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Para no caer en tentación por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

Bien, dije que antes del sabado, y aqui esta, al fin. espero que no sufrieran mucho con el capitulo pasado, Muchas gracias a: dinosaurio :v,  LoshiieKTmakoto chan,  kurerublumeLUNA AD, pepi, Melanyz92, Hoshii-Kawaii,  Yun000,  Mina,    Seamisai,   Silvi,  Khialyra ,  Lee Sheep,Valkiria123charlotte_angelghost, a los anonimos (Que nunca se si es el mismo o son varios :P) y a Johanna, que lee mis historias hasta que las termino y no le tocan las gracias.

O Como seguir adelante

 

 

 

… ¿Dónde estoy?  Se siente extraño…

 

¿Qué estaba haciendo yo?... tengo frio.  ¿Tengo que hacer algo hoy? ¿La universidad? ¿Comida en familia? A todo esto ¿Qué día es? ¿Estoy durmiendo? No sé si esta oscuro o tengo los ojos cerrados, no encuentro nada de mí, no sé donde están mis manos, nada…quiero despertar, no me gusta esta sensación de nada.

 

Eizam…— ¿Quién? ¿Ah?... oh, si… yo soy Eizam. ¿Quién me llama? ¿Dónde? ¿Estoy girando para buscarle? No sé, no siento que me mueva. Algo ronda por mi conciencia, algo que me esfuerzo por traer a mi mente, pero solo llega algo, un color… rosa.  A penas logro pensarlo, un punto color rosa aparece en medio de la nada en la que estoy. Rosa, que color tan extraño. No es mi color favorito, no,  yo preferiría un azul, o quizá el amarillo.

 

¿Por qué el rosa esta aquí? Parece que me llenaron de anestesia… recuerdo que ya había sentido esta sensación, ¿o no era yo? Ja, que chistoso punto rosa, rosa en medio de tanto negro. ¿Podre acercarme? Parece que no… uh, espera… algo mas, quiero recodar algo más.  Algo relacionado con el color rosa… ¿una flor?

 

 No…

 

¿Un objeto?

 

Tampoco es un objeto, ¿Qué es entonces? No puedo pensar mucho, ¿ropa? Yo no uso ropa color rosa ¿o sí?

 

Ah, como sea. Se siente demasiado mal pensar, es cómodo solo estar así, en la nada con ese punto rosa… con ese… punto rosa y negro…

 

Rosa y negro….

 

Rosa y negro…

 

¿Quién es rosa y negro? Un nombre, una persona… una persona… una persona, si. Eso es lo que busco, una persona rosa y negro, ¿es importante? Sí, porque mi mente se está esforzando a pesar de que yo no quiero, yo ya no quiero pensar, quiero quedarme aquí. Pensar me duele, duele mucho pensar, hace que me duela todo… la cabeza, el cuerpo, el corazón…

 

¿Quién es rosa y negro? ¿Por qué quiero pensar en ello?  Ya no quiero pensar en él.

 

¿En él? ¿Quién? ¿Quién es él? ¿Estoy llorando? Estoy triste, ya no estoy cómodo en este lugar, pensar en rosa y negro me ha puesto triste, y creo que estoy llorando, aunque no sé donde están mis ojos, ni mis lagrimas.  Estoy llorando por alguien, por pensar en alguien, ¿Quién me hace llorar?

 

Luke… ¿Quién es…? Ah, sí, Luke es mi amigo, pero no es lo que busco.

 

¿Neil?... no, tampoco es Neil

 

¿Clyne?...  me estoy acercando, algo se remueve en mis desordenados recuerdos, algo que tiene que ver con Clyne, aunque no sé quién es Clyne, rosa y negro tiene relación con este nombre. Clyne… no,  no es lo que quiero, pero ya casi.  La imagen de una sonrisa flota en mis recuerdos… una sonrisa… no me gusta esa sonrisa, es muy falsa… no me sonríe, solo se burla… se burla de mi.

 

…Deccal…

 

¿Ah? No, no… para, no me gusta… ¡que alguien detenga este dolor!

 

Deccal…

 

Si, es lo que busco pero duele pensar en él… en él… ¿Qué paso? ¿Por qué duele? Siento que todo se retuerce dentro de mí, todo duele…

 

Y todo viene de golpe a mi mente. Astaroth, Deccal, el infierno, mi deseo, la última vista de Deccal, mi alma… todo, todo gira y gira en mi cabeza, llenándome de aire los pulmones y haciéndome gritar….

