~El beso robado~
Akashi iba Molesto.
Enojado.
No, furioso era la palabra correcta.
Ahora era kagami quien se arrepentía, deberían haberse ido de la fiesta cuando su novio se lo había propuesto. Pero no, él estaba entretenido y quiso seguir ahí compartiendo con los amigos, aun sabiendo que Akashi desde un principio no le había agradado la idea.
Llegaron a su casa y el más grande se tensó al ver que su novio se cruzó de brazos y lo miro con la molestia impregnada en su rostro.
—¿Qué fue lo que paso? — El más pequeño lo miraba realmente enojado, era demasiado perceptivo y ya se imaginaba que pudo haber sucedido.
Eran las cuatro de la mañana en la casa de aomine, la música y el alcohol ya era desmedido. La mayoría ya habían perdido unos cuantos sentidos, estaban en la etapa en la que bebían por el simple hecho de hacerlo. Se reían por lo más mínimo dándose golpes para poder apaciguar en algo las risa que los invadía.
De pronto y de la nada hubo un apagón, los chiflidos se escuchaban mientras otros de inmediato comenzaban a contar historias y hacer ruidos tenebrosos, por otro lado el dueño de casa decía “que no panda el cunico”
La luz volvió y Akashi había buscó inmediatamente con la mirada a kagami encontrándolo un poco más alejado y un poco aturdido, se molestó sin una justificación clara.
Taiga se levantó y dijo que era mejor que se retirara que ya no se sentía bien, tomo la mano de su chico y salió de ahí sin mirar a nadie.
—¿y bien? — insistió
El pelirrojo no podía mirarlo, que podía decirle sin que se enojara, no era fácil, alguien lo había besado, del susto hasta la borrachera se le había pasado. Aquello obviamente había sido un error pues todos sabían que él estaba con Akashi y es más… todos tenían pareja. Pero él estaba cien por ciento seguro de que no había sido su pequeño novio. El cuerpo que se le había lanzado encima era mucho más grande, prácticamente lo había cubierto por completo, además Akashi no era tan bruto, aquel orangután que lo beso casi le deja sin boca.
—Estoy esperando una respuesta kagami y no me mientas.
Trago en seco, conocía el tono y esa mirada apenas abriera la boca para mentir, él se daría cuenta. Ya que, solo quedaba confesar.
Rio nervioso, mientras se rascaba la cabeza, paso por un lado de él y fue a sentarse al sillón bajo la atenta mirada del más pequeño.
—Alguien me beso por error —lo miro y vio como esos ojitos obtenían el brillo de un auténtico asesino serial.
—¿Quien fue? — no se movía, su expresión no decía mucho pero su mirada lo dejaba claro todo.
—Oh vamos sei, solo fue un error… ven — estiro su mano para que se acercara a él.
—Dije…¿Qué quien fue?
—No lo se estaba oscuro —termino por contestar.
—No te creo
Kagami levantó su mirada triste y Akashi reconoció en ese mismo instante que si le creía pero quería saber quién había osado cometer tal delito.
—¿Seguro que no sabes quien fue?
—No, apenas me queje se tiene que haber dado cuenta de que era yo y se alejó rápidamente — Akashi lo miraba con suspicacia, queriendo ver algún signo de mentira.
—¿Tú le respondiste?
—Maldición —levantó la vista encarando a su novio — claro que no, inmediatamente me di cuenta de que no eras tú y fue ahí donde me queje y trate de alejarlo
—¿Cómo sabias que no era yo? — kagami volvió a suspirar lo conocía demasiado bien y sabía que no se rendiría hasta saber todo lo que quería.
—Tu no me besas así, eres cálido… al besarme la mayoría de las veces eres tierno e inseguro — Akashi se fue sonrojando ante lo mencionado. De apoco su molestia se fue suavizando
—¿Seguro que no sabes quién fue?.
—Te lo prometo — volvió a mirarlo con tristeza y Akashi bajo sus brazos notablemente más tranquilo.
—Es una pena que no sepas quien fue. — camino y se sentó en las piernas de kagami, este inmediatamente puso una mano en su cintura y la otra en sus piernas.
—¿Qué harías si lo supieras? — preguntó kagami cerrando sus ojos mientras aspiraba el aroma de su cuello.
—Le cortaría el miembro y se lo daría de comer a su novio, nadie toca lo que es mío
Kagami rio ante eso, no discutiría aquello, no estaba muy seguro de lo que era capaz, pero por su parte estaba seguro de que si se llegaba a enterar, al ser que le había robado un beso le iría muy mal. Nadie hacia enojar a su pequeño novio o le provocaba una discusión innecesaria solo porque sí.
—Sei… bésame — susurro en su oído. El mas pequeño sonrió al míralo, rodeo su cuello y con su otra mano acaricio su mejilla.
Mirando sus ojos, su nariz, deteniéndose en sus labios.
—Sí, será mejor que no me entere — dijo antes de besarlo.
Tal y como decía kagami sus besos eran tiernos, delicados, se daba el tiempo de besarlo con tortuosa lentitud, su lengua recorría esa cavidad con experiencia y lujuria que no lograba opacar la gentileza que ese hombre le profesaba solo a él.
Lo amaba… a él, a sus besos a todos sus gestos.
Esa noche y lo que resto de ella Akashi inconscientemente lo beso hasta el cansancio, kagami recuerda haberse quedado dormido disfrutando de sus besos y haber despertado de la misa manera.
Fin