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El día que te encontré por Ellie Blanch

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Notas del fanfic:

Los personajes pertenecen a Fujimaki Sensei solo los tomo prestados para fines educativos.

 

Bueno la verdad es que no soy nada fan de esta pareja, pero queria dedicarselo a una amiga que me ha ayudado bastante y esta pasando por un bajon.

 

Vale amiga esto va dedicado para ti, quizas le falte eso que tanto te gusta pero sabes como soy para escribir,  espero te guste ya que va con mucho cariño.

 

 

Un joven se encontraba distraído observando a través de la ventana de su limusina  mientras era llevado de vuelta a su hogar después de una larga y aburrida reunión a la cual tuvo que asistir.

 

Odiaba seguir cada uno de los mandatos de su progenitor, pero mientras no cumpliese con la mayoría de edad tendría que seguir soportando aquellas órdenes.

 

El día se encontraba nublado, probablemente con amenaza de lluvia pero aun así tras aquel vidrio podía ver a muchas parejas caminando tomadas de las manos, algunos niños sonreían alegremente mientras iban al lado de sus padres, alguna que otra persona con su mascota y otros tanto deambulaban solas por el sector.

 

—Akashi-sama, lamento mucho la demora pero nos encontramos en un embotellamiento debido a que se aproxima el fin de semana — Explicó el chofer.

 

—No te preocupes — Comentó con voz seria, pues sabía que mucha gente aprovechaba los fines de semana para cambiar de aires, iba a tomar su libro para no desperdiciar el tiempo cuando algo afuera llamó su atención, quizás se equivocaba pero no desperdiciaría aquella oportunidad — Me bajaré aquí — Informo tomando su mochila y abriendo la puerta.

 

—Akashi-sama… — No  alcanzó a decir nada más cuando el chico desapareció de su vista.

 

 

~*~

 

— ¿Dónde estará el lugar? — Se preguntaba un muchacho mientras miraba un papel probablemente con alguna dirección escrita pero al parecer no podía dar con el lugar.

 

— ¿Qué es lo que buscas? —Escuchó una voz tras él.

 

—Es una librería, pero creo que me han dado mal la dirección  — Seguía mirando el documento que se encontraba en sus manos, lentamente fue levantando la vista para observar a su interlocutor, primero observó el suelo notando que los zapatos que utilizaba aquella persona eran bastante caros — Muchas gracias por preguntar...A-A...Akashi-san.

 

—Vaya no me había equivocado eres el chico de Seirin...Furihata Kouki si no mal lo recuerdo  — Akashi observó al joven durante unos segundos.

 

—A-así es… — Tartamudeo el muchacho temblando debido a los nervios.

 

— ¿Y qué libro es el que buscas en aquel lugar? — Pregunto seriamente observando cada uno de los movimientos del castaño.

 

—Ehh...bue...no es… vera...

 

—Vamos por un café — Ofreció el de pelo granate al darse cuenta que no obtendría una respuesta rápida.

 

— ¿Eh?

 

—Para que podamos conversar tranquilos — Ordenó mientras comenzaba a caminar.

 

Furihata no podía entender qué es lo que estaba sucediendo sólo le quedó hacer caso a las órdenes del emperador ya que fue testigo de lo que pasó Kagami cuándo se revelo y él no pasaría por lo mismo.

Ambos jóvenes llegaron a uno de los cafés más caros del centro comercial, como Furihata no supo qué pedir debido a lo nervioso que se encontraba fue Akashi quien le solicitó la bebida junto con algún bocadillo.

 

— Bueno y me dirás ¿Qué era lo que buscabas? — Preguntó el capitán de Rakuzan tomando su taza de café la cual recién le había servido.

 

—Akashi-san… yo… — El chico no sabía que decir solo miraba la taza frente a él no sabiendo si beber de su contenido.

 

—No te contengas he sido yo quien te ha invitado — Explicó bebiendo un sorbo.

 

—Gra-cias — Dijo tomando una de las galletas y llevándola a sus labios — ¡Están deliciosas!

 

—Me alegra que sean de tu agrado — Una leve sonrisa se formó en los labios del chico de pelo granate, de alguna forma tenía cierto aprecio por aquel chico frente a él, no lo conocía mucho pero le llamaba la atención.

