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Debajo de la falda de Azul por Arely

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Notas del capitulo:

valla nunca habia tardado en actualizar tanto, siento que ya perdi la chispa para escribir fics, ni siquiera recuerdo como es que lo hacia antes, pero bueno me he ezforzado para escribir este capitulo, espero les guste...

 

y buenl e tenido una semana super pesada ya que tibe que inscribirme  en la escuela y son mjchoa tramites.... me vuelven loca..... sin mas lean... perdonen si hay falta de ortografias, pero dssde la tabled no puedo haacer mucho....

umg- se quejó mientras rodaba por el colchón en medio de toda la habitación de color beige; se sentó en la suavidad del blanco colchon dejando caer las delgadas sabanas verdes al piso, bostezo alzando sus manos al aire y rascándose la cabeza. –maldito teléfono- dijo molesto y tomo su celular que estaba tirado también en el piso para apagar la alarma.

-por qué existes maldita escuela?!- se quejó levantándose descalzo del colchón solo en calzoncillos, en la habitación no había nada más que ese colchón que había comprado el día anterior y es que la mudanza llegaría hasta el sábado, unas sábanas verdes, su mochila completamente negra que usaba para la escuela y otra con un poco de ropa.

No desayuno –no porque no quisiera, sino porque no tenía donde- sólo  se dio un baño “vaquero” que consistía en un baño de menos de cinco minutos y se cambió para ir a la escuela.

Al salir de su departamento una sonrisa se le escapó de su boca, a lado de este discutía una chica azabache con otra pequeña, mucho más pequeña, se notaba en el tono de voz de la niña que claramente no podría pronunciar la “r” ya que en vez de decir –‘no quiero ir’- su lengua pronunció –“no quelo id”-

-las niñas buenas van a la escuela- dijo metiéndose en la conversación de las dos, Azul volteo su rostro hacia atrás conectando su mirada con la de Óscar quien la miraba con una sonrisa coqueta. Un sonrojo se apoderó de sus mejillas al verlo, sus labios le regalaron una sonrisa tímida y luego volvió su mirada hacia la pequeña quien la miraba curiosa.

-quién es?- pregunto escondiéndose detrás de Azul. –tu novio- afirmó la pequeña con una cara de querer molestar a su hermana mayor, el sonrojo de Azul se volvió más fuerte y ya sentía su cara roja y caliente.

-claro que no- contesto en seguida. –es un compañero de escuela que se ha mudado a nuestro lado-

-ya veo- dijo la pequeña.

-ella tiene razón soy su compañero porque por más que intento ella no me pela- dijo óscar  fingiendo tristeza.

-es porque eres muy molesto y a mí me gusta otro- dijo indignada Azul mientras tomaba a su hermana de la mano para caminar delante de él.

Óscar las siguió por detrás, iba a contestar. –“claro todo el mundo se da cuenta de que babeas por el profesor de inglés”- pero prefirió quedarse callado, sus pasos fuertes y firmes las seguían, la más pequeña llevaba una mochila con el rostro de Barbie colgada a la espalda con vestido verde pistache floreado y Azul llevaba una falda como casi siempre de color rosa y una playera blanca de mangas largas sencilla, no se asustaba a su cuerpo pero se le veía bien.

Azul por su parte camino unas cuadras hasta dejar a su hermana en el preescolar, y luego también camino hasta la entrada del metro para irse a la escuela, se asustó al ver la fila de la taquilla pues era demasiado larga y ya iba tarde para la clase todo por culpa de Abril su hermana menor, la cual se había negado a ir a la escuela por quien sabe qué razón. Entre las peleas con su hermana y tener que hacer la comida a medias porque el gas de había esfumado de su tanque y no podía prender la estufa, se le hizo tarde.

-la señorita hermosa necesita un boleto- dijo una voz detrás de él y frente a su rostro se encontraba un boleto del metro. Se rio de Óscar “si supiera que soy hombre”

-no es necesario puedo pagar uno yo sola- dijo cruzándose de brazos dirigiéndose a la fila. Su brazo fue tomado fuertemente por el de Óscar iba a protestar cuando las palabras del castaño la callaron porque tenía toda la razón.

