Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Do you know why? por Remisagi

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola!

Aquí estoy con otra historia que espero sea de tu agrado ^^

 

Esta vez un VKook romantico. 

 

Pido perdón de antemano si hay algún error > <

 

Sin nada más agregar...

 

A leer ~~

No supe muy bien como, ni en qué momento te instalaste en mi vida para no querer irte nunca más.

 

De acuerdo, tal vez si se cuando, pero el cómo, sigue siendo un misterio.

 

Recuerdo aquel día en que te transferiste a mi escuela, a mi curso y al asiento que llevaba tanto tiempo vacio, justo a mi lado.

 

Recuerdo aquella sonrisa que me regalaste al llegar junto a mí, aquella sonrisa que no se borró nunca más de mi mente.

 

-Soy Kim Tae Hyung –

 

Te presentaste a pesar que ya lo habías hecho delante de todos mis compañeros, te saludé con una pequeña reverencia y volví mi atención al maestro.

 

Pero, aunque mi mirada estuviese fija al pizarrón, mi atención estaba puesta en ti, en los movimientos de tus dedos y esa melodía casi inaudible que tarareabas para ti mismo.

 

“Que molesto”

 

Fue lo que pensé, y mis ojos solos se desviaron disimuladamente a mirarte. Tenías los tuyos cerrados y mordías tu labio inferior con fuerza.

 

De un momento a otro, dejé de disimular y mi cabeza completa estaba girada hacia ti, observando cada detalle de tu rostro.

 

“¿Por qué?”

 

Pasaron varios días luego de que llegaras para que finalmente tuviéramos una verdadera conversación o algo así.

 

Lo recuerdo como que hubiese sido ayer. Estabas en la biblioteca leyendo una manga cuando te vi y me acerqué.

 

-Hola Jung Kook –

 

Dijiste sin desviar la vista de las páginas llenas de dibujos inentendibles para mí. Me senté frente a ti con un libro y un cuaderno en mis manos.

 

Nos habían asignado un trabajo en parejas y bueno no hay que analizarlo demasiado, simplemente nos tocó trabajar juntos.

 

Abrí el libro y comencé a leer en silencio, pude ver de reojo que dejaste tu manga a un lado y apoyaste los codos en la mesa sosteniendo tu cara.

 

Podía sentir tu mirada fija en mí, no me atreví a levantar la vista por miedo a que nuestras miradas hicieran contacto.

 

“¿Por qué?”

 

Seguí leyendo sin darle importancia a los latidos de mi corazón que se iban acelerando con cada minuto que pasaba.

 

-Vamos a comer –

 

Dijiste cerrando el libro. Debí mirarte de una forma aterradora porque inmediatamente me pediste disculpas por lo que acababas de hacer.

 

-No puedo estudiar con el estomago vacio –

 

Te excusaste y volviste a hacerlo. Me regalaste otra vez esa dulce sonrisa y supe en ese instante que esa bella expresión se volvería en mi mayor tormento.

 

Mientras caminábamos fuera de la escuela, me contaste que venias de Daegu, que te gusta bailar, cantar, los mangas y los video juegos. Yo no dije ni una palabra, pero no pareció molestarte.

 

Llegamos a un pequeño local de comida rápida y seguiste con tu monologo conmigo como espectador.

 

Finalmente ese día no avanzamos en la tarea, me acompañaste a hasta mi casa a pesar de lo mucho que me negué, pero hiciste aparecer tu sonrisa y un está bien se escapó de mis labios.

 

-Hasta mañana Jung Kook –

 

Te despediste y vi como desaparecías de mi campo visual dejando una extraña sensación de vacío en mi pecho.

 

“¿Por qué?”

 

Los días y con ellos los meses transcurrieron normalmente, pero de alguna forma nos hicimos cada vez más cercanos.

 

Recuerdo un fin de semana que fuimos al cine, se estrenaba una de tus películas favoritas y estabas muy emocionado.

 

Como siempre no dejabas de hablar, pero ya estaba acostumbrado al igual que tú estabas acostumbrado a mis silencios.

 

Pero la verdad, en ese momento no era porque no quisiera hablar, simplemente me gustaba mucho más escuchar tu voz y mirar tus expresiones.

 

Esa noche, luego del cine habías quedado en que me quedaría en tu casa y así lo hicimos. Compramos algo para comer y llegamos.

 

Un lugar pequeño, simple, pero muy lindo. Me extrañó que a esa hora no hubiese nadie e imagino que notaste mi cara porque inmediato confesaste que vivías solo.

 

Fue una gran sorpresa, pero preferí no preguntar nada. Me llevaste del brazo frente a una televisión conectado a un juego.

 

Pasamos horas aniquilando zombis, rescatando princesas y salvando mundos. Éramos libres de hacer lo que quisiéramos por ese día, demasiado libres.

 

Pude sentir tu cabeza caer pesada sobre mi hombro, te quedaste dormido y aun dormido tu rostro era hermoso.

 

“¿Por qué?”

 

Mi corazón comenzó a latir con tanta fuerza que temí que te despertara.

 

“¿Por qué?”

 

Sentía mis mejillas arder.

 

“¿Por qué?”