 

De a poco mientras iban hablando de cosas triviales Furihata fue perdiendo su nerviosismo, pero aun así el muchacho peli café sentía que había una barrera que los separaba a ambos como personas y debido a eso no podía quedarse tranquilo.

 

—Ese libro que buscas lo tengo en casa y otros más de la misma temática — Akashi saco su celular para ver la hora al parecer se entretuvo por mucho rato — ¿Te interesaría ir a verlos?

 

— ¿Ahora? — Furihata miró extrañado ya pasaban de las siete de la tarde.

 

—Bueno cuando gustes, creo que es un poco tarde — Observó a su alrededor reparando en la camarera y levantando su mano para llamarla.

 

—Si algo...pero...si quiere...yo puedo ir mañana… —El muchacho se puso nervioso nuevamente.

 

—No es mala idea, me gustaría poder seguir charlando me la he pasado muy bien, pero ¿No te molesta hacer un viaje tan largo? — Finalmente la chica había llegado junto a ellos entregando la cuenta.

 

—No, para nada — Respondió jugando con sus manos.

 

—Entonces así será, mañana irás a mi casa — Ordenó mientras pagaba dándole a entender a la camarera que se quedara con el cambio quien con una gran sonrisa salio llevandose las cosas sucias — Bueno ¿Nos vamos?

 

Al salir del recinto pudieron notar que la lluvia ya había comenzado, los más precavidos estaban ya con sus paraguas mientras otros tantos corrían a buscar refugio.

 

—De haberme acordado de la lluvia le hubiese dicho a mi chofer que me esperara — Más que ir dirigidas a alguien esas palabras fueron hechas al viento sin esperar respuesta.

 

— ¿Akashi-san se irá a casa con esta lluvia? — Furihata se sorprendió tras lo dicho y se dio cuenta que la ropa que llevaba no era muy abrigadora.

 

—Sí, pero…

 

—Si quiere se puede quedar en mi casa — Ofreció el peli café con inseguridad, un millonario como Akashi jamás aceptaría tal cosa, los segundos pasaron y el emperador no contestaba — ¡Disculpe mi atrevimiento! — Se atrevió a mencionar avergonzado de su osadía.


—Me encantaría conocer tu hogar, gracias por el ofrecimiento — Dijo el muchacho con una sonrisa tan linda que hizo latir el corazón del joven tan fuerte que podía sentir que en cualquier momento saldría de su pecho.

 

Después de aquello fueron hasta la estación de buses la cual no se encontraba lejos por suerte por lo cual no se mojaron demaciado, la verdad es que Akashi no estaba acostumbrado a ese tipo de transporte pero le gusto el cambio. Lo malo fue cuando bajaron en la parada cercana a la casa de Furihata, ya que estaba lloviendo bastante fuerte y tenían que caminar un poquito más de quince minutos.

 

— ¡Lo siento, no fue mi intención que se mojara tanto! — Exclamo el muchacho mientras intentaba abrir la puerta.

 

—No debes preocuparte, no es algo que puedas manejar —Dijo sereno — Además un poco de agua no le hace mal a nadie.

 

—Pero te puedes resfriar — Furihata al fin pudo abrir la puerta —Entra Akashi-san iré por unas toallas.

 

—Bueno en el caso de que me resfrié Kouki podría cuidar de mí en castigo.

 

—A-A-Akashi-sa…

 

— ¡Kouki-nii que haces en la entrada cierra la puerta entra el frio! — Una chica de pelo largo color café hacia su aparición en el lugar, llevaba una bandeja con algunos bocadillos.

 

—Lo lamento fue mi culpa — Dijo Akashi mientras cerraba la puerta llamando la atención de la muchacha quien al verlo se avergonzó y salió corriendo del lugar.

 

—Era mi hermana — Explico Furi — Bueno vamos antes de que te enfríes.

 

 

Después de un momento ambos jóvenes se encontraban secos y con cambio de ropa, por más que el castaño miraba a Akashi no podía entender como la misma ropa se podía ver tan diferente en ambos, Akashi se veía ¿Sexy?

 

— ¿Qué sucede? —Pregunto el chico de ojos rojos.

