Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Fanfiction(?) por Aya_Marise

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hola! Les he subido este oneshot de una de mis nuevas OTPs favoritas, sí, el BangHim.

Salió de pronto y ni quise dejarlo pasar. Creo que me inspiró el simple hecho que he estado muy pendiente de ellos, viendo sus fotos, programas y escuchando sus canciones, ¡Y es que faltan dos semanas para su concierto!

Vendrán a México y obvi estaré ahí para verlos.  No se crean, ando emocionada. 

Les dejo leer y al final, hablamos. Como siempre. Fighting.

 

 

** Pensamientos de los personajes.

/////////// Corte de escena.

"Toma su cintura descubriendo la blanca piel que contrasta con la negra tela que la cubre. Aquellas manos lo recorren de arriba a abajo con impaciencia, casi con la misma con la que se besan en esa noche estrellada. -YongGuk.-susurra contra su cuello completamente excitado. -Chanie.- dice el otro y muerde el lóbulo de su oreja lanzando una descarga eléctrica por su cuerpo..."
-Wow, esto es muy interesante.- se dice por dentro aquel chico rubio que sin despegar la vista de la pantalla y con las mejillas sonrosadas sigue leyendo aquella historia que descubrió un mes atrás cuando navegaba ociosamente por Internet y donde él y su compañero de banda hacen el amor por segunda vez. -Oh.- susurra y suelta una sonrisita nerviosa cuando llega a una parte aún más intensa dentro del relato, se siente un poco acalorado a causa de su potente imaginación. *-¡Por el cielo!-* grita internamente a la par que se hace bolita interrumpiendo la lectura. *-Ya me penetró.-* se confiesa y siente su cara arder. Suspira fuertemente para calmarse y sigue leyendo. Una parte, una muy grande de él desea que aquello no sea sólo un cuento inventado por una fan, sino una realidad. "Chanie, -o sea yo- gime descontroladamente sintiendo a YongGuk golpear sus paredes continuamente, con desenfreno hacen el amor hasta que ambos alcanzan el orgasmo..." lee en silencio y perturbado por la precisión con que se narra su encuentro íntimo, se echa aire en la cara pero no deja de leer. Está ligeramente excitado y necesita saber en qué acaba el capítulo. Siguiendo concentrado en su asunto ni siquiera se da cuenta que la puerta de su cuarto, a sus espaldas, se acaba de abrir.
-HimChan.- dice una voz gruesa.
-¡Ah!- el rubio grita por el susto soltando el celular donde lee aquel relato fantástico. Al girar quiere morirse, tras él está YongGuk, el mismo chico con quién tiene sexo imaginariamente que ya viene entrando hasta alcanzarlo en su escritorio.
-Ya es hora de...¿qué tienes?- YongGuk nota su expresión anonadada y lo ve ponerse rojo como tomate.
-Yo...YongGuk.- tartamudea el rubio.
-¿Qué te pasa?-
-N-nada...- HimChan titubea lanzando alertas al moreno que examina su cara con detenimiento. Esos ojos escrutadores ponen al rubio aún más tenso, temiendo que adivinen su secreto.
-Yo creo que sí te pasa algo. Estás nervioso y tu cara roja...- YongGuk entrecierra los ojos, por un instante duda lo que le ocurre a su amigo pero pronto una idea le viene a la cabeza. -¡Oh! ¿Estabas viendo porno?- 
-¡¿Qué?!- HimChan se levanta echando la silla hacia atrás en un fuerte arrastre. -No, claro que no.- niega. Por dentro sabe que lo que leía ahí en su cuarto era algo sumamente cercano a la pornografía.
-Estabas viendo porno, ¿eh?- YongGuk se burla un poco de él y es que su actitud sospechosa lo hace pensar que es así. -A ver, ¿te lo pasó Daehyun?- lleno de curiosidad se inclina al frente para tomar el celular.
-¡Qué no veía porno!- HimChan grita y logra sujetar el móvil antes que él y lo esconde contra su pecho. Necesita mantener a salvo su secreto, especialmente de él. 
-Sí lo hacías...- YongGuk arremete burlonamente. 
-¡No!- 
-Entonces, ¿qué hacías?- para nada convencido de sus palabras, YongGuk de inmediato pide una explicación. 
-¡Nada!- el rubio grita nuevamente. No quiere ni puede confesarle la verdad porque teme que lo crea un tonto o peor, un pervertido.
-Mentiroso, quiero ver.- el moreno lo jala del brazo para arrebatarle el móvil pero el rubio se resiste, prefiere morir antes que dárselo. -Eres un pervertido...estabas viéndolo tú aquí solo.- YongGuk continúa burlándose de él y vuelve a jalarlo, está decidido a saber qué es lo que tiene tan alterado a su torpe amigo.
