y después mezclándose con el deseo.

Neil lo dejó acostado y se puso encima de él. Patrick jadeó cuando sintió la mano de Neil masturbarle, los besos de Neil se intensificaron y de pronto su erección estaba en la boca de su novio, su cuerpo se entregó al placer por los siguientes minutos.

Patrick arqueó su espalda al sentir como Neil abarcaba más de él, cerró los ojos con fuerza porque no quería que esto acabara, quería prorrogar la sensación un poco más— Neil…voy a…—la frase quedó inacabada. El orgasmo vino de golpe y de nuevo Patrick se sintió abrumado por el placer y los sentimientos que Neil le provocaba.

Tardó en abrir los ojos, pero cuando lo hizo Neil le miraba con picardía y con cierto orgullo por el placer que sabía que le había causado—¿Voy mejorando?

Patrick lo atrajo para besarle—Me da miedo decirte que sí y te vuelvas un narcisista.

—¿Tan bien lo hice?

—Tal vez, pero ahora es mi turno, después de todo viniste por un buen sexo de aniversario —dijo alcanzando el lubricante del pantalón de Neil y los condones. Empezó a prepararlo, mientras Neil no le apartaba la mirada mientras se masturbaba en un lento vaivén.

—No te había dicho lo bien que te queda ese bronceado…

Patrick sonrió de lado—¿Tanto te excita?

—Me estoy masturbando sin apartar la mirada de ti ¿y todavía necesitas preguntar?

Patrick rio y se inclinó para besarle—Iré a la playa más seguido entonces.

—Iremos juntos.

—¿En serio? —dijo Patrick alzando una ceja.

Neil sonrió de lado—Sí, quizás hasta deje que me lo hagas en la playa.

—No sabía que fueras exhibicionista.

—Con un novio como tú puedo darme esos lujos. Dudo que alguien se moleste…

—De haberlo sabido, lo hubiéramos hecho en la piscina del hotel —dijo Patrick con una sonrisa de lado, mientras apartaba la mano de Neil con la que se estaba masturbando—. No querrás acabar la fiesta temprano.

Neil gimoteó a manera de protesta, cuando sintió a Patrick sacar sus dedos de su interior—Quiero correrme…

—Lo harás, pero cuando esté dentro tuyo —susurró Patrick.

—Rápido…—protestó Neil mientras lo veía ponerse el condón.

—Quieres algo rápido ¿eh?

—Sí…—jadeó Neil excitado.

—Bien, ponte en cuatro.

Neil sintió un escalofrío recorrerle cuando escuchó la voz autoritaria de Patrick, se apresuró a complacerle, la erección de Patrick no tardó de rozar entre sus nalgas, Neil jadeó ansioso—Pat…

Patrick sonrió al notar como Neil se apegaba más a él, pero quería fastidiarle un poco y solo se dedicaba a rozar su erección contra sus nalgas—¿En verdad quieres que lo haga?

—Sí…Patrick, joder, no me hagas esto —protestó Neil. Su erección empezaba a dolerle—. Hazlo…ya porque sino…—la queja murió en un jadeo cuando sintió a Patrick entrar poco a poco en él.

—¿Mejor?

—¡Sí! —exclamó al sentir la erección de Patrick en esa posición. La sensación de tenerlo dentro de él seguía siendo abrumante.

Patrick se inclinó para besar su nuca—¿Siempre algo rápido?

—Sí…—jadeó Neil deseoso—Hazlo, Pat.

Patrick le tomó con firmeza de las caderas y empezó con el vaivén rápido que Neil pidió. Los gemidos de su novio no se hicieron esperar.

Neil se estremeció al sentir como Patrick entraba y salía casi por completo de él. Sus manos le fallaron luego del primer minuto y solo sintió como Patrick mantenía sus caderas elevadas. Neil gemía con fuerza preso del placer, su vista se iba haciendo borrosa. Su cuerpo temblaba ante el placer que sentía—Pat…Pat…—estaba tan cerca del orgasmo, pero sintió como Patrick bajaba la intensidad de las penetraciones y gimió frustrado—No, no pares…—suplicó apretando con fuerza las sábanas—Más rápido…más rápido…—rogó presa de la desesperación por alcanzar el orgasmo. Intentó buscarlo con la mirada y alcanzó a ver como una de las manos de Patrick se iba al respaldo de la cama.

