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---++ Protege Moi ++--- por Akia_Nekoi10

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Notas del capitulo:

Cabe clarar que FULLMETAL ALCHEMIST no me pertenece, si no a su respectava autora y creadora Hiromu Arakawa.

Y que esta historia es completamente UNIVERSO ALTERNO.

 El titulo del fan fic es de el segundo ending de la serie, cantado por YELLOW GENERATION titulado TOBIRA NO MUKOU E

Ya con eso alcarado, espero que gozen de la lectura ^w

---++ Tobira No Mokou E ++---

 

Capitulo 1: Encuentro casual

 

Año de 1996, en Londres, se mostraba un paisaje algo triste por ser otoño, los árboles se encontraban casi sin hojas, dándole al suelo una consistencia acolchonada por la manta de hojas secas que caían de vez en vez, en las casas se empezaban a prender las chimeneas para dar calor a sus habitantes, los hijos barrían las hojas fallidas, en fin, todo parecía tener muy buen ver, un día normal de vacaciones estaba acabando…

 

-PORQUE NUNCA ME LO DIJISTE?!

 

Y con ello… una relación fraternal de muchos años…

 

 

Estamos en una casa de dos pisos de color blanco, con cinco ventanas en total, hacia el frente, dos arriba y tres abajo, dejando la puerta de entrada entre una y otras dos. Del lado derecho habían unas escaleras que daban a una puerta que se encontraba en el segundo piso, y junto a ella había otras dos ventanitas; el tejado llevaba un quema cocos, al parecer cerrado en ese momento, mientras que en el suelo había arbustitos alrededor de la casa, dándole a esta ultima un aspecto hogareño y muy tranquilo.

 

Aspecto que se rompió por el grito de una voz algo cansada para andar con esas andadas, pero firme en lo que sea que llevaba acabo.

 

-Solo entiéndelo, maldita sea… tampoco es fácil para mi!! –un hombre de mediana estatura trataba de entablar una “razonable” conversación con un niño que no parecía querer entender nada de lo que sucedía.

 

-No! Es fácil para ti por que tu no sabes como me siento!! –el joven estaba parado y una silla tirada en el suelo era la clara evidencia de su levantamiento estrepitado. Mientras que el hombre mayor estaba sentado y recargando uno de sus brazos en la mesa de vidrio de la cocina, en ella descansaba una carta, aparentemente ya abierta y arrugada.

 

-Primero me quitas a mi madre y luego me separas de mi hermano… y ahora me quieres arrebatar la vida que tengo en este lugar!! –gritó el pequeño, sintiendo como todo lo que decía, ese hombre no lo tomaba en cuenta y eso lo encolerizaba más…

 

-Escúchame Edward, no sabes ni la mitad de lo que está pasando aquí, y no me estés hablando así que soy tu padre y merezco tu respeto, así que siéntate de nuevo y escucha lo que tengo que decirte! –Hohenheim estaba empezando a levantar la voz, eso que acababa de decir Edward era verdad, pero detestaba que se lo echara en cara y no le iba a permitir a un mocoso de 15 años tal imprudencia.

 

-Mi padre? Ja! Tu no sabes ni la mitad de lo que es ser un padre, así que no me vengas co-- -una bofetada fue lo que cayó a Ed en ese momento, sus ojos se abrieron en sorpresa, parpadeó varias veces y miró incrédulo a su padre, quien se encontraba aun con el brazo levantado y mirándolo con cierto resentimiento, mirada que fue devuelta por el rubio.

 

Un momento de silencio se formó en el ambiente, pasando a ser tenso e intranquilo, ninguno de los dos hombres hablaba en la cocina…

 

Pero solo uno se arrepentía de su acto cometido.

 

Hohenheim respiró profundo y miró con dolor a Ed, para luego volverse a sentar ya que se había parado para poner en cintura a su hijo. Se acarició el puente de la nariz y finalizó con la última palabra.

 

-Irás a la escuela RAVEN y no se habla más del asunto –sentenció Elric padre, mirando a los ojos dorados de su hijo mayor los cuales solo daban a entender una única cosa que era

 

DESPRECIO

 

Dando por finalizada la discusión y viendo que no tenia posibilidad de convencer a su padre, salió de la casa azotando la puerta en el acto, Hohenheim simplemente suspiró fastidiado de todo y se pasó una mano por la cabeza.

