Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Lo que tu y yo elegimos por Lnemesis

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Se supone que se habia borrado, pero ya sea por casualidad, pero se borro xD(fue su destino y no me gusta ir en contra ja) y no pensaba volver a subirlo, pero como mi querida Ryouta chan queria leerlo, lo volvi a poner, como te lo habia prometido!!!!.

El varón de cabello y ojos azules profundos, tan profundos que resaltaban en su piel morena, miraba en silencio y soledad el mar, se había pasado todo el día allí, así como el día de ayer y antes de ayer, llevaba tres días en ese pequeño puerto, y siempre se sentaba a la orilla del mar, desde el amanecer con la salida del sol, hasta bien entrada la noche. Para luego solo retirarse a la pequeña casa de sus abuelos cerca al puerto.

 

¿Pero qué había pasado en su vida para que el destino llevara sus pasos hasta allí? a esa alejada zona de Japón, él un basquetbolista profesional en su juventud, había jugado para el equipo más popular estadunidense, lo tuvo todo, fama, dinero, y por qué no decirlo aunque suene machista, también mujeres y muchas amistades.

 

Pero los años no pasan en vano, y lo supo muy bien, el mismo decidió su retiro de jugador profesional, más no su retiro por el amor al básquet, después de todo, ese amor era quien lo unía a él, este dónde esté.

 

Y aunque no lo aceptara, el cuerpo le comenzaba a pesar y perdía esa flexibilidad del antaño en su juventud, esa flexibilidad que la persona a quien recordaba cada vez que veía el sol, la conocía pero en otras facetas.

 

¡Juventud! su loca adolescencia, donde el básquet era su razón de existir y donde uno busca experiencias y lo prohibido es más que excitante, y que más antojable y pecaminoso que un rubio de ojos almendrados tan claros y brillantes que parecían oro, y dejando de lado su físico era esa personalidad: juguetona, orgullosa y petulante que ese chico poseía, tal era Kise Ryouta en esos años en Teiko.

 

Fue una casualidad conocerlo, pero por él, el rubio genuino (se encargó de saber si era original muy íntimamente) conoció el básquet, y se auto proclamo su primer gran rival, ¡cómo intentaba una y otra vez vencerlo!, no lográndolo,  pero nunca se daba por vencido, cuando al fin lo logró, no solo lo venció en el juego, también lo venció en el corazón.

 

Era ridículo enamorarse entre hombres, y más, si ambos eran populares y podían tener las chicas que quisieran, así que no fue amor, solo atracción y tensión sexual por lo desconocido, después de todo Kise era bonito y por trabajar como modelo, no solo era admirado por mujeres, también había algunos varones algo raros que lo seguían.

 

Ambos eran heterosexuales, pero por un desafío que inicio un compañero de equipo una cosa llevo a la otra, y allí estaban ahora, escondidos en el cuarto de almacenamiento del equipo, ellos estaban a cargo ese día, y después de limpiar, dieron rienda suelta a sus más bajas dudas y curiosidades.

 

Al principio comenzaron con masturbaciones mutuas, cada uno agarraba el miembro del contrario, y se retaban para ver quien hacía llegar primero a quien, tuvo que admitir, que muchas veces Kise ganaba, pero era por trampa, es que la mano de ese rubio era tan suave, ni su propia madre las tenía así, el argumentaba que era por la cantidad de cremas y cuidado que le tenían a su cuerpo las profesionales, después de todo él era la cara de una reconocida marca, mi curiosidad me hizo preguntarle si todo su cuerpo era así de suave, a lo que me respondió que también tenía un exhaustivo régimen de cuidado a toda su piel, después de todo su apariencia era parte del producto que promocionaba., juro que a  partir de allí tuve un deseo oculto casi obsesivo de poder tocar todo ese cuerpo algún día.

 

De las masturbaciones pasamos a los besos, siempre como un reto, el que se separaba por falta de aire perdía, y teníamos que demostrar quien era mejor, admito que para besar a Kise antes practicaba con las chicas y hasta algunas mayores que me enseñaron muy bien el arte del buen besar.

 

Pero Kise no se quedó atrás e hizo la misma tarea, con mujeres y algunas modelos (ese cabrón sí que tenía suerte)  cuando teníamos nuestro duelo, nuestras lenguas chocaban frenéticas y nuestras salivas no paraban de ser intercambiadas.

