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Recuperando La Confianza por amerikita12

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Notas del fanfic:

Está basado en el arco argumental de "Civil War" Del universo 199999 (Universo Cinematografico de Marvel) O en palabras más simlples en las películas. Está muy modificado a como aparece en la película, pero contiene Spoilers de está. 

En sí no se hablara mucho del Omegaverse, ya que la trama gira entorno a el conflicto amoros y social que enfrantan.

Notas del capitulo:

Reitero ¡¡¡SPOILERS!!! Leer bajo su propio riesgo. Además, pequeña aclaración, este Fic no va a rondar mucho sobre el omegaverse, solo lo puse como excusa del M-Preg, pero en sí no va a girar en torno a este. Además cuando pone "Dos semanas antes" Es la narración del pasado, así hasta que termine el capítulo.

-¡Ah!- Un gemido salió sin avisó de la boca del menor, obligando a este a aprisionar su labio inferior entre sus dientes para evitar ser muy sonoro.

 

-Tony...-Gimió con concupiscencia, acariciando la piel tostada del menor. Rozando sus dígitos con sutileza, tratando su piel como si ésta fuese a romperse o dañarse ante el simple tacto. La respiración del mayor chocaba con el cuello expuesto del contrario, quien no podía controlar los sonidos que emanaban de su boca, aun con el inútil intento de aprisionar su labio inferior.

 

Las habilidosas manos de Bucky no perdieron el tiempo, y con movimientos casi imperceptibles fueron bajando lenta y tortuosamente, arrancando jadeos ante la menor presión ejercida, poniendo a prueba la delicada piel de Tony.

 

 Inevitablemente llegaron al estorboso pantalón del menor, retirándolo con delicadeza, aprovechando el trayecto que tomaban estos para acompañarlos y acariciar sin pudor los muslos descubiertos. Con sus manos presiono con ligera fuerza los glúteos de menor, ganando un ronco y ligeramente gutural gemido, que sirvió como un incentivo para su labor. 

 

Junto sus bocas en un lascivo beso, rebosante de desespero y lujuriad desmedida. Sus lenguas se movían al compás de la otra, siendo el mayor quien marcaba el ritmo, de una manera tan magistral y deliciosa que lo nombraba por antonomasia el mejor besador.

 

El menor giro ligeramente la cabeza, separando mínimamente sus labios, cambiando el ritmo a uno más lento, pero, sin borrar lo lascivo de éste.

 

Las manos nada inexpertas del menor no perdieron tiempo, pues delineaban con deseo el abdomen bien trabajado de Bucky. Moviendo sus dígitos sobre estos, dando un suave masaje, acabando en el frente de su pantalón, rozando con lividez la palma de su mano con el bulto que se asomaba.

 

Otro apretón de glúteos tomo por sorpresa al oji-marrón, mas no se escucho gemido alguno de su parte, pues el Saldado del Invierno no había permitido que este saliera, besando con más fogosidad para callar el gemido, que inevitablemente se extinguió en la garganta del menor.

 

Separo sus labios, aguantando el puchero del menor y el ligero mohín que formo. Aunque sus labios no se mantuvieron lejos de la piel nívea del menor durante mucho tiempo, pues en cuestión de segundos se aventuraron al cuello desnudo y accesible que se ofrecía. 

 

Pequeñas lamidas empezaron por humectar la zona, siendo acompañas por besos que apenas y tenían contacto con su piel. Los gemidos provenientes de ambos cuerpos inundaron la habitación, logrando un ambiente sumamente libertino. Las pequeñas mordidas lograban hacer estremecer al menor, quien temblaba de placer bajo cada pequeño tacto.

 

Los besos y mordiscos no se vieron limitados al cuello, pues prontamente se guiaron hacia abajo, marcando su trayecto con ligeras mordidas, que dejaban un toco carmesí en la piel del contrario. Llegando al abdomen las mordidas se apaciguaron, dando paso al uso completo de la lengua, que jugaba y ensalivaba los músculos y la piel que era deliciosamente expuesta.  

 

El mayor se desabrocho el pantalón, sin dejar su acción de lado, logrando hacer las dos tareas al mismo tiempo. Se deshizo completamente de su pantalón, y la última prenda que cubría su hombría, todo a una velocidad envidiable.

 

Con un un rápido movimiento sujeto la cabellera del menor, con fuerza etérea para no causarle un daño. Con sus ojos lo guío hacia abajo, posicionando su cuerpo entre sus piernas, el castaño entendió rápidamente el mensaje, dando una mirada lobuna como respuesta.

