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Bajo el mismo techo. por lanekorubia

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Notas del capitulo:

Holi!!!!!!!!!!! esta historia esta basado en el manga Nanaco Robin n.n

espero que les guste :3

¡Aspira a la felicidad y corre!

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-Ahora, puedes besar a la novia…

-¡ESPEREN!

El resto de los invitados miro hacia la puerta de la iglesia incrédulos. En la entrada del lugar se podía ver a un joven de cabello rubio y hermosos ojos dorados. Tenía las manos extendidas y miraba con seriedad hacia el altar.

-¿Ryou…ta?-pregunto sorprendido el hombre que estaba a punto de casarse. Debido a la situación en la que se encontraban (entiéndase: en una iglesia, en medio de una boda, con personas que miraban la escena horrorizados y una novia no muy feliz por la interrupción del que parecía ser un amante…), un “¿Cómo estás?” no parecía adecuado.

-¡No hay tiempo para explicaciones!-grito Kise mientras corría al altar junto al  moreno y luego de tomarlo de la muñeca y tirar de él para llevarlo hacia la salida- ¡Los tipos que intentaron detenerme ahora están inconscientes pero no confío en mi fuerza de noqueo...ASÍ QUE CORRE!

-¡Esta bien!-acepto el moreno gustoso dejándose arrastrar por el adolescente.

-¡Oye!-grito la novia- ¡¿QUÉ ES ESTO?!

El resto de los invitados observaba con una gotita colgando de su cabeza a los dos fugitivos.

Al instante, todos sacaron sus celulares para empezar a comunicar en las redes sociales que Aomine Ryu acababa de abandonar a su prometida en el altar.

-Oye… ¿Esto significa que no comeremos pastel más tarde?

-Atsushi… ¿Acabamos de presenciar como un matrimonio acaba de romper sin siquiera empezar y solo te importa la comida que recibiríamos en la fiesta de más tarde?

-Pero los casamientos son aburridos Muro-chin…

-Es el casamiento de tu hermana.

El pelilila solo bufo. Himuro negó con la cabeza para luego ver que la novia estaba estática aún en el altar. Con precaución, saco su celular y comenzó a grabarla…sabía que no debía reírse en una situación así pero… ¡esa expresión era genial!  Lástima que se había perdido el escape de esos dos…bueno…siempre podía pedirle una copia al camarógrafo...

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-¡Te he dicho que no voy a ir! ¡Deja que me vaya!

-Es la boda de tu hermano, ¿Sabes?-le decía un hombre alto y fornido mientras sostenía al chico peliazul que intentaba por todos los medios alejarse de él.

El adolescente lo empujo con fastidio.

-¿Y eso a mí qué? ¡¿Por qué debería preocuparme por un hermano así?!-grito mirando a su guardaespaldas con odio.

Una expresión que no le duro mucho…cuándo su rostro se estampo contra el piso.

-¿Qué…?-levanto la vista, molesto.-¡Oye!-grito al ver al responsable de su caída casi alejándose a toda velocidad-¡Fíjate por donde vas!

-¡Lo siento!-le grito a su vez Kise dando media vuelta para observarlo por unos segundos. Conectando sus miradas: Azul y Dorado. Ambos sintiendo una pequeña electricidad recorriendo su columna por ese efímero instante…

-¿Daiki?-pregunto a su vez Ryu, quién también se detuvo, imitando a Kise.

-¿Hermano?-pregunto Aomine, incrédulo.

-¿Tú hermano pequeño?-volvió a intervenir aquel rubio que fue el responsable de su caída y de que ahora tuviera una extraña sensación…

Seguramente alucinaba debido al golpe.

-Sí-le contesto Ryu, para luego volverse hacia el moreno que seguía en el piso-Perdóname, luego me pongo en contacto contigo.  

-¿Eh…?-pregunto Aomine al ver como su hermano daba media vuelta y volvía a su frenética carrera- Oi, ¿No deberías estar casándote…?

-¡Vamos Ryouta!

-¿Eh…?-Daiki no podía estar más confundido- ¿Y ese quién es? ¡Oi, ¿tienes un amante más joven que tú?! ¡Maldito degenerado!

-¡Sí!-replico el rubio dando media vuelta, siguiéndolo.

-¿EH?-El peliazul no podía estar más confundido.

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Kise Ryouta estaba tirado en el suelo, intentado recuperar el aliento.

Había corrido la maratón de su vida.

Ni siquiera cuándo su madre le avisa que había sopa de cebolla corría de esa manera.

-Mi profesor de educación física puede sentirse orgulloso…-murmuro mientras intentaba incorporarse, observando la escena que había frente a él.