 

Poco a poco nuestros retos se hacían más aventados, y sin darnos cuenta comenzamos a tocarnos de una forma nada santa, y pude cerciorarme que la piel en la parte del tórax y piernas de Kise era mucho más suave que la piel de sus manos, por su parte Kise siempre me decía que mi piel era muy áspera y que debía al menos ponerme algo de crema, yo respondía que las mujeres con quien salía no se quejaban, y él me respondía que de seguro nunca lo habían tocado de forma minuciosa. A ese tonto rubio no le gustaba perder, siempre encontraba la frase correcta para contradecirme y lo peor que era con bases, pero en el fondo me gustaba aunque nunca lo diría.

 

Ambos teníamos novia, o al menos una mujer al lado, pero fue una mujer quien le acerco más  a mí de esa manera especial, una chica muy superficial que lo dejo por haizaki un compañero o enemigo de equipo. Ese día sentiste la derrota de otra forma y no en las canchas, no eras muy acostumbrado a perder y eso te perturbo un poco, te desahogaste conmigo, después de todo bien o mal compartíamos muchas cosas.

 

Una cosa llevo a la otra, y comenzamos con nuestro típico reto tonto, no supimos cuándo, pero nuestra libido nos llevó un poco más allá ese día.

 

Pero hubo un problema, ambos ya habíamos conocido el placer de estar entre las piernas y brazos de una mujer, pero nunca el cuerpo de un varón fuera de entre nosotros, no éramos ignorantes, sabíamos lo del sexo gay y sexo anal, muchos modelos lo eran como Kise me lo contó una vez y yo mismo lo había probado con una chica, fue agradable no lo niego, pero antes nunca pensamos en cruzar esa línea, éramos solo amigos, no amantes.

 

Sin embargo ese día me deje llevar y actué lo practicado con esa mujer, aunque lo admito, pensando de modo latente en Kise. Empecé a tocarlo como siempre, hasta  llegar a rozar esa parte entre el ano y los testículos, ligeramente hasta llegar exactamente a los bordes de tu más profunda intimidad.

 

Al sentir el contacto tu cuerpo se alertó al instante alejándome de golpe, me miraste de manera cómo reprochándome e incómodo, yo te puse la cara más natural y cínica que tenía argumentando que solo era parte de nuestro juego de retos.

 

Kise me miro, momento que me pareció una eternidad, me analizaba con la mirada, y yo tenía que admitir que estaba nervioso al sentir esos ojos dorados sobre mí.

 

Luego desviaste la mirada a un punto ciego, te quedaste en silencio analizando algo, quién  sabe qué sería. Después hiciste esa pregunta que me dejo congelado, y ese momento fue el ápice de todo esto y el comienzo de mis dudas sobre el amor o amar.

 

-Aominecchi ¿quieres cruzar la línea? aún así creo que seguiré siendo heterosexual, no creo que las cosas cambien.-dijiste de la forma mas común.

 

-¡Por supuesto idiota que yo tampoco cambiaria!, solo es mera curiosidad física, pero pensándolo mejor ¡olvídalo! no creo que funcione, tocar y besar es una cosa, pero bueno tener sexo otra.

 

Los ojos dorados brillaban.

 

-¿Aominecchi tienes miedo?

 

-¿miedo? no es cuestión de miedo o no Kise es...

 

El rubio sonrió, en verdad le daba gracia tener al moreno en ese estado.

 

-Creo que podemos cruzarlo, pero... (El rubio arrugo el entrecejo) no me imagino metiéndotela Aominecchi, como decirlo, no lo tomes a mal, pero en lo personal me daría asco meterme en un agujero que utilizas para defecar y si lo hacemos sólo para experimentar, pues, si dejamos de lado el machismo, mis amigos modelos de mente abierta, opinan que el roce y la fricción hacia la próstata es muy placentero.

 

Aomine tenía la mandíbula desencajada, no entendía para nada los tecnicismos de Kise, pero si comprendió algo, sería el quien metiera “eso” entre los dos.

 

Y aunque estaba internamente agradecido, actuó de forma indiferente.

 

-como si yo quisiera meterme en tu hoyo ¡rubio vanidoso!