 

-Trisha… no puedo yo solo con este niño… ayúdame… -susurró en la soledad de la casa…

 

 

Edward caminaba con pasos lentos y aburridos por las calles poco transitadas de Londres, miraba el suelo con cierto interés, no prestando atención al frente, haciendo que de vez en cuando chocara con las personas

 

Llegó casi sin darse cuenta a un parque, se sentó en una banca y miró el cielo nublado y gris… tal y como él se sentía ahora, triste y solo, su madre había muerto no hace más de un año, su hermano se había ido con la tía Pinako y Winly puesto que su padre no podía mantener a dos niños y ahora quería deshacerse de él, enviándolo a una escuela que según su padre, era lo mejor para él…

 

-Yo ni siquiera conozco Canadá – se dijo enojado Ed, mientras pateaba una piedrita que estaba cerca de la banca en la que se había sentado. Viendo como la piedrita se perdía entre la hierba no pudo evitar sentirse mal…

 

-Mi padre no me quiere ni un poco… para él solo soy un estorbo en su vida… así como lo fue Al –miró al cielo de nueva cuenta y pudo sentir como gotas de lluvia caían una tras otra en su rostro, y mojaban sus mejillas, o acaso eran lagrimas?...

 

Quien sabe... y la verdad no le interesaba comprobarlo, se sentía tan mal, tan poca cosa, era increíble que a sus quince años ya estaba pensando ese tipo de cosas, pero que esperaban de él?

 

Si todo el tiempo fue tratado como una basura, como algo que solo llenaba espacio y encima de eso le quitan sus dos únicas razones de vivir… claro que sentía que ya no valía nada, y ahora su padre planeaba deshacerse de él por medio de una escuela e internado para variar…

 

Subió sus rodillas a la banca y recargó su cabeza en ellas, abrazándose a si mismo, sintiendo como su ropa húmeda se pegaba a su cuerpo, pero esto era lo que menos le interesaba en ese momento. Si su padre supiera cuanta falta le hacia tener a su madre a su lado, cuanta falta le hacia su cariño, sus sonrisas, sus regaños, sus mimos…

 

-Pero ya no puedo tener nada de eso… ya mamá no va a regresar…-diciendo esto enterró su rostro en sus rodillas y así permaneció por largo rato.

 

Ed sintió como la lluvia dejaba de recorrer su cuerpo, sorprendido, levantó la cabeza y miró hacia arriba…”Un paraguas?” pensó con duda el joven, para luego voltear la vista hacia enfrente y ver a un joven de cabellera negra sostener el objeto, en su rostro se podía ver cierta preocupación, pero nada fuera de lo normal.

 

-Que te pasa niño… estas perdido? –preguntó con duda el joven, mientras se acuclillaba para quedar a la altura del pequeño, Ed miraba cada movimiento del joven, hasta que su mente procesó aquella palabra prohibida para sus oídos.

 

-A QUIEN LE LLEMAS MEGA, HIPER, ULTRA ENANO QUE NO SE PUEDE DISNTINGUIR ENTRE LAS GOTAS DE LLUVIA Y FACILMENTE PUEDE SER IGNORADO?! –explotó Ed en la cara del joven, pero casi ni se inmutó, puesto que había notado cierta área roja en la mejilla del niño.

 

Siendo atrevido, alzó la mano y toco la mejilla de Ed y la acarició sintiendo la ligera hinchazón que se estaba produciendo en su cachete. Edward al sentir aquel contacto no pudo evitar sonrojarse, aquel hombre en verdad era lindo.

 

Sacudió la cabeza con fuerza, recriminándose por aquel pensamiento y golpeó ligeramente la mano que tocaba su mejilla alejándola de ahí

 

-Oye tranquilo, tampoco es para que te alteres –dijo riendo el hombre mientras que Ed con coraje se paraba rápidamente de la banca y con actitud infantil le saca la lengua al desconocido y sale corriendo del parque.

 

El sujeto ve como el pequeño desaparece  entre la lluvia, sonríe altaneramente para luego decir al aire…

 

-Mi nombre es Roy Mustang… Edward Elric… -y con esto se fue de aquel lugar.

