RITSU POV
La salida del alba anunciaba el inició del día. El despertador no hizo esperar su entrada y comenzó a sonar. Súbitamente en un movimiento algo torpe, logré desactivar el molesto ruido que emanaba ese horrendo aparato. Abrí mis ojos con algo de pereza, me senté en mi cama y estiré mis brazos. Al percatarme de la hora que era, me levanté y me miré al espejo. “¡Joder, siempre ando fatal a estas horas!” Fue lo que pensé al verme en esas fachas, algo despelucado y con un pequeño sonrojo en mi cara.
Me metí al lavabo, dejé que el agua de la ducha cayese hasta que estuviese a una temperatura agradable. Ingresé y empecé a limpiarme. No me demoré en bañarme, con lo cual pude sentirme más tranquilo.
Me puse mi típico atuendo que constaba de un gabán café, unos jeans algo viejos y una bufanda que había adquirido en mi viaje a Nueva York. Luego fui a la cocina y comí lo primero que encontré.
Me di cuenta que dentro de poco tenía que estar en mi trabajo, así que partí hacia allá. Caminé con cierta rapidez hacia la estación. Allí esperé al tren de las siete de la mañana. Cuando dicho transporte llegó, la multitud de gente que quería ingresar, era más de la que el mismo tren aguantaba, con lo cual, el viaje no fue muy cómodo.
El trayecto de por sí es largo. Debido a que vivo en Niigata y mi lugar de trabajo queda en Tokio. Al bajarme del tren me di cuenta que era las 8:20 a-m. Tenía que estar en mi trabajo a las 8:30, así que aceleré el paso y llegué al colosal edificio de la revista.
Entré si ningún tapujo y me dirigí hacía el elevador. Apreté el botón del octavo piso, donde quedaba mi oficina. Antes que la puerta se cerrase, me encontré con mi amigo Ijuuin Kyo.
-Espera-dijo mientras abría la puerta del ascensor
-Oh, Kyo eres tú, perdón, no te había visto-dije
-No te tienes que disculpar Ritsu, no es tu culpa. La verdad llegué algo tarde, de cierta manera me lo merecía-sonrió.
-¿Vas a tu oficina?-preguntó con cierto nivel de curiosidad.
-Sí, ando lleno de trabajo, ya sabes, últimamente no han parado de llegar primicias a la revista-contesté
-Vale, tal vez pase por tu sección hoy, tengo que entregar la ilustración que me pidió Haitani-dijo. –Además me debes una salida a cenar-agregó con una sonrisa pícara.
-E-Eh v-vale-dije con un poco de nerviosismo. Desde hace un par de semanas Ijuuin me ha invitado a varios sitios. Es un gesto amable por parte de él, pero me da pena que no me deje que pague mi cuenta.
-Ya llegamos a tu piso, no olvides la salida de hoy. ¡Se me olvidaba felicitarte por el reciente ascenso!-dijo
-Gracias-dije con un pequeño sonrojo en mis mejillas. Paulatinamente salí del ascensor y me despedí con mi mano.
Tomé aire y me dirigí a mi lugar de trabajo. Allí me encontré con el editor en jefe Haitani Shin. Por lo visto no había dormido bien, ya que contaba con unas ojeras que resaltaban.
-Buenos días Shin, perdón por llegar algo tarde-dije mientras daba una pequeña reverencia.
-Buenos días Onodera, el jefe te quiere ver, está en su despacho-afirmó.
Dejé mi maletín en mi puesto y me dirigí hacia la oficina del jefe. La cual, por suerte mía se encontraba en ese piso. Un millón de preguntas fueron pasando por mi cabeza, desde un despido, hasta un trabajo de esos que la gente no tomaba por nada del mundo. Toqué la puerta y sentí la ronca voz del jefe que daba permiso de que accediera a su despacho.
-Buenos días Isaka-san, ¿me necesita?-pregunté
-Buenos días Ritsu, la verdad es que sí. Mira, como bien sabrás, últimamente se han dado varios casos de desapariciones y asesinatos en el bosque Aokigahara y me gustaría que investigases en ese lugar-contestó.
-Pero señor, la policía dejó en claro que eran casos de suicidio, no le veo el sentido aclarecer algo que ya está aclarado-afirmé
-Ritsu, eres tan ingenuo. Si te fijas bien, una persona que se quiere suicidar no aparecería con esas marcas en su cuerpo. Es claro que no es un suicidio. Debe haber un psicópata en serie-afirmó.
-Claro y me quiere mandar a mí a la boca del lobo, ¿no es así?-pregunté con cierto sarcasmo.
-No lo digas como si fuera mala persona. Sabes, eres el único que tiene las capacidades para resolver el caso. Fuiste el mejor en la academia y en lo que llevas aquí has mostrado gran potencial.
