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Love everything you do [ChenMin/ One-shot] por moon_soo

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Notas del fanfic:

♥ Esto tenía que salir de mi corazón sí o sí ;-; así que, decidí compartirlo.

♥ Agradecimiento especial a mi beta Abril ♥ 

Notas del capitulo:

Es algo super cortito, pero quise hacerlo ♥ este shot nació después de eschuchar Training Wheels y de pronto recordé aquellas escenas de LMR y boom, esto nació. 

Jongdae despertó de aquel profundo sueño, cuando los rayos de sol llenaron su rostro de calor.
Está abriendo los ojos, pero ni siquiera recuerda en qué momento se durmió. Observa con detenimiento el lugar en donde se encuentra acostado, intentando recordar cómo llegó allí y todo lo que puede ver, son árboles.

Descansa en el verde pasto, medio cubierto de un caluroso día.
Y, recuerda cuando gira la cabeza a su derecha y el perfil de Minseok es visible, párpados descansando y respiración suave.
Es su tiempo juntos, el que gastan en una disparatada siesta.
Jongdae levanta su cuerpo, sólo a la mitad, sentado. Y pasea su mano suavemente sobre el torso de su compañero de sueños.

Éste abre los ojos con lentitud, despierta en el mismo estado que él, pero se levanta más rápido.
Ambos están sentados cómodamente en el pasto, se miran, pero no hay ninguna sonrisa.

— ¿Qué soñaste? —Minseok pregunta.
—No lo recuerdo ya. —Jongdae acaricia sus sienes y suspira. — ¿tú? r13;Gira su mirada para poder apreciarlo mejor.


—Soñé contigo.  —Minseok suelta sin más.

Jongdae sonríe, contemplando el rostro ajeno, porque, soñó con él, pero no hay ningún tono cursi en aquella frase, tampoco hay vergüenza.

— ¿Puedo saber más?—Curiosea de cualquier manera.

—Estabas caminando…, pero no sabías el camino. —Minseok responde en un susurro. —Yo abracé tus piernas con fuerza y… te quedaste en ese lugar.

—Eso haría. —Sonríe Jongdae, mientras se pone de pie, tendiendo la mano al otro chico, en señal de que se apresure en abandonar el suelo.

{♥}




Están en medio de un bosque. Alejados de las zonas más concurridas, porque eso hacen las personas que quieren dormir.

En ese lugar no hay más que vegetación y ambos entrelazan sus manos, recorriendo la naturaleza. Es un día hermoso para caminar, respirar y estar juntos.

 

Hay un camino de flores y los ojos de Minseok se iluminan, rompiendo el contacto, caminando en dirección a una rosa blanca, mirándola y mirando de vuelta a Jongdae.

— ¿Recuerdas cuándo fuimos al parque de orquídeas?

—Recuerdo.

—Pensaste cuán estúpido lucía admirando las flores, como si nunca las hubiese visto antes.
—Creo que ya habías visto flores antes.

—Nunca esas. —Suspira Minseok. —Estoy seguro de que, antes de ti, nunca fui capaz de admirar una flor.

 

“Amo todo lo que haces”.

 

 

 

 

 

 

{}

Jongdae sonríe ante la información, ese chico frente a él, la persona que está a su lado.
Sonríe ante el recuerdo de Minseok bailando alrededor de las orquídeas.
Él hace tantas cosas tontas y Jongdae se lo informa, pero el otro lo sabe, sabe lo que hace, le gusta hacerlo porque, de esa manera, Jongdae se lo recordará.


—Minseok, ¿recuerdas la primera vez que fuimos juntos al cine?

El nombrado vuelve a su lado y el paseo continúa.

—Recuerdo.

—Esperamos media hora para ver esa película de moda, con la que todos aseguraron llorar. —Jongdae comienza.

—Te recostaste sobre mis piernas mientras esperábamos la función. —Minseok ríe.

—Y sostuvimos así la conversación, mientras tú mirabas a los lados, avergonzado. —Jongdae ríe ahora.

—Vimos la película y sollocé un poco, presionaste mi mano con suavidad y cuando salimos de la sala, limpiaste mis lágrimas con compasión.
Aquella tarde, caminamos sin rumbo fijo, mis ojos estaban hinchados y rojos, te reíste de mí, pero yo estaba tan feliz…


“Amo todo lo que haces”.

 

 

 

 

{♥}
El tiempo se detiene mediante los recuerdos, Minseok da un vistazo al pequeño reloj en su bolsillo.
No hay segundos avanzando.

Jongdae lo guía por el camino verdoso, hay hierba acariciando las piernas de ambos, mientras éste camina en reversa, con el otro chico siguiéndole.

