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Regalo. por NaniMe

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Notas del fanfic:

Durarara no me pertenece. Pero ya todos lo saben, claro.

Notas del capitulo:

Y esto usa el tema del cumpleaños de Shizuo, pero no estoy segura de si se aplica correctamente xD

Oh bueno, espero que les guste:

El despertador comenzó a sonar escandalosamente. Shizuo estiró su brazo y golpeo fuertemente allí donde se supone estaba aquel aparato con tanta fuerza que dejo un agujero en la mesita, y aun así el sonido continuaba. No estaba de humor para despertarse en ese momento siendo que en la noche se había interrumpido su sueño debido al frio.

Se incorporó y trató de ajustar su vista rápidamente. En el momento en que se deshizo de esa cálida protección que lo cubría, sintió caladas de aire frio congelante atacar su cuerpo, quiso volver a acostarse pero el sonido seguía molestando. Y es que al dormir era el único momento en el que al parecer las defensas de Shizuo se venían abajo y se ponía más sensible a la temperatura.

La noche anterior Shizuo había decidido poner a salvo el despertador de sus ataques al despertar dejándolo en el escritorio que estaba al otro lado de la habitación. Por esa razón se vio obligado a levantarse e ir hasta allá para detener el continuo sonar de esa alarma. Un escalofrío lo recorrió, así que mejor fue a tomar una ducha con agua tan caliente que habría quemado a cualquier otro. No tenía hambre, pero ya había recibido varias llamadas de atención por no desayunar por parte de sus conocidos, decidió comer sólo un poco de leche y un pan.

Salió. A pesar del frio lo único diferente que vistió fue una bufanda. Para Shizuo eso era todo lo que necesitaba en su rutina diaria, incluso ese día que era más frio de lo normal. Al final, era sólo mientras dormía que le afectaba. Pensaba en comprarse algún calentador, o incluso una de esas almohadas para dormir abrazándola.

Llegó a las oficinas y Tom lo recibió con una gran sonrisa.

-Felicidades, Shizuo.

El aludido lo observó unos segundos antes de reaccionar. Cierto, ese día era su cumpleaños. ¿Por qué lo había olvidado? La noche anterior todavía lo recordaba.

-Gracias. - contestó.

-Pienso que a las personas se les debería dar el día libre en sus cumpleaños.

-Está bien, de todos modos no tenía nada mejor que hacer.

Pasaron a la siguiente habitación donde Vorona estaba sentada tomando un café, al verlos ingresar se puso de pie y con una ligera reverencia felicitó educadamente a Shizuo por ese día.

Esas últimas semanas de enero era cuando más trabajo tenían. Eran montones de personas las que iban a pedir dinero prestado para las fiestas navideñas que se supone irían pagando en plazos, pero convenientemente todos lo olvidaban y no comenzaban a pagar, si no les metían presión desde el principio a esos deudores luego sería más difícil.

Comenzaron su ronda. Era en un lugar algo alejado del centro. Desde que Tom tenía a Shizuo y a Vorona como guardaespaldas, solían mandarlo a cobrar a los lugares más recónditos y peligrosos. Él no se quejaba. Sus protectores tampoco.

Pasaron toda la mañana caminando de un lugar a otro, tocando puertas y escuchando mentiras y amenazas. Era como cualquier otro día, era un poco difícil para Shizuo recordar que era su cumpleaños.

Antes era un poco más fácil. Cuando vivía con su familia todavía, Kasuka solía despertarlo específicamente para felicitarlo y al llegar en la noche le tenían un pastel. En la escuela Shinra y Kadota también le preparaban una tarta y a veces le regalaban alguna cosa. De cierta forma esa sensación de que era su cumpleaños estaba presente.

Y ahora lo que veía era a Vorona pateando a algún tipo que trataba de correr, a Tom discutiendo con alguien que intentaba desviar la atención y varios golpes dirigidos a él mismo. Los años anteriores le llegaban mensajes de felicitaciones de su familia y amigos, pero la semana pasada había perdido su celular al lanzárselo a la pulga.

Algo de enojo recorrió a Shizuo al pensar en esa persona y la fuerza naciente de esa ira fue recibida por el pobre deudor que intentaba huir.

Al medio día se detuvieron en un café. Tom vestía un abrigo, Vorona una chamarra y Shizuo una bufanda.

-¿No tienes frio? - preguntó Tom a Shizuo después de recibir las bebidas calientes.

-No en realidad.

-Si me permiten dar mi opinión.- Habló Vorona - Esa situación puede que se dé debido a que el cuerpo de Shizuo-senpai es más resistente por su condición física más desarrollada. También, nosotros nos hemos estado moviendo al combatir contra esas personas por lo que nos mantenemos en un estado de actividad que nos calienta.

