Y mientras lo hacía gritar extasiado de tanto dolor, de tanto roce, de tantos toques bruscos el disfrutaba escucharlo, eso lo excitaba más, penetrándolo con más poder, adentrándose hasta donde ya no podía, haciendo que el rubio perdiera el conocimiento por momentos. Veía su rostro de desesperación y eso lo hacía más apetecible, se recuesta sobre el menor para besarle lascivamente, metiendo su lengua hasta la garganta del otro que aunque se resistiera no tenía las fuerzas necesarias para impedirlo. Mientras lo seguían penetrando sus manos apretaban cada musculo de su cuerpo hasta terminar dentro del rubio, este que casi desesperado trata de alejarse solo escucha en su oído… shhhh… silencio….
Saga sale del cuerpo de Shaka, le encanta sudar como lo hizo, se levanta un poco agotado mientras ve como el rubio abraza sus piernas, esto lo hace sonreír, se sienta en la orilla de la cama mientras acaricia su cabello.
Se levanta y comienza a vestirse…
- Eres grandioso Shaka, amo tus pupilas dilatarse con cada penetración… jamás pensé que apoderarme de tu piel blanca me haría desearte cada día más. No creí quebrantar tu alma con mi sexo, ni mucho menos tomarte como lo hice… (suelta una gran carcajada, que casi podría ser escuchada en el próximo templo, termina de vestirse) eres un caballero dorado compórtate como tal, no llores porque así pareces niña. Me es un poco difícil ver a tal caballero tan asustado (sonríe de medio lado) ahora puedes ir a decirle al león que te revolcaste conmigo, dile que lo disfrutaste como zorra, dile… ¡DICELO! O se lo diré yo (da media vuelta para largarse)
Al rubio le duele todo, no puede ni articular palabra contra el grotesco de Saga, en que momento él había perdido el control de aquella acalorada discusión unas horas antes… y aunque Saga tenía razón él es un caballero dorado, esto hacia que perdiera todo el control de su ser y se dejó humillar por ese hombre maldito que cruza su templo como si nada hubiese pasado.
Saga sale del templo, llegando al suyo a dormir, no puede creer aun lo que ha pasado, sonríe entre esa oscuridad que lo inunda, lo tomo y lo hizo suyo a su manera, de la manera más grotesca y pesada, ha violado no solo los sentimientos de aquella flor sino que su mente, su alma y su cuerpo. Eso lo satisface.
Esa mañana el geminiano baja a entrenar mientras el sol no calienta demasiado, puede sentir el viento soplar y enredar su cabello, siente ese olor que solo por las mañanas puede sentir, ese olor fresco de la mañana que hace que sus sentidos se idioticen por segundos, baja al coliseo y mientras baja las escaleras mira al toro y a mu discutiendo, para no interrumpir se sienta sobre una de las escaleras para tratar de escuchar, pero pareciera que es murmuro o algo así porque no escucha nada. Nota que se aleja el toro muy enfurecido, dejando al carnero casi llorando. Se levanta de la escalera y sigue caminando hasta llegar a la arena dejando por un lado al pelilila por un lado.
Mu se aleja del coliseo, sale del santuario, no puede creer que su corazón se esté cayendo a pedazos y al toro no le interesa en lo más mínimo, llega al pequeño bosque, donde suele colocar sus pensamientos en orden, ve ese árbol que tantas veces le ha dado sombra para cuidarlo y así sentirse protegido. Coloca una de sus manos sobre que aquel robusto árbol mientras sus lágrimas comienzan a brotar, ama al toro con toda su alma y estas constantes peleas lo hacen muchas veces perder la razón… Mu está perdido en sus pensamientos que no se percata que ha sido seguido muy sigilosamente por el geminiano. Saga lo allí, todo vulnerable, ese corderito que siempre se lo quiso comer de placer, siempre le quiso ver la cara al gemir de placer…. Mmmmm… se relame y sin pensarlo, se le lanza, aplastando el rostro de Mu en aquel tronco de árbol, tomando una de sus manos y retorciéndola provocando dolor…
Ahhhh…. ¿Qué está pasando? ¿Quién eres? Pero solo siente como olfatean su cabello como desquiciado… shhhhhh…. Le susurra al oído, todo a su debido tiempo mi corderito… causándole más dolor al aplastar con fuerza su rostro al árbol y retorciendo aún más la mano… ¡basta! No sabes con quien te metes
Pero Saga ya no quiere platicar, verlo así le ha provocado una erección terrible, no aguanta más el pantalón y desea estrenar su nueva adquisición, suelta el rostro del pelilila para desabrochar su pantalón y bajarlo por completo, mientras Mu empieza a reaccionar tocándose la cara. El geminiano toma los pantalones de Aries y de un solo jalón los baja, el lemuriano queda atónito, no es cierto que alguien lo quisiese tomar a la fuerza, por lo que comienza a pelear pero Saga toma el brazo que ya tenía sujeto y con la llave que le ha hecho le propina un dolor que pareciera que le quiere quitar el brazo, Mu grita de dolor, con los pies hace que Mu abra un poco las piernas para empezar a introducirse, no le importa que no haya habido dilatación, ya no había tiempo para esas banalidades ya que no aguanta más y su cuerpo lo pide, empieza a introducirse como puede, la entrada es muy difícil y eso le enoja.