—Jongdae, ¿recuerdas nuestra caminata bajo la lluvia?
—Recuerdo.
—Dijiste que tu cabello iba a esponjarse. —Jongdae sonríe ante la memoria.
—Arreglé mi cabello, sólo porque me encontraría contigo. —Minseok responde con suavidad.
—El día lucía terrible y caminamos por un sinfín de lugares, estábamos frente a todos, pero frente a mí, sólo estabas tú. —Jongdae deja caer su cuerpo sobre la hierba, ambos descansan una vez más. Y frente a ellos, no hay más que vegetación, aún están sumidos en la profundidad de aquel bosque.
—Caminamos con lentitud mientras los demás buscaban refugio. Y dábamos vueltas en las calles menos transitadas, jugando con las líneas en el suelo… totalmente estúpido. —Minseok, el mayor, recuesta su espalda otra vez.
—Totalmente estúpido el ritmo en mi pecho, nunca antes reí tanto como aquel día. —Jongdae suelta un suspiro.



“Amo todo lo que haces”

 

 

 

 

 

{♥}

—Minseok… ¿recuerdas nuestro primer beso? — El nombrado sonríe ante la memoria y asiente con la cabeza.

—Recuerdo.
—Fue torpe, entre calles ocultas y oscuras, tomé tu mano con fuerza, porque me agrada sostener tu mano. Me miraste y yo a ti. No pude controlar el deseo de besarte.
—Fue perfecto, Jongdae. Lo voy a recordar siempre. —Minseok sonríe.

{*}


Jongdae también lo recordará siempre, porque vale la pena.
Todos esos recuerdos junto a Minseok le hacen sentir, hay un montón de sensaciones, y es maravilloso.
Recuerda tantos momentos de su vida, recuerda el olor exacto de la fragancia de su novio en aquel momento. El color de sus labios y el de sus mejillas.
Conoció lugares extraordinarios, hablaron sin hablar realmente, gastaron tiempo en cosas con poco sentido, y en cosas con mucho sentido, también.
Lleva fragmentos en su mente y todos se sienten reales, siempre.
Es capaz de escuchar la risa de Minseok y su voz, la voz suave de tonos irregulares.

{♥}

— ¿Recuerdas nuestras llamadas telefónicas?—El mayor pregunta con una media sonrisa.
—Recuerdo.
—Duraban horas… recuerdo que nuestras primeras llamadas eran tan infantiles.
Pero, llamabas cuando salía el sol para desearme buena suerte, llamabas al atardecer, para charlar conmigo sobre cualquier cosa y llamabas al anochecer, mientras caminabas de regreso a casa. —Jongdae asiente efusivo.

“Amo todo lo que haces”

 

 

{}

 

Ambos retoman el camino, con lentitud.
Aún no hay otra cosa más que árboles y por alguna razón, el camino parece extenso.

—Minseok… ¿recuerdas cuando nos conocimos? —Jongdae pregunta con una sonrisa.
—Recuerdo.
— ¿Quién diría que teníamos un amigo en común? Nos conocimos gracias a él, pero comenzamos a salir un año después, de manera espontánea, cuando ni tú ni yo estábamos enamorados.

—Aquella situación nos tuvo meses jugueteando. —Minseok comenta.

Jongdae comienza a detener sus pasos con lentitud y su acompañante lo imita, están hundidos entre hojas y el día de pronto suelta una brisa fresca, acompañado de nubes grisáceas.
El verde del bosque se vuelve más intenso.

—Y… ¿recuerdas cómo terminó? —Jongdae pregunta a su mayor. Ojos fijos en la expresión ajena.
No recuerdo.
—Viniste con lágrimas en los ojos y un llanto incontenible. Te disculpaste primero.
Pediste perdón por todas las veces que no reíste junto a mí.
Lo lamentaste por todas esas ocasiones en las que no estuviste feliz con mi compañía.
Me pediste que te perdonara por no ser lo que “tal vez, esperaba”.

—Y dijiste… —Minseok interrumpe. —Dijiste que aquello dejó de ser algo.

—Después de un tiempo, en el que sólo yo me enamoré, mientras tú fuiste feliz entre mis brazos.

Pero tu felicidad se esfumó y yo me desilusioné.





{♥}


—Y… ¿por qué estamos aquí?—Minseok cuestiona con confusión.

—Porque amé todo lo que hacías.



{*}

Jongdae despierta de aquel profundo sueño, cuando los rayos de sol llenan su rostro de calor.
Está abriendo los ojos, pero ni siquiera recuerda en qué momento se durmió. Observa con detenimiento el lugar en donde se encuentra acostado, intentando recordar cómo llegó allí y todo lo que puede ver, son árboles.

Descansa en el verde pasto, medio cubierto de un caluroso día.
Y, recuerda cuando gira la cabeza a su derecha; no hay nadie.

A su derecha descansa el libro que decidió, sería bueno para leer en algún lugar del parque más cercano.

Los días calurosos, Jongdae lo echa de menos, los días en los que el viento se siente bien y la hierba vuelve a acariciar su piel, Jongdae suele echarlo de menos.



Es su tiempo juntos, el que ya no está, pero el que revive en una improvisada siesta.

Notas finales:

Si has leído esto, ¡muchas gracias! :') ♥ 


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