—Si me suplicas así, la única opción que me dejas es complacerte —le dijo con voz ronca.

Neil gimió con fuerza al sentir como le penetraba con fuerza. El ritmo era más rápido ahora, sus rodillas temblaban, apenas podía mantener la posición y estaba seguro que si no fuera por la mano de Patrick que se había quedado en sus caderas no conseguiría seguir en esa posición. Lo sintió salir por completo y cuando entró de golpe fue suficiente para provocarle un orgasmo. Sintió su cuerpo contraerse y apenas fue consciente del gemido que se escapó de sus labios.

Cuando volvió a abrir los ojos notó que Patrick estaba acostado al lado suyo y le miraba con una sonrisa traviesa—Mierda…

Patrick rio al escucharlo—¿Todo bien?

—Un día de estos vas a matarme —dijo Neil avergonzado mientras se limpiaba un poco de saliva de sus labios—¿Cuánto tiempo llevo noqueado?

—Unos diez minutos…

—Joder —dijo mientras miraba el reloj que había en la habitación—. Mierda, es tarde…

—¿En serio vas a dejarme aquí solo?

—Créeme que no quiero hacerlo, pero por más comprensivo que sea mi padre no quiero explicarle porque no llegué a dormir.

Patrick suspiró resignado—Ya que…

—Vendré temprano para que desayunemos juntos —prometió Neil mientras intentaba sentarse, pero sus extremidades se sentían como de gelatina y volvió a dejarse caer en el colchón. Aquello no pasó desapercibido por Patrick quien solo sonrió de lado y alzó una ceja como retándolo a irse—. No seas presumido…

—¿No se me permite disfrutar de un trabajo bien hecho?

Neil resopló—Mejor pásame mi pantalón…

Patrick frunció el ceño, pero obedeció.

Neil empezó a rebuscar entre los bolsillos y sacó su billetera—Antes que lo olvide, quería darte algo —dijo mientras se lograba sentar.

—Neil, ya me has dado suficientes cosas este día o para una vida.

—No, no es un regalo o no sé, si quieres puedes tomarlo como uno —dijo rebuscando en su billetera—. Yo este...dame tu mano —pidió. Patrick le miró confundido y la extendió—. La tenía lista hace algunos días, pero no sabía cómo dártela, pero después de esta noche creo que es buen momento.

—Neil…

—No se vale rechazarla ¿eh?

Patrick miró confundido la llave que dejaba Neil en la palma de su mano—¿Esto es…?

—Sí, es una copia de la llave de la casa. 

—Neil, no puedo…

—No, nada de rechazarla. Te lo advertí. Es tuya, Pat.

El corazón de Patrick latía con fuerza—¿Estás seguro? ¿No es demasiado pronto?

Neil le miró extrañado—¿Eso sientes?

—N-no, no sé bien que sentir, es solo que esto es tan repentino.

Neil puso su mano sobre la de Patrick aún extendida sosteniendo la llave—Quizás sería muy pronto si fueras otra persona, pero se trata de ti, Pat. Quiero creer que es el momento adecuado, y sí quizás si se lo decimos a alguien más opinarían lo mismo, pero ambos vamos en serio con lo nuestro ¿verdad?

—Claro que sí…

—Entonces es tu casa también.

—Gracias…

—¿Creías que estaba bromeando la vez que te dije que ya tenemos casa donde vivir?

—Vale, entonces me esforzaré para comprar una bonita casa en la playa o en la montaña…

***

El grito a mitad de la noche despertó a Víctor, se abalanzó contra las escaleras que llevaban hasta el dormitorio de Logan. Cuando llegó encontró a su amigo quien estaba teniendo un ataque de pánico. No era la primera vez que presenciaba uno, de alguna manera se había acostumbrado ya a ver esa parte de Logan. Sabía que su amigo no gustaba que lo tocase cuando estaba así, por lo que solo le indicó que respirase hondo. Se acercó hasta la mesa donde Logan solía tener un jarrón con agua y le sirvió un vaso. Pasaron diez minutos en los que Víctor esperó pacientemente hasta que se tranquilizara, cuando su amigo finalmente pudo alzar la vista le tendió un vaso con agua y le sonrió como si quisiera infundirle ánimos.

Logan extendió la mano, pero rápidamente tuvo que extender la otra porque sentía que podía botar el vaso. Bebió con avidez, y dejó que Víctor le sirviera otro vaso más.