Mu siente como el maldito quiere entrar sin ninguna lubricación, sin ninguna preparación. Espera… no lo hagas… no lo intentes…. Pero luego siente esa cosa introduciéndose y por más que se remueva el dolor del brazo es abrumante, Saga no puede entrar por lo que con la mano libre lo toma fuerte de la cadera sometiéndolo y entrando muy a la fuerza, esa entrada que desgarra por dentro al carnero, gritando de tanto dolor. Ese dolor indescriptible que jamás había sentido en su vida, Saga sonríe al escucharlo y suelta su brazo, para tomar con las dos manos de las caderas y seguir…
- No maaaaassss… por favoooorrrrr….
- Shhhhhhh… (Susurra a su oído, esto apenas comienza)
Empieza a salir haciendo que el desesperado Mu trate ahora de déjalo adentro, el dolor que siente es indescriptible, no puede pensar, solo puede gritar, pero llega un momento en que se queda sin aliento, el dolor lo está partiendo, el geminiano vuelve a entrar y a salir y a entrar y a salir, una y otra vez, mientras Mu como puede se agarra de aquel árbol que siempre fue su testigo de sus agonías amorosas ahora de esta atrocidad, su saliva salía de su boca, sus lágrimas brotaban sin pedir permiso… ¡BASTA! ¡POR FAVOR BASTA! Gritaba una y otra vez, pero Saga reía a carcajadas sin dejar de penetrarlo… se acerca a su oído para volver a susurrar… abre más las piernas así dejara más espacio carnerito. Mu se enoja, maldito sea el tipo, ya no puede pronunciar palabra alguna solo ese maldito dolor indescriptible, abre un poco más piernas para evitar tanto dolor, pero ese dolor está allí, agudo, arrancándole la vida con cada penetración…. Saga se está volviendo loco, lo penetra más fuerte haciendo que el lemuriano se golpee contra el árbol, una y otra vez… la dilatación comienza pero a pesar de ello no soporta el maldito dolor, siente como ese gran trozo de carne se adentra aún más, no puede ya ni respirar, su mirada está perdida, por fin comienza a sentir un poco de placer con cada estocada, pero tiene tanto dolor que no disfruta nada… ¡basta! Dice esto ya sin voz…
A Saga no le importa nada, termina dentro del torturado Mu que da sus últimos gritos y empujones a sentir ese líquido espeso, viscoso y caliente entre sus heridas ardiéndole todo, tratando de alejarse, lográndolo… se separa de Saga, y cae al suelo, no ha parado de llorar, por lo que al tratar de verle, no puede distinguirlo bien. El moreno se le acerca agachándose para acariciando su cabello.
- No te humilles, ni te enojes con lo que te voy a decir, pero he tomado tu virginidad y te hice mío, cosa que el toro no pudo hacer, lo lamento por él, bien merecido lo tienes por andar de difícil con tu propio novio. Ahora ve y dile que has perdido tu virginidad conmigo, ve y dile que por mí no revolcaras con él… (mientras suelta una gran carcajada) a ver si te perdona… sino se lo dices tú, se lo diré yo…
Se levanta y mientras se viste lo ve exhausto, ni siquiera sabe si le escucho, solo puede ver su rostro herido por la corteza del árbol, y su cuerpo semidesnudo, no puede contenerse se le vuelve acercar para darle un pequeño beso en los labios y se aleja.
Camina hacia el coliseo ve al toro un poco preocupado y un par de sus compañeros de batallas, saluda a Milo y luego ve a Camus, mira como sus piernas largas se le acercan para saludarlo, le sonríe mientras le lame los labios… por su mente pasan mil pensamientos, Camus no lo saluda, solo se lleva a Milo y eso le parece más atractivo, pero será aún más verle el rostro envuelto en llanto de tanto placer….
Voltea a ver al toro… se le acerca para colocar su mano sobre su hombro.
- Amigo, te noto triste, ¿Qué te pasa? (el toro baja la mirada mientras suspira)
- No es nada Saga, es solo un problema con Mu, que pronto lo solucionaremos…
- Mmm… entiendo, (mientras le sonríe) como tú digas, espero pronto se reconcilien, no me gusta verlos tristes chicos.
