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Cinco Años por Sunflower9095

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Notas del fanfic:

Espero les agrade esta pequeña historia :)

- ¿Otra vez con esta bromita Hun?- Suspiró cansado pero medio segundo después sonrió adorablemente – deja de ser tan extraño y ve a hacer cosas de chicos de tú edad – sacudió un poco los negros cabellos del muchacho, eran de la misma estatura - ¡wow creces mucho! Si te haces más alto que yo creo que me deprimiré – deslizó una sonora risilla.


- No bromeo y lo sabes - habló luego de unos segundos con una mirada seria y notable molestia – nunca he bromeado con esto… en verdad me gustas Minseok.


- Uhh… deja de ser tan serio que me lo voy a creer – protestó con un leve sonrojo en sus redondeadas mejillas – Sehunnie, eres un chiquillo de 15 años y yo tengo 20 ¿entiendes? Son cinco años, eres muy niño, buscamos cosas diferentes.


- ¡Me dices eso desde que tú tenías 15 años! Es tan molesto siempre… ¿cuándo se supone que dejaré de ser “muy niño”? – masculló enojado de ser rechazado año tras año.


- Cuando seas un hombre, mayor de edad, alto, con un trabajo… mmm podrías tener un carro y salir a pasear a sitios de… adultos – reía tratando de aligerar  el tenso ambiente. Había lidiado con situaciones similares unas cuantas veces antes.


- Para cuando eso suceda encontrarás una nueva excusa – se quejó el menor.


- Sí – admitió sincero Minseok – porque siempre serán cinco años.


- Ya veo… - otro rechazo de Minseok ya no debería dolerle pero inevitablemente lo hace. Sus emociones adolescentes hacen estragos y solo quiere explotar y desaparecer.


- Y entonces… ¿dónde está Lu?


- … ¿Siempre es todo sobre él, cierto? – Soltó amargamente con puños apretados conteniendo el enojo – Luhan no va a venir… olvidé decirlo.


- ¿Por qué no me sorprende? Eres un pequeño mentiroso – golpeó suavemente la frente del menor por engañarlo diciendo que estaría su querido amigo Luhan en ese lugar – Bueno Hunnie, salúdame a Lu, nos vemos luego – sonrió otra vez enamorando una vez más a Sehun – oye ¡trata de estar con gente de tú edad!


- Umm sí, claro.


(…)


- Minseok, Sohee, vamos a casa de los nuevos vecinos – una señora Kim avisaba a sus chicos sobre el plan de la noche.


- ¡Mamá! – se quejaron a unísono la chiquilla de 10 años y el adolescente de 15.


- No empiecen a quejarse, es educación, debemos darles la bienvenida.


- Será aburrido – el primogénito se quejó – solo hablarán de lo tranquila que es la zona, lo bien que se vive, que es muy seguro, hablar de las buenas familias que viven aquí y conversaciones aburridas de negocios para ver si son material de alianzas empresariales.


- ¡ABURRIDOOOO! – Secundó la menor ante el dolido discurso de su hermano.


- ¡Niños no se quejen! No solo serán charlas de adultos, tienen hijos que convenientemente uno tiene tú edad y el otro la de nuestra pequeña princesita – melosamente trataba de convencer a sus hijos - ¿qué dicen?


(…)


- ¡Que no quiero una novia! – estaba quejándose el menor de los Oh que a su corta edad sentía poca emoción hacia niñas y novias.


- Ay Hun, como te arrepentirás, ya vi a tú noviecita y es una niña pequeñita, linda y adorable, seguro que te gusta – fastidiaba su hermano mayor sabiendo que ese tema hacía rabiar al pequeño.


- Si es tan linda te la regalo.


- Oh no, no, nooo ¡qué mal hermano sería! – Dramatizaba viendo el rostro molesto del menor – no seas tímido y acepta al amor.


- ¡Déjame en paz! – gritó harto de la burlesca sonrisita de su hermano mayor.


- ¡Luhan deja de molestar a Sehun! – intervino su madre al escuchar al menor gritar.


Los Oh, una familia conformada por una madre coreana y un padre chino, estudiaron juntos en China, se enamoraron, se casaron y tuvieron a Luhan, el hijo mayor que vivió 4 años en su país natal mientras sus padres trabajaban arduamente; no los veía demasiado porque estaban muy ocupados amasando dinero para tener vida cómoda a futuro, sin embargo, a pesar de las ausencias fueron buenos padres.  Por asuntos de negocios se mudaron a Corea y allí nació Sehun, el menor… criado de una forma muy distinta a Luhan siendo mimado y lleno de atenciones desde siempre por todos, gozó de bonanza económica desde el primer día de su vida y nunca tuvo ningún problema en sus escasos 10 años de vida…


Excepto por sentirse extrañamente confundido desde que está empezando a crecer para convertirse en un chico y tener alguna novia adolescente, nada serio, solo jugar a enamorarse como cualquier chico ¿no? Eso siempre era así, es lo “normal” sin embargo… ¿por qué cada vez que tocaban el tema de las chicas y las novias se sentía tan aterrado? ¿Por qué no podía encontrar eso tan hermoso y atractivo de las niñas? Claro, era muy joven, era solo un niño, no podían pedirle a un niño de 10 años que vea bonitas a las niñas y que sueñe con una novia, besitos, abrazos y caminatas tomados de la mano… ¡era solo un niño! Sin embargo… ¿por qué en la parte más oscura e inaccesible de sus pensamientos se preguntaba con mucho temor si era posible hacer eso con otros niños?


(…)


- Hola, soy Kim Minseok, mucho gusto de conocerlos, bienvenidos, espero que nos llevemos muy bien y que disfruten el vivir aquí. Estamos para servirles.


Solo ese prefabricado saludo lleno de educación, cortesía y falso interés en sus nuevos vecinos rodeados de una adorable voz, ojos felinos y una tierna sonrisa con mejillas redondas bastaron para deslumbrar al menor de los Oh y sentir que su infantil corazón aumentaba precipitadamente su ritmo cardiaco y sus pequeñas manos sudaran ¿acaso estaba teniendo  un infarto? No, era muy joven y saludable para eso… entonces ¿qué era eso?


- ¡Sehun! – le dio un leve golpe en la cabeza su hermano mayor regresándolo a la realidad, al parecer se había perdido de algo.


- Ah, yo… lo siento – se disculpó avergonzado – mu…mucho gusto a todos, gracias por venir, soy Oh Sehun, el menor de esta familia.


- Owww ¡que monada de chico! – La señora Kim, de corazón fácil se sintió enternecida por el chico distraído – nuestra linda Sohee y tú serán grandes amiguitos.


- Eh… si, ¡qué bien! – fingió entusiasmo pero la verdad es que poco había reparado en la pequeña que era la perfecta versión femenina de su hermano mayor.


El chiquillo no apartó la mirada de aquel quinceañero que aparentaba unos cuantos años menos y que parecía haber congeniado con su hermano mayor al instante pues rápidamente, mientras los adultos conversaban animadamente, Luhan y Minseok les seguían la corriente pues habían descubierto que seguían al mismo grupo musical e intercambiaban información, anécdotas de conciertos y otras cosas.