 

*

 

*

 

*

 

*

 

Mi grito es lo que me despierta, haciendo que por fin todo el mundo se ponga en orden. Mis ojos se abren, pero no logro ver nada. Todo sigue oscuro, algo esta enredado en mi, mis manos no pueden extenderse.  Aun no paro de gritar, mi garganta duele, pero no puedo parar de gritar.  Algo me toca, ¡no, no! ¡Largo! ¡No!

 

— ¿¡Quinn!? ¿Se encuentra bien? ¿Quinn?— la luz llega de pronto, hiriendo mis ojos. ¿Qué pasa? ¿Dónde estoy?— ¿Tenía una pesadilla?

 

— ¿Eh?

 

— tranquilícese, está todo bien… ¿Me reconoce? Soy Neil…

 

— ¿Neil?— Neil, Neil…

 

— tenía un mal sueño, trate de despertar. Sus lentes…— algo me roza la cara, y todo a mí alrededor cobra sentido. Mi armario, el color deslavado de las paredes, la tenue luz de la ventana. Estoy en la habitación que rento. Mi habitación.

 

— ¿Una pesadilla?

 

— Si… ¿estuvo viendo películas de terror acaso?— el tono monótono, los ojos aburridos y el cabello oscuro… si, es Neil, mi compañero de habitación. Maldición ¿Qué está pasando? Aun no paro de temblar, y me cuesta respirar— ¿Quinn?

 

— lamento… lamento haberte despertado— susurro. Me siento tan perdido que no sé qué más decir— ¿Y Deccal?

 

— ¿Quién?

 

—  Deccal, estuvo aquí por un tiempo, ¿recuerdas? Le invoque accidentalmente y quería llevarse mi alma…

 

— ¿De qué está hablando? Trate de despertar, por favor.

 

— pero… tú conociste a Deccal, ¿no?...

 

— No conozco a nadie con ese nombre,   es muy tarde, trate de dormir un poco antes de irse a la escuela, si se siente mal puede tomar el día libre y quedarse en casa.

 

— Neil ¿no lo recuerdas?— Neil me sigue observando. ¿Qué esta pasando? ¿Todo fue un sueño? No, no debe ser un sueño nada más. Ya no se que es peor, si como estaba antes o esta nueva realidad. Casi en un ataque de pánico, me levanto directo al armario. No se que mas pruebas pueda tener de Deccal que la ropa que conseguimos en el centro comercial.  Si la ropa no esta ahí, si no esta yo voy a…— ¡Si!, Mira, esto lo trajimos hace días, fuimos al centro comercial por todo… ¡Él decía que mi ropa estaba pasada de moda, y a ti te llamaba raro!

 

— Quiin, esto se está poniendo incomodo, despierte pronto por favor. Usted trajo esa ropa hace dos  o tres semanas, nadie más se ha estado quedando en esta casa aparte de usted y yo.

 

— E-eso no puede ser…—  no, no puede ser… ¿Cómo que nadie mas? ¿Por qué Neil no recuerda a Deccal? Yo vendí mi alma ¿no? Y también acepte morir… ¿Por qué sigo vivo? Yo no debería esta aquí, ¿Qué significa esto? ¿Qué?...

 

— ¿quiere que le traiga  un vaso de agua? ¿Llamo a alguien?

 

— estoy… estoy bien… yo…

 

— ¿Quiin?— la voz de Neil suena con un tono de alarma que nunca le había escuchado— ¿Qué le pasa?

 

— yo… yo…— mi voz suena temblorosa, yo estoy temblando. ¿Por qué? Todo se pone borroso otra vez, pero aun puedo ver un poco. Algo liquido cae en mi mano, y entonces me doy cuenta de que estoy llorando.

 

— ¿Qué hago?— las palabras de Neil solo me hacen llorar más, y finalmente Neil me da unos torpes golpecitos en el hombro; ya no tengo ninguna imagen que proteger y aprovecho el gesto de Neil para arrojarme a llorar a su hombro— Quiin…— sé que es incómodo, ridículo, yo me siento así, pero no puedo parar. ¿Qué paso con Deccal? ¿Acaso no cumplieron mi deseo? Quizá consideraron que no era adecuado o algo así, y sin embargo eso no explica porque volví aquí. ¿Por qué volví aquí? La duda me está haciendo perder la cordura.