-deja de ser obstinada se nos hará tarde-

Con dificultad lograron entrar al vehículo naranja que igual que ayer parecía un horno, un horno en su punto máximo de cocción.

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-cuídate mucho- le dijo su padre dándole un beso en la frente. –No dejes que los demás te molesten- sonrió y alboroto la cabellera de Richard, el ojo azul se alejó rápidamente y con obvia molestia.

-No hagas eso, padre ya estoy lo suficientemente grandecito, en un unos meses más entraré a la universidad y sigues tratándose como si fuera un niño- lo regaño Richard saliendo del coche y se despido haciendo un ademan con su mano, cuando vio el coche negro alegarse suspiro y entro a la escuela mostrando su credencial al guardia de la puerta, el cual como todos los días le guiñaba el ojo en forma picara, Richard sólo le regalaba una mirada coqueta para seguir el juego, incluso había veces en las que llegaban a bromear mandándose besos debes en cuando cuidando que nadie los viera y es que Richard no quería que despidieran a su único ‘amigo’ sólo por aquellas bromas entre ellos, pocas veces eran las que se habían hablado pero muchas en las que se habían regalado miradas coquetas, guiños, e incluso una que otra palmada en el trasero.

Sus pasos siguieron hasta llegar a su casillero de color gris, era pequeño pero suficiente para sus cosas, solo unas zapatillas y ropa para ir al gym en la tarde, y unos cuantos libros de las clases que no tendría hoy. A su lado se detuvo una chica pelirroja, de hermosos ojos grises, cabello largo hasta por debajo de los hombros, delgada, piernas largas, manos estilizadas y un sinfín de hermosura, la chica perfecta para el chico perfecto, pero el chico perfecto era suyo.

Suyo, hizo una mueca de disgusto al ver a su chico perfecto llegar a lado de otra de sus compañeras de clase. Los dos caminaban sonrientes y alegres, de qué?... él estaba hecho una furia.

-“Rayos me las pagara”- se dijo así mismo azotando la puerta de su casillero, miro hacia un lado encontrándose con la mirada de indignación por parte de la pelirroja.

-que, tengo monos en la cara?- pregunto con el ceño fruncido a Estefanía; la pelirroja le sonrió cínicamente y después se dio la vuelta para caminar pavoneándose por los pasillos de la escuela presumiendo un vestido negro arriba de las rodillas, y con escote en el cuello dejando ver sus bien pronunciados senos.

Que si estaba de mal humor, claro que lo estaba…

Tan metido en sus pensamientos, que no se dio cuenta cuando su cuerpo se estrelló contra el de alguien más mientras caminaba a su respectivo salon , alguien desagradable… alguien a quien no soportaba.

-Richard- su nombre fue pronunciado por aquel hombre de ojos verdes y cabello castaño perfectamente peinado luciendo un copete. Su mirada era de lastima, no soportaba esa mirada, no le gustaba que él se acercará a él solo por lastima. –Richard te vi ayer, no deberías…-

-cayese… usted no sabe nada, y por qué me habla, acoso no le doy asco, acaso no me desprecia por ser lo que soy- dijo con obvia molestia.

-Richard eso y esto no tiene nada que ver- había tragado saliva por la forma tan fría en la que el oji azul le había hablado. –yo sólo quiero…-

-Preocúpese por sus asuntos- aquellas frías palabras fue lo único que obtuvo por respuesta de parte de Richard antes de que este se fuera por el pasillo.

-“Teacher i lo ve”-

-“me das asco”- aquellas palabras aun resonaban en su mente, incapaces de borrarse por si solas, cuanto tiempo había pasado y aun se sentía culpable.

-maldita sea- se miró en el espejo del primer baño que encontró a su paso, sus ojos empezaban a empaparse de lágrimas así que optó por echarse agua en la cara tratando de ocultar su llanto, imposible, se sentía miserable, asqueroso, el mismo se odiaba por ser diferente a los demás si tan solo no se hubiera enamorado de ese profesor estúpido el sería normal, tendría una novia linda y tendría una vida pacifica u feliz, pero no, todo era un caos por culpa de su profesor idiota.