(…)


- Oye… ¿te gusta mi hermano? – escuchó un día la pregunta cuando regresaba de clases unos 4 meses luego de haber conocido a esa pequeña niña de regordetas mejillas que preguntaba eso como si hablara del clima mientras comía una paleta.


- ¿Qué dices? Es… es un chico y yo también – apartó la mirada nervioso, se sentía desnudo, que habían dicho en voz alta lo que él no era capaz ni de pensar.


- ¿Y?


- ¿Cómo que ‘y’? no es normal Sohee.


- Mmm mi mamá me dijo que a veces a las niñas le gustan las niñas y a los niños los niños y que es normal, se llama homosexualidad Sehun… ¿debo enseñarte todo? Pareces un niño pequeño. Tan ignorante…


- ¡Conozco eso! No soy un estúpido – se molestó, aunque debería estar acostumbrado, esa niña lucía adorable por fuera pero era una pequeña diablilla.


- Entonces… ¿te gusta mi hermano? – insistió con una risita divertida.


- ¿Por qué crees que me gusta Minseok? –evadió la pregunta nuevamente lleno de pánico.


- Mmm porque no quieres responder esa pregunta, porque siempre lo miras muchísimo, porque me preguntas cosas de él, porque parece que te encanta que visite a Luhan y entrometerte en sus conversaciones para que note tú presencia, porque constantemente le regalas cosas, porque siempre tienes cara de amargado y con él te ríes un montón… ¡ah! Y porque vi esto – mostró victoriosa una foto entre sus pequeñas manitas.


- Tú… tú… tú… - su cara enrojeció como un tomate y le arrebató la foto de un distraído Minseok capturado por el lente de la cámara del celular de Sehun e impresa posteriormente en secreto - ¿de dónde sacaste esto?


-  Se te cayó de tú cuaderno, la recogí y vine a entregártela… es una foto de Min ¿quieres que le diga para que te regale una foto más bonita donde se vea mejor su cara y le firme un autógrafo? – Preguntó maliciosa observando como el rostro de su querido vecino se contraía – entonces… ¿te gusta Seok?


- … Yo… no lo sé… estoy confundido – suspiró cansado, él solo quería ir a su casa luego de clases, en sus planes no estaba hablar de sus problemas de orientación sexual con Sohee – creo que… me agrada Minseok, es un chico… ehh divertido y… creo que es un poquito, solo un poquito… lindo.


- ¡Woow de verdad te gusta mi hermano! – Sonrió feliz de haber acertado - ¿Sabes algo? Me agradas y creo que te ayudaré cuando estés seguro que te gusta – revolvió las cosas en su bolso – toma, guárdala y no la estés dejando en cualquier sitio – le entregó una muy bonita foto de su hermano mayor y ese fue el inicio de una gran alianza.


(…)


- ¿Qué me cuentas? ¡Deja de bromear Minseok! – se carcajeaba un chino flacucho en la habitación de su amigo y vecino durante 6 meses.


- ¡Te digo que no estoy bromeando Lu! Es en serio… me ha dado tanta pena… - dijo con voz triste recordando lo que había pasado.


- Pero es que…  ¿Sehun gay? Bueno, si te soy sincero él siempre se enfada cuando hablan de chicas y novias, pero pensé que era por ser un niño y últimamente ha estado mucho con Sohee, creí que nuestras familias estarían unidas… ¡cierto! Le gustas a Hun, nuestras familias si estarán unidas – volvían a carcajearse ante la situación.


- Ssshh ¡baja la voz! – Le cubrió la boca con sus pequeñas manos – deja de burlarte, es tú hermanito y la debe estar pasando fatal el pobre… estará tan confundido.


- Cierto, yo también lo estaría si tuviese tan mal gusto…


- ¿Me estás diciendo feo? – se indignó el adolescente Kim.


- Ya, ya bebé Seok, eres bello, hermoso, mi querido vecino cara de ardilla… mi futuro cuñado – estalló en risas nuevamente haciendo que Minseok rodara los ojos y suspirara hastiado del idiota de su amigo – ok, ahora si ¿de verdad Sehun dijo eso?


- Sí Lu, se acercó a mí, me regaló mi chocolate favorito y dijo que yo le gustaba y que le había costado mucho poder estar seguro de eso – relataba en voz baja con miedo a que Sohee desde la habitación de al lado escuchara algo – aww si vieras su carita, estaba tan avergonzado… pobre niño.


- ¿No crees que perdió una apuesta o algo?


- No… creo que hablaba en serio, su cara cuando lo rechacé fue bastante lamentable.


- Mierda… rechazaste a mi pequeño hermano, creo que debo matarte, le rompiste su corazón por primera vez ¡no tienes sentimientos Kim Minseok! – pese al tono bromista, en verdad le preocupaba su hermano.


- Lo siento, pero sabes que es absurdo todo esto ¿cierto? No puedo ser el único que lo vea como una locura.


- Claro que es una locura, Sehun es un niño que ni sabe lo que quiere y por alguna razón se encaprichó contigo, ya verás que en una semana se le pasará y volverá a ser el niño rarito y asexual de siempre – Luhan lo tranquilizó y abrazó a su amigo.


(…)


Sin embargo, este no fue el final de un caprichoso chiquillo de 10 años confundido con esto del amor, todo lo contrario, fue el inicio de un Sehun sin vergüenza alguna persiguiendo a Minseok y recordándole una y otra vez que le gusta, exigiendo razones para su rechazo y cumpliendo todos y cada uno de los “requisitos” que se inventaba Minseok que necesitaba para gustarle… todos excepto el “dejar de ser un niño”.


Cumplió 11 años y aún era muy niño, 12, 13 y 14 y seguía sin crecer demasiado… pronto tendría 15, la edad que tenía el mayor cuando se conocieron, ya no sería muy niño, era imposible ser muy niño cuando el mismo Minseok a esa edad se consideró muy adulto. Sehun no podía esperar más para tener 15 años, estaba creciendo, tenía la misma estatura que Minseok ahora, tal vez esa era la señal que demostraba que no era tan niño, estaba creciendo alto y apuesto, miles de chicas y algunos chicos morían por él ¡era imposible que Minseok volviera a rechazarlo luego de 5 años detrás de él!


¿Cierto?


¿Era imposible?


¿NO SE SUPONE QUE ERA IMPOSIBLE?


(…)


- ¡Maldita sea Sohee, he hecho todo, TODO! – Gritaba molesto aprovechando que sus padres no estaban para descargar toda la ira con su vecina, mejor amiga y confidente desde hace 5 años - ¿qué mierda le pasa a tú hermano? Ciego… si, es ciego ¡tiene que ser un maldito ciego! ¿Sabes a quien rechacé yo hace unos días?


- Sí, claro que lo sé, todo el instituto lo sabe Sehun – dijo con tono aburrido la adolescente de aspecto aniñado como su hermano.


- ¡Al malditamente popular y buenorro Kim Jogin! – Sohee rodó los ojos y ni se molestó en fingir sorpresa - ¡todos están detrás de Kim Jogin y YO lo rechacé! ¿Por qué?


- Porque sigues estúpidamente enamorado de Seok – respondió con tono de obviedad.