 

 

Ed seguía corriendo por las calles mojadas de Londres, tan solo quería llegar a la casa de la única persona que sabía comprenderlo como en verdad se sentía, quien sabía abrirle su corazón sin recriminaciones, ni sentirse juzgado al hablar, la única persona que en verdad lo amaba… 

 

Tocó la puerta como si su vida dependiera de ello, la lluvia ya para ese entonces estaba empeorando, su cabellera rubia que era amarrada por una trenza, ahora se encontraba casi desecha, sus lágrimas se confundían con las gotas de lluvia que resbalaban de su rostro. Tocó con más insistencia hasta que escuchó una voz proveniente del interior de la casa.

 

-Mas vale que sea bueno o si no…-la frase del chico, dueño de la casa, se vio interrumpida al verse envuelto en unos brazos pequeños y llenos de fuerza –Pero que?! –no reaccionó bien, simplemente fue de lleno al suelo, con todo y bultito, dándose en la cabeza, al enderezarse, se sobó la parte dolida.

 

-Envy… sob… ayúdame… por favor… ayúdame! –gritó dolido Edward enterrando su cabeza en el pecho del chico de nombre Envy.

 

El mencionado, no sabía que hacer, ya tenía meses de no ver al chico en ese estado, pensó que habían superado los traumas de su infancia… que lo tenía así? Envy acarició el cabello húmedo de Ed, tratando así de tranquilizarlo, si algo bien sabía, era que no se le daban las consolaciones, pero, este niño le había enseñado algunas cosas sobre la palabra amor.

 

-Ya…tranquilo, deja de llorar, sabes que así no solucionas nada –Se encontraban en el sofá de su sala, ya tenían rato de haber platicado lo que sucedía.

 

Resultaba que el padre de Ed lo quería enviar a una escuela privada, lejos de todas las amistades “negativas” que tenía en Londres, su inscripción a ésta fue completamente contra su voluntad, de hecho Edward se había dado cuenta de que estaba en ella justamente ese día y con coraje le recriminó a su padre el hecho de que no le consultara nada respecto al tema.

 

Envy sabía de sobra que eso de las malas amistades era cierto, el chico de cabello verde había inducido a Edward a muchos feos vicios, incluidos la droga y el alcohol, pero este último nunca lo soportó del todo, por lo tanto lo dejó de lado. Envy de hecho llegó a pensar en Edward como un cliente y le daba a probar toda clase de dogras, no muy peligrosas, pero si al punto que el chico se perdía en su mente… que hacia Envy? Pues lo que hace cualquier persona metida en el medio con otra fuera de éste… 

 

Se aprovechó de él… pero no como un violador, no señor, si algo bien claro tenía Envy era el hecho de que tomaría el cuerpo de ese “niño” en sus cinco sentidos, a lo máximo que llegaba era sexo oral, en donde el único satisfecho era Edward aun que nunca se daba cuenta de nada y despertaba como si nada…

 

Si… Edward confiaba mucho en él, demasiado para su gusto, pero había aprendido a controlar esa confianza a su antojo y todo para llegar a lo único que le interesaba del chico… su cuerpo, así como a todos los de su “grupo”, Ed era una pieza virgen esperando ser manchada por sus manos y él era el único que se llevaría tal satisfacción.

 

Entre todos sus pensamientos, no se dio cuenta de la hora y al voltear a su derecha encontró a Ed viendo a ningún punto en especial, pero las lágrimas seguían rodando de sus hermosos ojos dorados, dando a entender que seguía sufriendo por el menosprecio de su padre hacia él.

 

-No lo entiendo… nunca le he dado problemas… me va bien en la escuela…-Ed parecía hablar más para él que para el hombre que ahora se encontraba a su lado -…no se… a lo mejor es que soy un niño malo… -Envy miró a Ed y pudo notar en su mirada que el chico ya estaba perdiéndose en su mente, no pudiendo “soportar” esto, tomó a Ed de la mano y lo llevó a su cuarto.

 

-Que pasa Envy?... –Ed se sentó en la cama de su amigo y recogió sus piernas para quedar en la misma posición que había adquirido en el parque, solo que esta vez no había enterrado su cabeza en las rodillas.

 

-Enano… ya habíamos hablado que nada de deprimencías en esta casa –Ed bajó la cabeza por el comentario de Envy, y este último se la levantó de la barbilla con delicadeza, para después plantarle un beso muy pasional en la boca, haciendo que Ed abriera grande los ojos, pero los cerró al instante al sentir como una extraña pastilla entraba en su boca y pasaba a su garganta.