-No digas tonterías, no estaba viendo nada malo.- HimChan insiste. Ambos se enfrascan en un ligero forcejeo alegando lo mismo. Los ánimos se calientan cuando sin querer el rubio le da un manotazo bastante fuerte a YongGuk provocando que éste se enfade de inmediato. Aunque son del mismo año, Bang sigue siendo su hyun y él no tiene permitido hacerle algo como eso.
-HimChan.- un YongGuk notablemente irritado lo nombra con voz aún más ronca. No tolera ese tipo de comportamientos malcriados y menos que le falten al respeto.
-Ah, lo siento...- HimChan intenta disculparse pero ya es tarde, el líder lo mira amenazadoramente. 
-Dame el maldito aparato.- ordena el moreno. 
-Pero...-
-Qué me lo des.- ordena nuevamente y a HimChan no le queda más que entregar su teléfono, queriendo morirse. -Ahora si sabré qué clase de perversiones tienes.- dice el líder bastante malhumorado y ve la pantalla llena de letras sin que ello le parezca relevante en absoluto, cosa que aumenta su molestia. -¿Tanto alboroto por esto?- hace una mueca. HimChan mantiene su rostro viendo al suelo. -Hasta me golpeaste por una estúpidez...eres...-  antes de siquiera poder seguir, sus ojos caen en una frase que le llama demasiado la atención. -Gime sonoramente llenando el aire con su sensual voz.- lee y el rubio alza la cara para mirarlo con sumo terror en sus ojos. Bang ha descubierto su secreto. -¿Qué es esto?- YongGuk frunce el ceño porque no entiende nada.
-¡Ah, YongGuk!...detente.- HimChan se estira para quitarle su celular pero aquel lo detiene poniendo una mano frente a su pecho.
-No. ¿Qué diablos estás leyendo?-
-No, por favor...- arremete el menor pero el líder toma sus muñecas con una sola mano, apretándolas con bastante fuerza.
-Qué no.- repite el moreno y le da un tirón hacia abajo para que entienda. Temiendo que HimChan intente apoderarse nuevamente de su celular, se tuerce hacia el lado contrario para que no lo alcance y sigue leyendo. "YongGuk da estocadas fuertes haciendo chocar sus cuerpos mientras Chanie hace contrapeso en la pared..." -¡¿Qué diablos?!- grita al leer sus nombres mezclados en algo que ni siquiera imaginó que existiera.
-¡YongGuk! Déjame, déjame explicarte...- HimChan pide desesperadamente pero el moreno le mira aún más enojado.
-¿Era esto lo que te tenía así?- 
-YongGukie...yo...-
-¿Acaso esto es una historia donde tú y yo nos enamoramos o algo así?- 
La voz con la que le habla es muy dura y HimChan siente ganas de llorar, ha quedado expuesto de la peor forma y siente que no tiene alternativa más que confesar que sí estaba leyendo algo como eso. Lo que más terror le da es que no sabe cómo justificar el simple hecho de que siga una historia donde él claramente es uno de los protagonistas, no cuando quiere seguir ocultando sus verdaderos sentimientos. -YongGuk...es sólo una historia que...- comienza a hablar pero no sabe bien qué decirle. 
-¿Desde hace cuánto lo lees?- pregunta el moreno pero HimChan se niega a responder. -¡Qué me digas!-  grita enfadado y tira de aquellas muñecas con brusquedad hasta que lo arrincona contra el escritorio y su propio cuerpo. 
El rubio cierra los ojos con miedo y vergüenza. -Ah...- se queja por el dolor en sus muñecas. -Desde...desde hace un mes.- confiesa sintiendo gotitas formarse en sus ojos, teme tanto que lo odie por eso.
-¿Y se supone que tenemos sexo?- YongGuk pregunta letalmente.
-Alguien lo escribió y...- HimChan responde tratando de justificarse.
-¿Te excita?-
-¡¿Qué?!- el rubio alza su mirada que se topa con la oscura y fría del líder. De inmediato el miedo se apodera de su mente y sus ojos se vuelven un poco más vidriosos.
-Qué si te divierte o excita algo como esto.- repite YongGuk con fastidio. El volumen de su voz aumenta un poco más, volviéndola muy intimidante. 
-N-no...cómo...cómo podria...- avergonzado, HimChan intenta negar todo inútilmente, muy bien sabe que reacciona ante aquellas palabras imaginándose las caricias ficticias que el líder propina a su cuerpo.
-¿Ah, no?- 
-No, de verdad.- 
-¿Entonces por qué lo lees?- 
El rubio se vuelve a callar. Sobre sí siente la mirada penetrante del líder que lo recorre de arriba hacia abajo. Creyéndose despreciable aguarda una seria reprimenda por parte de aquel que continua observándolo pero nunca llega a oírla. YongGuk suelta sus muñecas, deja caer su celular sobre el escritorio y se marcha azotando la puerta dejándolo completamente solo, aturdido y triste. Incapaz de aguantarse, HimChan rompe a llorar. -Me odia.- murmura limpiándose las lágrimas con sus manitas. Siente que acaba de perder la amistad y respeto de YongGuk, cosas que lo hacían completamente feliz. 
 