- ¡Por nada! Porque el maldito Kim Minseok disfruta haciéndose el difícil, porque el maldito Kim Minseok siente orgasmos cada vez que me rechaza porque… porque… -suspiró y toda su energía decayó drásticamente.


- Y aquí vamos – anunció la vecina – ya, ya Hun, tranquilo, ven, puedes llorar si quieres – se levantó del cómodo sofá para brindarle un abrazo, él había crecido mucho y ella casi nada, sin embargo esa pequeña chica era la que una y otra vez le daba fuerza y acompañaba a Sehun en cada uno de sus momentos difíciles del chico emocional y mimado que era.


- No entiendo, he hecho todo, he crecido, ya no soy un niño, me he convertido en alguien atractivo como mi hermano, ya no me visto como niño y tengo buen sentido de la moda… ¿qué más debo hacer? – se lamentaba egocéntrica y patéticamente en brazos de Sohee.


- Nada, ya no debes hacer nada – resolvió tranquila.


- ¿Qué? – se separó abruptamente ofendido, sí, lo habían vuelto a rechazar pero no quería renunciar.


- Eso, ya no vale la pena hacer nada Hun…


- ¿Qué te pasa? Creí que me apoyabas y ahora quieres que renuncie luego de tanto – sonaba molesto y ella solo sonrió con esa sonrisilla traviesa que solo significaba que estaba tramando algo.


- Creo que es momento de cambiar la estrategia Oh.


(…)


Comenzaron la estrategia de: ser indiferente ante Minseok para que ahora voltee a verme ¿saben que pasó? Cuando parecía surtir efecto y por fin Minseok se acercaba y preocupaba de la extraña indiferencia de su adolescente vecino, Sehun lo arruinó todo lleno de emociones desbordadas y reveló la verdad, que no había perdido interés en él y aún era el único chico de su vida.


Luego intentaron el plan de usar a Jogin, el chico popular del instituto para poner celoso a Minseok; era un plan algo cruel ¡claro que lo era! Pero Sohee era una diablilla con cara de ángel a la que no le interesaba; después de todo Jogin le debía un favor por fingir ser su novia para que su familia no supiera que le gustaban los chicos. Nuevamente Sehun fracasó y contó todo como si tuviese miedo a perder la posibilidad de estar con Minseok si sabía que ya no estaba disponible.


Sí, Sehun era un idiota.


Se ganó unas cuantas patadas de Sohee con sus mejores zapatos de tacón con punta afilada para que le doliera.


A los 16 años Sehun volvió a ser rechazado y a los 17 también. Sin embargo los 18 fueron una edad muy diferente, por fin era mayor de edad, el cuento de ser “demasiado niño” ya no tenía ningún sentido, era definitivamente un adulto, un adulto que llevaba casi 8 años enamorado como idiota de su vecino 5 años mayor que lo había rechazado más veces de las que podía recordar. No obstante, esta vez era diferente, esta vez la decisión que tomara Minseok redefiniría todo el curso de una historia y la haría tener un final feliz o un triste y patético final.


(…)


- ¡Feliz cumpleaños Sehunnie! – le brindó un caluroso abrazo el dueño de sus más cursis y sexuales pensamientos – Y pensar que ayer eras un pequeño niño de 10 años y hoy eres todo un… - se detuvo pues sabía que tal vez la palabra adulto no era la correcto.


- ¿Un qué Minseok? – contraatacó notando como el mayor se puso algo nervioso.


- Uh… un pequeño niño de 18 años que ya ofrece una fiesta y puede beber alcohol legalmente – levantó su vaso y el cumpleañero imitó el gesto chocando ambos.


- ¿Sabes que ya no soy un niño cierto? – Preguntó al cabo de unos segundos – y que tampoco soy pequeño, de hecho, soy más alto que tú, el único pequeño eres tú Minseokkie bebé – bromeó con el apodo que solía usar su madre aún a sus 23 años para avergonzarlo.


- ¡Ugh no me digas así Hun! – arrugó la nariz de forma adorable. Él definitivamente si parecía un niño.


- Es raro que pases tanto tiempo conmigo sin preguntar por Luhan y huir del sitio… se siente bien.


- Supongo que eres más agradable cuando eres un chico normal y no mi pequeño fanboy personal – contestó divertido el mayor.


- Ya te dije que no soy pequeño Seokkie bebé – como amaba poder decirle, aunque sea en broma, un apodo asquerosamente dulce.


- Ok, ok, ¿mi gran fanboy personal? – rió dulcemente enamorando por vez número un millón al más alto.


- Definitivamente suena mejor – lo secundó en la risa y luego se puso serio – sin embargo… creo que me pondré un poco desagradable.


- ¿Por qué lo dices? – se extrañó por el repentino tono serio.


- ¿Me trajiste un regalo de cumpleaños?


- ¡Por supuesto! ¿Qué clase de vecino crees que soy? Lo dejé adentro con los demás regalos, pero si quieres lo busco y…- Sehun detuvo su obvia huída y encorvándose un poco colocó ambas manos sobre los pequeños hombros del mayor y lo miró a los ojos.


- Quiero que me des otro regalo – demandó como el chico mimado y malcriado que siempre había sido.


- ¿Qué dices? No soy millonario – se quejó a pesar de que sí, si tenía mucho dinero.


- Ok, te facilito las cosas, es algo que no tiene valor monetario pero es muuuuy valioso para mí – continuó serio ante la sorprendida mirada de Minseok.


- Ehh… creo que la gente debe estar buscándote, eres el cumpleañero y estás aquí afuera conmigo ¿no tienes frío? Yo sí, voy a buscar un abrigo.


- Ssshh, eres tan ruidoso a veces – le dijo queriendo sonar como todo un adulto seductor y sonando solo como un chico malcriando y Minseok sonrió ante el hecho de ver que aún era un niño por dentro.


- Bien, ¿qué quieres? – preguntó más calmado a sabiendas que negaría el regalo del menor.


- Ya deberías saberlo… - trasmitió absolutamente todo con su mirada que no se despegó ni un instante de los ojos felinos que tanto amaba de su vecino.


- Yo, yo… Sehun… sabes cuál es mi respuesta – dijo bajando la mirada concentrado en sus zapatos.


- Dilo, vamos, dilo, quiero escucharlo – era insistente y eso Minseok lo sabía a la perfección.


- Sehun, ya te he dicho que buscamos cosas diferentes


- ¡Ya no soy un niño maldición Minseok! – levantó un poco la voz sin llegar a gritar, estaba molesto.


- Lo sé, eres más alto que yo, ya eres mayor de edad, eres un chico definitivamente apuesto – se sonrojó notoriamente tras decir eso – pero… mira, yo estoy a punto de graduarme y comenzar a trabajar, usar un aburrido traje, ir a reuniones y hacer cosas en la empresa de mis padres, cosas de… adultos – suspiró – tú a penas iniciarás la universidad, querrás ir de fiestas, tener amigos de tú edad, hacer cosas de chicos, yo ya lo he hecho, ahora debo tomar las responsabilidades de un adulto ¿entiendes?