—Lo siento…

—Otra pesadilla —adivinó Víctor.

Últimamente Logan había tenido demasiadas cuando lograba conciliar el sueño, pero era su insomnio lo que empezaba a preocupar a Víctor. Siempre que le preguntaba a Logan de qué iban sus pesadillas le había contestado con evasivas. Víctor respetaba eso, pero le había comentado que quizás debería hablar con Leah al respecto, pero el chico se había negado rotundamente. El distanciamiento entre ambos era notorio a sus ojos. Nada que perjudicase su relación a largo plazo, pero que comprometía mucho el presente y Logan en verdad necesitaba de su amiga. Él había intentado que se abriera con él, pero allí era cuando Logan le decía que todo estaba bien y que regresase a dormir aunque le era difícil sabiendo que su amigo no podía hacerlo.

—Ya debo tenerte harto…

—No, preocupado sí. Harto jamás. ¿Quieres que te deje a solas?

Logan negó, y notó el pequeño atisbo de sorpresa en Víctor, pero se sentía demasiado exhausto—¿Es muy raro si te pido que te quedes aquí?

Víctor negó y se acostó a su lado—No tiras patadas ¿verdad?

Logan sonrió a su pesar—Despreocúpate. Disculpa por desvelarte, sé que mañana tienes una entrevista temprano.

—No pasa nada. No podía dormir —mintió.

—¿Estás nervioso?

—No, solo harto de sentir que cada vez que no consigo un trabajo estoy fallando.

—Ojalá pudiera ayudarte con eso.

—Lo mismo opino con tus problemas.

—¿Así que estamos condenados a ser espectadores de la miseria uno del otro sin ser capaces de ayudarnos?

—Bueno, tú me ayudas al tenerme aquí viviendo de gratis.

—Y tú con tu compañía, pero…

—Pero no es suficiente —concluyó Víctor con cierto pesimismo.

—No, pero haces que las cosas sean solo un poco más fáciles.

—Sí, tú también, Logan.

***

El sonido de su teléfono vibrando contra la mesa despertó a Patrick. Abrió los ojos con lentitud, justo en el momento en que la puerta de la habitación se abría y se volvía a cerrar. Su cerebro apenas iba procesando que anoche no durmió en su habitación, ni en la de Neil cuando este se lanzó contra él.

—¡Pat!

Patrick se sobresaltó cuando sintió a Neil caer encima de él—¡Evans!

La risa de Neil no se hizo esperar y se colocó encima de él—¿Qué haces dormido aún? ¿No quedamos ir a desayunar? Te fui a buscar al restaurante.

Patrick frunció el ceño, pero al ver a Neil de tan buen humor fue imposible seguir molesto por semejante despertar—Creía que tenías clases hasta las nueve y media.

—Sí, pero tú tienes entreno.

—Sí, pero no iba a ir.

—¿Por qué?

Patrick suspiró e intentó incorporarse—Quería estar contigo.

Neil puso sus manos en los hombros de Patrick y lo obligó a acostarse de nuevo—Eso suena muy bien, pero sé que es mentira —le dijo con una sonrisa de lado—. Vamos, Pat, nunca has dejado de ir a entrenar solo por estar conmigo. ¿Qué pasa?

Patrick le miró derrotado—El cabrón de Jared, eso pasa…

Neil le miró extrañado y se bajó encima de Patrick—¿Qué pasa con él?

Patrick frunció el ceño y se incorporó apoyándose contra el respaldo de la cama—No lo sé, honestamente no lo sé. Nos hemos peleado o mejor dicho yo me he peleado con él. A ese cabrón de seguro le importa una mierda lo que piense.

—No lo entiendo, creía que las cosas iban bien con el equipo.

—Sí, yo también, pero a veces me da la sensación que quiere poner al equipo en mi contra —dijo Patrick molesto. Cuando alzó la mirada y notó la preocupación de Neil quiso retractarse—. Probablemente sean cosas mías…No deberá estarte diciendo esto en primer lugar.

—¿Por qué no?

—Porque tú me lo recomendaste —dijo Patrick suspirando—. No quiero que pienses alguna tontería, porque en verdad ha ayudado al equipo.

—Pero no a ti…

—Quizás él no, pero Jean sí. En fin, no importa ya. No planeaba ir de todos modos.

—Pero el juego contra James es en dos semanas.