 

— lo-lo siento…— balbuceo, después de quien sabe cuánto tiempo.  Neil no dijo nada ni se movió, me ha dejado llorar hasta que acabe.

 

— no importa. Pero tengo que ir a cambiarme, entro en una hora a clase y usted tiene que apurarse también.

 

— lo hare… gracias— le digo, soltándolo. A solas en mi habitación aun trato de buscar algo que me diga que Deccal realmente existió y que no es solo producto de un sueño. ¿Cómo podría alguien tener un sueño tan vivido?  Me pongo a recoger la ropa que regué hace un rato, mis libros siguen en el escritorio tal y como los deje la última vez que estuve aquí. ¿Qué día es? Ah, es viernes… esto cada vez tiene menos sentido, justo anoche estaba con Deccal, estaba diciéndole que podría pedir que se quedara conmigo… ¿Cuánto tiempo estuve en el infierno? Me parecieron horas.

 

La calle esta tan llena de personas, tan iluminada que me parece irreal ¿en serio siempre fue así? Suspiro, caminando rumbo a la universidad. Nada parece distinto en las calles, pero yo me siento distinto. ¿Estoy triste? ¿Estoy feliz? No entiendo, no me entiendo. Debería estar feliz porque no morí, porque ahora puedo hacer muchas cosas más, puedo ver a mi familia otra vez… ¿pero dónde está Deccal? El odiaba el infierno, no quería estar ahí… tiene mucha razón cuando dice que nadie querría estar ahí, recordar ese lugar me da escalofríos… y sin embargo, poco a poco se esta desvaneciendo de mis recuerdos.

 

El frio, la oscuridad… es lo único que recuerdo con claridad.  Eso y un suelo hecho de huesos. El recuerdo hace que instintivamente comience a caminar de puntas. 

 

— ¡Eizam!— Luke me hace pegar un brinco cuando aparece por detrás, pasándome un brazo por los hombros— ¿en qué estás pensando, hombre?— dice, riendo al ver mi reacción.

 

— nada.

 

— ¿estás bien? te vez pálido, y tienes unas tremendas ojeras. Pensar en Shannon  toda la noche es malo.

 

— estoy bien, y no estuve pensando en Shannon— respondo, serio. ¿Luke tampoco recuerda a Deccal? ¿Olvido que llegue casi llorando a su casa hace una semana?

 

— pues no parece. Oye, tengo unas dudas en las formulas de la clase de ayer, casi no pude hacer la tarea ¿me ayudas?

 

— S-si—  cuando entramos al salón, Luke se pone a sacar sus cosas y hablar sobre lo difícil que están las fórmulas que teníamos que hacer.

 

— ¿Eizam?

 

— ¿eh?

 

— ¿Qué estás viendo? No hay nadie en el fondo del salón

 

— ya lo sé— murmuro, decepcionado. Todas las sillas están vacías, el salón está en silencio. No hay comentarios sarcásticos ni canciones de rock pesado— Luke, ¿Recuerdas a Derik?

 

— ¿a quién?

 

— Derik…

 

— no conozco a ningún Derik.

 

— ah, ya veo, olvídalo— no conoce… parece que todo el mundo olvido todo lo referente a Deccal, es como si nunca hubiera existido, como si se lo hubiera tragado la tierra. Y quizá eso paso, literalmente.  Esto es como un mal chiste… las clases normales, los alumnos normales, como si en las últimas semanas no hubieran estado babeando por el auto que Deccal robo de algún lado.

 

¿Qué se supone que tengo que hacer ahora? ¿Seguir mi vida como si nada? Me parece tan difícil… pero ¿Qué más puedo hacer? Todo indica que esto no fue más que un sueño, una invención mía y eso debería hacerme feliz, pero no lo estoy.

 

¿Y si no fue un sueño?

 

¿Y si Deccal sigue encerrado en el infierno?

 

¿Por qué me perdonaron la vida?

 

¿Ya no tengo alma?

 

Tantas preguntas, y no hay nadie que me las responda. 

 

 

 

 

 

 

 

Han pasado cuatro días desde que desperté llorando creyendo que estaba vendiendo mi alma en el infierno. Aun no sé si estaba soñando o en verdad  paso todo eso. He preguntado a muchos más estudiantes si recordaban al chico que traía ese auto moderno, pero nadie lo recuerda.  Ni siquiera Neil recuerda a Derik, ni mi familia. Les llame llegando de la escuela ese primer día, y tuve que hacer mucho esfuerzo para no ponerme a llorar en medio de la llamada. Pero no, nadie recuerda a Deccal, nadie sabe quién es Derik.   Siento que estoy por volverme loco, me cuesta dormir en la noche, tengo pesadillas que no puedo recordar en la mañana pero que me hacen despertar sudando y temblando y hacen que no pueda conciliar el sueño hasta mucho rato después, casi no tengo hambre.