- Lo único que entiendo es que ya no sabes que excusa inventarte para decirme que no te gusto y jamás podré gustarte… pero sinceramente quisiera que me dijeras la verdadera razón, porque me tienes literalmente jodido con el cuento de la edad – solo quería besar  hasta el cansancio a Minseok o ahorcarlo hasta la muerte, es que no se podía ser tan hermoso y cabrón al mismo tiempo.


- No son excusas… es en serio, todo lo que digo es en serio, eres un chico maravilloso pero… nunca he imaginado estar con alguien de la misma edad que mi hermana menor es… espeluznante, no puedo, necesito a alguien que esté en sintonía conmigo.


Ninguno de los dos se movió durante algunos segundos, era desesperante e incomodo  volver a estar en esa situación. Sehun esperó muchísimo por ese día y sabía que no debía hacerse ilusiones, sin embargo se las hizo y Minseok con su abrumador rechazo las tiró al caño sin dolor alguno. Esta vez se lo había prometido a sí mismo, la respuesta del bajito determinaría la decisión del curso de su vida… pero no podía simplemente abandonar sin al menos tener un pedacito de ese cielo prohibido con una puerta firme que no le permitía la entrada; así que simplemente robaría la llave por unos segundos.


 - Está bien, comprendo – suspiró evidentemente triste – prometo que este es el último regalo de cumpleaños que te pediré.


Cambió sus largas y delgadas manos de los hombros a las mejillas teñidas de carmín del mayor y sorprendentemente este no se movió ni medio centímetro a pesar de saber lo que venía. Un manojo de nervios y torpezas de 18 años recién cumplidos se acercó a un pequeño y adorable Minseok que le esperaba con los ojos cerrados y sus preciosos labios entreabiertos ¿por qué permitía eso? Se preguntaba el menor en su mente pero no se preocupó en exteriorizar esa pregunta sino que buscó la respuesta en esos labios que había besado mil veces en sueños  por años y que por primera vez en la vida se materializaba.


Era definitivamente perfecto, la boca de Minseok eran labios suaves y esponjosos que se abrieron para profundizar el beso sintiendo una cavidad bucal caliente, húmeda, con un poco del sabor amargo del alcohol mezclado con algo de vainilla que no tenía idea de donde venía pero que a Sehun se le antojaba como el sabor perfecto, mil veces mejor que el chocolate que tanto amaba. Sus lenguas comenzaron un tímido baile de infantes que poco a poco se convirtió en más sensual tango, enredándose y explorando la boca contigua ¡era el mejor beso del mundo!


Minseok era puntitas de pies para poder estar aún más cerca, manos entrelazadas en el delgado y suave cuello de Sehun para poder profundizar el contacto… eso no estaba bien, sentir tanta atracción por ese chico guapo y sus fantásticos labios definitivamente no estaba bien pero… se sentía bien.


Estuvieron un rato besándose una y otra vez sin hablar ni decir nada, algunas caricias tímidas aquí y allá hicieron que el cumpleañero olvidara por completo que tenía una casa llena de amigos y familiares que fueron a verlo en su día especia pero ¡que se jodan! Ese era el día más especial de toda su maldita vida y poco o nada tenía que ver con el hecho de cumplir años y mucho con el beso más caliente en su historial de besos. Sin embargo, de la nada Minseok se separó abruptamente del más alto dejándolo confundido y con sus delgados labios inflamados de tanto ser besados y mordisqueados por su travieso y confuso vecino que recordó de golpe que era Sehun, que lo vio con su uniforme de primaria y que no debía darle falsas esperanzas.


- Lo siento Hunnie yo…no sé que me pasó – se disculpó avergonzado de dejarse llevar por sus bajos deseos.


- Sí, tú sabes. Te besé, me besaste, nos besamos ¡y no digas que no te gustó porque nadie te creería! – empezó a sentir pánico ¿y si en verdad no  le gustó y fue un beso de lástima?


- Lo sé, lo sé, pero no debió pasar, fue un error, me dejé llevar por toda esta absurda atmósfera romántica, lo siento.


- … Así que un error que no debió pasar… - habló en tono bajo luego de unos segundos de incómodo silencio.


- No lo digas así que suena fatal – se mordió un labio nervioso, nunca debió caer en el juego – ehhh fue, fue tú regalo de cumpleaños… ¿querías eso cierto?


- Umm sí, gracias Minseok – ni siquiera trató de forzar una sonrisa - ¿entonces seguimos igual? ¿Me sigues rechazando? – suspiró ante el silencio del más bajo – ok, no pasa nada… creo que ya es hora de regresar a la fiesta, gracias por todo Minseok.


- Hun yo…


- Olvidemos esto.


(…)


Dos semanas, dos semanas habían pasado en las que al toparse con Minseok,  Sehun solamente lo saludaba como si nunca hubiese ocurrido ese beso, como si nunca hubiese estado obsesionado desde que era un niño por él, como si fuera un vecino mas, dos semanas en las que Luhan y Sohee habían estado absurdamente distantes también, apenas hablaba con su mejor amigo, con su eterno enamorado y ¡hasta con su hermana menor a la que veía todos los días! Ella le lanzaba miradas de odio constantes ¿es que Sehun había estado contando todo dejándolo con un bastardo sin corazón?


(…)


- Oye, ya se va Hun ¿vienes? – preguntó un día Sohee a su hermano mayor, esta tenía una evidente mirada triste.


- ¿Se va para donde? – no tenía idea de ningún viaje y la razón de ese alboroto.


- A China ¿lo olvidaste? – Bufó molesta ante la cara confusa de su hermano – no… ¿tú no sabías?


- Yo… no, no sabía que iba de viaje, bueno, cada cierto tiempo van a ver a su familia, es normal ¿cuál es el drama?


- No va a ver a su familia, se va a vivir allá… - contestó con algo de enojo y nostalgia.


- ¿Qué? – El mayor gritó su pregunta exageradamente sorprendido, no quería que se fuera su pequeño fan - ¿por qué se va? ¿Cuándo decidió eso? ¿Por qué no me dijo nada nadie? ¿Qué les pasa a todos ustedes?


- Son demasiadas preguntas… digamos que por ser un idiota con él, se cansó y prefirió dejar de ser tú perro faldero e ir a estudiar a China y buscar algo mejor que hacer con su vida que estar detrás del muy tonto vecino que resulta ser mi hermano – culminó aquello y salió dando un portazo dejando aún más confundido al menor.


(…)


- Oh… Minseok, viniste – sonrió el menor de los Oh pero esta sonrisa nunca llegó a sus ojos.


- ¿Por qué no me dijiste que te ibas? – reclamó en tono bajo pues estaban familiares y amigos allí en una especie de reunión de despedida.


- ¿No lo hice? Mmm debí haberlo olvidado.


- No, tú nunca olvidas nada relacionado conmigo.


- Ahhh… eso era antes, te dije que no volvería a molestar – suspiró y quiso levantarse del asiento pero el mayor sostuvo su brazo con suavidad para hacer que se quedara.


- No… no deberías irte…. Yo… creo que te extrañaría – dijo casi en un susurro.


- Sohee dijo casi lo mismo – recordó a su malhumorada amiga sentada en una esquina con cara de pocos amigos – voy solo estudiar unos años y luego volveré a Corea… creo.


- ¿Crees?


