Había una vez un gato…
Había una vez un gato, de pelaje totalmente amarillo y ojos dorados, era muy hermoso, y tenía una altivez y presencia única para alguien de su especie.
El tacto con el pelaje del gato amarillo era suave y su ronroneo relajaba y apaciguaba.
El gato amarillo de ojos dorados era único, especial y fino. Su precio era muy alto y estaba siendo vendido como un animal exótico.
Un Emperador joven prendado de la belleza del gato lo compró, y lo llevo a su reino y castillos, su amo le regaló un hermoso collar de rubíes, el gato amarillo tuvo una vida de lujos, comía comida de calidad, era acicalado por sirvientes diariamente, se paseaba entre oro y joyas, pero como era un gato no le importaba las cosas materiales, solo le importaba estar al lado de su amo.
El joven Emperador pelirrojo y de ojos de diferente color, era respetado por todos en el reino y sus reinos anexos, desde muy joven fue entrenado para ser un gran soberano, eso no le permitió tener amigos sinceros, ya que aprendió a tener desconfianza de todos, nunca tuvo a nadie tan cerca de él, hasta que conoció al gato amarillo.
Solo permitía al gato acercársele y dormir en la misma habitación, dónde había adecuado una cama de seda especial para el minino.
El monarca también era temido por su extraño color de ojos, uno rojo carmesí como su cabello y otro semi dorado, parecido pero no igual al del gato. Sin embargo al gato le gustaban los ojos de su amo. También conocía su corazón, por las largas noches de plática que tuvieron juntos, en donde el joven emperador le conto su vida y cuando perdió a sus padres en manos de enemigos de otros reinos, cuándo los nobles se opusieron a su coronación y tuvo que ganarse el respeto con fuerza, sabía que lo temían más que apreciarlo, pero era mejor así.
Pero el Emperador también iba a muchas guerras, crueles y sangrientas, siempre comandando a su ejército y conquistando más reinos, junto a él, siempre estaba el gato amarillo. En una de esas batallas el gato salió lastimado, aún recordaba como su amo, dejo todo y corrió hacia él protegiéndolo, lo curo él mismo, le dio de comer en su boca para su pronta recuperación y lo tuvo a su lado hasta que el peligro de muerte paso. Al gato le gusto esa sonrisa sincera que su amo le brindo cuando lo vio recuperado.
Una noche iba a ofrecer una gran fiesta, celebrado su triunfo frente a sus enemigos y un año más de su soberanía, mucha gente fue invitada, sin embargo el gato sintió recelo con algunos de ellos y fue a investigar.
Descubrió que la comida dirigida a su amo estaba envenenada, había escuchado a los traidores y su plan, ¡tenía que salvarlo como sea¡
Pera esa noche se le estaba prohibido salir del cuarto real por la fiesta, pero en algún momento, él lo sacaría y lo mostraría a los invitados, siempre lo hacía, solo por un momento para después ocultarlo, no le gustaba que alguien aparte de él lo tocaran.
Estaban a punto de cenar y mando a llamar al sirviente para que trajeran al gato, el cual mostró muy orgulloso, los demás asistentes quedaron fascinados por el color y el aura que emanaba el animal, después el Emperador ordeno llevarlo de vuelta, en un ágil movimiento se soltó del criado y de su jaula ( cuando otros lo trasportaban usaban una especie de jaula, porque su amo no quería que nadie aparte de él lo tocara) el gato amarillo se escabulló y llego hasta el soberano, quería evitar que comiera de ese plato.
Los demás invitados vieron eso como una ofensa, y el Emperador sintió vergüenza, alejo al gato, pero este no se movía, maullaba una y otra vez, se comportaba extraño, fue cuando escucho el susurro de alguien que decía: “no puede ni dominar a su gato, ¿podrá con los países?”, la cólera lo cegó y de un golpe severo y fuerte lanzó al gato amarillo a un lado, el cual no había esperado esa reacción y cayó al piso fuertemente.
Nadie nunca lo había golpeado antes, eso lo dejó atónito, pero no podía quedarse en el piso por mucho tiempo, ¡tenía que salvarlo!
Con valor se levantó nuevamente subiendo a la mesa del festín,! evitaría como sea que esos potajes sean comidos!
Al ver el comportamiento del gato amarillo y el susurro de los invitados, la ira lleno al joven, quien tomo del cuello al gato muy fuertemente hasta casi estrangularlo, no podía mostrarse débil ante los demás, sus ojos bicolores brillaban extrañamente, el gato amarillo se percató de ello.
Por impulso el gato araño la mano de su amo, este lo soltó sorprendido y herido, lo enfrentó directamente diciéndole que hasta él lo había traicionado.