 

En qué momento perdí el control de mi cuerpo.

 

“¿Por qué?”

 

Te besé…

 

No fue un beso brusco, solo un tímido rose entre mis labios y los tuyos.

 

Abriste tus ojos y me miraste, no sabía cómo disculparme, las palabras no salían y mis mejillas querían estallar de lo rojas que estaban.

 

Creí que me golpearías, me gritarías y me echarías de tu casa, pero, en cambio, sonreíste y acariciaste mis mejillas para luego juntar tus labios a los míos.

 

Un cosquilleo me recorrió el cuerpo, tenias mi cara entre mus manos y besabas mis labios con desesperación, como si llevaras mucho tiempo esperando por este momento.

 

Traté de seguir tu ritmo acelerado, pero me costaba.  A mi total inexperiencia súmale la usencia de aire en ese momento.

 

Cuando rompimos la conexión del beso tus mejillas se habían teñido al igual que las mías. Ninguno dijo nada mientras tratábamos de regular nuestras respiraciones.

 

Aquel día a tu dulce sonrisa le agregué tus labios como las cosas que me atormentarían por el resto de mi vida.

 

Nuestra relación avanzó a pasos lentos, no teníamos apuro alguno o eso creíamos. Estábamos tan inmersos en nuestra felicidad, que nos olvidamos del mundo a nuestro alrededor. Y me arrepiento.

 

Quisiera poder olvidar ese día, ese día en que te alejaste… no, te alejaron de mi. Ese día en que me despojaron de tu sonrisa y de tus besos, el día en que me quitaron lo más importante que tenía, a ti.

 

Fue mi culpa, nunca debí aceptar ser amigos, nunca debí besarte aquella noche, nunca debí dejar que te entregaras a mí.

 

Pero como íbamos a saber que tus padres llegarían de sorpresa, como iba a saber que no les habías contado sobre mí, como íbamos a saber que no tendríamos un final feliz.

 

***

 

Cinco años pasaron, no supe más de ti, intenté buscarte, conseguir algún número pero nada resultó.

 

Todos los días pasaba por tu antigua casa con la esperanza de que salieras a recibirme con esa sonrisa que tanto extrañé, esa sonrisa con la que cada noche soñé.

 

Pero nunca volviste.

 

Seguí mi vida, mi familia nunca se enteró de nuestra historia, a pesar que mi madre me vio muchas veces llorando en mi habitación.

 

Terminé la escuela y estudie medicina veterinaria, y adivina, estoy trabajando en una pequeña clínica en Daegu. Mi corazón late cada día con la esperanza de verte caminar por las calles de tu ciudad.

 

Pero nunca es así.

 

La brisa es fría cerca del mar, me gusta venir aquí esperando que el frío congele mis recuerdos sobre ti.

 

Hoy aún pienso en ti al despertar, aún sueño con tu sonrisa, aún siento el sabor de tus labios… Te lo dije, esas dos cosas me atormentarían por toda mi vida.

 

“¿Debería olvidarlo?”

 

Le pregunté con voz firme al mar, al cielo, al sol y a las gaviotas que volaban en paz por los alrededores.

 

-No-

 

Y mi corazón latió al reconocer esa voz, una, solo una lágrima se atrevió a salir y me giré para ver el dueño de esa respuesta.

 

“¿Por qué?”

 

Ahí estabas, parado frente a mí como un espejismo, más alto, igual de delgado, con el cabello rubio y la sonrisa que por tantos añoré.

 

-Hola Jung Kook-

 

Volviste a hablar, pronunciaste mi nombre y entendí que no eras mi imaginación. Corrí hasta ti y envolví tu cuerpo con mis brazos y pude sentir que tú hacías lo mismo.

 

-Si es un sueño, no quiero despertar-

 

Susurré en tu oído, escuché que me hablabas pero debo confesar que no recuerdo nada de lo que dijiste.

 

Rompiste el abrazo, nuestras miradas hicieron conexión, estabas llorando  al igual que yo. Limpie tus lágrimas para sentir tu calor, aún no creía que era verdad.

 

E imagino que lo notaste porque al instante hiciste desaparecer mis tormentos.

 

Nos besamos tímidamente al principio, como si quisiéramos reconocer cada curva de nuestros labios.

 

El beso se profundizó, pero a un ritmo lento, ambos sabíamos que esta vez si teníamos todo el tiempo para nosotros.

 

-Te amo Jung Kook –

 

Confesaste tras romper el beso.

 

-Te amo Tae Hyung-

 

Confesé también.

 

***

 

Tres años han pasado desde nuestro reencuentro, es media noche y estás durmiendo a mi lado mientras te escribo esta carta.

 

Nada ha cambiado, tus labios aún tienen el mismo sabor que recordaba y tu sonrisa aún tiene el efecto de no poder negarme a tus caprichos.

 

Solo tú podías convertirte en la persona más importante para mí, solo siendo tú y es así cómo lo hiciste.

 

 

 

Notas finales:

Espero les haya gustado!

Es mi primera vez escribiendo de esta pareja, así que espero te guste.

 

 

Gracias por leer y si quieres dejar un mensajito lo agradecería <3

 

Nos leemos en una próxima oportunidad ~~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).