- Sí, tal vez encuentre una razón para quedarme a vivir allí para siempre… aunque la verdad no soy tan bueno con el idioma, he estado muy poco allá, pero será divertido cambiar de ambiente.


- Pero no es necesario Hun, hay muy buenas universidades en Corea y… hay buen ambiente, está tú familia, tus amigos, tú mejor amiga… y ehh – no supo como continuar – estoy… ehhh estoy yo.


- ¿Y qué con eso? – se acercó con sumo cuidado y naturalidad a la oreja del mayor ¿quién eres tú?


- Yo… - se quedó pensándolo – yo… soy tú amigo y vecino, la primera persona que conociste aquí.


- No te ofendas Minseok, pero creo que Sohee es mejor amiga y vecina y aún así no logró convencerme – soltó una pequeña risa – si no te molesta, me están llamando, permiso – fingió tener que contestar una llamada pues estaba a punto de ponerle una bomba al presidente si Minseok se lo pedía.


Sí, Sehun seguía siendo un idiota.


Solo que ahora sabía ocultarlo un poco mejor.


(…)


“Aunque dije que lo olvidaría, no lo haré. Gracias por el mejor y peor regalo de cumpleaños. Nos vemos Seokkie bebé”


Esto había sido lo último que Sehun había susurrado al oído de Minseok cuando lo acompañó al aeropuerto dejándolo en estado de shock… ¿en qué momento se volvió tan difícil pensar en el pequeño de los Oh como un niño? Definitivamente Minseok estaba enloqueciendo, nunca debió dejarse llevar por sus palabras cursis e insistentes, por su notoria metamorfosis de niño bonito a hombre sensual, por sus manos, brazos, su boca con sus besos perfectos… ¡basta! Era una locura siquiera pensar de esa forma del chiquillo que vio jugando Pictonary con su hermana en la sala de su casa con uniforme de primaria. Sí, esa es la imagen de Sehun que debía conservar, su boca solo debía ser recordada llena de chocolate por comer tan rápido y no con el embriagante sabor del alcohol en un beso, debía recordarlo con su uniforme escolar y no con pantalones ajustados y su exquisito sentido de la moda. Justo así, como un niño, era lo mejor.


Pero claro, siempre es más fácil tener determinación por una noche y no por cuatro años; especialmente si tú hermana menor tiene constantes videollamadas con el menor de los Oh hablando de su flamante vida de estudiante extranjero, apuesto y adinerado en China.


Ir con Luhan tampoco era la mejor opción pues le encantaba hablar de cómo estaba Sehun y que al volver Minseok se arrepentiría de rechazarlo porque sería casi, casi tan apuesto como él… Luhan y modestia no eran compatibles cuando habían sido amigos por tanto tiempo.


Los años fueron pasando y Minseok ya era un trabajador habitual en la empresa de sus padres, los cuales lo trataban dentro del sitio de trabajo como un trabajador más, le exigían lo mismo, los mismos castigos y recompensas por el mismo trabajo que sus colegas, querían que se ganara el respeto de los trabajadores y accionistas; es decir, no era fácil, pero sabía que era lo correcto y lo estaba haciendo muy bien mientras su hermana era una excelente estudiante la cual por fin se atrevía a tener un novio; la presencia de Sehun permanentemente a su alrededor espantaba a sus pretendientes.


Luhan por su parte, también estaba muy ocupado trabajando administrando su propio negocio separado de su familia y concentrándose en crear el mejor club de entretenimiento absurdamente  popular, dejando el camino libre a Sehun, como el niño mimado que siempre fue, de tener un puesto de alto ejecutivo asegurado al volver.


(…)


Cuatro años habían pasado, un Sehun de 22 años aún más alto y guapo que antes se preparaba para regresar de donde vino; también dejó grandes amistades y personas importantes, pero su vida estaba en Corea, descubrió que ese definitivamente era su lugar, ya era una persona nueva, no tenía miedo de ver a Minseok otra vez, era solo un capricho infantil que había quedado en el pasado. Después de todo ¿qué era lo que veía en él? Es solo un enano con cara de ardilla, y mejillas redondas y feas, ojos sin doble párpado, sonrisa torcida, una voz aguda y molesta cuando hace sus cosas tiernas  ¿qué era tan genial en él? Solo es un viejo amargado que ahora tenía 27 años, era casi un señor de 30 que necesitaba familia, además casi ni habla, es un aburrido de primera que siempre usa zapatos deportivos ¡ni siquiera tiene estilo! Uff, que bueno que ya superó esa etapa oscura de su vida y puede codearse con gente a su altura y conseguirse al chico más deseado como novio. Sí, esa era su primera misión luego de volver a establecerse en Corea, buscarse al mejor chico y restregarlo en la fea y aburrida cara de Kim Minseok. Todo superado.


- ¡Sehun, volviste! – Sintió el caluroso abrazo de aquel que fue su objeto de deseo por años y años de su vida y ni siquiera pudo corresponderlo por la sorpresa - ¿estás más alto? ¡No puede ser, soy mayor! Esto es tan injusto… - se lamentaba comparando que ahora era el más alto de la familia Oh.


- Creo que tú te encoges con los años – luego de unos segundos de shock reaccionó y dijo eso ganándose un golpecito del mayor y un nuevo abrazo que correspondió como se debe.


Desde aquel día en el aeropuerto de hace 4 años no había vuelto a abrazar aquel pequeño cuerpo.


Y eso fue suficiente para mandar a la basura todo aquel discurso de superación y de seducir al chico más deseado de Corea ¿qué era lo que veía en él? Su estatura pequeña era una cosa absurdamente adorable al igual que su carita de ardilla, las ardillas son animales tiernos y bonitos como él, definitivamente le encantaban aquellas mejillas redondas y suaves al tacto que solían teñirse de rojo fácilmente, y como olvidar sus ojos, seductores y hermosos como los de un gato, por supuesto, aquella sonrisa torcida que era imperfectamente tierna acompañada de una voz un poco aguda pero que definitivamente era música para los oídos de Sehun  ¿qué era tan genial en él? Tal vez esos 5 años le daban un aire de madurez y conocimiento de la vida que contrastaba con su apariencia aniñada; a pesar de hablar poco siempre tiene cosas interesantes que decir y era muy bueno escuchándolo, nunca podría aburrirse con alguien como Minseok a su lado.


¿No estaba todo superado?


Mierda…


- Cuando quieras pasa por mi casa, vivo relativamente cerca de aquí – sonrió Minseok alegre de reencontrarse con aquel hombre que durante un tiempo de su vida lo confundió con sus declaraciones de amor adolescente.


- ¿Vives en las afueras? Creí que vivirías en el centro como Luhan…


- Ugh, no me recuerdes eso, Lu y yo vivimos un tiempo juntos y fue...


- ¡UN MALDITO INFIERNO! – escuchó un grito de su hermano mayor desde el sofá.


- ¿Viviste con… Luhan? – por alguna razón el chico recién llegado de China, pese a tenerlo todo superado, sintió celos de Luhan, siempre había sentido celos de Luhan y su exagerada cercanía con Minseok, SU Minseok.


- Ahh sí, al principio fue divertido pero supongo que Lu y yo somos incompatibles luego de mucho tiempo.