 

-(como respuesta Kise solo alzo los hombros con soltura) Bien, si es así dejémoslo, a decir verdad se me ha antojado tener sexo, llamare a esa modelo que ha sido mi compañera en la última campaña, ¿te acuerdas? la castaña de bonitas piernas, se me insinuó desde el primer día y sin compromisos, me agrada.

 

El moreno sintió como si le buscaran suplente, algo en su interior se incendio era rabia o celos ¿porque?,  no quería preguntarse más y actuó.

 

Tomo de la cintura al rubio, sin decir palabra alguna, Kise era suave al tacto le gustaba sentirlo.

 

Kise por su parte le gustaba ver a un Aomine en la intimidad, era totalmente diferente, al moreno le gustaba ser mimado, por ello le acariciaba los cabellos azules, se mofaba e imaginaba la cara de sus novias que seguro esperaban una pantera  salvaje en la cama y se encontraban con un gatito cariñoso, Kise ignoraba que Aomine solo se comportaba así con él.

 

-Entonces Aominecchi ¿lo intentamos?

 

El moreno intento hacerse de rogar y hasta sentirse obligado, todo lo contrario a lo que su mente y corazón deseaban.

 

Ese día pudo comprobar muchas cosas

 

Primero; la piel de Kise tanto externa como interna era muy suave.

 

Segundo; el rubio hacia unos sonidos tan eróticos, que no se comparaba a los de ninguna mujer con las que estuvo, y no es que lo estuviera comparando con una mujer, seria imbécil si lo hiciera,  Kise era Kise simplemente.

 

Tercero; el sexo anal no era tan sencillo, demoró demasiado para preparar al rubio, y pensó muchas veces echarse para atrás, Kise tenía razón, no era nada agradable, tener que ver y preparar el agujero ajeno, pero las buenas nalgas de su compañero lo alentaban mucho.

 

Entrar no fue fácil, nada fácil, (sin embargo su pequeño amigo estaba muy emocionado) felicito internamente al rubio, sabía que era doloroso pero Kise estaba soportándolo de la mejor manera, ya sea por ego u orgullo,  cuando su miembro entro por completo (cosa que de por si le pareció asombroso) puso atención a su compañero de sexo, Kise estaba tenso, y hasta su miembro que minutos antes en la preparación estaba muy excitado, ahora estaba bajando en erección, el rubio no lo estaba disfrutando para nada.

 

Aomine sintió el deber de darle placer, además su orgullo se sentiría mal si después el rubio le dijera que no lo disfruto para nada o fue traumático.

 

Con su mano empezó a estimular el miembro del contrario para que no perdiera la erección, y empezó a dar pequeños mimos en la nuca, porque Kise prefirió darle la espalda y no ver directamente al moreno, pensó en tratarlo como si fuera una virgen, delicadamente, aunque si lo pensaba bien, Kise era virgen por ese lado.

 

Empezó a moverse lentamente, despacio, aunque podía sentir que su propio miembro palpitaba dentro,  era agradable no podía negarlo.

 

Pronto la erección de Kise volvió, y comenzó a mover las caderas en silencio, Aomine empezó a moverse a su ritmo.

 

Y era placentero hasta que choco una parte en Kise que lo hico gemir muy fuerte.

 

¡Lo había hallado! la próstata del cual hablaba Kise antes.

 

-¡Aominecchi allí justo allí!.

 

Esa voz tan chilluda en esos momentos era la voz más sexi que jamás escucho antes.

 

Ambos se dejaron llevar, el ser deportistas y de fisonomía fuerte, fue favorable para sus ansias sexuales.

 

Llegaron al orgasmo, Aomine por fin se sintió satisfecho y totalmente agotado, se tiró en la cama al salir de Kise, aún sin quitarse el preservativo.

 

Por el contrario el rubio se levantó rápido y fue a ducharse.

 

-¿kise?

 

-Perdona Aominecchi, pero tengo que irme rápido, nos tomó mucho tiempo esto, tengo que salir temprano por una sesión de fotos fuera de Tokio.

 

-¡Te vas! ¿Cuándo?

 

-Pues...(miro el reloj en el cuarto de Aomine) en dos horas.

 

-¿¡qué!?

 

Se ducho de manera veloz, que el moreno no pudo ni replicarle nada. Ya estaba listo para salir cuando Amine aun desnudo se fue y ni sabía por qué a impedírselo.

 

-Pero Kise, espera tú...

 

La cara confundida de Aomine extraño a Kise.