 

— Quiin ¿no quiere ver la película?— Neil está en la sala, con Clyne sentando a un lado de él y con una bolsa de palomitas. 

 

— no gracias. Iré a mi habitación.

 

— últimamente no sale mucho de ahí, debería salir a dar una vuelta. Cuando pasa mucho tiempo encerrado puede enfermarse.

 

— Gracias— respondo, pero no quiero salir, no quiero ir a ningún lado, no me siento cómodo en ningún lado y es imposible sacarme de la cabeza a Deccal.  Aun quiero que de pronto aparezca en mi habitación, escuchando música fuerte, sonriéndome burlonamente y diciendo tonterías sobre cualquier cosa.  Nunca pensé que a mi vida le faltara algo… ¿así es cuando te gusta alguien? Creía que solo era atracción sexual.

 

— Espera…— la mano de Clyne me detiene a dos escalones de llegar al piso de arriba. No le he escuchado venir, pero no es raro, últimamente no estoy muy atento a lo que pasa a mí alrededor. 

 

— ¿pasa algo?

 

— bueno, aunque no lo admita, sé que Neil está preocupado por ti.

 

— estoy bien.

 

— no parece… hay algo que he querido preguntarte, pero no he tenido oportunidad ¿Qué paso con ese demonio?— sus palabras me hacen despertar, casi ni me importa arrojarme contra él y sujetarle de la camisa para sacudirle.

 

— ¿Lo recuerdas? ¡¿Sabes quién es?!

 

— Si… tranquilo…— Clyne me sujeta, liberándose— pensé que era extraño cuando llegue y no sentí nada, luego cuando le pregunte a Neil, él no sabía nada…

 

— tú sabes, tú lo recuerdas… tú…

 

— ¿estas llorando? Oh, dios, oh dios…. Por favor deja de llorar— él lo recuerda, no fue un sueño… no estaba soñando, todo fue real… Deccal estuvo aquí, ¿pero dónde está entonces? ¿Por qué no está aquí?

 

— lo siento… es que no se nada, todos lo olvidaron… pensé que estaba volviéndome loco. No sabía que hacer…

 

— ¿Por qué se fue? ¡No me digas que vendiste tu alma!— esta vez es él quien me sujeta.

 

— No… bueno…— murmuro, secándome las lágrimas. Últimamente parece que puedo llorar por cualquier cosa. ¿Puedo confiar en Clyne? Es la única persona que podría entender— es un poco largo… te contare en la habitación.

 

— Bien— murmura, dudoso y dando una mirada hacia la sala. Es imposible ver algo desde aquí, pero no es difícil saber que piensa.

 

— solo serán unos momentos— y lo hago, en la habitación, con la puerta cerrada le cuento todo, como inicio, como seguimos, sus palabras… mi deseo tonto, la llegada de esa chica, la aparición de lord Astaroth. Clyne casi se pone como loco cuando le digo que conocí a lord Astaroth.

 

— Es increíble— me dice, cuando termino— eso explica porque nadie más se acuerda. Las cosas regresaron a cómo eran antes, cualquier rastro de lo que hizo se esfumo

 

— Pero tú puedes recodar— señalo.

 

— sí, porque tengo mis trucos. Sería difícil si los demonios nos borran la memoria cada vez ¿No crees?

 

— entonces Deccal sigue en algún lugar, por ahí.

 

— yo creo que sí. Alguien invalido tu deseo, por eso estas aquí.

 

— ah… debo… debo buscarle. Aun puedo hacer algo, y… ¡Ah! El libro de Luke— ¿Cómo no se me ocurrió antes? Es tan sencillo que casi me da risa cuando me levanto para ir ahora mismo a la casa de Luke— solo le invocare de nuevo y…

 

— Eizam— Clyne me toma la mano antes de que salga, su tono es muy serio— ¿estás dándote cuenta de lo que dices?  Estas vivo solo por un milagro, y ¿quieres volver a desperdiciar tu vida? No. Lo siento pero no te dejare. Además, no podrás invocarle otra vez.