—Lo sé, pero supongo que puedo entrenar por mi cuenta hasta entonces.

—¿Qué hay de los partidos? ¿Vas a dejar solo al equipo?

—No, no quiero pero…

—¿Pero?

Patrick alzó la mirada al techo de la habitación—Neil…

—Pero —insistió el aludido.

—Pero tengo que esperar a que Valentina me pague —dijo Patrick con pesar sin atreverse a mirar a Neil—. Mis botines están inservibles. Necesito unos nuevos.

Neil se apresuró a bajarse de la cama y fue hasta una esquina donde había quedado el regalo que había comprado ayer. Lo sacó de la bolsa y se lo tendió a Patrick con una sonrisa. Este aún confundido lo tomó y Neil esperó con paciencia a que quitase con cuidado el papel de regalo que él hubiese arrancado simplemente sin mayor miramiento. Cuando lo vio abrir la caja su corazón latió con fuerza al ver la expresión de emoción en su novio—Juro que no sabía nada…

Patrick sonrió derrotado mientras se cubría el rostro con sus manos por unos momentos. Se quedó mirando la caja como si fuesen un espejismo, para luego tomar los botines nuevos que estaban dentro—Neil…

—¿No te gustan? No sé mucho de estas cosas, pero me dijeron que eran de los mejores.

—Neil, no puedo aceptarlos.

—¿Pero te gustan?

—Claro que me gustan, joder ¿si quiera sabes qué has comprado?

—¿Unos botines?

—Evans, son unos Mercurial Vapor Flyknit Ultra. Cuestan un ojo de la cara y estos —dijo sacando uno de los botines completamente negros—: Son de la edición limitada.

Neil sonrió un poco—Pensé que te gustarían —encogiéndose de hombros—. Vi los otros colores, pero pensé que te gustarían más unos botines tradicionales, completamente negros, a esos colores más llamativos. No te veo usando unos naranja o verde neón.

—Hay otros más baratos.

—¿Me estás diciendo esto porque no te gustan y no quieres decírmelo?

—Claro que no, Neil. Me encantan —dijo mirándolos incapaz de no poder esbozar una sonrisa—. Joder, míralos. ¿Cómo no podrían gustarme? Pero sabía que jamás podría comprarme unos.

—Entonces acéptalos.

—Neil…

—Oye, es un regalo. Uno de aniversario y de paso es uno de disculpa por haberme olvidado de nuestro aniversario.

—Es demasiado…

—Tú lo vales —dijo Neil con seguridad—. Tú vales más que unos simples botines, sí son edición limitada y probablemente casi solo jugadores profesionales los tengan, pero no me importa. Yo pienso que vales esos botines y más, así que no me hagas rogarte aceptar algo que se nota que te mueres por tener. Además necesitas unos. Y no sé si nadie te lo ha dicho nunca, pero se te permite tener cosas bonitas y lujosas de vez en cuando.

—Vas a malcriarme…

—Hey, si quiero que algún día seas mi trophy husband debo empezar a mimarte desde ya.

Patrick no pudo evitar soltar una carcajada, atrajo a Neil para besarle—En serio, Evans, no sé qué haré contigo.

—Se me ocurren varias, pero quizás quieras irte a bañar primero porque el desayuno de este lugar se veía buenísimo.

—Está bien y gracias por mi regalo. Me ha encantado.

—Ojalá me dejaras mimarte más seguido porque tienes la misma expresión de felicidad de Joshua abriendo sus regalos en su cumpleaños.

Patrick sonrió derrotado—En serio no sé qué hice para merecerte —dijo para besar su mejilla y levantarse para ir al cuarto de baño—. No me tardo.

Patrick entró al baño el cual no había tenido oportunidad de apreciar. Tenía una bañera con hidromasaje y una ducha transparente. Se metió a la ducha sin dudarlo y dejó que el agua cayera de lleno sobre su cuerpo. Tomó uno de los botes de champú y empezó a lavar sus cabellos, aún tenía la sensación que tenía arena en él a pesar de haberse duchado el día anterior en la casa de la playa. Estaba enjuagando su cabeza cuando escuchó la puerta del baño abrirse.

—¿Neil? —preguntó confundido con los ojos cerrados. Cuando finalmente pudo abrirlos Neil estaba sentado sobre el amplio mueble de mármol donde estaba empotrado el lavamanos a un costado.