-¡Lamento haberte preocupado!-decía el moreno culpable de su falta de oxígeno, mientras abrazaba a una joven rubia, de cabello largo y grandes ojos pardos.

-¡No te preocupes por eso, ahora!-replico la mujer aferrándose con más fuerza a él.

Kise los miro con una gotita colgando de su cabeza. ¿Es que ellos no entendían la situación en la que se encontraban? ¡Había secuestrado a un novio el día de su boda! ¡Se había pasado el día huyendo como fugitivo! ¡Casi había perdido un pulmón!  ¡Lo más probable era que una novia furiosa con deseos de ahorcarlos los estuviera buscando!

-¡Hermana!-grito Ryouta intentando llamar la atención de la rubia.

-Ah…-murmuraron ambos, separándose para mirar al adolescente tirado en medio de la calle.- Lo siento, Ryou-chan. ¿Te ayudo?-dijo su hermana mayor con culpabilidad.

  -¡No! ¡No importa!-negó Kise- Solo dejen su burbuja de amor por un segundo y dense prisa los dos…

-¡De acuerdo!-asintió su hermana mientras abrazaba a su hermano con rapidez y tomaba una de las maletas.

-¡Gracias por todo Ryouta!-asintió Ryu mientras levantaba las maletas restantes y ambos se dirigieron a la estación de trenes.

Kise los observo irse. Lentamente, una lágrima se deslizo por su mejilla…

“Hoy mi hermana…se fugara con su amante” pensó Kise mientras se recostaba en la calle nuevamente y miraba el cielo iluminado por las estrellas.

-¡Ahhh!-bostezo el rubio- ¡Estoy tan cansado!

“Excluir a un hijo de buena familia de un matrimonio político es muy dramático, ¿No?”  Una sonrisa divertida apareció en su rostro al pensar en eso.

-Sean felices…por favor-dijo esta vez con seriedad.

Porque lo que más deseaba el rubio es que su hermana y Ryu sean las personas más felices de la Tierra.

Porque esas dos personas que acababan de huir para construir su propia felicidad…eran las personas que más amaba él… 00000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000

-Ryouta…-decía su padre divertido- Entonces, ¿Irrumpiste en la iglesia en lugar que tu hermana?

-Es que mi hermana es muy lenta…-argumento Kise.

-¡Este chico es muy impulsivo!-rió su madre mientras se ocupaba de lavar los platos en la cocina de su restaurante. El restaurante de la familia Kise.

-No me lo digas tú mamá-se defiendo el rubio, igual de sonriente que sus padres- ¡Tú fuiste la única que le dijo que se fugara!

-Oh, ¿Eso hice?-se sorprendió su madre.

Kise negó, divertido.

-¡Ah, sí!-dijo recordando- Cuándo estaba corriendo, tropecé con su su hermano pequeño…

-Su nombre era Daiki-kun, ¿Cierto?

-¡¿Lo conoces?!-Kise abrió los ojos de la impresión.

-Tiene tu edad y está en el mismo instituto que tú-le explico su madre.

-¿Eh…?

“¿Y eso cuándo paso? ¡¿Y por qué él no se entera de nada?! ¡A veces su madre parecía tener más vida social e información de su entorno que él mismo!”

-Entonces la próxima vez-intervino su padre con tono bromista- Ryouta y ese chico se fugarán.

Kise rió al imaginárselo.

-Muy buena-felicito a su padre. ¿Él tener que volver a interrumpir una boda y sacrificando sus pulmones en el proceso por segunda vez? Sí claro…

 -¡No!-negó su madre- A Ryouta-chan le gusta Ryu-kun. Pero su hermana se lo saco.

Kise escupió la mitad de su bebida al escuchar eso.                 

-¿Eh?-su padre miro a Kise confundido- ¿Es eso cierto Ryouta?

-Es verdad ¿No, Ryouta-chan?

-¡¿Qué estás diciendo?!-grito Kise horrorizado…se suponía que era un “secreto”.

“Claro” ironizo su mente  “si con secreto te refieres a que tus amigos lo sepan, tu familia lo sepa, tu vecino de enfrente y el tipo que reparte los diarios por la mañana lo sepan…” 

Un escalofrío le recorrió la columna. No quería llorar. No de nuevo.

-Sí…-empezó a decir con lentitud y con los ojos llorosos, pero reteniendo las lágrimas. Era una frase que repetía siempre que se sentía mal, algo que siempre decía cuándo sentía que todos los problemas lo abrumaban- ¡Sí eres feliz puedes hacer lo que sea!