Busca como loco a Shaka pero al parecer no bajo a entrenar, menos el león, seguramente estarán haya arriba. Sube las escaleras para dormir una larga siesta.
En el templo de la virgen Shaka muy adolorido está en su cama mientras el león le prepara un té.
- Ya te sentirás mejor, este té, es para que te sientas mejor y no tengas más ese terrible dolor de cabeza.
Y mientras Shaka lo escuchaba a lo lejos, sus ojos sin abrir derramaban lágrimas, no le puede decir que se acostó con Saga, lo echaría todo a perder, fue a la fuerza, pero eso no lo entenderá su león, y lo perderá para siempre, limpia sus lágrimas rápidamente cuando ve entrar al gato a su habitación con una taza de té.
- Pruébalo, te hará muy bien, ya mañana estarás muy bien.
- Gracias Aioria, bebe un poco, pero no tiene ganas de tomar nada, dormiré un poco.
El gato al escucharlo, deja la taza en la mesita de noche, se acuesta justo a la par de él, pues entoces te acompaño a dormir, lo abraza envolviendo su cintura pegándolo a su cuerpo. Besa su cuello haciendo que el rubio se estremezca.
- Duerme Shaka yo cuido tu sueño… mientras el rubio se queda profundamente dormido.
El carnero se incorpora como puede, se levanta los pantalones, con cada paso que da el dolor lo destroza sin mencionar ese maldito líquido viscoso que aún tiene dentro, que por gravedad está comenzando a salir, este ha sido el peor día de su vida, sin mencionar que luego tendrá que enfrentar al toro. El que temía al dolor de su primera vez, por lo mismo había esperado y tal vez más de la cuenta, porque lo que le paso fue lo peor, lo destrozaron, lo humillaron y ahora esta usado, sucio, maldito… no puede parar de llorar.
Por la noche llega a su templo, tira la ropa que lleva puesta, mientras se mete a la ducha, sin parar de llorar, no entiende porque a él, aún no está seguro de quien lo utilizo de esa manera. Sale de la ducha, se coloca una bata y mientras sale encuentra al toro.
- ¿Qué haces aquí? (dice esto muy nervioso)
- Me preocupe, no te vi en todo el día y…. (es callado por Mu)
- ¡fuera! De mi habitación, como te atreves (le señala para que se aleje, el toro sale de la habitación y le espera afuera, pero Mu nunca sale.
Aldebaran toca la puerta, pero no le responde, abre con cuidado y lo ve ya dormido, se sienta en la orilla de la cama y nota como el rostro del pelilila esta golpeado, trata de acariciarlo, pero se detiene, sabe que eso hará que se despierte y seguramente lo echara de nuevo. Lo ve raro, no sabe qué pasa, pero pronto lo averiguara, sale de la habitación, para quedarse dormido en uno de los sofás.
Mu quiere levantarse pero no puede, el dolor lo está matando, quiere seguir durmiendo pero el dolor sigue allí, no lo deja dormir. Debe de ser fuerte, por lo que cierra los ojos.
En los días que siguieron Saga bajaba al pueblo, ayudar a las personas a construir una de las ultimas casas de aquel valle, los pobladores amaban a ese hombre, pues siempre les ayudaba cada vez que se lo pedían, sube nuevamente al coliseo a entrenar, mira a Milo y a Camus, los saluda pero solo el escorpión lo saluda, Camus es un mal educado se dice para sí mismo, por momentos su mente sufre de algunos pequeños recuerdos con Shaka, pero tiene días de no verlo, así que no les toma importancia. Entrena con Aldebaran… el toro esta deprimido, por lo que Saga lo nota. Al terminar de entrenar se sientan sobre una roca.
- No estés deprimido amigo mío, estoy seguro que todo tiene solución, yo aún estoy triste porque Aioros no ha vuelto de su misión, lleva 3 semanas fuera de Grecia, pero si me pongo así no hago nada, tú también ya empieza a superar lo que te hace sufrir.
- No es lo mismo Saga, Mu termino conmigo, creo que fue porque yo quería acostarme con él pues ya llevamos varios años juntos y creo que lo amerita, la última vez discutimos por ello pero luego todo cambio, ya no me habla, no me ve a los ojos, ni siquiera me dirije la palabra…
Con esas palabras a Saga le vienen una lluvia de imágenes… sacude su cabeza, esas imágenes no pueden ser ciertas, ya que tiene días de no ver a Mu.
- Amigo, si él te ama, sabrá corresponderte, no te des por vencido, le sonríe mientras coloca su mano sobre el hombro del toro.