El gato miro esos ojos que reflejaban odio y le dolió que su amo no confiara en él, pero a pesar de todo ¡quería salvarlo!, y no había otra solución, rápidamente fue hacia el plato y comió lo que pudo. Al emperador la ira le ganó y ya iba a levantar su espada contra el felino cuando lo vio.
El gato amarillo dio un sutil maullido cargado de dolor y cayo inerte al lado del plato.
La sala se llenó de silencio pero luego un hombre del emperador gritó
-¡Veneno!, ¡han tratado de envenenar a nuestro señor! ¡Traición!
Entonces lo entendió todo.
Mientras que los guardias entraban e interrogaban a cada uno de los invitados, el pelirrojo se inclinó al lado del gato, el felino estaba muriendo era demasiado tarde, lo sabía, el veneno era mortal, ambos se miraron, en los ojos del gato no había rencor, más bien se veía feliz que su amo este a salvo, mientras en los ojos del amo había culpa, confusión y agradecimiento.
¡Lo siento y gracias!, fue lo último que escucho el gato antes de morir, pero en pensamientos dijo:
-Yo también lo siento Emperador por dejarte solo de nuevo.
El emperador ordeno hacer una estatua grande de oro parecida a su gato amarillo, dejando el centro hueco en donde deposito el cuerpo de su fiel y leal amigo, sellándolo en esa estatua para recordarlo todos los días cada vez que saliera al jardín.
Se ordenó un día de rituales fúnebres y luto por el gato que salvo la vida al monarca.
El Emperador soltó una lágrima, solo por un ojo.
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Una vez el gato le perteneció a un pirata, el gato amarillo aún recordaba parte de su antigua vida y no sabía por qué había nacido de nuevo, pero ahora compartía amistad con un pirata.
Este pirata era moreno y con unos ojos azules y profundos que le agradaban mucho, el varón le había puesto un collar de zafiros que se parecía al color de sus ojos, el gato odiaba el agua y sobre todo el mar, pero le caía bien su nuevo amo, era egocéntrico, pero amable y justo, respetaba y caía bien a toda su tripulación, muchos de ellos lo seguían solo por ser él el capitán, le gustaba la buena vida, como todo buen pirata, bebida, riquezas y mujeres, ese era su lema.
-“Soy el más valiente y audaz pirata de los siete mares”, decía, “y nadie puede vencerme, solo yo mismo”, sí su amo se vanagloriaba mucho, pero aun así era divertido.
Aun recordaba cómo lo había encontrado, fue cuando atacó un barco de personas millonarias, una mujer lo había obtenido, pero no para tenerlo como mascota sino quería su piel, su pelaje amarillo casi dorado, la embelesaba y quería hacerse una estola con ella. Cuando sintió el ataque, él estaba abajo entre el equipaje, sabia de su suerte y que pronto moriría, así que no le importó que el barco se hundiese, sólo sería morir más pronto de lo acordado.
Pero el pirata peli azul no era sanguinario, solo robaba las riquezas y tomaba a las mujeres más apetecibles y como le gustaban, cuando estaba viendo el botín, vio algo dorado brillar, cuando siguió el brillo grande fue la sorpresa para el moreno, ver un par de orbes doradas , ¡era precioso!, un gato amarillo como el sol, con dos estrellas profundas como ojos, de inmediato el pirata sonrió victorioso argumentando que había encontrado una riqueza muy buena, lo cargo y lo llevo con él, desde ese momento jamás se separaron.
Al gato le gustaba más cuando llegaban a un nuevo puerto, podía tocar tierra y pasear, aunque la mayoría de veces lo hacía en el cuello de su amo, él era alto así que tenía una buena vista desde ahí.
Aunque odiaba el mar no se quejaba, su vida era buena y siempre había una nueva aventura al lado del moreno.
Un día estando aparcados en un puerto de los tantos que conocía , él estaba durmiendo en la cama de su amo, el peli azul siempre lo dejaba dormir con él, cuando sintió que una mujer con unos buenos atributos, como le gustaba a su compañero entró, de inmediato la fémina se desvistió quedando totalmente desnuda, pero eso al gato no le sorprendió, ya había visto infinidad de mujeres pasar por la cama de su compañero( porque siempre el pirata lo llamaba así “compañero” y le gustaba) así que no le tomo importancia y se estiró aún más en la cama de largo, el gato era grande así que ocupaba mucho espacio.
-¡Vete de aquí gato apestoso! ( la mujer trato de moverlo, pero él la ignoro) ¡que te vayas mugriento!, esperaré aquí al capitán, ¡vete de la cama , que es mía!.
Levanto la vista e inspecciono a la mujer, para luego dormir pesadamente de nuevo, había visto mejores mujeres en la cama del capitán y ninguna lo había botado de esa manera, mejor era no hacerle caso a esa igualada.
