Cinco años enamorada de ella, cinco años a su lado desde que vi su hermoso rostro de piel blanca y ojos verdes que parecía superar la belleza misma. Ella era la típica niña que a todos les gustaba, era muy popular entre la escuela y quizá más en su colonia, y todos literalmente babeaban cuando ella pasaba. Natasha era muy especial para mí.
Después de la separación de mis padres ella fue la que estuvo conmigo en todo momento y siempre me sacaba una sonrisa cuando los días no podían ser más grises y tristes para mí, la separación de mis padres fue muy dolorosa y yo estaba en el medio, se disputaban con quien me iría y me ponían uno en contra del otro continuamente. Vivir en mi casa era un infierno y me sentía bien cuando estaba con Natasha, con ella parecía que vivía en un mundo paralelo, lleno de felicidad y sin problemas de ningún tipo, sin gritos, sin tristeza, sin peleas, sin insultos, solo paz y tranquilidad. Pero todo iba a cambiar con la llegada de Virginia. Natasha se enamoró de ella perdidamente y ya casi no tenía tiempo para mí, la llamaba para quedar como siempre y ella siempre tenía una excusa.
Después de años de amistad ella nunca se había olvidado de mi cumpleaños, siempre lo celebrábamos juntas pero ese año no fue asi, se fue de campamento con su novia y se olvidó completamente de mí, no me lo podía creer, mi amiga, mi mejor amiga, mi confidente, mi paño de lagrima, mi amor platónico ya no se acordaba de mí. Era muy doloroso para mí y la culpa la tenía esa chica que la había separado de mi lado, era culpa de esa chica, ella la aparto de mí, mi vida empezó a ser miserable, las peleas con mis padres empezaron de nuevo y cada vez más fuertes metiéndome en todo.
Me sentí sola, herida y rota por dentro pero ya no estaba mi amiga para pedirle ayuda, para consolarme, se alejó de mí por culpa de Virginia. Maldigo el día en el que se conocieron, ojala que ella se fuera, ojala que se muera.
Tenía que hacer algo para recuperarla. Tenía que recuperar a mi amor platónico.
Ella se fue unos días a un pueblo lejos de la ciudad, lo que era mi oportunidad para poner en acción mi plan para separarlas y recuperarla a ella, Me entere que Virginia iría a una fiesta de uno de sus amigos, fui al lugar en donde estaría ella pero no entre, me quede esperándola afuera junto a los arboles hasta que saliera, espere y espere hasta que la vi salir sola y empecé a seguirla lo más cuidadosamente posible, con la ayuda de la noche y las sombras de los árboles, conmigo llevaba un fierro con un extremo puntiagudo, aumente la velocidad de mis piernas y con fuerza le di un golpe en la cabeza que la hizo caer de rodillas, no me detuve y de nuevo empecé a golpearla con el fierro hasta quebrarle el brazo izquierdo y parte de la pierna derecha, no supe que me paso pero sentía el odio salir de mí, y con la parte puntiaguda empecé a apuñalarla deseando que se muriera, viéndola asi supe que era todo y me fui aliviada.
Al siguiente día afuera de mi casillero escuche a los amigos de Virginia hablando de lo que paso, que la encontraron tirada a las afueras del parque con golpes y sangre, lo que oía me agradaba mucho. Ya no estará aquí para interferir conmigo y con Natasha, pero cuando escuche que estaba consciente me lleno de odio, se suponía que debía estar muerta y ahora que esta asi Natasha debe de estar enterada, lo cual significa que estaría más con ella, más unida. Yo no quiero eso, ella es mía.
Después de clases fui al hospital donde estaba internada, pregunte por su habitación y fui directo hacia ella, al llegar y verla con tantos golpes y ver que seguía viva me enojo demasiado, ella estaba consciente y me le acerque con odio y sorna de lo que le paso, hasta hacerle entender que yo fui, no mostro sorpresa ni nada, era lógico, estaba en un estado deplorable.
Agarre una almohada y me le acerque un poco, me burlaba y le dije que tenía que terminar con Natasha, le decía que le hiciera entender que Nat es un estorbo para ella y muchas cosas más.
Ella volvió más preocupada que por mí y mis problemas y siempre se quedaba en el hospital las horas y eso me enojaba demasiado. Pero tenía que esperar ya que le dije que cuando le dieran de alta tenía que terminar con ella.
Pasaron las semanas sin saber mucho de los dos hasta que una llamada de Natasha con sollozos me dijo que Potts la dejo, después de eso me sentí tan feliz, ella ahora está conmigo a mi lado y puedo ser yo quien la consolé, a mi gran amor pero no fue asi, ya han pasado cuatro meses del rompimiento y Nat ha cambiado, estaba triste, lloraba mucho, ya no hablaba con nadie y los temas que hablábamos eran de Pepper y su rompimiento, incluso ella trato de suicidarse una vez.
“¿Qué le hice a mi amiga? Le he arruinado la vida a mi amor”. Ya no podía más y le confesé que yo fui quien casi mata a Virginia y que la amenazo para que terminaran, ella lanzo un gran llanto seguido de una bofetada hacia mí.
-Pero yo te amo, tú eres la chica que está conmigo siempre, no quería perderte por ella.- Le confesé todo a ella de rodillas pero ella me insulto y me lanzo lo que más me dolió:
-¡Me das asco, eres un maldito monstruo! ¡No quiero verte jamás! ¡Estas muerta para mí!- Fueron sus últimas palabras y se fue para siempre, me rompí por dentro, fui una estúpida, este odio y celos que sentía hacia su relación me cegaron, arruine la vida de ella porque no pude ver lo que hacía, no merezco vivir.
Antes de partir me tomo dos meses juntar a Virginia y Natasha de nuevo anónimamente, no dormía para erradicar lo que hice, pero lo logre, ella es feliz de nuevo y eso es lo que más buscaba, pero yo no. Ella ahora me odia y no me aceptara nunca el perdón, no soy nada sin ella pero eso no importara ya, la sangre saliendo de mis muñecas se derrama rápido, siento mi piel más pálida de lo normal, el frio se apodera de mí y cada segundo que pasa siento venir el sueño eterno.
Perdóname, tú me has ayudado en mi soledad, la que secó mis lágrimas y la que se preocupó por mí, pero yo no te page con la misma moneda, te hice daño, lo más fuerte que te puede hacer otra persona, pero al ver y saber que sonríes de nuevo y que eres la misma de siempre ya es la hora, mi dolor, mi odio y lo que me hizo lastimar a mi gran amor se irán junto conmigo, te amo, mi gran amor platónico.
-Se feliz con quien más amas.- Fue su ultimo susurro.