EN LA CUIDAD DE KARAKURA
Se encontraban dos jóvenes hablando tranquilamente después de haber terminado ya con los hollows. Y uno de ellos haber salvado al otro.
-Me mandaron aquí porque nos quieren asignar una misión.
Infiltración en una institución, han aparecido muchos hollows y la gente no sabe a qué se debe.
Iremos tú, yo y cuatro personas más. De las cuales ya sabrás quienes son. Por lo menos tres de ellos.- decía uno de ellos.
El otro pensativo sonrió ya que se imaginaba de quienes se trataba. Aunque como dijo su acompañante con la cuarta persona estaba un poco confundido ya que no sabía de quién se trataba.
-Tienes que irte y preparar las cosas, despedirte de tu familia por un tiempo y bueno decirle a los demás.-le dijo su acompañante.
El cuarto miembro ya se fue. Esta camino de la academia Cross.
Y así dándose un pequeño beso se despidieron.
EN LA ACADEMIA Cross
Nuestro sexy cazador estaba dándole vueltas y más vueltas a lo que había visto con anterioridad.
¿Qué debería hacer?,¿quién serian esas personas?,¿serian cazadores como el?. – esas preguntas y otras más se le venían a la mente a nuestro ojiamatista.
¿Sería bueno si les preguntaba?- seguía pensando en ese tipo de cosas. Ya que estaba un poco preocupado.
Aunque viendo lo terco que es y el mal humor por el que todo el mundo lo conoce. Nadie se creería o se imaginaria eso.
EN OTRO LUGAR DE LA ACADEMIA Cross.
EN UNO DE SUS PASILLOS
Estaban tres personas hablando.
-
Capitán.-dijo un pelirojo.
-
¿Sí?- respondió el aludido.
-
¿No cree que esto es raro? Quiero decir en esta institución y en esta ciudad están dándose muchos ataques de hollows y no solo son los hollows también están los menos grandes.-decía ahora una mujer con el pelo naranja.
-
Por eso son mando el capitán comandante. Ya que a él también le pareció raro tantos ataques seguidos.-decía un joven albino.
UN LUGAR NO MUY LEJOS DE LA ACADEMIA Cross.
Se encontraba un joven caminando para volver a su academia ya que se encontraba totalmente cansado ya que había estado muchos días fuera en una misión.
Lo único en lo que pensaba era en llegar. Darse una buena ducha caliente para tranquilizar su cuerpo que estaba tremendamente cansado. Hacerse algo de comer o mejor dicho que se lo preparara otra persona. Él era bueno cocinando pero conocía a alguien que era muchísimo mejor que él. Además estaba agotado. Y quería dormir también. En su cabeza solo pensaba en dormir por lo menos una semana.
Aunque sabía que quizás eso no sería posible. Tenía varias obligaciones entre ellas una era asistir a las clases.
Estaba tan concentrando en esas cosas que tarde se dio cuenta que casi estaba rodeado de unas criaturas muy raras que jamás había visto en su vida.
Eran tres menos grandes y dos hollows. Aunque eso nuestro joven cazador no lo sabía.
-
Tengo hambre.-escucho decir a una de esas extrañas criaturas.
-
Yo también.- le contesto la otra.
-
Huele delicioso.-dijo la primera.
-
En este lugar hay muchos olores deliciosos y una gran cantidad de riatsu.-decía el otro.
Nuestro joven cazador que iba vestido con el uniforme de la clase diurna que consistía en una chaqueta negra, chaleco negro debajo de este y debajo del mismo una camisa blanca y con una corbata roja , pantalones negro y zapatos de vestir de cuero negro.
Él era alto por lo menos media 1,83 más o menos, de piel rosada, ojos marrones, cabello color marrón cenizo, de cuerpo bien formado, delgado pero tonificado por su profesión.
Cabe destacar que era tarde. Ya era de noche solo había luz de las estrellas y de las farolas que se encontraban en las calles por las que pasaba.
Se encontraba apresurado en sacar su arma. Ya llevaba la mano cerca de donde se encontraba cuando apareció una figura cerca de él.
Un hombre había aparecido cerca de donde estaba. No tardo mucho tiempo en lo que el desconocido ya había terminado con las cinco criaturas que habían intentado. ¿comérselo?.
El joven castaño cenizo estuvo mirando a ese desconocido mientras lo salvaba.
Vio que llevaba un extraño kimono negro y encima de este uno blanco con un número en la espalda. Vio que su pelo era largo hasta la altura de los hombros y probablemente de color oscuro y sus ojos brillaban en la oscuridad. Aunque no podía distinguir bien el color de estos.
