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Love you, Goodbye. por grupo tamashii

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Notas del fanfic:

Todos los personajes pertenecen a su respectivo autor <3

Tsukishima es arrancado de un mundo más claro, más dulce, más perfecto, y el reloj que descansa sobre la pequeña mesa de luz marca las siete de la tarde. La luz del sol poniente se cola por su ventana.


No es la primera vez que le sucede eso. No es la primera vez que maldice su vida en silencio. No es la primera vez que estampa el reloj contra la pared. No es la primera vez que su cabeza duele con los rastros de una noche de excesos, de una copa tras otra.


Sabe que sucederá una infinidad de veces más, y se odia por ello. No recuerda cómo llegó a esa posición. No logra enfocar su memoria para revivir el momento exacto donde todo en su vida colapsó.


Sólo puede pensar en un detalle que se pierde en el pasado. Una sonrisa que desaparece lentamente, transformándose en algo irreconocible, un rostro lleno de pecas empapado en lágrimas, una voz extremadamente dulce quebrándose a cada palabra, una discusión estúpida, un adiós a media voz: el recuerdo de una despedida que nunca creyó posible.


Yamaguchi. Siente un dolor punzante en el pecho, sabe que el dolor es mental, o eso quiere creer, y repite una y otra vez en su cabeza:


«Es mental, es todo mental»


Se levanta de su cama con demasiada pereza. Nadie le espera despierto, no hay nadie que le acompañe para ello.


Tiene un mensaje en la contestadora. Una voz alegre que le recuerda la invitación a una fiesta.


No quiere ir, pero su estilo de vida le impulsa a asistir a cada una de esas malditas reuniones.


Detesta su vida, y se odia a sí mismo. Odia la vida que eligió tener.


—Te odio —susurra. Lo dice constantemente, mientras se mira en el espejo, y este se empaña con el vapor de la ducha. Observa su aspecto. Sus ojos marrones, su cabello enmarañado, su piel pálida. Todo sigue igual que siempre, ¿por qué no siente que por dentro es lo mismo?


Ha perdido mucho, ha dejado pasar muchas cosas, muchas sonrisas, muchas caricias. Ha deseado a personas que no debería haber mirado.


Ha caído en tentación más veces de las que debería haberlo hecho. Ha dejado que el tiempo pase, ha mirado la Luna infinidad de noches.


No podría culpar a Yamaguchi. No lo hace. ¿Cómo podría?


Fue su culpa, su maldita culpa.


Recuerda el dolor en los ojos de Yamaguchi. ¿Cómo olvidar eso?


Recuerda haberse sentido como una gran basura, recuerda que Hinata lo golpeó y la voz de Kageyama.


“Estoy decepcionado de tí”.


Él también lo estaba.


La fiesta comenzaba a las 10 pm, pero por costumbre llega a las once.


—Un gin&tonic.


El barman sirve la bebida, y Tsukishima lo toma de un sólo trago.


—No creí que te encontraría.


Siente como los vellos de todo su cuerpo se erizan. Siente su corazón latir más deprisa.


Yamaguchi Tadashi le observa fijamente. Y a Tsukishima le parece la primera vez que le mira. Le resulta mil veces más perfecto que la primera vez, más hermoso, más añorado.


—No creí que iba a venir. Si quieres me puedo ir.


Observa el rostro de Yamaguchi contraerse en una mueca de disgusto.


—Me conoces lo suficiente para saber que no soy así, Tsuki —reprocha.


—¿Qué ha sido de tí? Escuché que te vas de la ciudad.


—Si… Voy a probar suerte.


Tsukishima siente que se le endurece el corazón. Ha cambiado. Yamaguchi es más osado, más aventurero que antes. Más inalcanzable.


—¿Cuándo te vas?


—En unos días. He programado el viaje desde hace meses.


Hinata aparece y les entrega una trago.


—Brindemos… ¡Salud! —grita.


Tsukishima lleva la bebida a su boca. Observa al grupo hacer lo mismo. Cuando Yamaguchi termina su trago, Tsukishima jura y recontra jura que le está mirando. Es la clase de mirada que le vuelve loco de golpe, que le desquicia.


—Necesito otro —susurra Yamaguchi, y ahí está él, pidiendo otra ronda para ambos. Y no es la última que toman.


Las palabras van y vienen, y la noche envejece tan rápido como la ansiedad y la incertidumbre.


Tsukishima no está tan ebrio como quisiera. Pero aún así lo dice, y no le importa nada, porque en unos días, Yamaguchi Takashi se irá para siempre.


—Hey, dejarme amarte una vez más —dice.


Se siente patético cuando unas lágrimas comienzan a caer en sus mejillas. Y cuando el sol de la tarde se pone en su apartamento y el reloj marca las siete y media, se siente incluso peor, porque su cama huele a él y el alcohol no fue lo suficientemente fuerte como para hacerle perder los recuerdos, y en la mesita de la cocina, la letra desprolija de Yamaguchi dice a gritos una despedida: Adiós.

Notas finales:

Bueno, este es el tercer o el cuarto escrito... Y no recibí más de dos comentarios ;-;

Eso es depre, ¿Realmente no hay nada malo en ellos? ¿Nada que quieran marcar?

 

Los review son, en mi opinión, para que me marquen los errores y así mejorar :s

 

Bueno, eso es todo... ¡Se viene el invierno!

Y Oikawa piensa que la sonrisa de Sugawara le hace llorar, y Suga piensa lo mismo.

Aún así ambos se sonríen, sin saber el daño que causa el uno en el otro.

 

 


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