—Me aburrí de esperarte.

Patrick sonrió derrotado, iba a decir algo cuando notó la erección que Neil tenía y no se molestaba en disimular—Creía que querías desayunar…

Neil se sonrojó un poco, pero no apartó la mirada de él—Se me ha antojado otra cosa cuando te levantaste completamente desnudo.

Patrick se sintió expuesto ante la mirada de Neil, pero aquello le excitó. Sonrió de lado y tomó el jabón líquido—¿En serio?

—Sí. Creo que el desayuno puede esperar un poco —dijo mientras desabrochaba su pantalón y metía su mano dentro de su ropa interior.

Patrick soltó una pequeña risa mientras pasaba sus manos por su cuerpo—¿Necesitas ayuda?

—Aún no…

Patrick alzó una ceja—¿Aún no? ¿Estás provocándome?

—No —dijo Neil mientras soltaba su erección para quitarse los pantalones y la ropa interior, volvió a subirse al mueble—. No intencionalmente al menos…

—¿Esto es alguna fantasía sexual que no llegaste a decirme?

Neil empezó a masturbarse con mayor rapidez—No lo sé, hasta ahora no se me había ocurrido. Solo te vi y…—dejó la oración a medias, apoyó su cabeza contra el espejo que estaba a sus espaldas y que cubría ese lado de la pared.

Patrick dejó correr el agua para quitarse el jabón, pero no su mirada no se apartaba de la de Neil quien tenía esa mirada llena de deseo que solo le invitaba a dar rienda suelta a sus bajos instintos—No esperaras que me quede aquí en esta especie de caja de cristal mucho tiempo ¿verdad? —dijo mientras cerraba la perilla del agua.

—No realmente…—dijo Neil con una sonrisa mientras veía a Patrick apresurarse a salir de la ducha y ponerse las pantuflas de cortesía del hotel—. Vamos a la...

Patrick le tomó por la nuca y lo atrajo a él con fuerza, acercó las caderas de Neil más al borde y sus dedos se fueron directo al ano de Neil quien soltó un jadeo cuando sintió el primero dentro de él—¿En verdad esperabas que aguantaría llegar a la cama?

Neil se aferró con fuerza a la espalda de Patrick cuando sintió el segundo dedo adentrarse en él—Esperaba que tu autocontrol fuera mejor que el mío.

—Subestimas tus encantos, Evans —susurró Patrick a su oído—. Lo haremos aquí…

Neil jadeó y sus manos buscaron rápidamente su pantalón que estaba a un lado suyo y sacó su billetera con un nuevo condón que había guardado solo por si las dudas. Desde que estaba con Patrick prefería tomar sus precauciones porque todo el autocontrol que había ganado en los últimos años de pronto parecía haberse ido al carajo y se sentía como un adolescente hormonal nuevamente. Los labios de Patrick recorrían su cuello, mientras le quitó el condón para colocárselo.

—Hazlo ya…—dijo Neil bajándose del lavabo, apresurándose a darle la espalda.

Patrick no tardó en entrar nuevamente en él. Neil recargó su tórax contra el amplio mueble. Las primeras penetraciones lo hicieron jadear, sentía los labios de Patrick deslizarse por su espalda. Neil se estremeció cuando notó la mirada de Patrick a través del espejo, penetrante, llena de deseo, pero también de algo más que le hizo contener el aliento. Desvió unos segundos la mirada de los ojos de Patrick porque sabía que si seguía observándolo solo serviría para que acabase más rápido de lo que  deseaba, pero no esperaba que su propia imagen lo excitara. Jamás había visto esa expresión de placer en él y no pudo apartar la mirada del espejo.

—¿Ahora entiendes por qué siempre quiero complacerte? —susurró Patrick en su oído.

Neil jadeó con más fuerza cuando sintió una de las manos de Patrick irse a su erección y masturbarle—Aguarda…Es muy pronto…

Patrick sonrió de lado—Siempre puedo hacértelo de nuevo, Neil, las veces que quieras.

Neil gimió con fuerza cuando sintió una penetración más profunda. Patrick empezó a penetrarle con más rapidez y Neil solo pudo rendirse al placer que le regalaba. Buscó su mirada a través del espejo una vez más. Era fácil perderse en aquellos hermosos ojos verdes, pero ese sentimiento que se mezclaba con el deseo y la pasión fue lo que hizo que llegase sin aviso al orgasmo. Su cuerpo se tensó de golpe y luego quedó laxo, pequeños gemidos aún se escapaban de su boca al sentir como Patrick aún le penetraba. Todo su cuerpo pareció dejar de obedecer órdenes y solo se quedó jadeando, sin apartar la mirada de Patrick quien pronto llegó a su propio orgasmo.