“Me das asco”

“Eres repugnante”

“Acaso crees que yo me fijaría en ti, en un hombre…”

“Deja de soñar niño estúpido…”

 

“Deja de soñar niño estúpido”… suspiro ya más tranquilo, el agua fría lo había ayudado a relajarse.

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-omg …. entonces era así- dijo de forma coqueta Óscar mientras Azul terminaba de enseñarle como resolver un problema de la clase de cálculo la sería dentro de dos horas y el ni siquiera había empezado la tarea ya lo haría en la clase de literatura después de todo la profesora ni siquiera notaba que los alumnos se la pasaban sólo viendo el teléfono celular durante sus clases.

-valla hoy están muy animados- dijo de forma sarcástica Estefanía mientras se sentaba a lado de  Azul y poniendo sus cosas en el asiento. –esto me huele a romance-

Azul negó de inmediato mientras escondía su sonrojo detrás de su libreta. –claro que no sólo le estaba enseñando como resolver los problemas, a mi… a mí me gusta otra persona- puso de nuevo su libreta en el asiento y se cruzó de brazos.

-Aja- Estefanía le dio un empujoncito logrando que se acercará más a Óscar y que su estúpido sonrojo aumentara. “tonta, tonta, tonta… Estefanía te odio”

-Vamos preciosa no es tan malo estar enamorada de mi- dijo de nuevo Oscar coqueto, peinándose el cabello como si fuera un modelo.

-ya te dije que no- volvió a decirle Azul, suspiro ya más tranquilo dejando pasar el momento bochornoso que había provocado su mejor amiga.

-pero es idiota y no entiende- se escuchó una voz pasando por sus asientos para después sentarse en uno de los asientos frente al escritorio.

La risa burlona del grupito de amigos de óscar se escuchó desde atrás del salón, y algunos más compañeros se les unieron haciendo que todo el salón se inundara de carcajadas.  Óscar rechino los dientes molesto.

Se levantó del asiento y camino hasta la persona que había hablado y lo había puesto en ridículo, se había dado cuenta que Richard estaba enojado sólo con por el tono de voz que había usado el oji azul anteriormente; su podo detrás de Richard y con sumo cuidado tratando de no dañar demás aquel cabello que tanto le gustaba tener entre sus manos lo jalo obligándolo a mirarlo a los ojos.

-deja de decir estupideces niño tonto, no te metas en lo que no te importa- aunque actuará frio y grosero con Richard en el salón realmente le molestaba la forma tan sumisa de actuar de este, le chocaba que dejara que lo molestaran, le enojaba que nunca dijera nada y solo se quedara callado a pesar de que lo golpearan o le insultaban, sobre todo porque sabía que ese comportamiento tan lamentable se debía al daño que le había hecho el profesor de inglés.

“después de todo no eres más que un estúpido masoquista Richard ”

-podrías soltarme por favor- pidió Richard, oídos sordos el castaño solo apretó más aquella cabellera azabache.

-por qué no admites que quieres esto putito- dijo mostrándole su entrepierna logrando que la clase volviera a reír.

-se muere por ti!- grito Renato un chico del grupo de amigos de óscar burlesco y con sonrisa ladina mientras se Renania los labios y fingía una felación con su boca y el puño de su mano.

-eso es asqueroso Renato y tu óscar ya déjalo- Azul tomo el brazo de Óscar quien soltó a Richard gustoso cuando sintió aquellas cálidas manos, podía sentirse dichoso y gustoso realmente le gustaba Azul desde el primer día, desde la primera vez que la vio, tan bien vestida, con su lindo cabello azabache largo, con un maquillaje perfecto, natural y delicado, con su sonrisa encantadora y su forma de ser tan perfecta su corazón latía por ella casi igual que latía cuando besaba al oji azul, ella podía sacarlo de ese pozo sin fondo al que estaba cayendo por culpa de un juego de niños.

cinco mil pesos a que me lo llevo a la cama”

“ya han pasado cinco meses y no he logrado nada más que encapricharme con él, el juego está a punto de acabar y tal parece que terminaré perdiendo” se dijo así mismo mientras se alejaba de Richard.

 

 


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