 

-¿Quieres que te traiga algo del viaje?

 

-No, ¡maldición Kise lo que acabamos! de hacer ¿qué piensas de eso?

 

-¿¡Pensar!?

 

-Pues sí.

 

-Te digo la verdad, pues me siento muy adolorido, pero no fue desagradable, supongo que es cuestión de acostumbrarse, tomaré algo para el dolor, ahora me tengo que ir, ¡nos vemos!

 

Y así de simple el rubio salió como el viento o como el agua que ahora en ese presente tocaba Aomine, esa agua de mar el cual no podía atrapar porque se le escurría por los dedos, así era Kise Ryouta.

 

Pasados de esa primera vez se repitieron muchas más, Kise tenía razón, solo era cuestión de acostumbrarse, aunque ambos salían con mujeres y en ocasiones tenían pareja, sus encuentros continuaban, a los ojos de los demás eran solo dos personas indiferentes la una con la otra, y hasta se llevaban mal, pero en la intimidad sus cuerpos hablaban por ellos.

 

No eran novios ni amantes, ni siquiera amigos con derecho, tal vez amigos de placer. Y así fue durante años.

 

Pero en el corazón del Aomine Daiki la presencia de Kise Ryouta se sellaba con fuego y cada vez más.

 

Había terminado con su novia, pero eso no le importaba en lo más mínimo, con total naturalidad llamo al rubio para contarle su mal día, excusa perfecta para un “encuentro”. Sin embargo Kise se sentía diferente y solo le contesto con un “yo también quiero conversar contigo”

 

Su reunión fue corta y no fue como lo pensó el moreno, el rubio llego y tranquilamente se lo dijo:

 

-“Daiki terminemos esto hoy, ya no somos esos jóvenes inmaduros, somos adultos ahora, no niego que fue confortable, pero debemos seguir nuestras vidas, me iré a Francia, me han dado una oportunidad para ser modelo de pasarela, además siempre tuve la ilusión de ser padre y tener una familia, y hoy por hoy puedo decir que fuiste o eres mi mejor amigo”

 

El rubio le tendió la mano.

 

El moreno miro esa mano si la apretaba significaba el fin de todo, ¡era ridículo! se sentía vacío por dentro como si lo hubieran arrojado de un décimo piso y su mente reaccionó para moverse.

 

Apretó esa mano y acepto la decisión del rubio, aunque fue de forma hipócrita.

 

-Lo comprendo, fue divertido mientras duro, pero ya es tiempo, además me han ofrecido una vacante de jugador novato en Estados Unidos, ya debo empezar a buscar una mujer con pechos grandes como compañera de vida, de seguro que estando allí la encontrare, yo también sueño con tener una familia con muchos hijos.

 

Kise le sonrió para luego agregarle.

 

-¡Te deseo lo mejor Daiki!

 

-Yo también te deseo éxitos y nos vemos ¡rubio idiota!.

 

Kise hizo un puchero

 

-¡Me llamaras idiota hasta el último momento!

 

-¡Pero si eres idiota!, (el moreno tomo aliento, para decir su nombre)  Ryouta.

 

 Después de tantos años juntos ellos era preciso ya llamarse por sus nombres propios dejando los apellidos de lado.

 

Y así, ellos dos se separaron, fue un mes de noviembre cuando las hojas caían y en plena llovizna.

 

***

Me fui a estados unidos, mi carrera como jugador profesional de básquet no tardo en despegar, pasaron cinco años, cuando volví a Japón de visita me reuní con todos mis ex compañeros tanto de teiko como de too, pero tú no llegaste , me dijeron que estabas en una gira, tú carrera como modelo también había despegado.

 

Quien iba a pensar que justo en la época que tome de vacaciones para venir a Japón tú estarías en un desfile en new york. El destino no quería que nos viéramos de nuevo.

 

Cinco años, más pasaron, me case y tuve mi primer hijo. Ya no viaje más a Japón, tenía mi vida hecha en América.

 

Otros cinco años más y mi segunda hija nació.

 

Ya comenzaba a pensar menos en ti.

**************************************************************************************************************

Otros cinco años, ya tenía tres hijos: dos niñas y un niño, decidí dejar el básquet profesionalmente, y volver a mis raíces, volver a Japón, a mi mujer no le agrado la idea y como ya las cosas iban mal, me pidió el divorcio, yo acepté y después de arreglar todo regrese a Japón a cumplir otro sueño mío, ser policía y lo logré.