 

-Envy… esto… -Edward se tocó la garganta sabiendo que había pasado aquella cosa.

 

Otra droga más…entrecerró los ojos al verse nuevamente envuelto en aquella basura barata, pero Envy tenía razón en una cosa…

 

-Solo disfrútala, enano, te hará sentir mejor, lo que quieres es olvidar no?...entonces no te resistas a ella y disfrútala –diciendo esto, Envy empujó a Ed del pecho a la cama, quedándose recostado boca arriba, mirando el techo del cuarto de su amigo, sin ninguna importancia en realidad…

 

Aunque a decir verdad ya no sentía que en serio algo le interesase, la muerte de su madre, la lejanía de su hermano, la indiferencia de su padre, ya nada de eso le importaba, todo era un total vació en su mente, sentía como su cuerpo se relajaba, amaba esa sensación, le gustaba saber que en su mundo, por mas pequeño que este fuera, estaba seguro, aislado de todo ese sufrimiento que le oprimía el alma.

 

Sabía de sobra que la manera en que lo hacia no era la correcta, que su modo de actuar estaba erróneo, que esas pastillas, polvos y líquidos simplemente mataban su cuerpo y neuronas, pero era un modo de salirse de él mismo un rato, y además que no recurría a loqueros que intentaban meterse en su vida e intentar hacérsela ver color rosa, cuando el único que sabía como en verdad era todo era él mismo.

 

Envy veía como el chico empezaba a reaccionar a la pastilla que minutos antes le había dado, a decir verdad, no era más que un simple antidepresivo, que si bien lo vemos médicamente, no se podía catalogar como droga con la dosis correcta, así que no había nada de que procurarse, el chico dormiría un rato alejado de todos esos pensamientos que o perturbaban.

 

Sin mucho interés Envy miró su reloj de alarma que descansaba en su buró de noche, éste marcaba las “11:30 p.m.”, silbó con sorpresa, ya era muy tarde, ni cuenta se había dado del pasar de las horas, su mamá no tardaría en llegar, miró de nueva cuenta a Ed y este ya se encontraba dormido, y para colmo había mojado su cama con sus ropas húmedas.

 

Se regañó al no haber previsto aquello y con fastidio le fue quitando sus ropas para dejarlo solo en boxers (N/A: porque siempre usan boxers? Porque no hay uno solo que utilice calzoncillos?) ya una ves terminada su tarea dejó a Ed en el sillón que tenía en su cuarto, y cambió las sabanas por unas secas, colocando de nuevo al chico en esta. Una vez ya todo listo Envy no pudo evitar acariciar el pecho del rubio, pasaba la yema de sus dedos por los pezones de Ed y los acariciaba y jaloneaba con cuidado, todo lo hacia sin mayor interés la verdad, no veía el día en el cual por fin haría suyo a Edward Elric…

 

-Mmm… En… Envy…-suspiró Ed, mientras sus mejillas se sonrojaban sin ser consiente de ello.

 

Escuchó como unas llaves abrían la puerta de su casa y unos tacones se acercaban a su cuarto, Envy dejó de “atender” a su amigo para recibir a su madre. En eso, la puerta de su habitación se abrió lentamente.

 

-Estoy despierto, mamá –dijo con fastidio Envy, para que después la puerta fuera abierta con un poco más de confianza, mostrando a una mujer de cabellos largos y verdosos, con una mirada afilada, pero que denotaba bondad en ella, y un cuerpo escultural.

 

-Oh vaya… no piensas dormirte? Mañana tienes que ir a –la mujer dejó de dar su discurso al notar al inquilino en la cama de su hijo, lo reconoció de inmediato, era el chico bajito que solía venir casi a diario, sabía parte de la vida de Edward y sentía lastima por la triste vida que le había tocado vivir al pobre.

 

-Va a pasar la noche aquí, otra vez tuvo problemas en su casa –dijo Envy respondiendo a la duda pintada en el rostro de su madre, con aquello dicho, la madre prefirió salir del cuarto y dejarlos solos, ya le dejaría una nota a su hijo en la puerta sobre sus pendientes.

 

Envy suspiró con fastidio, arropó a su amigo sin muchas ganas, se dirigió a su armario y sacó una almohada y una sabana, se acomodó en el sillón y se durmió automáticamente, dejando sus pensamientos de lado…

 

Continuarà...


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