La mujer que parecía de alta cuna, de esas niñas consentidas que quieren que siempre se haga lo que digan, se enojó muchísimo, y fue cuando vio el calentador en el camarote, una pequeña especie de estufa bien elaborada, donde ponían carbones calientes, para mantener el cuarto a temperatura buena en las noches frías de altamar, tomo el atizador y lo calentó, como el gato la ignoraba no percibió el peligro, pero de un momento a otro la mujer llevo el atizador hasta el lomo del felino, quemando su pelaje y piel, el gato por el impulso del dolor salió rápido de la cama.
-¡Te dije que te movieras gato feo! se burlaba la mujer, ¡nadie desobedece mis órdenes, soy una princesa, y tú solo un gato callejero!, ella no se había percatado que el pirata había entrado y la escucho, sintió el aroma a pelaje quemado y vio a la mujer con el atizador y frunció el ceño.
-Si ofende a mi mascota me ofende a mi señora, porque yo también soy un gato callejero que, y escúcheme bien, ¡jamás será cazado!, y no me gusta que tomen y mucho menos lastimen mis pertenencias.
-¡Pero vine por ti señor pirata te entrego todo de mí, quiero que poseas este cuerpo! –le dijo con voz coqueta.
El moreno la miro de pies a cabeza.
-Tienes buenos pechos, pero dices, que no te gustan los gatos, pero yo soy un gato callejero, ¡así qué mejor te vas!, no me provocas para nada.- y dicho esto la saco desnuda de su camarote mientras que la mujer gritaba y blasfemaba.
-¡Qué mujer más estúpida!, ¿dice que es princesa?, hasta las prostitutas tienen más decencia y clase, ¡hey compañero! sal, y muéstrame que te hizo esa bruja.
El gato amarillo salió de su escondite, por primera vez tuvo vergüenza que lo vieran así, tenía el pelaje chamuscado y quemado, y en su lomo una profunda quemadura que mostraba parte de su carne.
-Te cogieron con la guardia baja compañero, ¿¡pero que loca de remate se atreve a hacerte esto!?, ¡voy a marcarla igual a ver si le gusta!.
Cargo a su gato lo puso en la cama y comenzó a curarlo.
Al gato amarillo le sorprendió que su amo dejara a una mujer de pechos grandes sólo por darle medicación, pero eso hizo respetarlo y admirarlo aún más.
Un día el barco fue atacado, pero su amo y su tripulación eran fuertes, y llegaron a vencer, sin embargo aún quedaba un enemigo que acciono el cañón, estallando parte del barco de su capitán, cuando paso el impacto, no hubo bajas de parte del peli azul, sólo que quedó deteriorada la nave sin embargo algo le faltaba, llamó al gato amarillo una y otra vez, pero nada, y fue cuando uno de sus hombres le dijo que algo amarillo y dorado flotaba en el agua, el moreno no lo dudo y se lanzó al mar, recogiendo al gato, pero era demasiado tarde, la fuerza del impacto lo había dejado inconsciente y al caer al mar murió ahogado.
Al pirata dos gruesas lágrimas se le resbalaron por sus mejillas, era la primera vez que lloraba, llevo el cuerpo del gato a tierra y lo enterró en la montaña más alta que encontró.
-Espero volverte a ver algún día compañero, fue lo último que dijo alejándose de la tumba.
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En otra ocasión el gato le perteneció a un mago o brujo, no recordaba como llego hasta él, pero ahora era su nuevo amo, el mago era peli verde y con ojos del mismo color, él le regaló un collar de esmeraldas, argumentando que era su piedra de la suerte. Vivía en lo profundo del bosque al pie de unas montañas, las personas de los pueblos cercanos lo admiraban y respetaban mucho, por su color de cabello y ojos decían que era el hijo de una elfa y de un humano, fuera cierto o no, su nuevo amo tenia poderes, como ver el futuro en algunas veces no siempre, y curar a las personas que querían sus servicios, el gato se alegraba mucho de ver cómo la gente salía feliz y agradecida cuando el mago los ayudaba, él no cobraba, pero la gente agradecida siempre le traía comida y dinero, así que Vivian una vida modesta pero tranquila.
El joven mago nunca dejaba a su gato, porque siempre le decía que él era su amuleto de la buena suerte y sí todo salía bien es porque lo tenía a su lado.
El gato se sentía orgulloso de escuchar eso.
El nuevo rey de esas tierras mando a llamar a todos los magos de la región, convocando también a su amo, el mago del rey había muerto hacia poco y el rey buscaba un nuevo mago para que sea su consejero y mano derecha. Al principio el peli verde se negó, no quería vivir en un castillo, pero la gente del pueblo le suplicaron que vaya, porque si era elegido y sabiendo que el mago era justo y bueno aconsejaría bien al nuevo rey para el bienestar de la gente.