//////////////////////////////
Echando chispas, el líder de B.A.P. entra a su propia habitación cerrando su puerta con un golpe seco. -¿Qué está mal con él?- se pregunta y ya comienza a deambular de un lado a otro intentando encontrar una respuesta a la actitud y preferencias de HimChan. 
Una extraña mezcla de emociones se dibujan en su interior, nunca creyó que su compañero tuviera esa clase de intereses y menos que él se viera involucrado en ellos. -¿Qué significa?- alza las manos con frustración. No sabe muy bien si estar enfadado por ello, si creer que el rubio es un depravado o si le está dando demasiada importancia a una tontería. -No.- afirma sobre el último punto. Claro que no es alguna estupidez porque HimChan lucía demasiado eufórico ante ello. Pronto comienza a pensar si lo que acaba de pasar es una especie de confesión por parte del rubio, dos confesiones de hecho; la primera sobre su inclinación sexual y la otra sobre los sentimientos hacia su persona. No es que le afecte que HimChan prefiera a los chicos, nunca lo despreciaría por ello ya que él bien sabe lo que se siente ser señalado a causa de sus gustos; es sólo que le altera imaginarse a sí mismo como la persona por la cuál el rubio tiene alguna clase de atracción. 
Los minutos pasan y al borde de la histeria, YongGuk decide abandonar el tema; por el momento la respuesta parece no querer salir a relucir. Cansado de sobre analizar se tira en su cama y dormita durante un buen rato, necesita poner en pausa su agitada mente o terminará enloqueciendo. Cuando la tarde cae en el dormitorio es YounJae quien lo llama para comer obligándolo a salir de su encierro, nervioso se sienta a la mesa mirando detenidamente a HimChan y de inmediato se percata de su ánimo cabizbajo y de sus ojos ligeramente hinchados. "-Ha llorado.-" asume sin equivocación. 
La cena transcurre sin altercados y entre los dos parece formarse un pacto silencioso de convivencia pacífica, al menos la suficiente como para que los cuatro menores no noten que algo ha sucedido.
Y eso es lo bueno de ambos, piensa YongGuk. Siempre que llegan a enfadarse o discutir sea cual sea la razón, su prioridad son sus compañeros y evitan a toda costa que sus problemas lleguen hasta ellos. 
 
//////////////////////////////
Cuatro días han pasado desde el altercado en el cuarto de HimChan y las cosas siguen sin avanzar. La tregua sigue en pie pero el rubio mantiene una actitud bastante reservada para con todos y más con YongGuk, quien sigue de cerca sus movimientos. No se hablan así que el líder constantemente lo mira intentando encontrar algo que le de una respuesta más aquel chico parece una hoja en blanco, lo único que advierte son sus ojos hinchados indicando que llora a solas y por las noches; durante el día están tan ocupados grabando y ensayando una nueva canción que apenas y tienen tiempo libre.
Por supuesto que YongGuk sabe que HimChan dejó de leer aquella historia causante de todos sus malos entendidos porque entre los descansos ni siquiera saca su celular y cuando llegan a casa lo deja en la mesita de la sala, a la vista de todos y se va a su habitación; como diciéndole que ya no tiene un comportamiento de dudosa reputación. Y ese pequeño detalle le ha estado carcomiendo los sesos.
"-¿Por qué lo hace?-" se pregunta por milésima vez en su cuarto, a solas. Dando vueltas en su cama vuelve a analizar todo desde el inicio, no le cuadra que ahora HimChan se abstenga de leer el tonto relato sobre ellos siendo que antes lo hacía. "-Es como si una vez que me enterara de ello, ya no pudiera actuar como antes.-" se dice. Algo en su interior le advierte que es porque el rubio no quería que supiera sobre sus sentimientos pero se niega a creer que guste de él. No quiere aceptarlo porque hay una verdad aún más grande que intenta ocultar y olvidar.
 
De esa forma transcurren otras dos semanas en la que nada parece cambiar. Parece. Pero sí hay algo diferente y es el sentir de YongGuk. Gracias a sus constantes reflexiones aceptó que HimChan ocultó el hecho porque no deseaba que supiera lo que siente por él y eso ha venido a tambalear su propia tranquilidad. Desde que conoció al ahora rubio miembro de B.A.P. sintió una extraña conexión más siempre la atribuyó a que eran cercanos, sin embargo su mente le grita que nada hay de cierto en ello y por el contrario a lo que quisiera admitir, HimChan le gusta como amante. Asustado por la franqueza de su subconsciente, Bang finge demencia y se promete mantener su sentir en lo más profundo de su ser para que nadie la note, mucho menos el dueño de sus emociones. 
Conforme los días pasan comienza a fracasar épicamente porque el rubio ya no muestra demasiadas señales de tristeza, sus ojos no están permanentemente hinchados y ha retomado su cercanía con los cuatro menores, abteniéndose de ser familiar con él. Y lo odia. Odia el hecho de que no le sonría, que no hagan el acostumbrado fanservice, que no converse con él, que no lo acompañe a hacer las compras, que no esté a su lado cuando quiere beber algo de vino o escuchar buena música, que no entre a su habitación y sea molesto, que no le prepare la comida y que ya ni siquiera deje el celular en la sala.
Harto de sí mismo, YongGuk decide hacerle frente a todo de una vez. -Sí. Me gusta.- se confiesa una noche delante del espejo del baño, ya no tiene que pensarlo demasiado, lo único que logra con su comportamiento es alejar al chico que realmente quiere para él. -Mañana, mañana se lo diré.- promete y se va a la cama sintiéndose más ligero, como si una pesada carga se fuera de sus hombros. Apenas amanece salta de su cama lleno de energía, ha llegado el día indicado para confesarse.
Entre el ensayo, la grabación y una sesión de fotos, las horas transcurren llevándose lentamente la seguridad que había en él, para cuando la noche vuelve a caer y regresan a su dormitorio duda seriamente si lo correcto es hablar con el rubio. Tras la cena lo único que logra hacer es darse una larga ducha intentando mantener la calma y forzándose a recobrar su buena disposición. 
 