 

Con su mano derecha tomo la base del miembro del contrario, moviendo su muñeca junto su mano para endurecer aun más el falo. Rápidos y cortos movimientos fueron necesarios para su tarea, pues el miembro se endureció y se vio en el cúspide de su esplendor, totalmente erguido y con gotas pre-seminales en su rosada punta.

 

Sin más miramientos el castaño engullo el falo del contrario, deleitando su paladar ante el delicioso sabor del prominente miembro. Extasiando su cuerpo ante los roncos gemidos que el contrario profería. Con la lengua saboreaba toda la extensión del miembro contrario, aprisionando la punta con sus labios, succionando ligeramente esta. Metía y sacaba el miembro de su boca, dejando siempre un hilo de saliva que los conectaba.

 

Engullo todo el miembro, o al menos en su mayoría, pues su boca no podía con las dimensiones que el contrario portaba. Ligeras arcadas sufría el menor al intentar devorar todo el miembro, conformándose con saborear la punta y los primeros centímetros es este. 

 

El mayor se encontraba extasiado ante las habilidades del contrario, se mordía el labio inferior para no gemir, aunque sus intentos y esfuerzos fueran inútiles, pues los gemidos eran arrancados de su boca. Con una mayor desesperación tomo con firmeza los cabellos de menor, siendo él quien marcaba el ritmo.

 

Con su mano derecha entrelazada con izquierda del menor mantenía el equilibrio suficiente para no caer. El ritmo era rápido, por no decir desesperado, la cabeza del menor era guiada por el fuerte agarre de la mano izquierda del contrario. La lengua del menor cubría toda la extensión del miembro cuando éste entraba en su boca, ensalivandole en demasía. 

 

Ligeras gotas de fluido pre-seminal mezcladas con saliva corrían con lentitud por la comisura de sus labios. Resbalando por su barbilla, hasta llegar con a su cuello, dejando un rastro brillante ante la previa humectación. 

 

Sin poder resistirlo el menor llevó su mano a su propio miembro, sobando este con la palma de su mano. Bajó lo suficiente su ropa interior para liberar a su miembro, que se irguió en cuanto se vio liberado. Suplicando por un poco de atención.

 

Su mano aprisionó con poca fuerza la base de su falo, ganando punzadas de placer ante el tan esperado tacto. Sin meditarlo si quiera empezó un vaivén arriba a bajo, calmando sus ansías de complacencia. Los gemidos morían en su garganta, pues su boca seguía ocupada por el palpitante miembro, que parecía embestir la cavidad del menor.

 

Son un ronco gemido el mayor advertía su inminente orgasmo, más el castaño no se inmutó y siguió con su tarea, esperando deseoso el semi-espeso líquido blanco.

 

Una corriente eléctrica azotó la espalda del mayor, esparciéndose por su cuerpo, erizando cada minúsculo vello de su fisionomía, culminando en un calor y cosquilleo en su vientre bajo, terminando en un líquido blanco saliendo con ligera presión de la punta de su miembro.

 

El castaño no dio por terminada su tarea, aunque chorros de semen corrieran por la comisura de sus labios. Separo sus labios del pene contrario, tragando con gusto y apetencia el semen que llenaba su boca. 

 

Su lengua recogió los restos de semen que corrían por su labio inferior, sin dejar atrás el miembro del mayor, el cual limpio con su lengua, con un movimiento que hacía alusión al comer de una paleta, pues lamia desde la base hasta la punta.

 

Ante la mirada expectante del mayor, Tony metió 3 dígitos a su boca, humectando estos con saliva y pequeños rastros de semen en una mezcla que asemejaba o imitaba al lubricante. Uno por uno los llenaba de "Lubricante", asemejando la felación antes dada. 

 

Cortos minutos después, y mucha saliva entre sus tres dígitos, guío su mano hacia su entrada, acariciando esta, haciendo círculos sobre su circunferencia, deleitándose ante los espasmos de placer que experimentaba.

 

El primer dígito se abrió camino entre sus paredes, haciendo movimientos circulares, dilatando y expandiendo suavemente su entrada. Los gemidos y jadeos no se dieron a esperar, y la habitación prontamente se vieron inundado de estos. Un segundo dígito ayudo en la tarea de dilatar, empezando un movimiento de tijera junto el segundo, haciendo babear de placer al menor.