 

Aun lo recuerdo bien cuando Kise y yo nos separamos, eso fue lo que aún queda en mi mente, fue un noviembre, un noviembre sin ti, cuando las hojas caían a morir por siempre.

 

Irónico, porque fue también un noviembre cuando comenzó esta relación extraña entre los dos.

 

Quisiera volver a esos días del pasado, sigo aquí en esta playa esperando, no me he dado cuenta de la hora, pero hace frio, he pasado toda la noche aquí, ya es de madrugada ¿¡debo estar loco, qué esperaba!? Pero es hoy es el último día de noviembre, es otro noviembre sin ti, ¿cuantos vamos? creo que 20.

 

Supongo que te lloro en silencio otra vez,  y por más que busco respuesta, sigo sentado en la arena y las olas que veo no me trae las respuesta que deseo, no, ya tengo la respuesta y desde hace años, pero nunca la acepté. Pero mi mano se mueve por si sola y escribe tu nombre una y otra vez en la arena.

 

Me pongo de pie, dentro de poco será otro día, noviembre se fue, otra vez perdida, ¡pero será la última vez!, cuando estoy por empezar a caminar de regreso volteo y veo una figura un poco alejada aun, que se acerca a paso firme.

 

Pantalón blanco con una casaca muy grande y cubierto con una capucha, y aunque sería casi imposible saber quién está debajo de todo ese abrigo, yo lo sé, porque puedo sentir el aroma del agua salada con ese perfume que lo caracterizaba.

 

Cuando está a solo unos pasos de mí, se quita la capucha y puedo ver unos ojos dorados y cabello que resplandece en esa noche, junto a una sonrisa, madura, en un rostro que no es el de 20 años atrás, sus rasgos se han vuelto más serenos, sus facciones han madurado, es más alto, lo confirmo, su cabello esta largo, pero es él, solo él.

 

-¡Te busque en la casa que fue de tus abuelos!, el pueblo ha crecido mucho y me perdí, ¡hace cuantos años que no volvía a Japón!, hasta ya me siento ajeno, sin embargo sigues tan indescifrable Daiki, mira que estar en la playa en un mes de noviembre cuando hace un frio y el cielo esta gris y amenaza llover.

 

Y me converso como si solo nos hubiéramos separado ayer.

 

-Si soy tonto, los años me han envejecido y la edad me ha aflojado, pero estaba esperando a alguien, hoy es el último mes de noviembre que espero, y lo cite en la playa, le pedí a  la luna que me acompañe un rato pero es muy ingrata y no salió.

 

-¿Cuánto llevas esperando? Estas pálido

 

-¿Eso importa? Y más bien dime ¿porque estas acá?

 

-Porque es noviembre, respondió el rubio volteando y mirando el mar, el aire era frio pero a esas dos personas no les importaba en lo más mínimo.

 

-A madurado, pensé para mí, tiene un aura diferente ahora, aun así sigue siendo Kise.

 

-Los demás me dijeron que volviste a Japón, y que trabajarás como policía, pero desapareciste de un momento a otro, solo dijiste que noviembre acababa y que volverías cuando las hojas y la lluvia deje de caer. Y que si alguien quería buscarlo esa persona sabría dónde estaría. ¿Cumpliste tus sueños Daiki?

 

Sueños, y era cierto, uno fue el básquet y el otro volverse policía como lo fue su abuelo y tener una familia.

 

-¡Los conseguí! y también tuve mi familia, y tú ¿cómo te fue Ryouta? conseguiste tus sueños.

 

-Para serte sincero, cuando nos separamos no tenía mis sueños bien definidos, sabes cómo era, solo me dejaba llevar como si fuera una hoja por el viento, ¡pero logre muchas cosas!, me volví un modelo de pasarela, mi rostro fue la marca de productos exclusivos, la fama llego a mí, estoy en la cumbre de mi carrera, pero hasta yo sé que todo tiene un final, me Salí del mundo del modelaje porque sé que los años no vienen en vano, después de eso estudie para piloto, y ahora en Japón quiero abrir una agencia para captar y dar oportunidad a nuevos talentos y pienso vivir acá nuevamente.

 

-¿Tu familia está de acuerdo a qué te mudes a Japón?

