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Análisis sensorial sobre algo -una cosa, un hecho, un fenómeno, - que despierta curiosidad. Conviene que la observación sea detenida, concisa y numerosa, no en vano es el punto de partida del método y de ella depende en buena medida el éxito del proceso.
«Están mirando, joder, están mirando directamente aquí.»
Baekhyun retorció sus dedos sobre su regazo en ese nuevo tic que empezaba a desarrollar. Desvió la mirada a la ventanilla del autobús con las mejillas encendidas; había civiles paseando a sus mascotas, asalariados hablando por teléfono en las aceras y puestos de mangas en cada esquina.
El cuello de la camisa escolar empezaba a asfixiarlo por lo que desajustó su corbata verde limón con una mueca exhausta.
El calor de alguien más a su costado, justo en los últimos asientos del bus, no le reconfortó ni siquiera un poco.
Vió de soslayo al enorme chico sentado junto a él. Su piel se erizó y los vellos de su nuca se le encresparon devolviendo la mirada al frente.
Chanyeol era un sujeto simple. Reía cuando se le provocaba, lloraba cuando sentía pena, y tenía esa jodida habilidad de decir la primera cosa que pasaba por su cabeza, ignorando el filtro de cerebro/boca.
Pero, era su mejor amigo de toda la vida.
«Mierda, dejen de mirar.»
Pensó, arrugando el mentón y levantando levemente la quijada con la cara roja y los nervios salpicando de su cuerpo como una pileta.
Había viajado en autobús con Chanyeol a menos distancia que ahora, sí, pero esta vez era diferente. Esta vez no iría a su casa y saludaría cortésmente a la señora Park solo para jugar videojuegos con Yeol hasta que no hubiera un mañana.
Esta vez tendrían sexo.
¿Raro?
No tanto.
Byun Baekhyun no tenía ningún problema con su personalidad ni con las personas. Para ser exactos, Baekhyun era bueno con las personas y además alguien realmente popular.
¿Su problema?
Que los pechos ya no eran más, algo genial.
¿Qué más eficiente que pedirle a tu mejor amigo que disipe tu duda acerca de las pollas?
Chanyeol observó a Baekhyun con algo de pena, en serio no le gustaba verlo tan incómodo.
Bajó la cabeza rebuscando algo en su mochila, había recordado que lo tenía guardado desde esa última vez en el Hospital de su padre.
Una sonrisa boba se extendió sobre sus labios, comprobando por milésima vez su simpleza personal, y abrió el folleto ampliamente ilustrado con imágenes coloridas y llamativas frente a su rostro, como si del periódico semanal se tratase.
Baekhyun vio sin mucho interés lo que miraba Yeol, pero al codificar las imágenes en su cerebro como: ¡Muy pervertido! Chilló como una nena y con ambas manos aplastó el folleto contra sus piernas.
¡¡Un puto folleto acerca de sexo seguro y pasos sencillos de como colocarse un puto condón!!
¿¡En serio!?
Con una mueca infeliz arrugó el papel hasta hacerlo bolita frente a la expresión confusa e incluso un poco boba de Chanyeol.
—¿Por… por qué eres tan grosero? — Preguntó Yeol algo insatisfecho. Era su folleto y le había costado muchísimo pedírselo a Kim noona.
Baekhyun le ignoró con las mejillas infladas de la vergüenza y furia, sentándose sobre la bola de papel.
Cuando supo que Chanyeol no cerraría el pico, tocó el timbre de la puertilla deteniendo el autobús a una cuadra de la casa del alto y bajó pisando fuerte, con movimientos robóticos.
Yeol le observó con la boca ligeramente abierta y expresión patidifusa pero le siguió el paso a regañadientes, cuando estuvieron ambos en la acera, Yeol le detuvo tomando un cachito de su saco escolar, llamando su atención.
Baekhyun se detuvo en seco, sintiendo el amplio pecho de Chanyeol golpear contra su espalda, y la imagen del enorme Chanyeol mirándolo hacia abajo como a un enano, le estalló.
Ladeo la cabeza la a izquierda, sonrojado y notó a la anciana que les observaba algo preocupada y sorprendida.
Baekhyun contuvo el grito de frustración en su garganta y quitó la mano de Chanyeol sobre su hombro de forma brusca, corriéndose a un lado, y provocando que el alto tropezara y cayera de cara al suelo.
El sonido en seco ni siquiera le hizo voltear, sus ojos estaban prendidos de las demás personas que miraban.
—Huhm… Eso dolió…— Se quejó el alto, en un mugido frotándose el rostro.
Baekhyun le miró desde arriba, mordiéndose los labios. —Deja de hacerte el tonto… — y sin más siguió avanzando cubriendo su cara roja con su antebrazo.
Chanyeol recogió su maleta con sus apuntes y frotó su barbilla raspada, que se tornaba rojiza, pero su mirada solo seguía los pasos de Baekhyun; como un mosquito a la luz.
Su morada se divisó a unos metros de distancia, como una edificación enorme y moderna, desde ahí podía ver directamente la habitación de Chanyeol junto con el balcón.
El alto sacó su juego de llaves con ese patético llavero de Yoda en “El regreso de la fuerza” que Baekhyun ganó en un jueguito de maquinita y que le regaló a Chanyeol porque el alto no había conseguido nada.
Chanyeol empujó la puerta y sonrió como siempre a Baekhyun permitiéndole pasar primero.
Y habría sido como cualquier otro día en el que Chanyeol era estúpidamente caballeroso, si es que Baekhyun no hubiera pensado lo bien que olía su perfume, y como deseaba lamer su cuello.
Hiperventiló avergonzado cuando Betty la sirvienta, les dio la bienvenida, informando que los padres de Chanyeol no estaban en casa.
El alto asintió desinteresado y tomo la mano de Baekhyun, para subir apresuradamente las escaleras.
Había algo importante que debían hacer en su habitación.