//////////////////////////////
En su habitación, HimChan ya se coloca la pijama. Precisa dormir tanto como le sea posible. Han sido casi cuatro semanas sumamente pesadas no sólo porque debe aprenderse una nueva coreografía, cosa bastante difícil porque el baile no es precisamente uno de sus fuertes; sino que además tiene que obligarse a seguir adelante a sabiendas que ha perdido la amistad de YongGuk. Con el cabello ligeramente húmedo se mete dentro de las mantas; activa el despertador de su celular y coloca el aparato sobre el buró. Mentalmente da un repaso a lo que debe hacer al día siguiente y cae en un profundo sueño. 
 
Cerca de la medianoche, una dos horas después de que se fuera a la cama, su puerta se abre pero no se percata de ello ni de los pasos que se van acercando a donde se encuentra. Ni siquiera siente cuando la orilla izquierda de su cama cede al reciente peso colocado sobre ella. 
-HimChan.- la voz gruesa de YongGuk resuena, despertándolo con un sobresalto. No es precisamente una llamada dulce, sino una imperativa.
-¿Eh?- responde sentándose de inmediato, lleva una de sus manos a su ojo derecho y lo restriega para que su vista se acostumbre a la tenue luz azulada que se filtra por debajo de sus cortinas. -¿Qué pasa?- pregunta temiendo que algo malo suceda con sus compañeros o de otra forma Bang no estaría ahí. 
El líder examina su rostro pero el celular sobre el buró llama su atención. Un recuerdo involuntario se le viene a la cabeza y su malhumor termina por estallar, para él es casi obvio que su compañero ha retomado la lectura de aquella historia y no entiende a bien su molestia pero le desespera. -¿Volviste a leer aquella cosa?- pregunta con voz aún más ronca. El rubio no entiende de lo que le habla ya que sigue medio dormido. -Te hice una pregunta.- inquiere el moreno e impaciente toma el aparato sin pedir permiso.
-¡Oye!- HimChan protesta. -Deja eso.-
-¿Por qué?-
-Porque es mío.- 
-¿Y?- YongGuk aguarda unos segundos. -¿Hay algo que no quieras que vea?- pregunta sugerentemente y el rubio capta la idea en el mismo momento en que la oye.
-Por supuesto que no.- responde un HimChan molesto.
-¿Entonces? Estoy casi seguro que volviste a leer eso.-
-¡Qué no!- grita el rubio perdiendo un poco los estribos, la forma en que Bang le habla le duele más no está dispuesto a dejarse humillar. -¿Para qué veniste?- ahora es su turno de interrogar. El moreno no le dice nada. -YongGuk, si vienes a fastidiar es mejor que te vayas.- agrega.
-No me hables así.-
-Entonces vete, estoy cansado y quiero dormir.-
-No me importa.- el moreno contesta sintiéndose seriamente molesto, algo en la actitud del rubio le exaspera.
-Pero a mí sí.- HimChan habla haciendo un enorme esfuerzo por no gritar. Tras unos segundos suelta un suspiro de frustración, se levanta de la cama y va a abrir la puerta de su cuarto. -Anda, sal de aquí.-
Desde su lugar, YongGuk lo mira sintiendo una intensa rabia consumirlo; aquel niño claramente lo corre de su cuarto y no está nada dispuesto a sobajarse, él es el líder. -¡Vete!- oye al rubio gritarle. Bang pierde la calma, se pone de pie, va hasta donde aquel para arrebatarle la manija de la mano y cierra la puerta con brusquedad, arrinconando al menor entre ella y su cuerpo.
HimChan da un brinquito del susto al verlo tan enfadado, su miedo le hace pensar que en cualquier momento el líder le dará de golpes por su comportamiento pasado y presente. -Me estás asustando...- confiesa HimChan en un hilo de voz. Los ojos del moreno son duros y fríos.
-Por tu reacción de hace instantes no parecías asustado.- YongGuk afirma letalmente retrocediendo apenas unos centímetros. Creyéndose libre el rubio intenta escurrirse por uno de los costados pero una mano toma su cintura en un fuerte apretón, incrustando sus dedos en la piel. El contacto despierta en ambos una serie de sensaciones que terminan concentrándose en sus respectivas zonas bajas.
-Hyung...yo...lo siento.- el rubio se disculpa en un intento por finalizar todo, la cercanía de Bang lo aturde de tal forma que su cuerpo, a pesar del miedo y la vergüenza, le advierte que comienza a excitarse. 
-Dime una cosa, Himchan. ¿Has soñado con que te acaricie?- pregunta el moreno provocando que el rubio se ponga rojo hasta las orejas. Él mismo se siente turbado por tener delante de sí aquel cuerpo cálido cuyas caderas luchan por ocultar una ligera erección.
-¿Cómo?- pregunta el menor con miedo y deseo mezclados.
-Responde.- YongGuk no repite la pregunta, sabe que HimChan la entendió perfectamente y sólo intenta ganar tiempo. 