 

-Sí, mi familia esta entusiasmada, además no vine solo, tengo a la mujer que más amo a mi lado.

 

La mujer que más ama entonces…pensó el moreno internamente.

 

-¿Ryouta te casaste?

 

-Sí, yo también cumplí mi sueño de tener una familia, fue con una modelo muy bella y reconocida, aunque nuestro compromiso fue reservado, por culpa de  los periodistas, y vivimos en parís todo este tiempo.

 

Ahora lo comprendía, pero eso era lo que deseaba, de una vez ponerle fin a esto a esa esperanza desquiciada que no quería moverse de su ser. Ese sería el último noviembre y como aquel día que se despidieron, una pequeña llovizna empezó a caer, y en donde se veía la luna, las nubes grises  habían comenzado a cubrirla.

 

“El pasado es pasado y los juegos de niños ya no existen”

 

-¿Y tu familia Daiki? cuando vienen ¡quiero conocerlos!

 

-Le sonrió, seria honesto, ese orgullo si bien aún lo mantenía, ahora sabía cuándo y cómo usarlo, y ahora sería honesto.

 

-Dudo mucho que vendrán, porque los chicos están en la escuela, tal vez vengan a visitarme en vacaciones, tengo tres, dos niños y una niña, son mi adoración, aunque sacaron mi pésima personalidad, como crecieron en Estados Unidos desde que aprendieron a caminar juegan al básquet, me admiran y desean volverse como yo, son mi más grande orgullo,  mi mayor triunfo.

 

El rubio miraba fijamente mientras veía a su compañero hablar con cariño y orgullo de sus vástagos. Había madurado, hasta sus facciones, pero seguía siendo el mismo Aomine Daiki que conoció años atrás.

 

-Espero que vengan pronto quisiera conocerlos y a tu esposa.

 

Con una mirada nostálgica el moreno lo miro.

 

-La vida no es perfecta y yo menos lo soy, hice y hago todo lo posible para ser un buen padre y su héroe, pero los niños crecen y maduran más rápido que uno mismo, fui un buen padre, pero creo que falle como esposo, volví a Japón después de divórciame de mi ex esposa, no me mires así, las cosas ya no funcionaban y peor cuando decidí dejar el básquet y volver a Japón, ella decidió no acompañarme y pidió el divorcio, aun así hemos quedado bien, somos amigos, es una gran mujer, me soporto por tanto tiempo, pero la extrañare ,me había acostumbrado a verla a mi lado cada vez que despertaba por las mañanas, por ella olvide que es dormir y despertarse solo.

 

El rubio veía muy detenidamente al moreno, sin duda Aomine había madurado, pero habían pasado 20 años y no fueron en vano, Daiki había podido complementar su lado fuerte y orgulloso con su lado emocional y sensible.

 

Miro hacia la luna, que luchaba por que las nubes grises no la cubran, la pequeña llovizna seguía cayendo, fue igual a ese día donde dijeron alto a sus juegos de jóvenes, ese día llovía y las hojas caían. La voz de su acompañante lo saco del trance.

 

-Ryouta, como ya conseguiste tus metas y sueños, como yo lo he hecho, pongamos fin a esto.

 

El rubio se extrañó, pero lo comprendía, ese sería el último noviembre, el último noviembre que ellos pusieron como una esperanza y que ahora la apagarían.

 

-Cuando leí tu entrevista, con esa indirecta, pensé que yo me estaba equivocando. Me sorprendió mucho que aún lo recordaras.

 

-¿Vistes la entrevista?

 

.La leí, y cuando el periodista te pregunta cuál es tu recuerdo más nostálgico y sentimental solo respondiste: noviembre, junto al mar, otra vez quisiera volver.

 

-La entrevista, fue hace como 4 años

 

-Si pero lo comprendí o ¿no? Recuerdo que una vez lo dijiste, que cuando quisieras comenzar de cero, irías a la casa de tus abuelos junto al mar, así como cuando eras pequeño y jugabas todo el día en las olas. Dejarías que el mar borrara tus recuerdos y penas. ¿Daiki soy un mal recuerdo que quieres borrarme?

 

-No, al contrario eres un recuerdo que quiero volver a vivir, si antes no podíamos porque teníamos un futuro que forjar, ahora ya conseguimos ese futuro, esos sueños, entonces porque no volver a jugar esos juegos de jóvenes pero ahora como adultos.