-Hummm...

Para celebrar ese día especial Tom ordenó una tarta y las personas del lugar insistieron en cantarle una canción.

En la tarde continuaron con su rutina y todo se mantuvo igual.

Mientras la noche se acercaba el frio comenzó a calar crudamente en el cuerpo de las personas. De esa forma, el trabajo terminó.

-¿Deberíamos hacer algo más? -Se acercó Tom al ver que Shizuo estaba por irse a su casa -Ya sabes, para festejar tu cumpleaños.

-No es necesario. Ustedes seguro quieren ir a casa. - Dijo Shizuo al ver la cantidad de suéteres que tenía encima. - Hace frio ¿No?

-Oh vamos, puedo aguantar esto. Vorona también quiere celebrar ¿verdad?

-Al ser una fecha importante merece ser festejada apropiadamente.

Shizuo sonrió y aceptó.

En el camino se encontraron a Celty y esta los invito a su departamento para que junto con Shinra tuvieran una comida en honor al festejado.

Ya bien entrada la noche cada quien se retiró a su propia casa.

Shizuo se acercaba a su casa mientras fumaba un cigarrillo. Ya comenzaba a tener algo de frio, lo que significaba que de verdad ya estaba baja la temperatura, en ese momento no se le haría extraño que comenzara a nevar ni nada.

Justo frente a su puerta divisó un bulto negro, al acercarse se dio cuenta que era una persona sentada abrazando sus rodillas y cuando estuvo junto a él se percató de quién era.

-Izaya-kun.

El nombrado levantó la mirada y al ver su rostro se levantó rápidamente y con una sonrisa.

-¡Shizu-chan! Por fin llegaste. Te demoraste mucho, se supone que llegabas de trabajar hace ya un par de horas ¿Fuiste a celebrar?

-¿Qué haces aquí? - Ese Izaya no podía dejarlo en paz ni siquiera porque era su cumpleaños.

-No seas así de frio, Shizu -chan, te vas a confundir con el clima. Vine especialmente a darte un regalo. Oh, no, no es esta caja de aquí, esa ya estaba cuando llegue. Toma. Creo que es de tu hermano.

Shizuo agarró la caja. Ciertamente era de parte de Kasuka y no parecía estar abierta así que al menos Izaya había respetado eso. Abrió la puerta de su casa y dejó la caja en la mesita inmediata que tenía allí.

-Si quieres darme un regalo - dijo Shizuo ya dentro de su casa preparado para cerrarle la puerta en la cara - puedes ir y morirte.

-Está bien.

Detuvo la puerta un poco antes de que se cerrara y la abrió completamente otra vez.

-¿Qué?

-Está bien. Shizu-chan, hoy es tu cumpleaños. Debe ser lindo ¿no? que alguien te de lo que siempre habías deseado - Izaya abrió los brazos y cerró los ojos - Porque es hoy, te dejaré matarme si quieres.

Shizuo se mantuvo observándolo por unos momentos. Vio que Izaya estaba temblando ¿Miedo? No, era obvio que no se iba a dejar asesinar, si intentaba algo seguro salía corriendo o lo que sea. Notó que su nariz y sus orejas estaban rojas. - ¡Ah! -Estiró un brazo y colocó su mano sobre el rostro de Izaya.

Estaba exageradamente frio.

-¿Cuánto tiempo llevas allí afuera?

-¿Uh? No sé. Como tres o quizá cuatro horas.

Sin poder explicarse exactamente el porqué, Shizuo se enojó ante esa respuesta. Se quitó la bufanda, la enredo en el rostro de Izaya y la apretó bastante fuerte. De esa forma lo arrastró dentro de su hogar.

Por unos instantes Izaya sospechó que Shizuo intentaría asfixiarlo, pero se sorprendió al sentir como era jalado dentro de la casa del otro. Allí sin nada de amabilidad Shizuo lo abandonó a la mitad de la sala. Su anfitrión desapareció tras entrar a la cocina.

Algo conmocionado por esa respuesta, Izaya se asomó por la puerta para espiar a Shizuo.

“¿Para qué me hizo entrar a su casa? -Pensó Izaya - ¿Qué está haciendo? ¿Por qué esa bestia nunca hace lo que espero?”

Había llegado allí con la idea de molestar un poco a Shizuo, ya que claro, como era su cumpleaños estaba en la obligación de no dejarlo en paz, era lo que hacía cada año, asegurarse de que terminara confundido. La única diferencia podría ser que nunca antes había entrado a su casa ni había estado a punto de morir de hipotermia por esperarlo afuera.

Cuando Shizuo se dio la vuelta para regresar, Izaya corrió hasta el lugar exacto donde lo había dejado. El anfitrión pasó junto a él y se dirigió al comedor con dos tazas de té. Se sentó y lo miró.

