Yami athemu, un hombre alto moreno de cabellos tricolor levantados en punta por encima de una corona de oro, con zarcillos y un collar de oro, fuerte, gallardo y de presencia imponente, se preparaba para un largo viaje, pues debia visitar a uno de sus aliados economicos mas importantes, japon, viajaria para conocer a sus aliados, y para observar de primera mano si eran un pais considerable como enemigo, lo dudaba pues era un pais pequeño, pero debia verlo el mismo. En su viaje lo acompañarian su sacerdote y persona mas confiable, seth y sus amigos bakura y marik, junto con algunos soldados y algunos presentes de su tierra para sus aliados, despues de todo, llegar con las manos vacias a un lugar desconocido podia ser un mal augurio.
El viaje duro tres dias, pero llegaron sanos y salvos al pais del sol naciente. al llegar un sequito de hermosas mujeres japonesas, hombres esclavos y demás para darles la bienvenida a los extranjeros, al bajar se encontraron con el consejero del emperador que los miraba sorprendido. era un hombre mayor, de ojos amatistas y cabello canoso.
-buenos dias alteza, espero que el viaje haya sido venturoso para usted y sus tripulantes-dijo con el mayor de los respetos, haciendo una reverencia- soy Solomon Mutou, el consejero del emperador, es un placer tenerlos aqui
-gracias señor, asi fue-el tambien con mucho respeto respondio- soy el faraón Yami Athemu, y ellos son mis amigos, Bakura Seifer, Marik Andalar y Seth Kalim
-Mucho gusto a todos, y bienvenidos a japon
al llegar al palacio del emperador les dieron tiempo para instalarse y luego los 4 egipcios fueron a verlo, el emperador también se sorprendio al verlos, yami empezaba a preguntarse si tenian algo en la cara o que carajo pasaba?, todos los veian sorprendidos, ¿nunca habian visto a una persona morena en su vida?. el emperador mando a llamar a 4 sirvientes y les sonrio a sus invitados.
-deben estar exhaustos por el viaje, dejenme invitarles algo de comer para que después puedan descansar con tranquilidad-comían en un comedor con una mesa larga ellos en una punta y el emperador en la otra, a yami esto ya le parecía demasiado si querían hablar no debian estar cerca?-les complace la comida y el servicio?
yami estuvo a punto de decirle lo que pensaba con sus peores palabras, pero en ese momento se sorprendió, al ver entrar a un pequeño de cabellos tricolor, como él, y grandes ojos amatista, pequeño de piel clara y sonrisa sincera entro y fue directo hacia el emperador.
-me llamo excelencia?-le pregunto al emperador con la vocecita mas tierna que yami haya escuchado en su vida-
-asi es yugi, y tu abuelo?- yami penso ''yugi se llama''-
-vendrá en breve mi señor-dijo yugi sentandose en la mesa frente a yami, lo que el faraón le haría si se hubiera sentado junto a él-
-yugi, tenemos invitados-yugi volteó la vista al faraón y se sorprendió- saluda, él es el faraón yami athemu
-b-buenos dias-hizo una reverencia que yami le correspondió, se veía que era un niño dulce y sincero- o.o? me paresco a usted-yami sonrió, también era muy sincero-
En ese momento entro el consejero del emperador y se sento junto a yugi, de seguro era su abuelo, eso explicaba por que se sorprendió al verlo. yami no podia quitarle los ojos de encima a yugi, y yugi tampoco podia dejar de verlo, pero se apenaba cuando yami lo veia y se ruborizaba, ''al parecer si habían cosas interesantes en japon'' penso yami sonriendo. al acabar de comer los 4 egipcios fueron a sus habitaciones. seth y yami hablaban en la habitación del faraón.
-yami, ¿qué te pareció la comida?, se que algo de ella te gusto-sonriendole a su faraón-
-no me gusto, me encanto-puntualizo el moreno al castaño-admito que es raro ver a alguien que se paresca asi a mi, mi color de cabello no es normal, sin embargo, estoy muy complacido con haberlo visto, tal vez japon no sea tan malo
-¿lo buscaras?-pregunto el castaño-
-dalo por echo, sabes que cuando le pongo el ojo a algo eso es mio
-y donde pones el ojo pones la bala, escuche del consejero que su nieto ve al medico regularmente para ver su ciclo de fertilidad
-siempre eres de utilidad seth, gracias, deberias buscarte a alguien también, ¿Sabes?, quizá a ti también te sorprenda este país
-¿quién dijo que no lo hizo ya?
-perfecto, ¿quién sabe?, quizá si nos gusta demasiado una flor podamos llevarla a nuestro país-dijo el faraón con picardía, por que ya maquinaba las maneras en las que podría adueñarse de su pequeña luz-
El pequeño yugi caminaba po rlos pasillos del palacio y vió a seth salir de la alcoba del faraón, al perderlo de vista toco para poder llamar la atención del faraón.
-¿quién es?-sabía que su sacerdote no era, pues seth se iba a ocupar de buscar a su flechazo-
-soy yo señor faraón, yugi, el sirviente del emperador-yami sonrió como el mismisimo demonio, practicamente lo invoco- ¿puedo pasar?
-claro yugi pasa, pero por favor solo dime yami o faraón
-si se...-yami lo miro con una ceja enarcada-yami-sonrio nervioso el pequeño sentandose frente al faraón-
-¿qué se te ofrece yugi?-pregunto el faraón con curiosidad, no se conocían, pero sabia que el pequeño minimo le preguntaría si eran parientes, con esa inocencia que emanaba-
-me preguntaba por qué nos parecemos tanto, ¿a usted no le parece extraño?-es que era tan obvio para el mayor-
-no lo se yugi, la verdad también me sorprendi al verte, pero se que no somos familia ni nada de eso, quizá sea mera coincidencia pequeño-le sonrió el faraón- dime algo, Solomon Mutou es tu abuelo, ¿verdad?, me dio esa impresión
-asi es
-¿y tus padres?-si había padres había una traba en sus planes de quedarse al niño para sí-
-murieron cuando yo era un bebe, mi abuelo es el unico pariente que tengo
-lo siento mucho yugi-el mayor abrazo a yugi para sorpresa del menor-te entiendo, mis padres también murieron cuando yo era muy joven
-lo lamento mucho faraón-correspondiendole el abrazo timidamente, mientras el faraón lo sentaba junto a él, yami quería que los vieran asi de juntos, quizá asi llegar a un acuerdo por el pequeño de mirada amatista-
pasaron unas horas y en efecto el abuelo de yugi y el emperador vieron a yami acostado junto a yugi que estaba sentado hablandole tranquilamente de japon al moreno, no lo notaban, pero yami tenia una mano escondida en unos almohadones y acariciaba la espalda baja de yugi, le parecia tan inocente que casi le remordia la consciencia las ideas que tenia para el pequeño, casi. El abuelo de yugi llamo a su nieto y el pequeño, disculpandose con el faraón, se fue. Yami quería a ese niño para el, asi tuviera que llevarselo por las malas, pero dejando de pensar en eso se preguntaba ¿cómo le habrá ido a su sacerdote en la busqueda de su flechazo? y ¿qué estarían haciendo marik y bakura?
CONTINUARÁ........