-Me halaga con sus comentarios, pero ¿dónde dormiré? Sabe perfectamente que el paso a ese bosque está prohibido y mi casa queda lejos del lugar. Y la investigación no saldrá en una tarde-agregué.
-Eso ya lo tengo solucionado. Hablé con un viejo amigo, Takano Masamune, el tiene una residencia muy cerca del bosque. Y permitió que usted se quedase en su morada-afirmó.
-Me da algo de pena abusar de la amabilidad de su amigo-susurré
-No seas idiota. Él me dijo que no había problema con eso. Su mansión cuenta con más de 20 habitaciones y únicamente vive con sus siete hermanos. Le quedan 12 habitaciones sin usar, no te preocupes por eso.-afirmó.
-Está bien…-dije algo poco convencido. –Y ¿cuándo me tengo que ir?-pregunté
-Mañana mismo, en vez de venir aquí, irás a esta dirección-dijo mientras me entregaba el papel con el nombre del sujeto y la dirección.
-Vale, muchas gracias, cuente con ello-afirmé mientras me retiraba del recinto.
Regresé a mi oficina y allí terminé la crónica que había hecho. Llamé a Haitani, para que la revisara. El pelirrojo se acercó y empezó a leer con una gran sonrisa mi crónica.
-Veo que Isaka-san tenía razón, eres muy bueno en esto-dijo mientras revolvía mis cabellos.
-Gracias, la verdad no tiene que tomarse esas molestias-afirmé
-No son ningunas molestias. Me gusta felicitar a la gente así de emprendedora, como tú-dijo. –Y bien, ¿qué era lo quería Isaka-san?-agregó con una sonrisa.
-Me toca cubrir los casos de los desaparecidos de Aokigahara-afirmé cabizbajo
-Es algo chungo, pero sé que lo harás bien. Échale ganas y verás que serás la primera página de la revista-agregó con una sonrisa
-Tienes razón Shin. Gracias por las palabras-afirmé.
El trascurso del día fue igual que siempre. Me tocaba redactar noticias, crónicas, y todo tipo de artículo periodístico que me encargaran. A eso de las 6 de la tarde. Kyo llegó al lugar y después de una larga charla que tuvo con Haitani se acercó a mi puesto de trabajo.
-¿Ya terminaste?-preguntó con una sonrisa.
-Aún no, pero no me demoro. Espérame 5 minutos y termino este párrafo-contesté.
-Está bien, te esperaré en la sala de estar-dijo.
Terminé la noticia que estaba haciendo y me despedí de mis compañeros de trabajo. Me encontré con Kyo en el lugar acordado y los dos bajamos donde se encontraba el auto del mayor. Nos montamos y fuimos en un sentido que yo no conocía en ese entonces.
-¿A dónde vamos?-pregunté con cierta curiosidad
-Es una sorpresa, sé que te gustará-afirmó con su característica sonrisa picaresca.
Manejó hasta el restaurante italiano que solíamos ir en la academia. Me quedé algo sorprendido con ver que el lugar había crecido y en vez de tener la fachada humilde de un piso. Ahora su arquitectura era asombrosa. El letrero con el título del restaurante tenía luces con los colores de la bandera de Italia. Era algo hermoso.
-Te acordaste del sitio-dije con emoción.
-¿Cómo no iba a acordarme del lugar donde veníamos cada viernes?-preguntó
En ese momento tomó de mi mano e ingresamos al lugar. Por dentro, se notaba el cambio que había sufrido el lugar. Kyo habló con el mesero y no pasó mucho tiempo para que nos dieran una mesa. Allí empezamos a hablar de lo que nos había pasado en el día.
-¿Así que te vas a ese bosque sombrío?-preguntó con cierta diversión en su voz.
-Así es, la verdad son cosas que tengo que lidiar por mi nuevo puesto-agregué
-Es una lástima que no pueda ir contigo. Anhelaba poder defenderte de ese psicópata que anda suelto por ahí-afirmó.
-Tranquilo, me quedaré en la casa de un amigo de Isaka-san. Si mal no recuerdo, su nombre era Takano Masamune-dije.
-Ten cuidado Ritsu. He oído que ese hombre tiene una mente algo retorcida y es algo misterioso-agregó.
-De todos modos no estaré solo con él. Están sus hermanos. Además si Isaka-san lo recomendó, no tiene nada malo-afirmé.
-Mantén la cabeza bien en alto y no dudes en llamarme si te pasa algo-dijo mientras agarraba mis manos
-No te preocupes, lo haré-le sonreí.
La noche mantuvo su ritmo tranquilo y acogedor. Al finalizar la cena, Kyo me llevó hasta mi casa. Cuando iba a bajarme del coche, el mayor tomó mi cabeza y dio un beso en mi frente.
-Buenas noches Ritsu-dijo
-Buenas noches Kyo-dije.
“Te extrañaré en mi viaje” Fue el pensamiento que inundó mi cabeza al verlo marcharse en su auto.
CONTINUARÁ….