 

— ¿Por qué no? ¡Lo hice una vez!

 

— sí, y tienes que hacerlo exactamente igual, las mismas palabras, los mismos gestos, entonaciones. Y aunque lo logres, no será él quien venga. Hay cientos de demonios a los que puedes traer. No te dejare.

 

— pero…

 

— Eizam, mejor olvida todo. Disfruta tu vida y continúa adelante.

 

— Pero…

 

— sé que te encariñaste… pero es lo mejor. Vamos, te vi poner a raya a ese demonio por todo este tiempo, podrás superar esto así que prométeme que no volverás a invocar a ningún demonio— con los ojos llenos de lágrimas, no me queda más que asentir, porque si hablo, me pondré a llorar. Es muy feo cuando tienes una esperanza y esta se evapora con la misma rapidez que llega. Sé que Clyne solo lo hace por mi bien, y es verdad que ahora que estoy aquí ya no quiero morir.  Clyne me sonríe, apoya su mano en mi hombro una vez y luego sale de mi habitación. Encariñarme… siento que se queda corto, tal vez me enamore. 

 

Suspiro, dejándome caer en la cama. Clyne tiene razón, no hay nada más que yo pudiera hacer, por mucho que me haga sentir mal esto, lo mejor será hacer como todos y fingir que nunca me encontré con un demonio, ni que vendí mi alma para dejarle  libre. No puedo pasarme la vida pensando en Deccal.

 

Y así, logre pasar una semana más. En la escuela tuve que esforzarme más para concentrarme en la voz del profesor y no en el silencio del salón; Clyne pasó toda la semana en la casa, e incluso se quedo a dormir en la habitación vacía, o eso quiero creer. Se que estuvo atento a que no rompiera mi promesa, pero sus palabras me quitaron toda esperanza: No es seguro que  sea él quien venga, y si no es él, no tiene caso. No es difícil volver a la normalidad e incluso las pesadillas poco a poco se van alejando. Hoy de nuevo esta lluvioso, hace frio, y no hay más ruido en la casa.

 

—… Eizam…— ¿eh? ¿En que momento me dormí? ¿Estoy soñando de nuevo? Algo frio toca mi mejilla—  oye, no tengo toda la noche…— de nuevo esa sensación helada en mi mejilla. Espera… no es un sueño.

 

— ¿Qué?..— me siento, mirando a todos lados, tratando de saber si estoy soñando o no.

 

— pero que tonto… tus lentes— el tono…

 

— ¡Deccal!

 

— ¿a quién más esperabas? O, espera ¿esperabas a alguien? ¿Tan pronto te olvidaste de mí? Harás que me ponga celoso— rápidamente me pongo los lentes, y la emoción de saber que esta aquí se diluye cuando le veo. Cabello rosa, chaqueta negra a juego con los cuernos y la cola. Deccal sigue siendo un demonio— ¿Qué pasa con esa cara?

 

—Tú… tú eres un demonio…— le digo, observándolo sentado en la silla del escritorio girada hacia mi.

 

— ah, sí. Tu deseo. ¿Sabes que ahora eres el humano más idiota de este planeta? Armaste una buena allá abajo.

 

— No es justo, ¡Lord Astaroth dijo que cumpliría cualquier cosa!— Deccal suelta una risa. Parece todo tan normal.

 

— eres tan tonto. Deja te explico, que no tengo toda la noche…

 

— Espera ¿vas a irte?— murmuro, sintiendo una fuerte desilusión.

 

— Si…— Deccal se pone serio e incluso parece incomodo— te dije que armaste una buena allá abajo, tu deseo causo un altercado… se reunieron todos los regentes, e incluso creo que fueron con Lucifer. Vamos, si hasta los de arriba intervinieron.

 

— ¿los de arriba?

 

— Arcángeles. Se discutió por horas— Deccal comenta todo con diversión, como si ese altercado fuera cosa de orgullo al final logre hacer que Astaroth me escuchara y anulara tu deseo.

 

— No es justo…— murmuro, como un niño pequeño en medio de un berrinche.

 

— aun no acabo. Al final dijo que no podía, y se llego aun acuerdo. Tu deseo se cumplirá, si, pero tengo que ser yo quien se gane los meritos. Tendré que hacer las cosas bien por… un tiempo. No se cuantas almas más tenga que llevar al infierno, pero… cuando acabe, seré tan humano como tú… no tendrás que vender tu alma.