“A partir de mañana empezaran las clases y  seré un estudiante nuevamente… será algo así como un nuevo comienzo…así que debo pensar y concentrarme en…¡que sí eres feliz puedes hacer lo que sea!”

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-Pero no eres feliz, Kise-kun.-replico su mejor amigo aquel día, mientras ambos entraban al instituto.- Sí toda tu energía se ha ido… ¿Qué más queda?

-Respirar.

-¿Ves?

-De acuerdo…-dijo esta vez Kise más animado y luciendo una sonrisa mientras agitaba sus manos, solo le faltaban los pompones y la porra estaría completa- ¡Sí eres feliz puedes hacer lo que…!

-Estas fingiendo, Kise-kun. Así que para…

“Además estas traumatizando a los demás alumnos” pensó el peliceleste al notar como el resto de sus compañeros miraban a Kise con una gotita colgando de sus cabezas mientras se alejaban de ellos como si el rubio tuviera una enfermedad sumamente contagiosa.

-¡Me toco en la misma clase que Kurokocchi!-comento Kise mientras observaba el letrero.

 -Oye, ponte más contento…-dijo Kuroko, preocupado porque su amigo no le saltara encima para abrazarlo o que gritara de emoción cómo siempre hacía.

-Estoy contento-replico el rubio, preocupando más a su amigo.

-¡¿Qué te pasa?! ¡¿Quieres pelea?!-un grito los sobresalto a ambos, y se acercaron para ver que los originaba.

-¿Qué pasa?-pregunto Kuroko cuando lograron ver que sucedía- ¿Una pelea?

-¿Qué dices?-un moreno de cabello azul y ojos del mismo color lo miro con molestia- ¡Tú eres el que choco contra mí! ¡Tú eres el único que quiere pelea!

-¿Ha?-dijo Kise de la impresión, llamando la atención de la mayoría de sus compañeros, y como consecuencia, la del moreno.

Aomine se quedó estático de la sorpresa por unos segundos… ¿Ese rubio no era…?

-¡auch!

Soltó un quejido al sentir el golpe que su contrincante le había dado en su mandíbula, aprovechando la distracción que había tenido observando al rubio.

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-Estas bien, ¿Daiki-kun?-le pregunto Kise preocupado al moreno.

Ambos estaban en la enfermería. Kise se había ofrecido voluntario para acompañarlo, pero aun así el moreno lo había ignorado todo el camino.

Recién ahora que la enfermera había ido por unos papeles, el rubio se había animada a hablar. 

-No tienes derecho a llamarme por mi nombre.-replico el moreno mirando a Kise con todo el desprecio del mundo, dejando al rubio con anonadado.

-¿Eh…?

-¡Gracias a que estropeaste la boda de mi hermano las cosas han sido realmente molestas!-exploto Daiki. Harto del rostro aparentemente inocente del rubio.

-¿E-en serio?-se sorprendió Kise.

 -“¿En serio?”-lo imito Aomine fulminándolo con la mirada, incrédulo- ¡¿Pensaste en los problemas que traerías?!

-N-no…-contesto Kise sin saber que decir. Era la primera vez que alguien le gritaba y lo miraba con tanta molestia en su vida.

-Los padres de la chica irrumpieron en nuestra casa-explico el moreno con dureza- Nuestros padres no sabían que había pasado y se pusieron furiosos conmigo…

-¡Ah!-entendió Kise arrugando el entrecejo, en plan “serio”- ¡Eso es terrible!

-Tú…-Ha Aomine le saltaban varias venitas en la frente. No importaba que el rubio fingiera que entendía…era obvio que no sabía realmente que problemas había causado. Y aparentemente tampoco le importaban.

El moreno apretaba los puños, tratando de controlarse para no descuartizar al rubio. Siempre le habían explicado que no debía pegarle a las mujeres y tuviera cuidado con los donceles. Ya que estos no poseían la misma fuerza que un chico común tendría debido a su condición…y por la apariencia de ese rubio…estaba seguro de que era un doncel.

-Pero…-la voz de Kise interrumpió sus pensamientos homicidas- Creo que tu hermano es feliz ahora, ¿Verdad? ¿No es eso lo que importa?

-Me han hablado de mi hermano por teléfono-dijo Daiki- se fugó con tu hermana, ¿Verdad?

-¡Sí!-asintió Kise, feliz. Tal vez ahora Aomine entendería que todo lo que hizo fue por la felicidad de sus hermanos mayores. Y entendería que ahora ambos eran de la misma familia. Y que los regaños valían si las personas que quieren son felices. Tal vez…

-La vida de mi hermano es un desastre.