 

El tercer y último dígito entro fácilmente, pues ya estaba lo suficientemente preparado. Los tres dedos entraban y salían, siendo los causantes de los jadeos y diversas reacciones del castaño. De nueva cuenta el castaño los humedeció con su boca, cubriéndolos de saliva, la cual corría entre sus dedos, dividiéndose en hilos delgados, hasta llegar a su muñeca, donde se perdían. 

 

Los gemidos por ambas partes inundaban el ambiente, Bucky por su parte se encontraba deseoso de poseer a su contraparte. Mas se contenía, pues la vista que le daba era más que deleitante. Aunque dudaba de su autorcontrol, y apostaba a que no tardaría mucho en perder su paciencia. 

 

Los dígitos llevaban un ritmo rápido, y su entrada ya estaba más que lubricada y preparada. Aunque el castaño parecía muy ocupado auto-satisfaciéndose, ignorando su entorno, pues estaba más que absorto en su lasciva tarea. 

 

El mayor perdió su temple cuando un gemido por demás gutural salio del castaño. Y borrando su comportamiento estoico, se lanzo como una fiera hacia el desprevenido castaño. Tomo con fuerza casi impalpable la muñeca del menor, impidiendo su acto. El castaño abrió los ojos, sin entender la situación.

 

Bucky estaba deseoso de saciar sus deseos más bajos. Lamió su mano, y enseguida la guió hacia su miembro, humedeciendo este, siendo la saliva y un ligero fluido pre-seminal sus lubricantes extras. Sin dilación se coloco entre las piernas del menor, abriéndolas con delicadeza, como si estuviese pidiendo permiso, o anunciando lo que estaba por venir.

 

-¿Listo?- Preguntó, aunque la respuesta era más que obvia. El castaño movió su cabeza enérgicamente como respuesta pues el deseo lo carcomía vivo.

 

La punta de su miembro se fricciono con la rosada entrada del menor, consiguiendo un grito (Por no decir varios gritos) De su contraparte. Pequeños movimientos de cadera para despertar más sus miembros fueron el preámbulo de la acción.

 

Lenta y delicadamente se adentro entre las paredes del castaño, sintiendo como éstas le aprisionaban, cubriendo su miembro con una deleitosa sensación tibia. Cuando estuvo completamente dentro, procuro no moverse, pues no importa cuánta preparación previa tuviesen, no se arriesgaría con el castaño.

 

Cuantiosos minutos pasaron en esa posición, la respiración agitada y uno que otro jadeo imprevisto fueron los únicos sonidos que reinaron en la habitación. Un ligero movimiento de caderas fue la señal que le advirtió a Bucky que podía seguir.

 

El ritmo empezó lento, siendo delicadas las embestidas. Los gemidos sonoros de Tony eran los que predominaban, pues su contraparte se limitaba a uno que otro jadeo que no podía ahogar.

 

Mediante los cuerpos se acostumbraban a la presencia del otro, las embestidas subían su nivel de rapidez, teniendo un ritmo más rápido al que tenían cuando empezaron. El miembro del mayor era técnicamente succionado por las aprisionantes paredes del castaño. Robando más que un gemido de su boca. 

 

Con rapidez las embestidas suaves se convertían en unas mucho más rápidas y duras, llegando a tocar el punto que volvía loco al castaño. Arrancando un gutural grito que el castaño no pudo reprimir. Bucky sonrió al encontrar lo que quería.

 

Con malicia retiro por completo su miembro, mas la separación no duro mucho, pues rápidamente lo volvió a embestir, está vez con fuerza desmedida. Golpeando justamente donde quería, ganando una deliciosa contracción de las paredes internas del menor, quien por su parte quedo con la boca abierta ante el acto, sin poder soltar sonido alguno, pues el aire le fue arrancado.

 

Numerosas veces hizo lo mismo, aunque la respuesta del castaño a cada una fue un sonoro y libidinoso gemido, que endulzo los oídos del mayor, siendo la más perfecta melodía.

 

El placer desmedido que padecía el castaño era embriagante, y con el ritmo que su amante llevaba prontamente sintió el inminente orgasmo. Todos sus músculos se tensaron, inclusive sus dedos se aferraron con fuerza a la sábana debajo de sí, su vista se nublo ante el placer, y una primorosa ola de calor recorrió cada rincón de su cuerpo.

 

-¡Bucky!- Gritó, quedando en silencio después al sentir un chorro de semen salir de su cuerpo. Y gotas de saliva correr por sus labios. 