Antes de que el ojimarron pudiera decirle algo el hombre misterioso había desaparecido del mismo modo en el que había llegado.
El joven cazador sentía su corazón latir de una forma muy rápida. Se encontraba totalmente rojo,(estaba avergonzado y un poco asustado) mientras recordaba al hombre que lo había salvado.(por lo menos eso pensaba).
Estaba totalmente agradecido con él ya que no sabía que habría pasado si no hubiera aparecido ese desconocido. Tenía decidido agradecerle por salvarle. Ya que el en ese momento estaba agotado y por eso aunque sintió algo raro, como sabía que no eran vampiros bajo la guardia.
Aunque dudaba que volviera a ver al desconocido otra vez.( quien sabe).
Ya recuperándose de lo sucedido retomo su camino hacia su destino.
Sin imaginar que una persona se encontraba vigilándole o menor dicho observándole desde la lejanía.
EN EL DESPACHO DEL DIRECTOR Cross
Este se encontraba mirando unos nuevos expedientes.
Vio que llegarían nuevos estudiantes, eso lo puso contento ya que él pensaba que si eso pasaba era porque su escuela era querida.
Aunque no solo estudiantes iban a llegar. Observo un expediente. Y sonrió. Aunque no conocía a esa persona estaba contento por que llegaría más ayuda.
Cuando se puso a mirar los expedientes de los nuevos estudiantes casi se cae de su asiento y quedo con los ojos desorbitados y con la boca abierta.
No podía creer lo que estaba viendo. Tendría que estar delirando. Tendría que ser eso. Esto no era posible.
El vampiro sin colmillos no creía lo que estaba leyendo.
CUIDAD DE KARAKURA
EN UN DEPARTAMENTO
Se encontraba un chico comiendo algo antes de irse.
Ya tenía todo su equipaje hecho como le dijo su amigo-hermano.
Un chico de tez bronceada, extremadamente alto, mide 1,96 aproximadamente, cuerpo musculoso, cabello castaño oscuro y ojos del mismo color. Vestido con una camiseta de manga corta color verde militar, pantalones oscuros y zapatos de vestir marrones.
Después de terminar de comer algo lavo los trastos miro la hora y se dirigió a la salida camino al lugar en el que había quedado con sus amigos.
EN UNA MANSION
Había un chico preparando una maleta con ropa y con todo lo que podría necesitar.
El joven tenía la piel blanca casi como la leche con el cabello negro azulado y los ojos eran azules, era de cuerpo delgado.
Llevaba puesto una camisa negra, encima de esta llevaba un jersey de color lila y los pantalones eran negros con unos zapatos de vestir negros.
Verifico que no se olvidaba de nada importante y sin despedirse de nadie, con su equipaje ya hecho salió de su casa hacia su lugar de encuentro.
EN OTRO APARTAMENTO
En esta había una chica en la ducha, lavándose antes de que llegara la hora de salida. Que sería la hora que ha quedado con sus amigos.
Mientras ella se encontraba duchándose se podía ver que sus maletas ya estaban hechas. También se apreciaba que encima de la mesa estaban las sobras de lo que había comido. Se deducía que no hacía mucho tiempo había terminado de comer.
Se veían sobras extrañas como sopa de miso con sirope de chocolate, o flan con salsa picante encima en vez de caramelo derretido.
Ya vestida se veía a una chica de cabellera naranja un poco oscuro, largo, suelto, liso aunque en la parte de abajo un poco ondulado, con dos horquillas en forma de flor en el cabello de color azul. Es de tez rosada, se aprecia que tiene buen cuerpo pero con unos pechos muy grandes. Tiene los ojos grises. No es muy alta, mide 1,56. Aproximadamente.
Lleva puesto una camiseta de color rosa oscura, pantalones de tonalidad malva-grisácea con una franja roja a los lados y unas deportivas negras.
Lavo los trastos, apago las luces y cerrando bien todo. Salió de casa en dirección a su destino.
EN UN HOTEL CERCA DE LA ACADEMIA Cross.
Se encontraba un hombre descansando.
Se le había hecho tarde así que no podría presentarse en ese momento en la academia. Ya iría mañana a primera hora.
EN LA ACADEMIA Cross
Se podía ver a un pelicastaño llegar a su habitación con equipaje en mano y meterse a la cama vestido y todo. Con el día que había tenido bien se merecía un descanso ya que mañana tendría que despertarse temprano. Se lo llevo Morfeo pensando en cierta persona que ni conocía.
Su equipaje yacía a un lado de la cama. No tenía tiempo de ordenarlo ahora. Ya lo haría mañana.