Enserio... ¿cómo era posible que su hermano estuviera descansando de manera magistral al otro lado de la habitación y él ahí intentando seducir a sus sabanas para que lo arrullaran?
¿Es enserio? Frunció el ceño al escuchar un profundo suspiro venir del lado de Tadashi.
Encima de dormir como princesa, ¿Estaba a punto de roncar para restregarle en la cara lo mucho que descansaba?
¡Basta! Se dijo a si mismo intentando calmar su muy alterado ego.
Se levantó pateando las cobijas, caminó descalzo hasta llegar al borde de la cama de su hermano.
¿Con que esas tenemos...? lo miro, con malicia, travesura y un poco de enojo muy poquito enojo.
Se trepo sobre la cama, sigiloso como un gato intentado atrapar un pajarillo.
-Tú tienes la culpa....
Le dijo y se quedó pensando en si debía saltar sobre el estómago de Tadashi o mejor pintar su rostro con un marcador negro, sí, tenía quince años pero aun podía hacer travesuras.
-Hazme dormir...
Le dijo sentado sobre su regazo esperando que al sentir el peso ajeno sobre su cuerpo el nerd despertara pero cuál fue su sorpresa al ver cómo ni siquiera había hecho muecas de disgusto.
-despierta... ta-da-shii~
Le susurro al oído lo suficientemente cerca para que el tono dulzón y atrevido llegara a cada célula de aquel cuerpo.
-Ummm
¿Un mugido? ¿En serio Tadashi Hamada había contestado a aquella voz angelical con un mugido?
La cara de Hiro expresaba muy bien el disgusto que aquel sonido le había provocado, una ceja en alto, los labios hacia un lado y la mirada fija sobre el flequillo de su hermano.
De una manera casi cómica, su cara se tornó roja en dos segundos.
-Ta... Ta-dashi...
Hiro y su pervertida mente se quedaron quietos ante el bulto que comenzaba a endurecer bajo su trasero.
Con una sonrisa socarrona y de victoria comenzó a moverse sobre aquella dureza, tan conocida por él.
Poco a poquito, despacio uno, dos, tres, ahora más rápido... y ahora detente... una vez más despacio y ya no era necesario marcar el ritmo pues el fuerte agarre en sus caderas le advertía que había ganado. Tadashi se había despertado.
Mantuvo fija la mirada en los ojos adormilados de su hermano y el nerd no parecía querer que ese contacto visual se rompiera sin embargo sus manos aferradas a las caderas de Hiro seguían marcándole el ritmo.
-No podías dormir... ¿cierto?
-Es... es tu culpa... robabas mi polvillo.
Le dijo con una sonrisa mientras seguía aquel frote haciendo que ahora ambos bultos tomaran una mayor rigidez. Comenzaron aquella danza en la que sus labios se humedecían y comenzaban a enrojecer por las mordidas que se propinaban el uno al otro.
Y pronto la sabana comenzó a estorbar así que muy a su pesar Hiro tuvo que levantarse para que su Nerd se deshiciera de las molestas cobijas y de paso de la ropa interior de ambos.
Echar un polvo con Hiro a media niche no era algo que le molestara a Tadashi por el contrario él amaba tirárselo donde fuera, en la sala, en la cocina en el baño incluso frente al computador. Cualquier lugar era bueno si era con su "Hermanito". El fuerte agarre regreso a las inexistentes caderas de Hiro y así semi desnudos comenzaron a frotarse mientras la humedad comenzaba a sentirse en el ambiente y en la punta de sus duros miembros.
Oh pero que dulce y excitante era ver a Hiro "el señorito todo lo puedo" Hamada derretirse entre sus brazos, pedir más mientras a galope lo incitaba al pecado.
Tadashi siempre se hizo el bobo, el inocente y el que había sido corrompido pero dios amaba que Hiro tuviera la suficiente inocencia y vitalidad para montarlo cada dos por tres.
Así que mientras lo miraba fijamente sin ninguna preparación más que el pre seminal lo embistió. Dolió. Dolió mucho tantas veces lo habían hecho y el pequeño travieso aún no se acostumbraba a ser atravesado por el grosor innegable de su amado.
-Dale que me quiero venir.
La boca sucia de ese adolecente tendría que ser lavada al día siguiente por su hermano mayor, "ensenarle modales". Bueno... otros modales de los que se usan en sociedad y no en la cama.
Cada embestida era más dura más profunda y las caras de placer que Hiro ponia no dejaban que la erección de Dashi disminuyera ni un milimetro.
-Cógeme duro corazón más... mashhh
No podía evitar amar a su hermano, no podía evitar desearlo cada noche y lo peor de todo no encontraría a alguien que con solo una frase como la anterior lograra ponerlo tan a full.
-¿Así? ¿Esto te gusta no?
Uy! Dashi no debía decir esas cosas porque solo lograría que aquello que rodeaba su dureza se apretara más contra esta hasta hacerlo llegar al climax.
-Da- Ta....
Ni si quiera término de decir su nombre cuando los ojos de un joven Hiro se fueron a buscar las estrellas y los labios de un complacido Dashi mordiendose entre sí para soportar la descarga de placer.
-Son la una de la mañana Hiro...
-¿Debería ir a mi cama?
-tonto.
Y así fue como por fin el Hirobebe logro dormir y también como Tadashi Hamada se quedó dormido el día siguiente en clase avanzada de fluidos y materiales con el profesor Calahan