-No, no es así, es...¡ahhh!- HimChan gime cuando una mano aprieta su entrepierna, con rapidez cubre su boca y lleno de temor mira a YongGuk a los ojos. Espera lo peor más en aquella mirada no hay rencor o rechazo, sino deseo. Lujuria. Sensaciones que el rubio no alcanza a identificar y termina por confundirlas con la burla.
-Estás excitado.- el moreno dice lo obvio. -Mira cómo estás y lo negabas.- afirma mordazmente y su mano vuelve a masajear la entrepierna del rubio.
HimChan se estremece, cierra los ojos en un fuerte apretón y lucha por resistirse lo más que le sea posible aunque bien sabe que tiene todas las de perder.-Hyung, no hagas eso.- suplica. La mano de YongGuk encima de su erección provoca que se vaya excitando más y más hasta el punto en que teme comenzar a gemir y pedirle que alivie su deseo. -Por favor, no lo hagas.- pide nuevamente manteniendo los ojos cerrados.
-Pero te gusta.- YongGuk arremete. Consciente del efecto de su mano en el cuerpo del rubio, la mete dentro de los pantalones para sobar aquella zona con mayor intensidad, HimChan aprieta lo ojos y se muerde los labios para no gritar. -Chanie.- susurra sensualmente sobre el oído del nombrado comenzándolo a besar, bajando lentamente hasta llegar al cuello blanco y pulcro que le incita a marcarlo.
-Ahhh.- sin poder resistirse a los besos y al masajeo encima de su erección, HimChan deja escapar un gemido. YongGuk decide llevar más lejos el asunto deseando volver a escuchar aquella dulce voz cargada de deseo. Decidido a lograrlo hunde su mano bajo la tela de los ajustados calzoncillos que el rubio usa, tomando su miembro directamente entre sus dedos y comienza a darle suaves tirones para despertarlo en su totalidad. Mientras su mano se da a la tarea de masturbarlo, su boca se encarga de besar el cuello con mayor insistencia y regresa a los labios de HimChan que siguen aún cubiertos por sus palmas. Con su mano libre las retira y de inmediato atrapa su boca con la suya, succionando el inferior de ellos.
-No.- dice HimChan girando su rostro a la derecha, rompiendo aquel dulce beso que se muere por corresponder.
-Chanie...- YongGuk lo llama en un susurro y le da mordiditas en la base del cuello sintiendo cómo el cuerpo del otro se estremece.
-No...déjame.- el rubio habla con voz cortada por el deseo. Anhela que su líder lo ame hasta el cansancio pero no quiere terminar arrepintiéndose de su impulso. En su mente cree que esto es sólo consecuencia de una mala pasada y que no habrá un después. Está casi seguro que YongGuk lo odiará una vez que hayan llegado hasta el final.
-Chanie...- Bang vuelve a nombrarlo seductoramente. Lo desea como nunca creyó poder hacerlo. -Chanie, te haré el amor justo como en la historia.- murmura y sin perder tiempo abre un par de botones del saquito de pijama del rubio y lame su pecho. 
-No, YongGuk. Para.- HimChan intenta empujarlo por los hombros pero no tiene fuerzas ya que va cediendo lentamente en sus brazos.
-HimChanie...- lo llama roncamente provocando una descarga eléctrica por todo el cuerpo del rubio. YongGuk advierte el efecto de su voz, de su tacto y de su presencia y eso lo impulsa a seguir adelante. Necesita saciar sus ganas de alguna forma y HimChan es la opción correcta para ello. Sabiendo que el rubio también le desea se pone a la altura de su rostro para confesarle lo que tiene en mente y con cuidado toma la barbilla del otro hasta que sus ojos se encuentran. -Quiero hacerte mío, Chanie.- susurra encima de aquellos delgados labios.
-YongGuk...- murmura HimChan. Aquel chico sigue acariciando su parte baja, nublando sus sentidos y su lógica por completo.
-Te deseo.- confiesa el moreno y le da un beso en su barbilla. -Te deseo desde hace mucho.-
-YongGukie...-  el nombre de su líder escapa de sus labios en un suspiro. Torpemente sube sus manos a aquellos hombros y se enredan en ellos. -¿Qué dices?- pregunta reparando de pronto en lo que le escuchó decir.
-Que me gustas, Chanie.- dice el moreno dándole un besito en los labios. 
-¿Estás...?-
-Hablo en serio.- interrumpe. La mirada de YongGuk refleja pasión pura que calienta el interior de HimChan. -Y ahora te haré el amor.- murmura el moreno con voz aterciopelada. Antes de que el rubio siquiera alcance a procesar sus palabras arremete contra su boca para hacerla suya, la punta de su lengua se cuela entre los labios del menor haciéndolos ceder y con gusto, una lengua húmeda se enreda con la suya. 
HimChan manda al diablo las consecuencia que sus actos puedan tener el día de mañana y da rienda suelta a su pasión, necesita tanto sentir al moreno encima y dentro de él que no le importa si su encuentro es real o sólo es causado por un accidente. Luego podrá pensar en lo que hace pero no ahora.