Neil jadeó al sentir como Patrick se apoyaba en él. No entendía como las piernas de Patrick podían seguir sosteniéndolo.  Él apenas era dueño de su cuerpo si no fuera porque Patrick lo tenía bien sujeto ya estuviera en el suelo. Patrick se percató de ello y se apresuró a salir de su interior y dejarlo sobre el lavabo de nuevo, para luego descartar el condón.

Patrick buscó el rostro de Neil y le besó con suavidad—Creo que necesitaré otra ducha…

—Yo también —dijo Neil apenado—. Y una camisa nueva…

Patrick rio al notar que no le quitó la camisa a Neil y ahora estaba completamente empapada—Ya veré como te la seco. Vamos a la cama.

—Ya te alcanzo. Dame un segundo…

Patrick negó con la cabeza mientras volvía a atraerlo y obligaba a que pasara sus piernas alrededor de su cintura—No voy a dejarte aquí. Dijiste que eras muy exigente con eso de los mimos —dijo para tomarlo con firmeza y llevarlo hasta la cama.

Neil apoyó su cabeza en el hombro de Patrick—El día que en cambiemos no prometo cargarte hasta la cama —dijo mientras sentía como Patrick lo dejaba recostado.

—¿El día en que cambiemos?

—Sí, ya sabes…—dijo Neil con una sonrisa que desapareció rápidamente ante la expresión de Patrick—. A no ser que tú no quieras que…

—Yo este…

Neil intentó permanecer tranquilo—Olvídalo, sí…—dijo mientras intentaba buscar la manera de evitar hacer más incómoda la situación. Solo atinó a abrazarlo pero ante la fuerza que le aplicaba parecía más que quería hacerle un tipo de llave de lucha libre.

—Neil…

—Yo lo siento. Ignórame, tonterías post orgasmo.

Patrick alzó un poco la mirada e intentó hacer contacto visual con su novio quien luchaba por no mirarlo a los ojos—No sabía que querías que…

—No, no, ya no quiero. Olvídalo ¿sí?

Patrick lo obligó a mirarlo a los ojos—Neil…

—Lo siento, no sé en qué pensaba cuando lo dije.

Patrick dejó escapar un suspiro—Pero no es la primera vez que lo piensas.

—No…

Patrick le miró con cierta culpabilidad—No estoy muy seguro si yo…

—No, no, no tenemos que hacer nada que no quieras, Pat —se apresuró a decirle—. No sé por qué se me ocurrió que tal vez querrías intentarlo.

Aquello solo lo hizo sentir más culpable. Nunca se le había pasado por la mente cambiar de rol y no sabía por qué no se le ocurrió que Neil quizás querría intentar hacer las cosas diferentes—Yo este…—miró a Neil a los ojos quien era claro que nunca haría nada con lo que no estuviera cómodo.

—Olvídalo sí —dijo Neil dándole un beso apresurado.

Patrick sintió como el estómago se le revolvía un poco. Quería hacer feliz a Neil, pero aquello era ceder el poco control que aún tenía. Sabía que Neil nunca haría nada que lo lastimase, pero se sorprendió recordando que después de que las cosas con Caleb no funcionaron y terminaron tan mal, lo único que le hacía conservar un poco de orgullo era saber que no se había entregado por completo a él, aunque eso fue porque Caleb nunca se lo propuso, pero si lo hubiese hecho lo más probable hubiese sido que terminase accediendo porque así de ciego estaba en aquel entonces.

Patrick miró con culpabilidad a Neil por estar pensando en esas cosas cuando estaba con él, por siquiera estar comparando situaciones, por ser demasiado pesimista y dejar que su cabeza de pronto le pusiera miles de escenarios donde Neil lo dejaba un día, haciéndolo sentir mil veces peor que cuando supo lo de Caleb.

— ¿Puedo pensarlo un poco?

—Pat, en serio, ya te dije que no tenemos que…

—Por favor…

Neil le miró derrotado—Está bien, pero si no quieres, no tienes que decirlo ¿de acuerdo? Solo seguiremos como hasta ahora.