-¿Qué?…pero…

-Sí tan solo se hubiera casado con esa famosa, su vida habría sido de lujo.-explico Aomine con naturalidad- pero se dejó engañar por alguna mujer pobre de una inmunda cafetería. Hizo que su vida se convirtiera en un desastre, es tan tonto…-El moreno observo que Kise tenía ahora los puños apretados y la vista gacha. Sonrío con auto eficiencia. ¿Con alguien se tenía que desquitar, verdad?

-¡Auch! ¡TÚ!-gruño luego de sentir como el rubio le daba una cachetada con todas sus fuerzas. -¡¿Qué crees qué…?!-una patada le hizo imposible terminar de hablar.

Para ser un doncel…el bastardo pegaba fuerte.

El moreno había caído de la silla, por lo que levanto la vista mientras se sostenía el estómago, donde el rubio le había dado la patada karateca.

-Maldito…-murmuro Kise. Tenía la voz agitada y los ojos abiertos con furia- Espero…¡QUÉ TE QUEDES CALVO HOY MISMO!

-¿Eh?

Aomine observo como el rubio desaparecía por la puerta de la enfermería, prácticamente corriendo.

“¿Qué pasa con ese insulto tan infantil?”

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“¿Pero qué le pasa a ese chico?” se preguntó Kise mientras corría por el instituto, sin darse cuenta que iba dando vueltas alrededor de un salón- “¿Eh? ¿Esto ya no lo había pasado…? ¡Argg estoy tan enojado que ni siquiera reconozco mi propia escuela!” se desesperó el rubio “Estúpido. Estúpido. Estúpido. Estúpido…”

-Hey, Kise-san…-lo llamo una delgada castaña al ver que Ryouta daba su cuarta vuelta alrededor del salón.

-¿Eh? ¿Riko-san? ¡Puedes llamarme Kise!

-Bien, Kise…¿Eres amigo de Aomine-san?

-¿Ehh? ¡No! ¡De ninguna manera podía ser amigo de esa amasa amorfa diabólica que…

-…entonces creo que lo mejor sería que no te involucres con él. Cuándo iba en su último año de secundaria, rompió todas las ventanas de su colegio y huyo en una moto robada-le explico Riko.

-¿De verdad? ¿Tiene licencia a nuestra edad?-pregunto Kise asombrado.- ¿Crees que si le pregunto si podemos dar un paseo en una moto nos deje? ¡Siempre quise ver…!

Pero se detuvo al ver el rostro serio de Riko. Por su parte, la castaña solo suspiro. “Fue una buena decisión hablar con Kise primero. Es demasiado ingenuo y se emociona con facilidad…”

 -Pero…-Kise lo pensó unos segundos- ¿Aomine no es el hijo menor de una compañía famosa?

-Así es-confirmo Riko- Incluso si le causas problemas, lo silencia todo con dinero…por eso, aléjate de él, antes de que te involucres.

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-¡Sal de mi camino, bulto desagradable!-grito el peliazul en el momento de la salida.

Kise arrugo el entrecejo al escuchar eso.

-¡Te estoy hablando a ti idiota! ¿Acaso también eres sordo?-grito esta vez Aomine, atrayendo todas las miradas del salón.

El rubio suspiro. Y luego se dio media vuelta, golpeando al moreno en el proceso.

-¡Pagarás por haber subestimado a un chico pobre de una inmunda cafetería!-le grito Kise indignado y aún molesto.

-Tú…-gruño Aomine- no te lo perdonare…

El resto de sus compañeros solo podía observarlos, alejándose lentamente de ello. Algunos hacían apuestas a favor de uno u  otro. La mayoría pensó que lo mejor era ignorarlos. Riko solo podía pensar…

“¿Acaso Kise escucho todo lo que le había dicho?”

 Estaba empezando a creer que el chico tenía un lado suicida. 00000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000

“Oye, Ryou-chan…Ryu-kun se ha convertido en nuestro cliente usual. ¿No es extraño? Podría ir a cualquier restaurante de lujo, ya que es hijo de una gran familia.”

“¡Ryou-chan! ¡Ryu-kun se me ha confesado!”

“Ryou-chan…Ryu-kun dijo…dijo que estaba comprometido con otra chica…¿Qué hago?”

“Se dejó engañar por  alguna mujer pobre de una inmunda cafetería…”

-¡Arrg!-se enojó el rubio mientras entraba a su habitación, todavía molesto- ¡Nunca lo perdonare! ¡Si habla así es porque no sabe nada! ¡Así que no hable!

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Carta de desafío:

¡Quedamos en la porta puerta del instituto después de clase!

Daichi Daiki Aomine

 

Kise resoplo al encontrar ese papel en su escritorio esa mañana. Kuroko a su lado, leía la nota, confundido.