-¿Piensas quedarte allí toda la noche? –preguntó Shizuo enojado.

-Tal vez. –Contestó Izaya sonriendo.

-Si esto se enfría otra vez, te golpearé.

Y, aunque Izaya no se sentía particularmente amenazado, fue a sentarse frente a él. Tomó la bebida caliente entre sus dos manos y dejó que el vapor le calentara un poco el rostro.

-Si el plan de Shizu-chan es hacerme entrar en calor debería encender el calefactor. – susurró Izaya sin hablarle directamente a Shizuo.

-No tengo eso.

El informante pasó la mirada por todo lo que alcanzaba a ver.

-Tampoco hay un kotatsu. ¿Por qué no has muerto congelado?

Shizuo lo observó fijamente mientras tomaba.

-No lo necesito. – Dijo al fin – He conseguido una forma de calentarme.

-¿Sabes? Yo puedo prenderte fuego si quieres.

El rubio dio el último sorbo a su bebida para terminarla.

-Bien, vamos.

-¿Eh? ¿Puedo quemarte? Pero no es mi cumpleaños ¿sabes? Es el tuyo. No me consientas de esa forma.

-Termínate eso.

Izaya tomó rápidamente esa bebida y fue tras Shizuo que había entrado en una habitación. Al alcanzarlo este ya  tenía otra ropa ¿Su pijama?

-Creí que Shizu-chan dormía en ropa interior.

-Lo hago, pero en invierno… - calló por un momento como si hubiera recordado algo -Tienes razón. – y se quitó todo aquello que le cubría la parte superior del cuerpo.

Se acercó a Izaya y lo tomó de la muñeca para lanzarlo a su cama. El otro estaba tan confundido de esa acción que no opuso resistencia. Tuvieron que pasar unos segundos, los cuales aprovechó Shizuo para quitar las cobijas, para que Izaya pudiera hacer una broma al respecto.

-Ho ho, Shizu-chan, ¿Así que esta es la forma en la que vas a calentarte? Bien, dejare que uses mi cuerpo – y se recostó como si fuera alguna especie de victima dramatizando.

-Lo iba a hacer aún sin tu permiso.- Lo jaló para ponerlo entre sus brazos y los cubrió a ambos con las mantas. – Ya que viniste a darme te tomaré la palabra y tú serás un regalo que usaré todas las noches, hasta que llegue la primavera, para calentarme.

Y apretó un poco más el abrazo.

Izaya tenía varios comentarios al respecto. En principio sería decirle que lo del regalo no era en serio. Burlarse de él por decir semejante estupidez sobre lo del regalo. Ya en tema, decirle que en todo caso el regalo debería ser sólo de un día y que obviamente no iba a regresar luego. Que estaba incómodo por dormir con su chamarra puesta en la cual estaba la navaja sobre la cual había quedado y le molestaba. Que su respiración era una sensación extraña en su cabello. Que su rostro estaba contra su pecho y le costaba un poco respirar. Que le desagradaba sentirse agradable entre sus brazos.

Como sea, al final se tardó demasiado y terminó durmiéndose también.

Un incesante sonido llenó la habitación. Shizuo despertó enojado porque sabía que tenía que levantarse para detenerlo, pero no le afectaba tanto como en otras ocasiones porque a diferencia de antes aquella noche durmió plenamente. Justo cuando estaba a punto de pararse sintió unos brazos que lo apretaron como si le pidieran que se quedara. Bajó la mirada y descubrió a nadie más y nadie menos que la pulga bastarda en su cama. Y recordó que eso era lo que le había pedido.

Shizuo tomó a Izaya y lo lanzó fuera de su cama. Este, obviamente, despertó agitado.

-¿Qué? – Gritó aún sin terminar de despertar y se armó con su navaja.

-Es de día así que largo de mi casa, te veré en la noche.

Izaya se levantó y se sacudió.

-Oh shizu-chan, eres tan cruel. – Volvió a guardar su arma y se dispuso a irse.

Y extrañamente contra todo pronóstico la siguiente noche en verdad regresó.

-Ya que fue tu regalo de cumpleaños, Shizu-chan, supongo que puedo hacerlo.

No había explicación coherente de cómo llegaron a esa situación, pero ahora, dos de los hombres con los que no debes involucrarte en Ikebukuro, dormirían juntos todo el invierno.

Notas finales:

¿Saben? Me quede con ganas como de seguirle.

Por cierto, gracias por leerlo! Ojalá haya sido de su agrado. Aqui me estoy congelando y no podía controlar bien mis dedos, por eso ese clima para ellos <3

Si se da la ocasion, leámonos otra vez~

See you!


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