—¿Seguro?

—Sí, además no es como si fuera aburrirme a que casi me mates cada vez que lo hacemos.

Patrick sonrió a su pesar y se dejó abrazar por Neil. Cerró sus ojos con fuerza y se aferró a él—Hoy permaneciste consciente…

—Lo sé, voy mejorando o tú estuviste muy perezoso esta vez. Quizás deba obligarte a hacérmelo una vez más.

—Se nos pasará la hora del desayuno…

—Dame cinco minutos y luego la camisa que traías ayer para bajar a comer. El baño creo puede esperar.

***

Leah esperaba a Isabella bajo la sombra de un árbol mientras leía. Eran pasadas las once y el hambre empezaba a mermar en ella. Después de su conversación de ayer no esperaba que se tomara tan apecho lo de presentarle más personas, pero allí estaba esperando a que fueran a almorzar con ya no recordaba quienes que estudiaban economía. Tenía sus audífonos puestos cuando alguien le hizo sombra. Al alzar la mirada sonrió al ver a Daniel frente a ella.

—Para ser alguien que no estaba segura de querer el libro, lo has devorado —dijo divertido al notar que apenas le quedaban unas cincuenta páginas.

—Me está encantando —dijo la chica quitándose los audífonos—. ¿Qué haces aquí?

—La otra vez que nos vimos no me permitiste explicarte que trabajo aquí.

—¿Es en serio? —preguntó Leah sorprendida.

—Sí, como puedes ver ando con mi disfraz de profesional competente.

Leah lo admiró por unos segundos—Vaya, así ya no pasas por un estudiante.

—Me alegra, sino mis alumnos me perderían el respeto.

Leah quitó su mochila de su lado y le indicó a Daniel que se sentara a su lado, pensó que dudaría por la ropa que andaba, pero aceptó gustoso su invitación.

—No recuerdo cuando fue la última vez que me senté en el césped de la universidad.

—Es broma ¿verdad?

—No, además me parecía bastante solitario sentarme yo solo en algún lugar.

Leah se encogió de brazos—Hija única —dijo señalándose—. Estoy acostumbrada a no tener compañía. ¿Tienes hermanos?

—Solo uno…

—Debe ser genial tener uno ¿O son de esos hermanos competitivos?—se atrevió a preguntar Leah. Al notar la expresión de Daniel se apresuró a agregar—. Lo siento, creo que pregunté algo inapropiado.

Daniel alzó la mano e hizo un ademán restándole importancia—No, no has preguntado nada inapropiado. Es solo que es un tema que yo solo compliqué.

—¿Por qué? Si está bien que pregunte.

—Él y yo no crecimos juntos. Y los pocos momentos que teníamos de convivencia yo no facilité las cosas.

Leah asintió comprensiva—Es como si hubieras sido hijo único.

—Supongo…

—¿Y no hablas nunca con él?

—No, de hecho hace poco me dio su número de teléfono, pero…

—¿Pero?

Daniel suspiró—No lo sé. No quiero forzarlo a nada, me gustaría intentar hablar con él. Sé que el tiempo que perdimos no volverá, pero me gustaría que mi hermano no fuese un desconocido para mí.

—Entonces deberías intentar hablar con él —dijo Leah con una sonrisa—. No sé, pero si te dio su número me da la sensación que espera que lo llames. Quizás él no se anima porque cree que no quieres hablarle.

—¿Tú crees? ¿No lo estaría presionando?

—Si no quiere hablar contigo no te contestará y ya. Al menos no te quedarás con el arrepentimiento de no haber hecho nada por acercarte a él.

Daniel sonrió derrotado—Sabes, cuando lo planteas así no se escucha tan catastrófico…

***

Patrick sintió las manos de Neil irse a sus mejillas antes de besarle. Abrió los ojos con lentitud y no pudo evitar sonreír al ver a su novio apoyado en su pecho mirándole de aquella manera. Creyó que Neil bromeaba cuando le dijo que quizás lo obligaría a hacérselo de nuevo, pero claramente lo había subestimado. Una parte de él creyó que después de que se negó a su propuesta todo se iría a la mierda, pero se había equivocado.

—¿Qué? ¿Por qué sonríes así?

Patrick intentó no hacerlo, pero creía que era imposible no hacerlo cuando estaba con Neil—Estoy feliz…

—Yo también lo estoy. Desearía que todos los días fueran así.

