Voy a escribir aquí tanto las notas de la historia como las notas finales porque es demasiado corto para que me lo publiquen si no relleno un poco -.-
Hace un par de días subí mi primera historia a internet, un fic de Hary Potter, y estaba completamente de los nervios. "¿Le gustará a alguien?", "¿Lo odiarán?", "¿Recibiré comentarios?". Ahora que la temida primera vez ya ha pasado, puedo subir otro sin estresarme (aunque los nervios siguen ahí XD).
Quiero aclarar que, tal y como dice el resumen, ésto no tiene incesto, sólo es amor fraternal.
Espero que lo disfrutéis. Gracias por leer.
Ardía. Todo a su alrededor ardía en altivas llamas que quemaban todo a su paso, sin piedad alguna. El humo, que le empañaba la vista, atacaba sin remordimientos sus pulmones impidiendo que el necesitado oxígeno llegara, llevándolo a pasos agigantados hacia el sueño eterno.
Su pecho dolía, pero no por sus órganos contaminados de ceniza: le dolía el corazón. La escena que se estaba desarrollando a su alrededor le mataba más que cualquier otra cosa. Él tenía la certeza de que sobreviviría lo suficiente para ver el final de la historia, pues el fuego no le había alcanzado, pero no podía decir lo mismo de su familia, aunque mejor así. Su padre y su hermana pequeña ardían en gritos ensordecedores y lo cuadros, único legado de su madre antes de fallecer, casi se habían desintegrado mientras volaban en quemados trozos sobre sus cabezas.
Pero lo peor, lo peor lo tenía justo enfrente; la persona a la que más quería y la única que le comprendía, su hermano gemelo, Ametz, yacía sobre el negruzco suelo de madera con la mitad del cuerpo perdido entre las llamas. Estaba despierto aunque no gritara. Su húmeda mirada conectó con la brillante de su hermano, que le observaba como si estuviese a punto de perder el alma. Una mano se alzaba débilmente intentando alcanzarle.
Ander, debatiéndose entre la consciencia y la inconsciencia, comenzó a arrastrarse hacia Ametz. No podía dejar que muriera sin haber intentado salvarle, o, al menos, no podía dejar que muriera solo.
Sacudió la cabeza cuando escuchó en su mente, alta y clara, la voz de su gemelo: “No vengas, por favor. No lo hagas. No mueras tú también.” Llegó hasta Ametz haciendo caso omiso de su súplica. Agarró la mano que le tendía, que, a pesar de lo que le había dicho, era incapaz de apartar y, haciendo acopio de toda la fuerza que le quedaba, tiró de él sacándolo de las llamas.
Quedó inconsciente de inmediato cayendo sobre su hermano, que lloraba en silencio. No por el dolor de las horribles quemaduras, sino por su destino, al que había arrastrado a Ander por su debilidad, por su miedo, por no haber podido apartar la mano, por su egoísmo… pero tenía que aceptar la verdad; no quería morir solo. Era un cabrón, lo sabía, mas necesitaba a su hermano con él. Juntos. Como siempre había sido.
Y, con ello en mente, se dejó llevar por la oscuridad sintiendo el peso de su corazón sobre él, acunado por los desgarradores gritos de dolor del resto de su familia, del resto de su alma.
Ojalá os haya gustado :) Dejad comentarios, please. Me haríais muuuuuy feliz.