-Parece un informe escrito de manera estúpida.-comento con toda la sinceridad que lo identificaba.

-Ha escrito mal su propio nombre…-dijo a su vez Kise, sin saber si reír o llorar.

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 -Aprecio que no huyas-dijo el moreno al ver a Kise parado en la puerta del instituto.

-Estamos en la misma clase-replico el rubio mientras mostraba la “carta” de desafío- Si tenías que decirme algo podías haberlo dicho en clase. ¿Y no suele quedar las personas detrás del instituto para este tipo de cosas?-pregunto recordando la cantidad de manga y anime que había leído y visto.

-No sé dónde está eso.

Kise lo miro incrédulo.

-Está en la parte de atrás del edificio. Sí querías saber pudiste haber preguntado o…

-¡De todos modos no importa!-exploto Aomine, harto de esa conversación (según él) sin sentido- ¡El terreno es muy grande! ¡Es difícil elegir un sitio! 

-Primero pide perdón por lo de mi hermana-dijo esta vez Kise con seriedad- Después empezaremos a hablar desde ahí…

-¿Qué?-Aomine lo miro confundido- No recuerdo haber dicho nada que  merezca una disculpa…

-¡SÍ QUE LO DIJISTE!-grito esta vez el rubio. Llamando la atención de los estudiantes que estaban alrededor- ¡Mi hermana y tu hermano están muy enamorados!

-¿Eh? ¡¿A quién le importa eso?!

-¡Tú!-grito Kise señalándolo con el dedo- ¡Nunca te gusto nadie! ¡Por eso hablas así! En primer lugar…Mi hermana no engaño a tu hermano, sino que tu hermano se enamoró a primera vista. Pero yo fui el primero que le dio la bienvenida al restaurante y siempre fui yo él que atendía sus pedidos. Sin embargo, él no me notaba para nada…

-Ehhh…-Aomine lo miro sin entender nada, luego se volvió al peliceleste que había acompañado a Kise. Casi olvidándose de que estaba ahí- Oye, casper, ¿De qué está hablando…?

-¿Casper?-Kuroko arqueo una ceja, un aura tenebrosa empezó a rodearlo.

“Oye, Ryouta, ¡Te traje un regalo de mi último viaje!”

“¿Te gustaría ir al karaoke el próximo domingo? ¡Sé que te gusta mucho!”

“Ryouta…¿Sabes si a tu hermana le gusta alguien?”

Los recuerdos se amontonaron en su mente y Kise sintió que las punzadas de dolor volvían…

-Después de eso-volvió a hablar levantando la vista para observar fijamente a Aomine- solo pude animarlos-dijo con la voz quebrada y los ojos llenos de lágrimas.

-O-oye… ¿Qu…? ¡Espe…!-el peliazul no sabía qué hacer y comenzaba a desesperarse. Kise ahora lloraba a lágrima viva. Atrayendo aún más la atención en el proceso.

-¡Lo has hecho llorar!-grito Kuroko, indignado.

-¿Qué? Tú… ¡Casper!

-¡QUÉ CHICO MÁS HORRIBLE! ¡LO ÚNICO QUE QUERÍAS ERA EL CUERPO DE KISE-KUN!

-¿EH? ¡O-oye…! ¿DE QUÉ HABLAS?

-¡La manera en la que la gente rica trata a los demás es despreciable!

-¡Cállate casper!

-¡Y tienes a otros cinco donceles y mujeres!

-¡Oi!-grito Aomine cuándo noto como ahora todos lo miraban como si fuera un pervertido despreciable sin corazón gracias a los gritos del peliceleste y el llanto de Kise, quién seguía en su misión de convertir el instituto en una piscina gigante si seguía así.- ¡Y tú para de llorar!

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-He oído que Aomine, él de la clase b está saliendo con  tres donceles y cinco chicas a la vez…

-Escuche que su meta es acostarse con 100 chicas y donceles del instituto…

-Me dijeron que su hobby es tirar dinero para que las mujeres y donceles lo recojan…

-¡Yo escuche que su hobby es golpear a los demás con un fajo de dinero! ¡Principalmente si son mujeres o donceles…!

-No hay problema-dijo esta vez un chico acercándose al grupo que estaba hablando en el rincón- ¡Ya que él es el peor de todos!

-Los rumores sí que dan miedo, ¿No?-comento Kise con una gotita colgando de su cabeza, observando a sus compañeros de clase.

-Tendrá que arrastrar la carga de haberme llamado “casper” el resto de su vida-contesto Kuroko, impasible.