- Sí bebé, lo de nosotros solo sexo ocasional, sino pierde la magia – se acercó Luhan a los dos solo para fastidiar a Sehun que había jurado ya no sentir nada por su pequeño mejor amigo.


Minseok y Luhan rieron, estaban acostumbrados a tener una  amistad que, a pesar de los años, continuaba manteniendo esa confianza y comentarios estúpidos aquí y allá. Sehun ni siquiera sonrió ante la broma de su hermano mayor ¿era una broma cierto? Tenía que ser una broma pero… ¿y si no lo era? Si fuera una broma debería causarle gracia pero solo le produce nauseas y ganas de convertirse en hijo único por un fatídico accidente de Luhan asesinado por él. ¿Acaso a Luhan le gustan los chicos? No, esa no es la pregunta.


¿Acaso a Luhan le gusta SU chico?


 (…)


- Oye ¿todo superado cierto? – esa noche Luhan se quedó en casa de sus padres para compartir con su amargado hermanito que no quería ni mirarlo.


- ¡Jódete Luhan! – dos palabras, todo un sentimiento.


- ¿Llamo a Minseok para eso? – siguió picándolo. Como extrañaba a Sehun.


- ¿Me dejas en paz? Estoy cansado – fingió un bostezo.


- Ya, no molesto, pero admite que aún te gusta.


- Mmmm… la verdad, aún creo que es atractivo – admitió luego de unos segundos – quiero tenerlo todo superado pero tus bromitas idiotas no ayudan.


- Lo siento Hun – suspiró y se puso serio - ¿sabes algo? El idiota de Minseok me confesó que se sintió confundido contigo una y otra vez y por eso no se permitía nada, porque eras un niño inmaduro y mimado, que era ridículo pensar en tener algo, que tienes la edad de su hermana y un montón de cosas.


- ¿En serio dijo eso? ¿Por qué nunca me lo dijiste? – un brillo en los ojos y una sonrisa idiota se instauró en la cara del menor.


- Porque me lo dijo cuando estabas en China y ya no tenía mucho sentido contarte, especialmente porque habrías dicho alguna idiotez como “ya estoy comprando los boletos a Corea” – el chino imitó muy mal a su hermano y este se sorprendió pues justo había pensado exactamente eso.


- Sí… habría hecho eso ¿qué tiene de malo? Mis padres no habrían dicho nada – él sabía que toda la vida complacerían sus caprichos, todos lo hacían, todos excepto Kim Mnseok.


- Sehun, Sehun, Sehun – le dio un golpe en la frente – tú definitivamente eres lento hermanito.


- ¡Claro que no! – protestó.


- Tú podrás ser el acosador número 1 de Minseok, pero yo he sido su mejor amigo por más de 10 años y lo conozco mucho, ¡incluso vivimos juntos dos años enteros!


- Sí, gracias por recordarlo – se quejó y volvió a su cara de amargado de siempre.


- Ya, ya, lo siento – Luhan se acercó confidentemente a su hermano – Hunnie, si lo que quieres es gustarle a Minseok, que es un chico que trabaja duro a pesar de tenerlo todo, siendo un niñato empezando sus 20 que nunca en su vida ha movido un dedo por nada, debes demostrar madurez, que puedes hacer cosas, que tienes sueños y puedes alcanzarlos y no dejarlos solo porque él te lo pide – ante la cara de confusión de Sehun, Luhan suspiró – mira, el hecho de haber sido firme en ir a China a estudiar, aunque no lo creas, ayudó un montón en que Minseok aumentara su interés en ti, ya no te veías como un niño sino como un adulto que tiene metas y busca conseguirlas.


- Ohhh… ya, ya entiendo – sonrió alegre del hallazgo de Luhan – así que… entonces me gusta un chico que está medio loco.


- ¿Hasta ahora lo notas?


(…)


Pasaron los días y Sehun decidió empezar a trabajar en la empresa de sus padres, trabajar de verdad y no solo tener una bonita oficina con una linda secretaria y un subordinado que hiciera todo por él; tenía el conocimiento para poder trabajar, era un chico listo pese a su idiotez en el amor, sin embargo nunca había tenido la necesidad de hacer nada, sus padres lo habían acostumbrado a tener todo fácil y no habían exigido nada de él solo por ser el menor.


Se había reunido con Sohee varias veces, conoció a su novio, actualmente prometido y no le gustó, era un hombre maravilloso, sí, pero Sehun era un bastardo celoso con su amiga, bajo su concepción nadie era digno para esa chica y por ello se había encargado de alejar a todos sus pretendientes –que no eran pocos- cuando vivía en Corea pero no pudo con este… ¡que injusto!


Ella había dicho que su hermano hablaba constantemente cosas positivas de Sehun y como por fin parecía haber crecido, que China y los estudios le habían sentado de maravilla, que sus padres debían estar orgullosos de un chico tan bueno y además muy guapo. El menor de los Oh decidió seguir cultivando una buena imagen para su querido Minseok para lanzar el golpe final, esta vez iba en serio, ya no habrían excusas que le impidieran conseguir lo único que la vida le había negado: sentimientos correspondidos de parte de su antiguo vecino.


(…)


- ¡Hola Sehun! Es extraño que me llames, no lo habías hecho en todo este tiempo… - la voz de Minseok al teléfono sonaba entre alegre y decepcionada.


- Lo siento, he estado ocupado desde que llegué…


- Oh si, Sohee me contó que estás trabajando duro. Nunca creí que ese día llegaría – soltó esa risilla encantadora que tanto amaba el menor.


- Pues ya ves, algún día debía crecer ¿no? En fin, no te llamo para charlar… quería saber si esa invitación a tú casa de hace un mes aún está disponible – fue directo, quería verlo y moría de nervios, no sabía si podía soportar un rechazo luego de 4 años en los que no supo que era eso, estaba desentrenado.


- ¡Por supuesto que sí! Siempre serás bienvenido a mi casa… solo di cuando vienes para preparar algo.


- Wow siempre soñé con que dijeras esas palabras… - maldición, se supone que el coqueteo empezaría cuando lo tuviese de frente pero ¡vamos! Es  Sehun y ya sabemos que a veces es algo idiota.


- ¿Qué?


-Oh… tú sabes, eso de… ehh de la comida, no sabías cocinar y ehh… debes cocinar delicioso. Bueno, nos vemos el sábado a hora de almuerzo, adiós – colgó en estado de pánico antes de terminar de meter la pata.


(…)


Había llegado el sábado ¡por fin! Sehun no podía con su absurda emoción, era como si fuera un chiquillo de nuevo y fuese a confesarse ante su vecino mayor, el que más quería, el que más admiraba, el que despertaba deseo, curiosidad, ganas de hacer cosas que jamás haría; el protagonista de todos sus pensamientos azucarados y de sus pensamientos perversos… no había cambiado nada, seguía tan ilusionado como la primera vez que se declaró, pero esta vez tenía un buen presentimiento, esta vez por fin cambiaría todo, sabía que la respuesta sería positiva debía ser positiva ¿cierto?.


Buscó su mejor atuendo, peinó cada cabello con insistencia, se roció su mejor perfume, ocupó su mejor reloj, todo debía ser lo mejor ese día, el día que Sehun infantil y cursimente había marcado en el calendario con un corazón… no podría pasar nada malo o tendría el recordatorio de un nuevo fracaso amoroso hasta que terminara el mes.