 

—Nada…no es nada — Se levantó de la silla en donde se encontraba, ya que Akashi estaba en su cama — ¡Iré por algo para comer!

 

 

Salió corriendo a toda velocidad, algo en aquella persona que ahora se encontraba en su habitación lo ponía nervioso…no le gustaba.

Su pecho se oprimía y cada palabra o movimiento se quedaban grabados en sus pensamientos, a pesar de que sentía que eran de mundos distintos deseaba conocerlo más a fondo y si era posible estar junto a él por mucho más tiempo.

 

 

~*~

 

—No veo ningún problema de lo que me dices — El chico de pelo granate se había sentado en la silla que se encontraba en la habitación de Furi mientras lo miraba con sus brazos cruzados en su pecho.

 

—Pero es que no tengo un futon las amigas de mi hermana han venido de pijamada justo hoy y bueno…yo… yo…

 

— ¿Podemos dormir juntos no te parece? — Ofreció levantándose del lugar y acercándose al castaño — No me molestaría dormir junto a Kouki.

 

—Pe-pero n-no… — El joven comenzó a temblar debido a la proximidad y debido al hecho de escuchar por segunda vez en el día su nombre en aquellos labios.

 

— ¿Por qué estás tan nervioso? — Sabía la respuesta pero aun así existía algo en aquel joven que le provocaba molestarlo.

 

—Akashi-s-san po-porque…

 

 — ¿Qué pasaría si te dijera que me has facilitado las cosas al invitarme a tu hogar? — Lentamente llego a su lado y coloco una de sus manos sobre la mejilla del castaño quien no paraba de temblar.

 

— ¿Q-que que signi-fica…

 

—Kouki me gustas

 

 

Sin esperar ninguna respuesta por parte de chico se acercó lentamente hasta sus labios el primer contacto fue dulce y a pesar de que el cuerpo bajo el temblaba sabía que no lo estaba rechazando, por lo cual se aventuró a ir más allá introduciendo su lengua en aquella cavidad a la primera oportunidad. Sus lenguas danzaban en sus bocas las piernas de Furi flaquearon debido a aquella intensidad, por lo cual Akashi lo sujeto por la cintura y lo atrajo más contra su cuerpo.

Cuando finalmente se separaron por falta de oxígeno el silencio se hizo presente en la habitación.

 

 

—Kouki sabes llevo un tiempo pensando en ti, hoy sin pensarlo se dio la oportunidad y pude encontrarte — El chico miraba aquellos ojos café que parecían al borde de las lágrimas, debido a la cercanía sentía que el corazón del castaño latía a mil por hora al igual que el suyo ¿El también sería capaz de notarlo?

 

—Akashi… — Susurro pero antes de que pudiera decir algo el pelirrojo puso su dedo sobre aquellos dulces labios que acababa de besar.

 

— ¿Porque no pruebas Seijuro? Mi amado Kouki

 

—S-Se…Sei…

 

—Eso es mucho mejor mi pequeño chihuahua —Un nuevo beso se hizo presente, no esperaría una respuesta ya que conocía cual sería — ¿Ahora tienes algún problema en que podamos dormir juntos? — Pregunto al separarse.

 

—Ninguno — Respondió en un susurro bastante avergonzado.

 

—Me parece perfecto, entonces ahora a dormir es bastante tarde y además de que mañana tienes que conocer mi hogar — Dicho esto tomo su mano y lo llevo a la cama.

 

 

A pesar de que Akashi le prometió que irían lentamente en aquella relación el castaño no pudo pegar el ojo en toda la noche, su nuevo novio lo tenía abrazado por la cintura y no le permitía que se moviera, en algún momento comenzó a observar a aquel chico quien siempre que lo veía parecía alguien difícil de alcanzar debido a las diferencias de estatus, pero ahora que lo tenía su lado todo era distinto no lo dejaría escapar jamás finalmente tenia lo que hace mucho estaba buscando.

 

 

—Te amo mi emperador — Susurro acomodándose lo que más pudo.

 

—Y yo a ti mi emperatriz, ahora duerme — Lo atrajo más contra su cuerpo sintiendo aquel calor para caer ambos en un profundo sueño.

Notas finales:

Bueno espero que les haya gustado y muchas gracias por llegar hasta aqui.

 

Saludos.


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