-Ustedes dos…-el moreno se acercó a ambos donceles- ¡A PARTIR DE AHORA NO SE ATREVAN A ACERCARSE A MÍ!

-¿QUÉ DICES?-Kise lo miro indignado- ¡TÚ FUISTE QUIÉN ME ENVÍO LA CARTA DE DESAFÍO!

-¡ERES MUY RUIDOSO RUBIA! ¡MEJOR CALLATE!

-¿A QUIÉN LLAMAS RUBIA?

-¿PREFIERES TEÑIDO?

-¡SOY RUBIO NATURAL!

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-¡Estoy en casa!-saludo Kise cuándo llego. El día no había sido el mejor, pero se estaba acostumbrado a  las discusiones sin sentido que mantenía con aquel moreno…

-Shhh-le dijo su madre señalando la televisión.

Kise arqueo una ceja y se acercó a escuchar.

-Se ha cancelado la fusión con el hotel Aomine. Ahora, el grupo Aomine corre el peligro de ir a la bancarrota…-decía el noticiario.  

-¿Hum? Creo que escuche en algún lado el apellido Aomine…-reflexiono el rubio, distraído.

-¡Es la familia de Ryu-kun y Daiki-kun!

-Ahhh-recordo Kise- ¿Por qué se canceló la fusión?

-Ryu, el hijo mayor del grupo Aomine-siguió hablando el presentador- Se planeaba un matrimonio entre él y la hija del grupo Murasakibara para llevar a cabo la fusión. Sin embargo esta no fue llevado a cabo y ahora la familia Murasakibara no quiere hacer tratos con el grupo Aomine otra vez…

-Parece…-dijo su madre despacio y completamente pálida- que es porque arruinamos su matrimonio, por lo que su familia ahora está en problemas…

  -¿Eh…?

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-¡No puede ser! ¡¿Lo dices en serio?!-los murmullos en el instituto cada vez se hacían más fuerte.

Pero Kise no participaba en eso. Respirando hondo, se acercó al moreno que estaba sentado en un solitario rincón del instituto. Era la hora de salida. Y él estaba dispuesto a enfrentar a Aomine para ver si la situación realmente estaba tan mal como la había escuchado. El sentimiento de culpabilidad no lo había abandonado toda la noche…

-Oye…-dijo el rubio- ¿Qué ha pasado con tu familia?

-No lo sé-contesto con indiferencia.

-¿No lo sabes…?

-Es culpa tuya. ¿Lo sabes, no?

Kise sintió el calor detrás de sus orejas, producto del bochorno y la culpa que sentía. “No…no puedo contestarle”

-Recoges lo que siembras, ¿Verdad?-dijo un chico en voz alta. Estaba junto a sus amigos, y observaban al moreno.- Hasta ahora, solo porque eras rico, te engrandecías y hacías todo lo que querías…

-Wakamatsu-san, él puede oírte…-intentaba callarlo un tembloroso castaño junto a él.

-Está bien, que oiga…

Kise estaba a punto de decirle a Wakamatsu que se callara, debido a que no estaba bien hablar sobre asuntos ajenos y sobretodo de problemas familiares. Pero se detuvo al ver como Aomine se levantaba y golpeaba su escritorio en el proceso.

-¡Sí tienes alguna queja dilo! ¡La escuchare!

-¡Lo diré!-grito Wakamatsu, también acercándose al  moreno.- ¡En la secundaria, durante el importante período de exámenes, no causaste más que problemas! ¡Y la mayoría de las veces suspendieron las clases! ¡Por tu culpa…POR TU CULPA SUSPENDÍ LOS EXÁMENES!

-¿Ha? ¡¿Cómo que es mi culpa?!

-¡Todos los que suspendimos el examen lo piensan!-Wakamatsu hizo una pausa para tomar un poco de aire- ¿Sabes? No importaba que tú también los suspendieras, ya que podías entrar a cualquier lugar si pagabas…incluso a otra clase...

Aomine camino en dirección a Wakamatsu, en completo silencio. Paso por al lado suyo directo a la salida.

Todos se sobresaltaron cuando escucharon el sonido de algo cayendo.

Kise salió del aula solo para encontrarse con un bote de basura tirado y aboyado…

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-¿No vas a ir a casa?-pregunto Kise, quién había seguido a Aomine hasta atrás del instituto.

Aomine lo miro unos minutos.

Kise desearía que no lo hiciera. El azul profundo de sus ojos…lo ponía tan nervioso…

-Me han dicho que no fuera a casa-contesto con su voz ronca y pausada. Kise sintió un ligero escalofrío.

-¿Por qué?