El mayor aprieta las caderas del rubio y mueve las suyas para rozar sus miembros aún cubiertos, HimChan se aferra a sus hombros y deja que domine el beso por completo. YongGuk le baja los pantalones apenas lo suficiente para dejar su pene al descubierto y saca el suyo por entre la ropa, uniendo las puntas que toca delicadamente.
-¡Ahhh!- HimChan medio grita cortando el beso, dos milisegundos después vuelven a besarse con desesperación. YongGuk toma una de las manos del rubio y la dirige a sus partes bajas para que tome ambos miembros y la mueve encima de ellos, HimChan entiende y los masturba con un movimento lento y sensual provocando que pequeños gemidos se escapen de sus gargantas. 
El moreno usa ambas manos para levantar la pijama del rubio y deja de besarle la boca para concentrarse en el par de botones ligeramente tostados. A cada uno le brinda la atención necesaria y no se detiene hasta que ambos pezones están completamente erectos y sensibles que al menor contacto hacen gemir a su dueño. 
-Gukie...- suspira HimChan sin dejar de masturbarlos más el juego es insuficiente, anhela más así que usa su segunda mano para tocar el torso marcado de YongGuk por debajo de su camiseta. Rápidamente aquel chico se quita la playera aventándola a alguna parte del suelo, incitándolo a acariciarlo con absoluta libertad. Debajo de sus yemas siente los músculos firmes y la piel tersa que se eriza ante su contacto, la idea de provocar semejantes reacciones en el cuerpo de su líder lo hace sentir sumamente orgulloso y especial porque no todos tienen la oportunidad de seducirlo.
Continúan de esa forma hasta que Bang decide avanzar al siguiente nivel, con ambos brazos rodea la cintura del rubio mientras lo besa con extrema pasión. Dos brazos ajenos se abrazan a su cuello, aumentando la estrechez de sus cuerpos. Dando pequeños tirones al otro, YongGuk camina hacia atrás llevando consigo a HimChan casi a rastras, sus pantorillas no tardan en chocar contra el borde de la cama donde toma asiento y sobre sus piernas el rubio hace lo mismo. El colchón cruje ligeramente, protestando por el repentino peso de ambos pero están tan concentrados devorando sus alientos que les importa un comino si algo más sucede alrededor.
Paulatinamente ambas manos retoman la exploración en el cuerpo ajeno y es HimChan quien mece sus gruesas caderas encendiendo el miembro del moreno. -Gukie.- suspira nuevamente el rubio sintiendo aquella boca tomar su clavícula izquierda. Usa sus propios dedos para terminar de abrirse el saquito de la pijama y poder retiràrselo. Apenas su parte superior queda descubierta, Bang le besa cada centímetro de piel haciendo especial énfasis en sus hombros y en sus manos a cuyos dorsos les deposita tiernos besitos. -YongGukie.- gime su nombre anhelantemente, aquel chico besa su mejilla. -Te quiero.- confiesa sin dudarlo y recibe gustoso un segundo besito en la misma zona. Aquellos contactos son sumamente dulces, cosa que no se esperaba provenieran de Bang cuya imagen fuerte contrasta notablemente con la forma en que lo ama.
En completo silencio, el moreno toma impulso para quedar encima del rubio y le contempla atentamente, notando cada pequeño rasgo de su rostro. HimChan se va enrojeciendo bajo su mirada hasta el grado en que la vergüenza es demasiada y cierra los ojos para no enfrentar al otro. Una risa ronca y baja resuena en la habitación. -Eres realmente lindo.- dice Bang y vuelve a besarle las mejillas. Con suavidad traza un camino descendente de besos, marcando ligeramente su paso por la piel blanca. El jugueteo se detiene solamente cuando el resorte del pantalón de pijama advierte que la zona sur de aquel cuerpo que se estremece sigue completamente cubierta esperando por la atención precisa de sus manos y labios. 
Alza la mirada un segundo, a la luz de la luna advierte que HimChan continua con los ojitos cerrados y las mejillas rebosantes. Sonríe complacido ante la escena, lo encuentra dulce y tierno por lo que se empuja hacia arriba para besarle suavemente los labios. Ante el contacto fugaz el rubio abre los ojos, encontrándose con un par negro. -Quiero que veas todo.- susurra Bang bajando un instante despues hacia las caderas del menor y tan pronto llega toma la pretina del pantalón y lo baja lentamente hasta zafarlo de aquellas piernas regordetas. Con sus dedos acaricia los grandes muslos que desde bastante tiempo atrás han sido una de sus más ocultas fantasías. Se atreve a dar algunos besos sobre ellas, acercándose peligrosamente a la entrepierna abultada. 
