Ella o él
[1]
—Naruto, quédate quieto, joder. —Fuu aplica una segunda capa de maquillaje en polvo, lo que provoca un sonoro estornudo en el rubio.
La chica se echa a reír suavemente por aquel gesto sorpresivo por parte del Uzumaki. Convertirlo en chica era muy curioso pero además de ello, no sería cualquier chica, sino la idol numero uno de todo el Japón. Lugar que cualquier chica mataría por tener. Y a diferencia de Naruto, eso era más bien estúpido.
¿Quién querría ser Izaya? Absolutamente nadie, porque incluso saber que tendría que fingirse ser la chica, lo hacía sentir vomitivo.
—Gracias por ayudarme, Fuu.
Y la joven sonríe abiertamente, como pocas veces puede hacerlo, permitiéndose ser tal y como siempre ha sido. Desde hace una semana que Izaya había abandonado Japón para irse al Caribe escondiéndose de los reflectores y delegando su lugar a un Naruto inseguro. Inmediatamente, Kakashi le confidenció aquel gran secreto y Fuu no pudo sentirse más dichosa. Saber que tendría unos meses de paz le llenaba el alma de satisfacción.
—No agradezcas, yo haría cualquier cosa por ti. —dice sonriente, Naruto se contagia de su energía positiva y le sonríe de vuelta.
Kakashi le convenció de hacerlo y él no se echaría para atrás, además Hatake firmó un contrato como protagonista en un dorama que estaba siendo altamente exitoso, y era la oportunidad perfecta para limpiar la imagen de Izaya ante los directivos del entretenimiento.
—¿Estás nervioso? —cuestiona Fuu con un deje de inocencia, Naruto asiente.
—No quiero ser obvio ante los demás. —asegura Naruto
—Te aseguro que no sucederá.
Sin embargo, aquel tono tranquilizador que quería envolver a Naruto, se alejó de inmediato cuando el reloj marcó las tres de la tarde, tenía que irse a presentar ante el director del dichoso programa y conocer a los demás integrantes del melodrama.
[2]
Sasuke jamás se sintió tan ansioso como ahora. Ni siquiera era capaz de mantenerse impertérrito ante la emoción que recorría su cuerpo. Simplemente contaba los minutos, Kiba no hacía más que hablar y hablar, ya les había dicho que Izaya se uniría al elenco y aunque las caras largas de todos los actores se hicieron presentes, él no pudo ocultar su júbilo.
Deseaba estar cerca de ella, de su chica favorita.
—Disimula un poco, petit. —Itachi le susurra al oído discretamente mientras los demás disertan y consumen sus alimentos.
La mesa se llena de voces agudas, chillonas, suaves, en tonos alegres, bravíos, desinteresados. Mientras los actores discuten las escenas, y los cambios de guion, Kiba se entretiene con Hinata sobre su papel de victima/villana. Y Sasuke simplemente esperaba que en cualquier momento la campanilla detrás de la puerta timbrara suavemente cuando Izaya hiciera su magnífica aparición.
— ¿Esperas a que ella pase por el umbral de la puerta con su horrible careta de niña buena? —molesta Itachi con las ganas de romper el estoicismo en su hermano menor.
Pero Sasuke ni se inmuta, sólo se impacienta un poco porque Izaya no aparece y Kiba les ha prometido que ella vendrá a la comida para hacer gala de toda su maravillosa presencia con una sonrisa aperlada.
—Ella no llega…
Y el aire se torna diferente, huele a dulce de leche y caramelo quemado, delicioso, como para un coma diabético. Sasuke intenta sonreír pero la bruma que ocasionan esos ojos azules sobre él son más fuerte, boquiabierto e impresionado por la magnificencia frente a él, atina a carraspear disfrazando su emoción. Pero Itachi no es idiota, ha notado el enmudecimiento de Sasuke y de todos los actores, e incluso Kiba se ha unido a los demás.
Todos miran a Izaya sin reparo alguno, Hinata frunce los labios, no se lleva bien con la idol, y no es por envidia laboral la razón de sus conflictos, Izaya le ha criticado mucho su personalidad, su manera de hablar y de comportarse. La llama mojigata todo el tiempo y no tiene recato en hacerle saber lo mal que le cae.
—Disculpen la demora, el tráfico es horrible. —Kakashi se excusa por la idol.
Naruto mira a todos a los ojos y repara en Sasuke sentado al final de la mesa, su corazón da un vuelvo de ciento ochenta grados. Kakashi no le había dicho que estaría ahí, y eso le provoca un temblequeo en las piernas. Ya no se siente tan seguro de querer estar en el mismo lugar que su sueño húmedo, sin embargo, Hatake fue claro con él: no tenía derecho a fallar.
La prueba estaba ahí, tenía que hacerlo por su bien y el bien de la compañía. Su misión era actuar aunque nunca fue actor ni tomó clases de actuación pero tendría que hacerse pasar por una chica a la cual detestaba.
—Hola chicos, lamento la demora.
Si, su voz no era lo más femenino del mundo pero el intento de agudizarla le confería un tono gangoso, como si estuviera enfermo, y eso podría ser un as para sacarse de encima muchas preguntas.
Absolutamente nadie dijo nada. Y, es que como lo harían si Izaya Kozuki estaba… ¡DISCULPANDOSE! Por haber hecho algo mal, reconociendo SUS ERRORES. Eso era algo nuevo, que no se repetiría.
Itachi es el primero en romper el incómodo silencio.
—Esto es extraño… Izaya disculpándose por llegar tarde, ¿Qué sigue después? ¿Lloverán cerdos del cielo? —Naruto no logra captar el sarcasmo del hombre de largo cabello ébano que encontró días atrás junto a Sasuke.
El Uchiha menor golpea sutilmente las costillas de su hermano mayor. Itachi debía medirse con las palabras.
—Hola Izaya. —Sasuke es el primero en ponerse de pie, arrastra la silla más cercana a la fémina para concederle el asiento caballerosamente.
Naruto se sonroja en demasía, su corazón late con fuerza y siente todo su interior temblar bajo la mirada azabache de Sasuke Uchiha.
Su chico favorito.
Esa actitud no pasa desapercibida para Kakashi que aunque conoce a Sasuke y sabe que es una persona caballerosa, con Izaya siempre ha tenido gestos genuinos, sonrisas sinceras y le apena pensar que el chico está siendo excesivamente amable con la persona incorrecta.
Izaya ni siquiera está presente, sólo espera que nadie note el tono más vivido en los ojos de Naruto y que no comience a hacer preguntas demasiado personales para las que el rubio no está entrenado.
Porque durante el trayecto en auto no pudo decirle suficientes cosas sobre la idol como para que Naruto pudiese salir bien librado en caso de que lo agarraran en curva.
—Gracias… Sasuke. —Naruto esboza una sonrisa cálida, hermosa, que corta alientos.
La sorpresa sigue en la mesa, ¿quién era esa chica y que había hecho con Izaya? Porque aunque lucia igual en el exterior, algo había cambiado, Itachi que era el más astuto de todos ellos se encargaría de averiguar si el cambio repentino en la idol tenía algo que ver con el aparente nerviosismo de Kakashi.