 

— ¿De verdad?— sonrió, las cosas no salieron tan mal.

 

— no podré estar aquí.

 

— ¿Qué? ¿Por qué?

 

— ordenes de lord Astaroth. Me dejo venir solo porque le dije que ocupabas que te explicaran lo que paso— suspira, apartándose algunos cabellos rosas de la cara— pediste un deseo muy idiota.

 

— es mi deseo. Me gustas, y quería estar contigo…

 

— lo sé. No puedo sentir lo  mismo que tú.

 

— ¿No estas feliz porque dejaras todo?— debería ¿no? Es lo que ha querido. 

 

— No sé. Supongo que los humanos lo llaman emoción, quien sabe. Como sea,  me han dicho que no recordare nada de lo que paso… tampoco te recordare a ti.

 

— ¿Qué? No, no… eso no es lo que quería.

 

— Debiste ser específico, idiota—  eso no se vale… ¿entonces que sentido tuvo todo esto?— tu moriste porque yo fuera humano, de igual modo no iba a estar contigo.

 

— yo quiero estar contigo…—ah, no… de nuevo estoy llorando.

 

— hey… mira… las cosas no saldrán como quieres si hablas con un demonio. No se donde me mandaran cuando sea humano, ni si me encontrare contigo otra vez.

 

— No…— balbuceo, llorando más fuerte— no quiero esto.

 

—  Si todo esto es tú culpa…

 

— yo solo quería ayudar.

 

— ah… supongo que tengo que darte las gracias… no voy a desperdiciar tu deseo, trabajare duro y al final me convertiré en humano— murmura, no sé si con  vergüenza o algo así.

 

— Pero… ya no… ya no te voy a ver— es tan injusto… después de todo lo que paso, y ni siquiera sabré si las cosas salen como esperaba

 

— No…—la cama se hunde cuando Deccal aparece a un lado mío. Sus manos heladas sujetan mi rostro, limpiando las lágrimas— Así que lo mejor es que te olvides de todo.

 

— ¿Por qué? No quiero…— gimoteo, esto es tan injusto… no quiero.  Me desconozco, pero no me importa, se que  estoy haciendo solo un berrinche, que me olvide del motivo principal de mi deseo, pero yo solo quiero estar con Deccal.  Deccal suspira, un suspiro cansado, y luego me besa, uno de esos besos que me roba el aliento.

 

— no detengas tu vida por mi. No me busques, tu solo sigue con tu vida. A nadie se le ocurre desobedecer una orden de lord Astaroth, así que  todo irá bien.

 

— ¡¿Cómo va a estar bien si no te voy a ver?!— Deccal ríe y me besa otra vez.

 

— Quien sabe. Dejémosle eso a los de arriba— su risa me hace sonreír— Supongo que es momento de irme— no quiero, no quiero que se vaya, quisiera detenerle, pero… poco a poco la razón vuelve a mi. Deccal estará bien, será un humano. Es triste que no nos veamos pero ¿acaso no estaba yo bien con la idea de morir? Esto es mucho mejor, y como el dice, quizá en algún momento nos volvamos a encontrar. Las lágrimas se agolpan  en mis ojos, y no las puedo ni quiero detener.  Estoy triste, estoy feliz… la persona que quiero se ira, pero será para algo bueno, no nos veremos mas, quizá si… Ahora, todo depende del destino.

 

— bien…

 

— Oye, no vuelvas a invocar a demonios.

 

— no lo hare…

 

— y dile al exorcista que cuide a su chico.

 

— lo hare…

 

— Me hubiera gustado hacerlo una vez más contigo— Deccal me sonríe, su sonrisa burlesca es lo ultimo que veo antes de que desaparezca.

 

Y esa fue la última vez que vi a Deccal…

Notas finales:

Amm, cuando termine este capitulo, Honey tuvo algunas dudas, y releyendo intente arreglar las cosas que quedaban confusas, asi que espero que se entendiera, si no, con gusto aclaro las dudas en comentarios ^^

 

Bueno, llegamos al final de otra historia, muchas gracias por leer hasta el final y dejarme sus comentarios, ^^, esperoq ue les gustara y si quieren seguir leyendo mis historias, actualmente estare publicando -Cuando decir "Te quiero" no es posible- que tendra su actualizacion el sabado. Pronto tambien estare publicando otro fic, pero mas adelante dare los detalles.

 

Gracias por leer ^^


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