 

Los ojos grandes y de asombro del rubio le hicieron comprender todo al moreno.

 

-Lo sé, olvídalo Ryouta, tú tienes tu familia y yo soy un viejo divorciado, pero quería quitarme esto de encima, que me ha pesado todos estos años. No lo sabía en ese entonces pero te amé y aun amo esos recuerdos que hicimos.

 

Ambos estaban frente a frente, mirándose fijamente, la luna le había ganado a una nube gris y los iluminaba perfectamente, dorado y azul, se contemplaban. Esos dos hombres tan bellos a los ojos de cualquiera hacían un cuadro perfecto en esa noche junto al mar.

 

Fue cuando el rubio mirando al océano, rompió el contacto visual, se empezó a acomodar los cabellos algo nervioso, Daiki lo sabía bien, de seguro buscaba palabras bonitas para decirle que no y que olvidara todo o que estaba equivocado u obsesionado, se había preparado para ello.

 

Pero no obtuvo respuesta al menos no de sus labios, Ryouta solo lo tomo de la mano aún mirando el mar.

 

Y después una pregunta directa

 

-¿Me amas o crees amarme?

 

¡Nunca espero esa pregunta!, pero sería lo más sincero posible.

 

-¡Te amo!, prueba de ello es que siempre hayas estado en mi mente durante estos años.

 

-¿No sabía que eras bisexual?.

 

-¡Y no lo soy! Tú eres el único hombre que he tocado

 

Silencio.

 

-Daiki, el pulso en tu mano late rápidamente.

 

-¿Y que quieres que haga? Estoy acá, haciendo el ridículo frente a un modelo cotizado.

 

No aguanto y comenzó a reír.

 

-¡Y ahora de que te ríes rubio idiota!.

 

Y allí estaba ese Daiki que años atrás conoció.

 

-Pues, hace años decidí terminar nuestro “juego” porque estaba comenzando a sentir algo por ti, y eso me asustó, pensé que íbamos por mal camino, ambos somos varones, no había futuro y de seguro esos latidos extraños en mi corazón eran por mis hormonas alborotadas, al menos eso pensé hace años.

 

-y… ahora que piensas.

 

-Pues a pesar de tantos años, aún llevo presente esos momentos contigo, pero tampoco busque a otros para que me hicieran el “favor” hasta donde sé, soy heterosexual.

 

-Si te gusto ¡eres bisexual idiota!, eres tan torpe que aún no lo aceptas.

 

-¡Mira quién habla!

 

Aun cogidos de las manos se miraron y rieron.

 

-¿Daiki has sido feliz?

 

-Lo soy, y quiero seguir siéndolo, no me arrepiento de nada si el final de esta loca historia termina así, tomado de la mano contigo.

 

-Yo también he sido feliz, y me gustaría este final, pero verlo todos los días.

 

-¿Acaso me quieres decir qué?

 

-Es sólo si me amas aún, podemos comenzar nuestro juego pero ahora como adultos.

 

No pudo retenerse más, las emociones lo invadían, lo tenía tan cerca después de tantos años, no pudo detener su cuerpo y lo beso apasionadamente y el rubio le correspondió. Un beso tan profundo, tan anhelado, tan esperado que ni el pasar del tiempo pudo con el deseo de tenerlo.

 

Cuando se separaron por falta de aire y jugaron con sus narices, el moreno cayó en cuenta de algo.

 

-¿Que pasara con tu esposa?, ¿seré tu amante?

 

La sola proposición de que el gran Aomine Daiki sea un amante lo destornillo de risa.

 

-¡Hey Ryouta!  Qué es serio, deja de reírte, ¡¡¡oye¡¡¡

 

-¡¡¡Papá!!!!!

 

Ambos adultos levantaron la cabeza, y una niña de 10 años más a menos, corría hacia ellos, tenía el cabello negro y largo como la noche.

 

Se quedó quieto al ver como el rubio corría a su encuentro y la abrazaba.

 

-¡Te dije que te quedaras en el hotel!, ¿porque viniste? ¡Hace frio!

 

-¡Me aburro en el hotel!, además ¡quería verlo pronto! - dijo la nena emocionada.

 

El moreno veía estupefacto la escena.

 

-Está bien los presentare.

 

-Daiki. Esta es la mujer que más amo y lo más importante en mi vida, ¡mi hija!. Cariño este es Aomine Daiki la persona de quien te hable.