HimChan gime sutilmente, sus manos cubren nuevamente su boca en un intento por no ser ruidoso pero aquellos labios ya besan su miembro por encima de la ropa. Sus ojos quieren ceder nuevamente ante el deseo pero escucha la voz de YongGuk que le pide estar atento a cada uno de sus movimientos y él, incapaz de desobedecerlo, se concentra en ver el rostro sereno de Bang. Éste no tarda en tocarlo por arriba de sus calzoncillos pero es él mismo quien los baja un poco, exponiendo una sugerente parte de la piel de sus caderas. 
-Vaya.- dice YongGuk a modo de broma. Le sobre excita la insinuación del rubio, sin perder más tiempo opta por complacerlo y un segundo después ya lo tiene completamente desnudo bajo su cuerpo que también se siente caliente. HimChan parece advertirlo porque se sienta en la cama y tira hacia abajo de sus pantalones. -Dame tiempo, amor.- murmura el líder con una sonrisa en el rostro y retira su ropa ante la mirada atenta del rubio. 
Sin nada sobre ellos, se abrazan para besarse nuevamente pero esta vez el contacto es mucho más delicado y sus manos de nuevo recorren cada centímetro de piel ajena. Gemidos sutiles inundan la habitación donde la oscuridad es cómplice de su entrega, dándoles únicamente un ligero halo de luz azulada proveniente de la luna para que se miren a los ojos y adviertan sus sentimientos en las pupilas del otro.
Después de algunos minutos en los que se tocan, YongGuk desliza una mano bajo las caderas del rubio para alcanzar su entrada, anhela poseerlo pero antes debe prepararlo correctamente o podría lastimarlo y eso es algo que definitivamente no quiere. 
-¡Ahhh!- HimChan gime sobre el oído del líder al sentir un roce sobre aquella zona demasiado sensible. Alza un poco sus caderas sosteniendo su peso sobre sus piernas permitiendo que el moreno acceda más fácilmente a él. 
Regalándole besitos en diversas zonas de su rostro y torso, YongGuk hunde el primer dedo en su interior provocando que de inmediato se tense por la intromision. En un suave vaivén logra que HimChan se relaje y notando la buena disposición de su cuerpo mete el segundo. -¡Ohh, Gukie!- gime el rubio un poco más alto. Le duele ligeramente y el líder advierte que no lo está disfrutando así que retira su mano por completo. Se quita de encima de él y se estira hasta abrir el cajón del buró donde reposa el celular de su amante. Revuelve el contenido y tal como lo imaginó encuentra un pequeño frasco de lubricante.
-Espero que lo pusieras aquí porque sabías que un día vendría a hacerte el amor.- bromea y ríe bajito cuando HimChan baja el rostro con suma vergüenza. 
-Calla.- pide el rubio. 
-Entonces sí era así, ¿eh?- aquel vuelve a bromear. HimChan ya no dice nada porque en cierto sentido esa sugerencia era verdad sólo que no llegaba a verla como una posibilidad real y más de una vez tuvo que calmar sus deseos tocándose a sí mismo pensando en el moreno. Pero eso jamás se lo diría. 
YongGuk vuelve a situarse sobre de él, le separa las piernas lo suficiente para colocarse entre ellas y tras aplicar una generosa cantidad del frío líquido, sus dedos entran en su cuerpo más esta vez no duele. -¡Gukie!- grita con placer en su voz. Aquella mano se mueve con delicadeza formando figuras diversas para dilatarlo. El moreno lo besa repetidamente para hacer más interesante el asunto y el rubio se deja hacer.
Cuando YongGuk siente que el cuerpo de HimChan está listo, retira su mano y acerca sus caderas al punto en que su miembro despierto y goteante toca la piel rosada de aquella entrada. -¿Está bien si entro?- pregunta. HimChan asiente deshaciendose del placer.  Con precaución va hundiendo su miembro notando las paredes resbaladizas que se ciernen sobre su excitación,  apretándola más, enloqueciéndolo. Ambos gimen, HimChan suavemente, él roncamente.
Con todo su miembro dentro del rubio aguardan unos segundos antes de comenzar un baile sensual cuya intensidad sube gradualmente hasta que sus cuerpos se estrellan produciendo ruidos lascivos que reflejan a la perfección la necesidad que se tienen. -¡Así, así!- gime el rubio encajando sus dedos en los hombros morenos de Bang. Sus labios se encuentran nuevamente y se besan con suma pasión, cortando por leves lapsos de tiempo para agarrar aire y continuar su juego.
Sus lenguas se cruzan pero no pelean por ver quien domina, se disfrutan porque es obvio que el líder es el vencedor y no duda en reclamar su premio que consiste en un rubio que se estremece bajo él.
YongGuk arremete con mayor ímpetu, sintiéndose muy cerca de su orgasmo se iergue, liberando los labios un tanto hinchados de HimChan y lo obliga a seguir su dirección. De forma rápida vuelven a acomodarse como al inicio, quedando el moreno sentado al borde de la cama y el rubio encima de él. Sus caderas se mecen hacia adelante y atrás y de un momento a otro, HimChan brinca sobre él, arrancándoles gemidos un tanto sonoros que ruegan no sean escuchados por nadie que no sean ellos. 
