DURANTE LA PIJAMADA
Sunset Shimmer… Las cosas que la chica de cabello naranja decía… la manera en que sus pensamientos coincidían… todo lo que tenían en común… ¿Por qué no podía sacarla de su cabeza? ¿Por qué se sentía tan confundida? Por un lado estaba Flash Sentry, el chico más guapo y popular de Canterlot High, le gustó desde el primer momento en que lo vio, eso no podía negarlo y verlo era una de las cosas que más le emocionaba de volver, pero la actitud prepotente del chico los últimos días, aun sí estaba bajo un hechizo, el hechizo en sí no te volvía malo y grosero, sacaba lo peor de ti. Lo que Twilight había visto era lo peor de Flash Sentry y vaya que era malo. ¿Qué tanto sabía de él realmente? Salvo que era guapo y le gustaba la música, no sabía nada más. Por otro lado estaba Sunset Shimmer, a ella sí que la conocía, en poco tiempo se veían hecho amigas y en muchos aspectos incluso se veía reflejada, el cambio tan radical que había experimentado, el como toda la maldad que habitó su corazón algún día se convirtió en bondad pura, la nobleza que se veía en su mirada, el arrepentimiento por todo lo que hizo, la amabilidad que mostraba con ella, incluso parecía que Sunset era más amable y dulce con Twilight que con el resto, pero había algo más, había algo en la mirada de Sunset Shimmer que le hacía perderse en ella, no era sólo el hermoso color de sus ojos, o la calidez que transmitía, o cómo la miraba, era algo más…
Por si fuera poco, tenía un contra hechizo que escribir y ni una sola idea en la cabeza, esa chica la distraía tanto…
No muy lejos de ahí, a pocos metros de hecho, Sunset Shimmer miraba el cielo estrellado a través de la ventana. No sabía absolutamente nada acerca de la amistad, es por eso que se sentía tan confundida. ¿Era amistad lo que sentía por Twilight cada vez que la veía? ¿Era amistad esas fuertes ganas de abrazarla y besarla? ¿Era amistad saber que su principal razón para mejorar y ser buena era Twilight? Cualquiera pensaría que todo empezó ese mismo día, cuando se volvieron a ver, pero en realidad todo empezó el día que robó su corona, sí, es verdad, trató de derrotar a Twilight y hacerla sufrir tanto como fuera posible, pero estaba tan cegada con su sed de poder que no pensaba en nada más, sin embargo cuando robó la corona, por breves segundos, al ver a Twilight dormir, algo surgió en su corazón, ese algo creció cuando Twilight la perdonó por todos sus crímenes y le dio otra oportunidad, desde ese momento no había hecho más que pensar en ella. Sunset jamás había sentido algo como lo que sentía ahora por Twilight, ni siquiera por Flash, realmente a él sólo lo usó por ser el más popular, pero el chico no era realmente una víctima, él disfrutaba de los beneficios de ser el novio de la dueña de la escuela. Por Twilight, en cambio, sentía tantas cosas, cosas que no sentía por el resto de sus amigas, era por eso que no se explicaba qué rayos pasaba con ella.
Sunset estaba tan sumida en sus pensamientos que no había notado la ausencia de Twilight sino hasta que la buscó con la mirada para observar su apacible rostro al dormir. Fue a la cocina en su búsqueda.
─ Hola Twilight ─ La voz de Sunset distrajo a Twilight de sus pensamientos, miró hacia la puerta y vio dibujada su hermosa silueta, hasta en pijama lucía bien ─ Ya es tarde.
─ Estoy haciendo el contra hechizo, sólo tenemos una oportunidad y tiene que ser perfecto ─ explicó la chica del cabello morado sin saber bien por qué.
─ Somos muy afortunadas de tener aquí ─ Comentó Sunset con una sonrisa, Twilight hizo todo cuanto pudo por reprimir la sonrisa y el sonrojo.
─ Es lo que todas dicen ─ respondió Twilight dándose cuenta de que el comentario sólo se refería a su ayuda mágica y no a algo más.
─ Debe ser lindo que todos te busquen para hallar respuestas a sus problemas en vez de esperar a que causes un problema. ─ Comentó Sunset con aire melancólico. Para Twilight, más que lindo era abrumador.
─ No porque todos esperen algo de ti quiere decir que todo saldrá bien… ─ Aceptó Twilight, sabiendo que tal vez el hechizo fuera un fracaso.
─ Pero eso no evita que esperen lo mejor…─Dijo Sunset casi adivinándole el pensamiento.