 

La niña emocionada se soltó del abrazo de su padre y corrió hacia el moreno.

 

-¡¡¡Aominecchi!! ¡¡¡Eres el real!!! ¡¡¡Soy tu más grande admiradora!!! ¡¡¡Tengo todos tus poster y revistas de deportes donde sales!!! Esos tiros que haces eran los mejores, nadie te superaba, pero ¿porque dejaste el equipo? Bueno, eso no importa ¡¡¡ahora que viviremos en Japón estaré cerca de mi héroe!!!!

 

El moreno veía a la pequeña atónito, la niña era muy blanca con su cabello negro, pero sus ojos eran dorados, tan dorados y profundos como los ojos de su progenitor, era muy bella.

 

Solo miro al rubio buscando respuestas.

 

-Creo que yo también falle como marido Daiki, a los pocos años quede a cargo de mi hija, solo hemos sido ella y yo desde entonces, perdónala, su japonés es algo extraño, es que ha vivido en Francia todo este tiempo y ama el básquet desde que te vio jugar por la televisión, peor cuando le dije que te conocía, su sueño era verte en persona y juntos cumplimos ese sueño.

 

La llovizna había parado y el cielo despejado, la luna ahora se veía muy claramente.

 

El moreno solo pudo articular una palabra.

 

-¿divorciados?

 

-Sí,  hace ya algunos años. -Dijo tranquilamente el rubio-, ella es mi tesoro más importante y mi familia.

 

Se acercó a acariciar la cabeza de su pequeña.

 

La niña seguía mirando al moreno. Para luego decir algo que lo dejo en blanco.

 

-¿Y viviremos juntos papá? ¡Ya quiero que me muestre su juego y que me lleve a la escuela!  ¡De seguro seré la envidia de todos!, aunque quiero hacer muchos amigos aquí en Japón, tengo una idea mejor ¡¡¡vámonos de viaje¡¡¡ ¡¡¡quiero conocer mis raíces!!!!

 

-¿Pero qué?  ¿¡Vivir juntos!? ¡Tu hija en que piensa!.

 

-Ella es de mente muy abierta, muchos de mis amigos modelos cercanos son gays, pero unos muy educados, y su propia madre es de mente aún más abierta, a propósito actualmente está casada con otra modelo.

 

-¿Eh?

 

-Y un día buscando entre mis cosas, ella encontró una foto de nosotros juntos, se supone que es una foto común donde estamos abrazados junto a todo el equipo, pero a ella se le metió en la cabeza que en ese entonces nosotros éramos algo más, supongo que tiene sus sentidos muy desarrollados o ¿intuición femenina quizás?

 

-¿Lo negaste? supongo

 

-Solo le dije que fuimos buenos amigos y ¡ya la vez aquí!

 

El moreno vio a ambos, esa misma mirada y sonrisa, como no enamorarse nuevamente.

 

-Y ahora Daiki, si aceptas la renovación de nuestros juegos, ¡ahora vengo con paquete incluido!.

 

Aomine se les quedo mirándolos y luego les dió su más sincera y genial sonrisa, para luego tomar a ambos de las manos quedando en el centro.

 

-¡Volvamos! hace frio y no deseo que se enfermen, desde hoy serán mi responsabilidad.

 

Ambos hicieron un puchero y dijeron

 

-¡Soy un adulto ahora! Paso de los 30.

 

-¡Soy una niña muy independiente! ¡Se cuidarme por mí misma!

 

-¡Lo sé!, pero déjenme consentirlos,  ¡padre e hija bobos!.

 

La niña cogió más fuerte la mano de su héroe, aunque su hombre más importante era su padre, eso nunca cambiaría.

 

El moreno aprovecho y le susurró al oído unas palabras al rubio, este se sonrojo mucho para luego sonreír, y decirle algo de la misma manera poniendo al moreno nervioso y rojo.

 

-A todo esto ¿cómo te llamas pequeña?

 

-Mi nombre es azul, ¡azul Kise!.

 

…Porqué te extraño, desde aquel noviembre donde soñamos juntos a querernos por siempre...

 

**********************************************************************************

Notas finales:

y bueno alli está espero ahora lo puedas leer completo xD aunque no lo concidero mi mejor trabajo (como me botó dejame soñar jajaja) saludos!!!!

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).