El rubio se apoya en un borde lateral de la cama y haciendo presión con sus piernas, levanta sus caderas para terminar estrellándolas con los muslos delgados del moreno. El movimiento se vuelve más brusco y tocando una parte nueva de aquel interior estrecho y húmedo, YongGuk termina por alcanzar el paraíso, estallando en mil pedazos al igual que el rubio. Ambos se abrazan fuertemente y dejan que sus ganas se alivien. Una vez pasado el orgasmo se mantienen juntos aguardando a que sus respectivas respiraciones se regularicen.
Unos minutos despues ambos están tranquilos. El primero en romper el abrazo es HimChan que sigue sentado encima del líder, aunque está atontado por sus propios sentimientos y especialmente por lo que acaban de hacerse entiende que este no es el final feliz que ha estado esperando. -YongGuk.- lo nombra. Ha sido maravilloso poder estar entre sus brazos pero se recuerda que fue sólo un acostón. 
-¿Qué pasa?- pregunta el líder mirando la carita un tanto triste del rubio. Sus manos se aferran a aquella cintura y propina suaves caricias. Aunque hace unos momentos se amaron, necesita continuar expresándole sus sentimientos.
-Lo siento.- HimChan se disculpa más mantiene la vista baja. 
-¿Por?-
-Por todo. Sé que debió parecerte horrible que leyera una historia donde tú y yo...bueno, ya sabes.- el rubio habla rápido por lo que se hace un poco difícil entenderle. YongGuk intenta procesar todas sus palabras. -Por eso decidí alejarme de ti, darte tu espacio y no ser una carga.. No quise nunca que te enteraras de ello y aunque me ha encantado que me hicieras el amor, sé...sé que...- su voz se vuelve entrecortada.
-¿Qué sabes?- YongGuk pregunta intentando averiguar el rumbo de la conversación. 
-Que...bueno...oh...que esto...- HimChan guarda silencio mirando sus manos que ya se retuercen entre ambos estómagos.
-No te entiendo.- el líder afirma. Sinceramente no sabe cuál es el punto. 
-Que me odias. Yo te quiero y te agradezco regalarme una noche que no olvidaré jamás pero ahora viene la parte en que tú te irás y nunca me hablarás a menos que sea para decirme algo respecto al trabajo y está bien porque...-
-HimChan.- el moreno lo interrumpe. Aquel chico alza sus ojos y se encuentra con una sonrisa en los labios del líder. -¿Quién dice que te odio? Antes de que todo esto pasara te dije que te deseaba, ¿cierto?- pregunta mirando al rubio asentir. -Bueno si te deseo es porque me gustas, y si me gustas es porque te quiero. Te quiero, Chanie.-
El nombrado parpadea sin creerse nada de lo que oye y YongGuk procede a explicarle todo lo que ha pensado y sentido en el último mes y como el accidente más que alejarlo, produjo que se diera cuenta de sus verdaderos sentimientos y que si estaba ahí era para confesarse pero su propia torpeza lo orilló a actuar de esa forma, infundiéndole miedo y muchas ideas equivocadas. Al finalizar su relato, HimChan lo mira con los ojos muy abiertos, le parece increíble lo que Bang le dijo y más que hablara tanto porque si algo tiene aquel chico, es una enorme tendencia al silencio. -¿Chanie?- un poco preocupado, YongGuk lo llama.
-Lo siento, me sorprendiste.- responde el rubio aún un tanto volado.
-¿Y bien?-
-¿Qué cosa?-
-¡Chanie! Sobre lo que te acabo de decir.- YongGuk se divierte por la reacción de su compañero. -¿Me vas a dejar estar a tu lado y amarte tanto como me sea posible?-
HimChan siente hasta las orejas calientes y opta por esconderse en el hueco del hombro y el cuello del moreno que ya se ríe. -Responde, Chanie.- lo insta a hacerlo, rodeando su cuerpo con sus largos brazos con la clara intención de no dejarlo escapar.
-Sí.- dice el rubio. La respuesta es apenas audible porque su voz se ahoga en la piel de YongGuk.
-Bien dicho, amor.- dice el mayor de ambos dándole un tierno besito en la mejilla. -De ahora en adelante seremos uno. Sólo tú y yo.- sonríe felizmente. 
HimChan se abraza a él y contra su cuello susurra -Sólo los dos. Para siempre.- 
 
 
 
 

Notas finales:

Tururuuuu. ¿Qué les pareció? Es mi primer fic de B.A.P. y para las que ya me conocen saben que siempre me sale lo rosa y termina en final feliz. Me es inevitable. 


Para las que siguen mi nuevo fic de MBLAQ, "Jugando con fuego", quiero decirles que ahí va y pronto actualizaré. Estas dos últimas semanas estuve como hormiguita en mi trabajo y salí súper tarde, tipo que un día me dieron las once de la noche, y yo de LOL. Jamás me había pasado.


Como sea, todo sale.


Nos leemos pronto. Ya saben que cualquier cosa pueden escribirme. Fighting y jitomatazos bienvenidos.


Lobiu♥


 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).