El mago acepto no muy contento, pero la gente tenía razón, si el nuevo rey encontraba un mago de magia oscura o ambicioso sería muy peligroso para el país, arreglo sus cosas, fue hacia donde el gato amarillo y le roseó por encima un polvo extraño que le hizo opacar su radiante pelaje.
-Llamas mucho la atención,-le dijo- mejor será que no brilles mucho o el rey te querrá para sí mismo.
Dicho esto el pelaje del gato se volvió marrón claro, eso no le gusto al gato, pero al ver la mirada de su amo, lo comprendió, sólo por él se sacrificaría y llevaría ese feo color, porque sabía que su dueño no lo dejaría, el gato era importante, era su amuleto y nunca haría nada sin él.
Y fueron juntos al palacio, muchos magos se reunieron y el rey en un torneo escogería a su nuevo mago, los días pasaron y los magos cayeron, quedando solo tres al final y entre esos tres su amo.
Fue cuando el rey ordeno a esos tres magos que le den la vida eterna.
Los magos se miraron entre sí, para luego decirle que eso era imposible.
-Ustedes son los mejores magos y ¿no pueden hacer eso?, a ver tú que se dice que eres hijo de una elfa, debes conocer los secretos del bosque, me han dicho que hay una fuente de agua que puede dar vida eterna ¡consíguemela para mí!.
-Eso solo es un mito mi señor, el ser humano no es eterno, puedo brindarle salud a través de mis pócimas, hechizos de triunfo a sus tropas, pero no puedo darle algo que venza a la muerte.
-¡Todos ustedes son unos inútiles!,¿ para qué me sirven entonces?, quiero vida eterna para nunca dejar el trono o sino el hijo de mi hermano tomará mi lugar, y tanto que me costó obtenerlo. Junto con el antiguo mago envenenamos al antiguo rey y como sabia el secreto maté a ese mago y lo mismo pasará con ustedes, ¡guardias métanlos al calabozo!, tienen esta noche para pensarlo señores y decirme cómo puedo tener la eternidad o sino al día siguiente morirán decapitados en la plaza pública.
Uno de los magos quiso escapar utilizando alguna clase de hechizo pero no pudo y murió allí mismo.
El otro se arrodillo frente al rey y le dijo qué como era un mago de magia negra podría darle lo que deseaba, pero antes tendría que matar una gran cantidad de personas para que el ritual se llevara a cabo.
El peli verde no dijo nada.
-Para comenzar mi señor, (dijo el mago oscuro), tiene que matar a alguien de gran poder y bañarse con su sangre, el mago verde ayudara en eso, él es reconocido por tener una gran magia.
El gato que esos momentos estaba escondido entre los ropajes de su amo reconocía a ese mago oscuro y tenebroso, muchas veces el peli verde ayudo y curo a personas que habían caído bajo sus maldiciones, era un hombre despreciable que por dinero no importaba dañar a otros.
-Bien eso me alegra, ¡ves mago verde! serás útil después de todo, guardias llévenselo y mañana muy temprano será degollado.
Justo cuando llevaban al mago el gato se escurrió de sus ropajes a esconderse, el de ojos esmeraldas lo vio huir, eso le dolió, hasta su único amigo lo abandonaba, pero que podía esperar de un gato, ya no le importaba nada.
Esa noche de luna llena el felino se escabullo consiguiendo las llaves de la celda del mago.
El hombre se sorprendió mucho al verlo y le pidió perdón por haber desconfiado de él, el gato lo perdonó, sabía que el mago tenía un gran corazón a pesar de la frialdad que aparentaba, cuando estaban escapando alguien alerto a los guardias, trataron de esconderse pero encontraron algo aún más asombroso, el verdadero heredero al trono, el hijo del rey estaba también encarcelado en el sótano.
Liberaron al verdadero rey, y trataron de escapar, ya estaban casi fuera del peligro, el gato iba en la espalda de su amo pero una flecha lo alcanzo atravesando su corazón. Aun así el mago cargo a su gato y siguió corriendo logrando escapar.
El mago intento muchas veces curar al gato, pero no pudo, su corazón había sido atravesado y ya había perdido mucha sangre, el mago se odio a sí mismo al no ser capaz de salvar a su salvador, el gato con un débil ronroneo tratando de tranquilizar a su amo murió.
A los pocos días el verdadero rey tomo el trono y el falso fue ejecutado junto con su mago oscuro.
El mago peli verde se volvió la mano derecha del nuevo rey.
El mago había embalsamado el cuerpo del gato en una bonita urna, y con permiso del rey, el gato fue enterrado en el cementerio real, todos los días el mago iba a visitar la tumba del felino y lloraba amargamente.
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