─ Lo cual complica todo porque lo último que quieres es… ─ Parecía que estuvieran pensando lo mismo, en la misma sintonía.
─ Decepcionar a todos… ─ Respondieron al unísono, sonriendo al darse cuenta de la situación, casi cargada de romance.
─ Mejor me voy a dormir ─ dijo Sunset sin saber que más decir y un poco asustada por el rumbo de sus pensamientos ─ Buena suerte con el contra hechizo… no es que la necesites, debe ser fácil comparado con las cosas que haces como princesa en Equestria
─Sunset Shimmer… ─ Twilight decidió que era el momento de averiguar que pasaba. La chica, que ya estaba en la puerta, se giró ─ Sunset yo…
─ ¿Sí, Twilight? ─ ¿Por qué rayos la ponía tan nerviosa esa mirada?
─ Mencionaste hoy que nunca te gustó tanto Flash… ─ la mirada de Sunset dejó ver algo de decepción al escucharla ─ ¿Es qué te gusta alguien más? ─ Twilight rio con nerviosismo, en un intento de restarle importancia a tan importante cuestionamiento y de justificar el sonrojo que se apoderó de su rostro.
─ Twilight… ─ Sunset sí que se enfrentaba a un dilema… decir la verdad bajo riesgo de perder su amistad, o ser sincera y arriesgarse, tal vez, sólo tal vez, ambas sentían lo mismo.─ A mí, creo… creo que me gusta alguien más.
─ ¿Crees? ─ Preguntó Twilight extrañada, sería posible que Sunset estuviera pasando por una situación similar de confusión.
─ Es que no sé qué me pasa, creo que no sé mucho ni del amor ni de la amistad, creo que tanto tiempo de maldad me ha oxidado el corazón ─ respondió Sunset con frustración ─ Sólo sé que cuando la veo quiero abrazarla y besarla, que es por ella que quiero ser una mejor persona, que desde que la vi algo surgió en mi corazón, que ya no puedo más con esto que siento… y si no te beso en este momento, Twilight, voy a enloquecer.
Sunset no esperó una respuesta, mientras empezó a hablar todo le quedó claro, sí, le gustaba Twilight, más que eso, la quería, y no pensaba retroceder después de haber llegado tan lejos. Eliminó la distancia que las separaba, la tomó entre sus brazos y se permitió observarla un segundo, Twilight la miraba con un brillo deslumbrante en la mirada, con determinación pero timidez, y un sonrojo cubría sus mejillas dándole un tono precioso a su piel, acercó sus labios a los de ella y la besó, había tanto en ese beso, tantos sentimientos que por fin tenían salida, para Sunset, al igual que para Twilight, ese beso resolvió todas las dudas y confusiones, claro que no era amistad, era algo más mágico e incluso más poderoso, Sunset rodeó la cintura de Twilight con sus brazos, después de tanto tiempo de estar lejos, después de tanto desear ese momento, quería sentirla tan cerca como pudiera. Twilight por su parte le echó los brazos al cuello, ella también quería tenerla cerca. El beso era dulce, tierno, podría decirse que hasta inocente, pero escondía también pasión e intensidad, escondía deseo y necesidad, escondía sed de descubrimiento, y es que mientras más se besaban más necesitaban de los labios de la otra. Se separaron en busca de aire y un poco de calma.
─ Te parecerá una locura Twilight, pero mi departamento está a unos minutos de aquí… si tú quieres podríamos ir, y no sé, es que cualquiera podría bajar en cualquier momento… ─ Sunset se sentía algo torpe con las palabras después de tanta emoción.
─ Vamos ─ dijo Twilight por toda respuesta, a veces vale la pena hacerle caso a tu corazón sin importar lo que el cerebro grite en ese momento.
Sunset garabateó una nota explicándole a sus amigas que ella y Twilight habían ido al departamento a conseguir unas cosas mágicas que tenía guardadas, dejó la nota en el refrigerador.
Salieron de casa de Pinkie tomadas de la mano, olvidando que sólo vestían pijama, durante el corto trayecto al departamento de Sunset ninguna dijo nada, y es que no hacía falta, lo que sentían parecía no poder explicarse con palabras.