—Tus padres y mi abuelo nos matarían por saltarnos las clases a diario.

Neil reprimió una carcajada—Es probable. Hablando de saltarse clases ¿es mal momento para preguntarte si vendrás al día de la familia de Joshua? Es este miércoles.

—Creía que era broma lo de ir…

Neil negó con la cabeza—Joshua me preguntó si irías antes de regresar.

Patrick se llevó una mano a sus cabellos—¿Y tú quieres que vaya?

—Solo si tú quieres.

—No sé, ¿no sería muy raro?

—Solo seríamos nosotros tres. Mi madre tiene programada una audiencia para ese día, al final no pudo moverla. Se lo recordaré más tarde a mi padre, pero es casi seguro que no irá con todo el trabajo que tiene con la construcción del hospital.

—No lo sé…

—Ya te dije que no tienes que ir si no quieres, le diré a Joshua que tienes algún parcial o algo.

—No, no hagas eso. Es solo que…

—No quiero que vayas solo porque te lo estamos pidiendo Joshua y yo.

—¡No, no es eso! —exclamó Patrick un poco irritado, en especial cuando Neil se quitó encima suyo. Se sentó y revolvió un poco su cabello frustrado por estar arruinándolo todo de nuevo—Es solo que no sé cómo comportarme en esos eventos.

Neil le miró extrañado—¿No tenían nada parecido en tu escuela?

—Sí, si lo tenían, pero nunca iba —dijo Patrick desviando la mirada—. Odiaba esas celebraciones desde que tengo memoria.

—¿Por qué?

—¡Porque esas cosas son para alguien con una familia, Evans! —exclamó exasperado—. Esas mierdas de mamá, papá y los hijos felices.

—Gabriel y tu abuela son tu familia…

—Lo sé, lo sé, ¿crees que no lo sé? —dijo frustrado— Sí, mi abuelo es maravilloso, mi abuela también lo era, pero no son mis padres…

Neil sintió un nudo en su garganta al escuchar a Patrick hablar así—Pat…

—No son mis padres, y lo menos que quería hacer era explicarle a ese montón de imbéciles que tenía por compañeros porque mis padres no estaban allí, así que opté por nunca asistir a esas cosas.

—Lo siento, no debí traer el tema a colación.

—No es tu culpa, Evans —dijo Patrick sin atreverse a mirarlo.

Aún recordaba la vez que les dijo a sus abuelos que no quería que fueran a esa celebración porque sentía que no tenía una verdadera familia. Recordaba lo destrozada que estaba su abuela, y aunque intentó suavizar sus palabras, sabía que el daño estaba hecho.

—No puedo imaginar lo difícil que fue crecer sin ellos, pero estoy seguro que ellos te amaban.

Patrick reprimió una sonrisa sarcástica—Sí, claro…

—Claro que sí, Patrick. Eran tus padres. ¿Cómo se te ocurre siquiera pensar que no te querían?

Patrick miró a Neil a los ojos unos segundos. No sabía que expresión tenía, pero por la expresión de Neil sabía que no debía ser una muy buena. Pensó en lo que Gabriel y Leah le dijeron, pero no quería hablar de eso, no ahora. No quería arruinar ese momento. Ya lo había hecho una vez ese día.

—Lo siento, tienes razón. Siempre actúo como un idiota cuando hablo de ellos, por eso evito hablar del tema.

Neil asintió comprensivo—Está bien. No te preocupes, pero si alguna vez sientes que necesitas hacerlo y no quieres hablar con Gabriel yo estaré feliz de escucharte. Sabes que puedes decirme lo que quieras y no voy a juzgarte.

Patrick asintió y abrió su boca, pero las palabras no salieron. Neil le miraba atento hasta que el sonido de la alarma de su celular lo hizo desviar la mirada.

—Neil, yo…

—Demonios —dijo Neil al unísono desactivando la alarma—. El check out es en quince minutos. Perdón, ¿ibas a decirme algo?

Patrick negó con la cabeza—Solo que tuve la mejor mañana de mi vida.

Neil sonrió al escucharlo—Es porque no te hice cocinar el desayuno ¿verdad?

Patrick negó con la cabeza—Es porque me gusta estar contigo.

Notas finales:

¡Gracias a todos por su infinita paciencia! Y sus lecturas y comentarios. :)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).