Recordando las palabras de Minseok cuando Sehun tenía 15 años y fue rechazado, este tomó su flamante auto deportivo, impecable y bien cuidado para ir a casa de su querido y adorado pequeño tormento.


“Cuando seas un hombre, mayor de edad, alto, con un trabajo… mmm podrías tener un carro”


Ya era un hombre, mayor de edad, alto, con un trabajo y un carro. Era el paquete completo, todo lo que pedía Kim Minseok de él lo había conseguido; sin embargo, el hilo de sus pensamientos lo llevó a recordar algo más que salió de los labios del mayor ese día:


“siempre serán cinco años”


Eso hizo flaquear la confianza del menor de los Oh, sin embargo era muy tarde para huir cobardemente pues ya estaba frente a la casa de soltero de Minseok que lo esperaba adentro con deliciosa comida solo para él.


(…)


- Wow, ya veo porque no seguiste viviendo en el centro de la ciudad – hablaba el visitante mientras acariciaba con la mano derecha una gran perra cariñosa y con la izquierda un gato con cara de pocos amigos.


- Siempre quise tener algunos animales ¡son una hermosa compañía! – dijo animado con un brillo en los ojos – así que sí, podría decirse que fue una de las razones.


- ¿Una?


- Oh si, Lu fue una de las más grandes razones – puso cara de espanto y luego comenzó a reír.


- Ah… cierto que vivían juntos – comentó molesto el menor -¿Qué tal es vivir con Luhan?


- Creo que tú debes saber mejor eso, vivieron juntos 18 años, yo solo dos.


- Mmm sí… pero no es lo mismo, nosotros vivimos como hermanos no  como…. –se detuvo sin siquiera querer terminar la frase, siempre sentiría celos de su hermano.


- ¿Qué insinúas Hun? – habló el más bajito y clavó su felina mirada en una dubitativa del menor.


- Yo… ehh… él y tú…


- ¿Crees que Lu y yo tuvimos algo? – definitivamente Sehun no cambiaba del todo y eso le causaba gracia y ternura al mayor.


- ¿Yo? Ehhh… no, no, para nada – hizo silencio unos segundos esperando que Minseok lo confirmara pero no pasó – porque…. ¿no tuvieron nada cierto?


- ¡No puedo creer que preguntes eso! –Se carcajeó sabiendo que era absurdo pensar eso – Ay Hunnie, es increíble que aún sientas celos de tú hermano… creí que habías… cambiado.


- ¿Cambiado? Claro que he cambiado, ya no soy un niño, soy un hombre, mayor de edad, alto, con un trabajo y un carro para pasear – recitó toda la lista que había dado Minseok hace muchos años.


- No me refería a eso… sin embargo, ¡felicidades! – sonrió debilitando toda la frágil coraza de “desinterés” y “solo amistad”.


- ¿Entonces a qué te referías? – trató de mantener un tono de voz sereno e indiferente pero simplemente era imposible


- A que habías cambiado tú gusto… por mí.


- Minseok… - suspiró, ya había llegado muy lejos, no podía seguir conteniendo todo – eso nunca cambiará, creí que era claro el hecho de que me gustabas, me gustas y me seguirás gustando esté donde esté, tenga la edad que tenga, sea tú vecino o no, sea un niño, un adolescente o un adulto, tengamos cinco días o cinco años de diferencia… siempre me vas a gustar.


Se instauró un silencio en el lugar que solo era roto por los erráticos movimientos de la adorable canina tratando de juguetear con el gato y este rehuyendo de la idea. Minseok solo podía pasear su vista alternativamente desde sus pies hasta Sehun tratando de abrir la boca pero sin poder encontrar las palabras correctas.


El más alto, por su parte, miraba inexpresivamente la pequeña crisis del mayor que parecía dudar entre hacer combustión espontánea o tomar un cohete con destino a una galaxia desconocida sin traje de astronauta… era desesperante para Sehun pero al mismo tiempo le daba una absurda y feliz esperanza pues siempre era rechazado sin duda alguna, así que se contuvo lo más que pudo para no abrir su boca y arruinarlo todo, era momento de delegar todo a Minseok.


- Entonces tú… - retomó dubitativamente la conversación Minseok – ehh yo… mmm ya sabes yo… creí que tenías un novio en China.


- Pues que mal informado estás – respondió tranquilamente reteniendo todas sus ganas de lanzarse a comerle la boca al mayor.


- Ummm… ya veo – unos nuevos segundos de incomodo silencio invadieron el lugar.


- ¿Y tú?


- ¿Ah? ¿Qué pasa conmigo? – desorientación pura era el mayor.


- ¿Tienes pareja? – Sehun sentía que en lugar de palabras eran cuchillos atravesando su garganta al hacer esa desagradable pregunta, la cual, pese a saber la respuesta de parte de Sohee, seguía molestándole.


- ¿Por qué siento que ya conoces la respuesta a esta pregunta? – sonrió un poco divertido recordando al Sehun que averiguaba todo de él en el pasado.


- Entonces… si no tienes a nadie y yo no tengo a nadie….


- Definitivamente eres persistente Hunnie – contestó ambiguamente desesperando al menor.


- ¿Recuerdas cuando tenía 15 años y me rechazaste? – La cara confusa del mayor hizo a Sehun suspirar y estresarse por tener una absurda excelente memoria de cada rechazo – dijiste que volviera cuando fuese un hombre mayor de edad, con trabajo, alto y un bonito carro… - ante la risa divertida y un ¡wow, recuerdas eso! El menor supo que ya recordaba – creo que ya lo tengo todo ¿inventarás alguna nueva excusa?


- Eres verdaderamente increíble – volvió a reír nerviosamente – recuerdo que ese día dije algo más… dije que siempre tendríamos cinco años de diferencia y que ya me inventaría algo para rechazarte ¿esa parte la borraste de tú memoria?


- No – contestó seco, sereno, muriendo por dentro ante el inminente rechazo.


- Tienes una excelente memoria Hun, puedes usarla para muchas cosas buenas – se levantó de su lugar para acercarse un poco más al menor - ¿te digo algo? Nunca me interesó un carro, un trabajo o un chico más alto que yo.


- ¿Para qué me ponías esos requisitos?


- Ssshh déjame hablar – colocó uno de sus pequeños dedos en los labios de Sehun para silenciarlo, un simple gesto que resultaba tan tierno como lascivo – desde la primera vez que te vi me pareciste un niño muy bonito, el más bonito chiquillo que había venido a vivir por aquí… no le digas eso a Lu que me mataría – se carcajeó al ver el ceño fruncido y celoso del menor – nunca te vi como algo más que el niño de los Oh, mi vecinito, el hermanito de mi mejor amigo… hasta que empezaste a rondarme, a decir que te gustaba y… mi mundo comenzó a confundirse.


