Jin –Pov r
Estaba en cirugía, mis manos envueltas en esos guantes de látex estaban llenas de sangre. Hacía mucho que había perdido el miedo a la sangre. Cocí la herida y entre a la sala a quitarme el traje quirúrgico. Suspire profundamente. No podía sacarme de la cabeza lo que había pasado hace un par de horas atrás. Tenía que arreglarlo a como diera lugar. Camine por el pasillo del hospital hasta entrar en mi consultorio.
Mi celular vibro por décima vez y fue cuando finalmente atendí.
—Discúlpeme señora no he podido contestar antes, estaba en una cirugía importante, ¿necesita algo?-. Solo podía escuchar hipidos y una nariz siendo sorbida.
—Jin...me llamaron del hospital...mi hijo...está ahí-.
— ¿¡COMO!? ¿Qué pasó?- respondí mientras quitaba mi bata y tomaba las llaves del auto saliendo rápido de la clínica.
—N-no sé...pero dijeron que teníamos que ir-.
—Está bien...ya voy en camino...paso por usted y vamos al hospital-.
—Gracias, aquí esperare-. Colgué y maneje a una velocidad rápida pero prudente.
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Aún no podía creer que estuviera aquí parado, en estado de shock, yo un doctor que siempre ha visto esta clase de cosas. Pero no era lo mismo ver a una persona que no conoces, que ver al amor de tu vida.
No sabía qué hacer, mi corazón se rompía en millones de pedazos mientras mis lágrimas salían descontroladamente y mi cuerpo tiritaba. En mi mente solo me repetía ¿Por qué? ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué no te protegí? ¿Cómo pudo pasar esto?
—Por favor tiene que acercarse y reconocerlo-. Me acerque a paso lento ya que mis piernas aun y podían mantenerme en pie.
—Por favor que no seas tú...por favor-. Susurraba una y otra vez hasta llegar a la plancha donde tu cuerpo yacía tendido dentro de una bolsa negra. Bajé el cierre de la bolsa lentamente.
—Jin…querido…dime que no es mi hijo…dímelo-. Me quedé en silencio, mirando fijamente ese rostro pálido, esos labios morados, ese perfil que tantas veces bese y ame. ¡NOOOOO! ¡TU NOOOOO! Me abalancé a tu cuerpo, te abrace con desesperación como si eso te fuera a traer a mi lado. Lloré con desesperación, no podía perderte, sé que te hice daño, sé que por mi culpa acabaste así, todo fue mi culpa. MI MALDITA CULPA.
—Mi amor…perdóname…mi amor no me abandones…Te necesito…-. Insistí aun sabiendo que nada pasaría. Tu madre no podía ni acercarse, había caído de rodillas y solo sollozaba tu nombre. No pude protegerte. Daría lo que fuera con tal de regresar el tiempo y cambiar todo lo que hice, todo lo que te llevo a esto.
Extrañaré tu sonrisa, tu dulce voz, tu risa tan hermosa, esos ojos llenos de vida que me enamoraron, esos labios a los cuales me hiciste adicto, tu hermoso y reluciente cabello con ese aroma tan peculiar que nunca pude descifrar, tu tacto, tu piel tan suave como la seda. Sobre todo extrañare escucharte decirme cuánto me amas, despertar a tu lado, tomar tu mano mientras caminamos.
Jamás me resignare a perderte, nunca podré olvidarte. Sea como sea te alcanzaré mi amor. Te lo prometo.
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Solo espera por mí…….. Jungkook.
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