─ Bienvenida a mi humilde hogar ─ dijo Sunset, con ironía, puesto que aunque por fuera parecía un cuarto pequeño y barato, por dentro de humilde no tenía nada, era un hermoso y espacioso departamento, con muebles muy modernos y una decoración de muy buen gusto, seguramente había magia implicada en él, pero en esos momentos era lo que menos importaba a Twilight, esta vez fue ella quien tomó la iniciativa y besó a Sunset, dejando salir la intensidad que hace unos minutos había reprimido por temor a que todo fuera sólo consecuencia de la emoción del momento. Twilight pudo sentir como Sunset sonreía contra sus labios, como sus manos se olvidaban de permanecer quietas y empezaban a explorar su anatomía, las manos de Sunset viajaban de su caderas a su espalda sin descanso, Twilight jamás se había sentido tan feliz, tan completa, tan amada. Las manos de Sunset se metieron bajo su ropa, tomándola por sorpresa pero despertando en ella nuevos y más intensos deseos.
─ Sunset… estoy nerviosa… jamás he hecho… tú sabes… ─ Twilight había ido al colegio en Ponyville, y sabía qué hacían una pony y un potro, pero no tenía idea de que hacían dos hembras pony, y mucho menos dos chicas humanas.
─ Tranquila ─ le respondió Sunset con una sonrisa angelical ─ yo tampoco lo he hecho antes, pero estoy segura de lo que siento por ti, y se me ocurren muchas cosas para demostrártelo… y para hacerte disfrutar.
Twilight se sonrojó por completo ante tal comentario, y notó una extraña sensación electrificante nacer debajo de su abdomen y recorrerle todo el cuerpo, no sabía bien que tenía que hacer, pero sin duda quería que Sunset la hiciera disfrutar y le demostrara lo que sentía.
Sunset se encargó de quitarle la blusa, y descubrió que bajo esa prenda sencilla y conservadora se escondía un lindo sostén rosado que resguardaba dos tesoros. Todo parecía indicar que los sonrojos de Twilight no se irían en toda la noche, y en el fondo a Sunset eso le encantaba, la hacía ver tan dulce y adorable que le resultaba imposible no besarla, pero esta vez el objetivo no eran los labios de su amada, besó con delicadeza el suave cuello de su compañera, Twilight se estremeció ante el contacto, se sonrojó aún más y un suspiro salió de sus labios, Sunset estaba fascinada con las reacciones de Twilight así que siguió deleitándose con ese cuello que llevaba tiempo ansiando besar, sus manos en cambio querían conocer cada parte del cuerpo de Twilight, como si quisiera trazar en su mente todo un mapa de sus curvas, tal vez pareciera demasiado atrevida tocando ciertas zonas, pero quería seguir conociendo su cuerpo, y a su amada parecía gustarle. Entre los besos y caricias Sunset se encargó de que ambas terminaran al borde de la cama, donde le bastó un movimiento para recostar a Twilight, que la miraba expectante, deseando más, sin saber qué exactamente. Sunset se quitó la parte superior del pijama y acorraló a Twilight en la cama, sosteniéndose únicamente con los brazos y las rodillas.
─ Sunset Shimmer… ─ exclamó Twilight en un susurro, maravillada por la vista, Sunset era realmente hermosa, sus labios estaban ya ligeramente enrojecidos por tantos besos, su cuerpo se veía saludable, con una cintura marcada y unos pechos grandes, pero no era ninguna de esas cosas físicas lo que la enloquecía, era la manera en que Sunset la miraba lo que le provocaba tantas cosas, eran esos ojos los que la hacían perder el control y convertirse en una Twilight completamente diferente.
El resto de sus prendas salieron volando pronto, mientras sus cuerpos se unían en uno solo y sus manos exploraban cada centímetro de sus cuerpos, besándose, acariciándose, demostrándose lo que sentían tal y como sentían que debían demostrárselo. Para las dos era una experiencia nueva, inesperada e intensa, pero no era sólo eso, no se trataba sólo de experimentar, se trataba de hallar la manera de expresarse todos esos sentimientos que no encontraban como poner en palabras: cada beso era un "te quiero", cada caricia era un "te necesito", cada suspiro un "yo también te quiero", cada estremecimiento un "yo también te necesito"; hasta que ambas llegaron al punto máximo de placer, sintieron desvanecerse todo a su alrededor y sintieron sus cuerpos estallar en miles de sensaciones, y los "te quiero", los "te necesito" y los "yo también…" se transformaron en un "Te amo".
Esa noche Twilight se entregó a Sunset sin temores y con todo el amor y la pasión que guardaba en su corazón, Sunset también se entregó a ella demostrándole así todo lo que sentía, y haciéndola disfrutar, tal como había prometido.
No hubo preguntas, dudas, ni inseguridades, esa noche Sunset y Twilight conocieron una magia más poderosa que la magia de la amistad. Conocieron la magia del amor. Estaban listas para enfrentar cualquier mal, cualquier obstáculo, cualquier contratiempo, lo harían juntas, siempre juntas.
FIN