-¿CÓMO? ¿Desde cuándo te pasa eso? ¿Por qué me recha---


- ¡Que me dejes hablar Oh Sehun! – empleando su tono más autoritario hizo que, a regañadientes, el menor cerrara la boca – como venía diciendo… empezaste a confundir mi mundo, eras un chico agradable, cada vez más guapo, más divertido, más interesante… y ponías toda tú atención en mi – suspiró – pero no podía evitar pensar que era solo un capricho de un niño que lo tenía todo menos a mí, así que preferí mantenerme alejado de todo, seguir viéndote como un niño toda la vida y esperar a que pronto te aburrieras de creer que yo te gustaba y siguieras tú vida. Te puse miles de “requisitos” con la esperanza de que nunca los alcanzaras, de que te cansaras de perseguirme, de darme tiempo para tenerte en mis pensamientos como un pequeño y no como el hombre que estabas convirtiéndote… un hombre que empezó a parecerme cada vez menos niño mimado y más un chico responsable, con metas, sueños y ganas de ser algo más que un pequeño privilegiado que no sabría que hacer con su vida.


- ¿Entonces…? – habló por fin el menor luego de escuchar todo eso y que Minseok callara repentinamente.


- Entonces… ya no tengo excusas ni requisitos, porque nunca quería nada de eso… desde hace mucho tiempo siempre te quise solo a ti.


(…)


- ¡Ya llegué y traje una sorpresa! – anunciaba un alto y delgado pelinegro luego de abrir la puerta de su casa en las afueras y ser saludado por su perra, su gato,  4 pequeños cachorritos que regalarían, un corto beso de su novio y… ¿su hermano? - ¿qué haces aquí?


- Awww Hunnie, eres una lindura, yo también te extraño hermanito – sarcásticamente hablaba su hermano mayor apartando el abrazo que le propinaba Minseok para ser él quien abrazara al recién llegado.


- Lo siento, es que no esperaba que vinieras – se separó de las melosidades de Luhan, a él solo le interesaba ser meloso con su novio. – en fin… ¡miren! – gritó extrañamente y tras unos segundos no pasó nada así que lo repitió más fuerte y nada… ante las confusas miradas que se daban los mayores, Sehun fue hacia la cortina y la movió dejando al descubierto a una pequeña niña con ojos muy abiertos en un disfraz de tigre.


- ¡Tío Hun lo arruinaste! – Se quejó la pequeña de 3 años – yo quería asustar grrrr – imitó el gruñido de un felino resultando terriblemente adorable.


- Awwww pequeña Jieun ¡eres tan linda! – dijo Luhan acercándose a abrazarla.


- ¡NO! Linda no, miedo, yo asusto – volvió a gruñir y todos fingieron susto y jugaron con la pequeña un poco.


(…)


- ¿Fuiste a visitar a Sohee, Jieun quiso venir a vernos y de camino le compraste un disfraz y le regalaste uno de los cachorros? – Recapitulaba lo contado por su pareja – Sehun… eres demasiado débil con esa niña, la complaces en todo.


Hace unos minutos Luhan se había ido y Sohee fue a buscar a su hija para llevarla a casa con su nueva mascota, era casi de noche y se supone que hoy iba a ser un día romántico de pareja pero terminó siendo una suerte de guardería o reunión familiar, sin embargo, aún podían salir a comer o a algo en lo que quedaba de día.


- ¿A quién se parece Jieun? – preguntó Sehun melosamente.


- A mi hermana.


- Ok, ok, esa no es la respuesta que buscaba… ¿a quién se parece tú hermana? – insistió.


- Mmm no lo sé ¿a mamá? – siguió molestando a aquel chico que soltó un fuerte bufido con ganas de lanzar un zapato en la bonita cara de su pequeño novio.


- No… se parece a su hermano mayor, por lo tanto, nuestra pequeña sobrina se parece a su tío Minseokkie ¿cierto?


- Sí, podría decirse que se parece un poco a mí pero ¿a qué viene esto?


- Dices que soy muy débil y la complazco en todo… pero ¿cómo no hacerlo cuando se parece tanto a su tío bonito Seokkie bebé? – dijo aquel apodo que era ridículo, lo detestaba porque era demasiado cursi e infantil pero… debía admitir que era estúpidamente lindo cuando salía de los labios de Sehun.


Así que sin pensarlo demasiado se acercó a Sehun y le plantó un intenso beso que decía mil palabras sin que ninguna saliera de su boca. Sus besos siempre trasmitían sentimientos y emociones que a veces no le gustaba decir pero que Sehun amaba la forma en la que se las expresaba. Palabras, besos, caricias, sexo, compañía… cualquier cosa que viniera de su pequeño novio era perfecto para él.


Habían pasado cinco años desde la primera visita de Sehun a casa de Minseok, visita que no culminó en un “nos vemos luego” a las 4 de la tarde sino con un “no quiero ir a trabajar” a las 7 de la mañana del día siguiente. Luego de mucho tiempo, excusas, situaciones, personas, viajes y eventos era el momento perfecto para que por fin todo quedara en el pasado, el momento perfecto para afrontar sentimientos y dejar de lado dudas, miedos y preocupaciones.


Sí, cinco años a veces eran una gran diferencia, podrían tener intereses diferentes, trabajos diferentes, deseos diferentes, amistades diferentes… pero los unía un sentimiento igual, algo que traspasaba el hecho de haber sido vecinos, de que sus padres siempre quisieran que Sehun y Sohee se casarán y tuvieran hijos, de la brecha generacional que era más mental que real y de muchas cosas más.


Olvidando el día que habían acordado dejar libre para poder salir y pasear como novios adolescentes, esos besos se convirtieron en calientes caricias y violentas arrancadas de ropa con desespero, besos, chupones, manos en todos lados… esta vez era el turno de utilizar la sala de estar como sitio improvisado para el sexo. Habían explorado sus cuerpos desde hace cinco años en cada parte de aquella casa que una vez fue solo de Minseok y que ahora compartía con Sehun, nunca podrían aburrirse de ello, nunca se aburrirían de intentar cosas nuevas, repetir las buenas, desechar los malos experimentos y unirse cada vez más de la forma más intima que conocían; desde el primer día habían compenetrado perfectamente en la cama, así que cualquier excusa –hasta la más mala- era buena para hacerlo, una pelea, un día feliz, un día cansado, un día triste, un dolor de cabeza, un éxito laboral, el nacimiento de su sobrina, cualquier cosa servía.


(…)


- ¿Entonces me comprarías un disfraz, me sacarías a pasear y me regalarías un cachorro si te lo pidiera? – preguntó Minseok divertido enredado en el desnudo cuerpo de su amante acostados en el alfombrado piso.


- ¿Un disfraz? A ti te compraría toda la colección de disfraces de la sex shop si me lo pidieras… no, ni siquiera debes pedirlo, mañana debo ir a comprar disfraces.


- ¡Eres tan idiota a veces! – Se carcajeó el mayor ante las ocurrencias y poca seriedad del más alto… cosa que amaba – ¿Cuándo va a madurar el señor director ejecutivo Oh Sehun?


- Cuando deje de tener un novio tan lindo y caliente.


- Mmmm… creo que siempre serás un idiota.


- ¿Tienes algún problema con ello?


- No, ya acabaron las excusas. Te amo aunque seas un idiota inmaduro y mimado.


- ¿De qué color me dijiste que querías el disfraz?

Notas finales:

Bueno, es el final, gracias por leer <3


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