-La prensa tiene la casa rodeada. Así que no podemos entrar-Aomine ni siquiera entendía porque le estaba dando explicaciones.

Tal vez porque quería que el rubio se sintiera responsable por todo lo que estaba pasando. Porque lo era, ¿No?

-...¿Y si vas a la casa de un amigo?

-No tengo.

Oh sí. Aomine disfrutaba ver al rubio sufriendo por la culpa…tal vez si tenía un lado sádico…

Kise por su parte trataba de pensar en alguna solución.

Tomo aire. Seguramente, se arrepentiría de lo que iba a hacer…

-¿Qué tal si vienes a mi casa?

Aomine lo miro sorprendido. Esperaba que le pidiera disculpas, incluso que le diera dinero para comer algo (el  rubio parecía ser fácil de manipular) pero no que lo invitara a su casa…

-¡Es mucho mejor que estar deambulando por la calle!-alego Kise, ofendido, ya que había interpretado el silencio de Aomine como uno irritado del tipo: soy demasiado genial como para comer con la gente inferior…- También puedes comer ahí…

El rubio se preparaba para una despiadada negativa, por la que casi tropieza cuando el moreno contesto:

-Sí-Aomine paso junto a él y aún de espaldas pregunto- ¡Tú! ¿Piensas quedarte parado toda la tarde? ¿Por dónde se va?

Kise asintió y una pequeña sonrisa asomo sus labios “De alguna manera me siento más tranquilo ahora…debe ser porque él ya no está solo”

-¡Espera! ¡Voy por mi bici!

-¿Una bici?-Aomine arqueo una ceja- ¿Cuántos años tienes…?

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-¡Entra! ¡Entra!

-¡No me empujes!

Kise sonreía mientras prácticamente tiraba al moreno dentro del restaurante, ignorando sus quejas.

-¡Vengo con Aomine-san!

-¡Oh…-su madre lo observo sorprendida pero con entusiasmo- Bienvenido!

-¡Pasen y siéntense!-los recibió su padre con una sonrisa cálida- Estas en la misma clase que Ryouta, ¿Verdad?

-Eh…sí…-asintió Aomine, algo incómodo por el alegre y casi afectuoso trato que estaba recibiendo. No muy acostumbrado a eso.

Kise lo guío hasta una de las mesas principales.

-¿Qué quieres?-le pregunto sin dejar de sonreír, poniendo más nervioso al moreno. ¿Es qué el rubio vivía sonriendo? Es como si fuera eternamente feliz… Aunque Daiki sabía que no era exactamente así. Tal vez si vivía en constante optimismo.

Kise le recordaba a una tarjeta de buenos deseos que le habían regalado en navidad una vez.

-Cualquier cosa estará bien mientras sea comestible-respondió secamente.

Como era de esperarse, eso no desanimo al rubio.

-¡Bien! ¡Déjalo en mis manos!

Aomine espero algunos minutos hasta que Kise volvío. “Espero que no esté envenenada” pensó mientras probaba un poco de la comida que el rubio le había traído.

-¿Cómo está? ¿Está bueno? ¿Te gusta?-preguntaba el rubio, ansioso.

El moreno no pudo evitar pensar en que las actitudes de Kise casi siempre se asemejaban a las de un perrito. Se lo imagino con orejas y cola de perro.

Un escalofrío recorrió su espalda.

Definitivamente esa imagen mental se va a la lista de cosas que debía olvidar por el bien de su salud mental.

-Esta…-dijo Aomine mientras probaba…sorprendiéndose en el proceso- delicioso.-admitió.

-¿verdad?-Kise sonrío complacido- ¡A Ryucchi también le gustaba el estofado!

-¿Ryucchi?-Aomine lo miro sin entender “¿…chi?”- ¿Mi hermano?

-¡Siempre se sentaba aquí!-explicaba Kise alegremente- ¡Este es el sitio desde dónde podía ver a mi hermana en la cocina con claridad!

-¿En serio?-el peliazul arrugo el entrecejo, indignado- Que vergüenza de tipo…

-Y cuándo lograba verla se ponía muy nervioso y sus brazos terminaban rigidos-Kise imito a una estatua-  y decía el pedido tartamudeando-Kise imito una voz bajita, como si estuviera asustado y temblando- P-par-a co-m-mer est-of-fad-o po-r fav-or.  Eso es lo que él decía-termino el rubio su imitación mirando fijamente al moreno.

Aomine por su parte soltó una carcajada. Divertido por la imitación.

-¿Eso es lo qué decía?-pregunto aun riendo.

Kise por su parte lo observaba como si acabara de ver un ovni sobrevolando su casa…es decir, como si viera algo totalmente absurdo y surreal.