 

Las paredes internas del castaño se contrajeron múltiples veces, aumentando lo estrecho que se sentía, absorbiendo el miembro del mayor, consiguiendo jadeos sonoros.

 

El mayor advirtió el orgasmo. El aire se escapo de sus pulmones, sus músculos se tensaron de nueva cuenta y su vista se vio momentáneamente cegada.  Un chorro de semen salio de su ser, inundando el interior del castaño con su semilla, permitiéndose emitir un gemido de lo más gutural.

 

Segundos después el nudo se hizo presente, arrebatando una mueca de dolor al menor, pues lo había tomado por sorpresa. El dolor sin embargo no duró más que unos segundos, y rápidamente le dejo disfrutar de la sensación pos-orgasmo.

 

-Tony...-Susurró, ante esto sus músculos se relajaron, y su respiración se permitió normalizarse- ¿Qué dices de una segunda ronda?-

 

-Bucky...-Le imitó, una pequeña sonrisa tonta se formo en el rostro de ambos, se querían, vaya que si se querían- ¿De cuánto es tu período refractario?- Le sonrió coqueto, ambos rieron uniendo sus labios nuevamente. 

 

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Sollozos, gemidos, lamentos, eso se podía escuchar en la melancólica habitación. Un aura pesarosa era más que perceptible. Aunque bien las razones de los lamentos podrían tomarse como algo bueno. 

 

Un cuerpo se hallaba posado en el suelo, abrazando sus rodillas, escondiendo su cabeza entre estás. Ese tembloroso cuerpo era el autor de los lamentos, pues de él provenían todos los compungidos sonidos. No era necesaria mucha investigación o meditación para saber que él susodicho tenía un problema o sufría por algo.

 

Aun lado de éste se encontraba culpable de toda la actuación efectuada. Una prueba de embarazo, aunque está en sí no era la culpable, sino lo que significaba, ya que los resultados de está marcaban positivo.

 

Un indescifrable positivo... ¿Bueno? ¿Malo? Miro con recelo el resultado, hundiendo más su rostro entre sus piernas ante el más mínimo pensamiento. No quería pensar, no quería nada de hecho.

 

Sollozaba, sí, pero no era tristeza lo que sentía, no, al menos no en su mayoría. En su pecho crecía un sentimiento de ¿Incertidumbre? ¿Miedo? ¿Desasosiego? ¿Aflicción?, no lo sabía, aunque grande es la posibilidad de que sea una mezcla de todos ellos.

 

Su mente trabajaba a toda capacidad, a un nivel inconsciente claro, teniendo de vez en cuando pequeño atisbo de consciencia, dandole golpes de realidad al castaño, que le llegaban como balde de agua fría, todos y cada uno de sus pensamientos ligados a su embarazo.

 

Lloro, lloro como nunca lo hizo, y como jamás pensó que podía hacerlo. No sabía bien el por qué lloraba, pero su razón o excusa principal era el gran sentimiento de desahogo que está acción le brindaba .

 

Sus ojos se encontraban rojos, hinchados por el largo tiempo de llanto ininterrumpido que fue más que un martirio. Claramente irritados, se veían fatales, sumándole el hecho de tener prominente ojeras, coloreadas de un morado oscuro justo debajo de sus ojos, empeorando su aspecto. 

 

Se acarició el vientre, rompiendo la posición que mantuvo durante mucho tiempo. Apenas y rozo las yemas de sus dígitos, pues esa acción, esa situación, todo, era tan ajeno a él, o así lo sentía.

 

Maldijo, maldijo una y otra vez, deseando que todo eso fuese una mala broma, una cruel y despiadada broma, una simple burla del destino hacia él. O un sueño, del que pronto despertaría, sin ningún problema como el embarazo, pero no... Era real, era jodidamente real, y tenía que aprender a lidiar con eso.

 

Poso toda la mano sobre su vientre, presionándolo ligeramente, embozando una sonrisa triste. Todo su perfil deletreaba tristeza, pues se veía más que taciturno o melancólico, aunque no era como exactamente se sentía. No sabía cómo se sentía, ese era el problema, no sabía qué hacer, cuándo, cómo, no sabía nada, por primera vez no sabía nada.  

 

"Todo sería más fácil si hubiese pasado semanas antes" Se dijo a si mismo. 

 

Días antes

 

Había terminado la, por así decirlo, exposición tecnológica, mostrando los últimos avances de esta. Inflando el pecho con orgullo ante las miradas expectantes y sorprendidas de los espectadores.