“¿Él es capaz de sonreír?” Pensó. “Cuándo lo hace…es algo lindo…”

-Bueno…-Daiki se removió incomodo por la forma en que Kise lo miraba- No sé qué tipo de persona es tu hermana…pero al menos tu comida es deliciosa.-comento desviando la mirada.

Kise parpadeo.

Luego soltó una carcajada.

-¿Qué quieres decir con “al menos”?-pregunto, divertido.

Aomine iba a contestarle que era un idiota cuándo la madre de Kise se les acerco sonriendo y dejándole un vaso con agua.

-Toma algo, Daiki-kun. Y lo siento…

-¿Eh?

-Por que mi hija se llevó a tu hermano, tu familia se ha destrozado-dijo la madre de Kise- pero no te preocupes. ¡Nosotros nos responsabilizaremos por eso!

-¿Nos responsabilizaremos?-repitió Kise, sin entender.

Aomine también miraba a la mujer confundido.

-¿Eh? ¿No te lo ha dicho tu hermano?-la mujer se sorprendió al ver el rostro confundido del moreno. Luego se volvío hacia su hijo.- A partir de ahora, Aomine Daiki, vivirá aquí.

-¿¿¿¿¿¿EHHHH????-Tanto el moreno como el rubio se levantaron, horrorizados.

-¡¿Con “aquí” te refieres a nuestra casa?!-chillo Kise.

-Sí.-su madre contesto, extrañada por la reacción de ambos adolescentes- ¿Qué les pasa? Pensé que habían venido aquí después de que se lo dijeran…

-¡NO NOS HAN DICHO NADA DE ESTO!-exploto el peliazul.

  -Para pagar su deuda familiar-explico la mujer con paciencia- tu familia dispuso de ti. Es por eso que ya no tienes hogar-le dijo al moreno.

-¡¿Qué?!

-Tus padres son muy crueles-siguió hablando la mujer- He escuchado que te forzaron a cuidar de ti mismo y huyeron al extranjero por el bien de la empresa..

-¡¿Ehhh?!

-…y  tú hermano estaba preocupado. ¡Así que le dije que te alojaríamos aquí y cuidaríamos de ti!-la mujer termino de hablar con una gran sonrisa- Bueno, luego te cuento más detalles.

-¡Sí!-intervino el padre de Kise- ¡No te preocupes más, Daiki! ¡Te cuidaremos lo mejor que podamos!-el matrimonio Kise sonreía con entusiasmo. Sin reparar en las muecas de horros de ambos adolescentes.

“De ninguna manera…viviré con Aomine”

“¿Cómo mi vida llego a  cambiar tanto en menos de 72 horas?”

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---dos horas después—

-¡Ya estoy en casa!-decía alegremente un pequeño rubio de seis años.

-Bienvenido, Nagisacchi-lo saludo Kise cuándo el pequeño se abalanzo hacia él, abrazándolo.

-¿Nagisacchi?-pregunto Aomine confundido. ¿Por qué aquel enano rubio tenía el nombre de una mujer? ¿Y por qué Kise seguía diciendo “..chi”?

-Hermano pequeño número uno-explico el chico de ojos dorados.

-¿Número uno?

-Ya estoy en casa.

Los tres voltearon y vieron a un niño de trece años rubio de lentes negros y rostro serio entrando a la casa.  

El pequeño de anteojos se acercó hasta su hermano mayor, inspeccionando a Aomine con recelo.

-¿Quién es esta persona de aspecto tan estúpido?-pregunto.

-¡OI!

-Él es Keicchi-explico nuevamente Kise al moreno- hermano pequeño número dos.

-¡Ya estoy en casa!-grito la voz animada de una niña de once años, quién al ver al peliazul se abalanzo hacia él- ¡Kya que lindo chico! ¡Definitivamente me gusta!

-¡¿Qué haces…?!-se escandalizo Aomine, sacudiéndose para que la rubia de ojos verdes y anteojos lo soltara- ¡Suéltame!

 -Ella es Alexcchi, mi hermana pequeña.-dijo Kise con una gotita colgando de su cabeza.

-¡Ah que animados!-comento su madre mientras los observaba- ¡Daiki-kun, me avisaron que mañana traerían tus cosas!

Un aura oscura rodeo al moreno.

Ya no había escapatoria.

-¿Por qué parece tan deprimido?

-Alexcchi, mejor no lo molestes…

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¿Dónde está la felicidad?

Notas finales:

espero que les haya gustado!!!!!!!!!!

y que se hayan divertido n.n

dejen sus comentarios si quieren que la siga :)

faceboook: Tami Neko.

gracias por leer n.n


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