 

Terminando con una generosa donación, se retiro sin preámbulos, dejando un aire maravilloso, y, por supuesto a los espectadores con ganas de más.

 

Dando una banal escusa de que se dirigía al baño, rápidamente cambio de dirección, tomando camino a una salida. Sumido en sus pensamientos le paso inadvertido la presencia de una segunda persona. Mas su ignorancia murió rápidamente, pues la ahora reconocible mujer llamó su atención.

 

En un jugueteo de presentación previo, el castaño en cierto momento tuvo que detener a la mujer, que parecía dispuesta a sacar algo de su bolso. Una acción más que inconsciente, pues el castaño no era así de paranoico, o llamándolo de otro modo, impulsivo.

 

-Perdón- Alcanzó a disculparse, soltando el agarre. La mujer prosiguió con su acto, sacando de su bolso lo que parecía ser una foto. El castaño dilucido que así era, cuando la vio con claridad. Un joven se vislumbraba en ella.

 

"Era mi hijo..." Fue el inicio de una breve y concisa explicación, aunque reseñaba ciertos comentarios y detalles importantes.

 

El castaño perdió el hilo del comentario, fijando toda su atención en los ojos de la joven mujer que se encontraba enfrente de él. Estos eran hermosos, mas su belleza se veía opacada por toneladas de tristeza, pues eso era lo que ahora expresaban, una gran mezcla de pena, desconsuelo, aflicción, desdicha, y cientos de sentimientos pesarosos. 

 

El castaño sintió empatía, más de lo que jamás había sentido. Podía sentir una opresión no tan ligera en el pecho, que le robaba un poco de aire. Sus ojos se cristalizaron y sintió una gran sensibilidad, pues se ponía en los zapatos de la otra persona.

 

Como si su sangre estuviese llena colmada se este sentimiento que lo humanizaba y lo enternecía de cierta manera, pudo comprobar en carne propia el desespero y desasosiego de una madre en penumbras. 

 

Poso su mano y todo su brazo sobre su abdomen, en un acto totalmente inconsciente, percatándose apenas de la inusual acción.

 

Un poco de empatía y afinidad lograron abrir sus ojos hacia el otro lado de la moneda, pues ahora veía con detalle el sufrir de personas ajena. 

 

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-Necesitamos que nos controlen- Declaro Tony, hablando impávido, por supuesto, sin sonar del todo tajante.

 

-Lo siento Tony, si veo que una situación se deteriora no la ignoro, aunque a veces quisiera- El castaño volteo la cabeza ante la respuesta, rebuscando para escoger su mejor respuesta.

 

-A veces quiero romperte tus perfectos dientes- Replicó concluyente.

 

-Sé que no somos perfectos... Pero aun somos la opción más segura- No esperó respuesta, y la habitación quedo en completo mutismo.

 

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Explosiones, eran la sensación en los medios, pues en la cúspide de su popularidad, se anunciaban casi matutinamente en las noticias. En su mayoría vagas, pequeñas revueltas, o protestas menores, que no marcaban impresión en el publico insensible, que ya tenían quemado cada atisbo de inocencia o sorpresa.

 

Ningún hecho con la suficiente relevancia para quedar en lo anales de la historia. Nada fuera de lo absurdamente común que la sociedad ya tenía estipulado. Pero algo cambio, ese día si hubo un hecho con relevancia...

 

Los portavoces cabecilla de las múltiples naciones sufrieron un atentado hoy. En una reunión de las Naciones Unidas, una explosión se dio lugar, matando a varios representantes, siendo el Rey de Wakanda T'Chaka uno de los fallecidos. Varios lesionados se rescataron de los escombros, mas las perdidas humanas son cuantiosas[...] Se presume James Buchanan Barnes, o mejor conocido como "El Soldado Del Invierno" Fue el autor del atentado, siendo grabado en la escena[...] T'Challa, hijo del difundo Rey T'Chaka, sucesor del trono de Wakanda, no comento nada al respecto.

 

"No. Bucky no" Fue el primer pensamiento de Tony, quien se encontraba con una sonrisa afable, hasta que la espantosa noticia llego a sus oídos. 

Notas finales:

Bueno, aquí el primer capítulo a petición de una lectora, ya saben, critiquen que me ayuda a mejorar.

Díganme: ¿Les gustó? ¿Alguna sugerencia? ¿Qué le pondrían? ¿Petición? ¿Comentario? Lo que sea, diganlo en un review.

 


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