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Mi chica favorita por LadyBondage

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Notas del capitulo:

Y llegué con otro capitulo mas, espero que les guste mucho.

 

Advertencias: palabras altisonantes, violencia física, y drama.

 

A leer.

 

PD. Responderé a sus comentarios a la mayor brevedad posible, tenganme poquita paciencia mis amores, es complicado ponerme al dia con tantos deberes. Y por cierto, los futuros fics en los que estoy trabajando los subire a fanfiction, dejé mi cuenta en mi info personal, espero que se den una vuelta por alla y les guste mucho en lo que estoy trabajando. Por otro lado, no seran fics del fandom Naruto, de hecho son de SNK. Pero en unos cuantos mesesitos volveré aqui con mucho SN/NS.

 

 

“Enterramos nuestros pecados, lavamos nuestras conciencias”

 

-          Mystic River

 

[1]

 

Había días en los que Naruto se preguntaba qué era lo que estaba haciendo con su vida. Desde que era niño, su infancia no fue precisamente la mejor, y aunque no le avergüenza reconocer su pasado de pobreza, tampoco es como si en su vida adulta la suerte le sonría a menudo. Él se esforzaba más que los demás por conseguir lo que quería, a veces pecaba de ingenuo y eso le aducía enemigos. Su carácter infantil le había traído problemas desde que puso un pie en la tierra, pero nunca se sintió amedrentado por nadie, ni siquiera por Izaya Kozuki, que era la reina del terror. Pero, cuando esa mirada obscura reparó en su persona, todo el mundo se le vino abajo. Porque ni siquiera tenía las palabras correctas para alejar al miedo, simplemente se apoderó de él dificultándole el habla.

 

—Qué curiosa situación, ¿no te parece, chérie? —Itachi pasa a su lado dejando su aroma amaderado inundando sus narices.

 

Naruto cierra la puerta lentamente. ¡Estúpido!, ahora sí que la había cagado en grande. Kakashi lo mataría por ser tan jodidamente descuidado. ¿Qué se supone que tendría que decirle a Itachi sobre su estadía en el apartamento cuando era tan obvio?

 

Itachi echa un largo vistazo por todo el apartamento. Izaya no ha escatimado en gastos, todo rebosa lujo por doquier, incluso la cristalería rozagante de las vitrinas del pequeño bar instalado especialmente para la idol. Con cuidado de no manchar esa lujosa madera que cubre el piso, Itachi se descalza con parsimonia, como si tuviera todo el tiempo del mundo, como si su visita fuese esperada y totalmente casual.

 

—Debo reconocer que esto me sorprende en demasía, pequeño Naruto.

 

Apenas estaba quitándose los tacones y la peluca cuando escuchó el timbre. Naruto corrió a la puerta pensando que Kakashi había olvidado su bufanda favorita o sus costosos guantes de cuero. Realmente no esperaba que nadie aparte del Hatake visitara a Izaya. La fémina no tenía familia, al menos que él supiera, y amigos, pff, todos la odiaban en el mundo artístico. Despreocupado, abrió y cuando la fría mirada del Uchiha se clavó en él, inmediatamente todo el teatrito que se había montado con Kakashi se vino en pique.

 

Con los nervios a flor de piel, Naruto busca un lugar donde sentarse porque las rodillas las siente de gelatina y en cualquier momento dejaran de prestarle sus servicios para sostenerlo.

 

Itachi, elegantemente acomodado en el cómodo sofá de cuero, se dispone a sacar de su cazadora una cajetilla de cigarrillos mentolados.

 

— ¿Tienes fuego, chérie? —su voz enronquecida rompe el tenso ambiente forjado entre los dos.

 

Naruto respinga, antes de que su culo tocara la silla más cercana a la mesa, a paso apresurado se dirige a la cocina. Las manos le tiemblan como si tuviese Parkinson, y le es difícil concentrarse.

 

¡mierda! Esta mañana había visto el puto encendedor en la repisa de la cocina integral. ¿Cómo diablos fue a perderlo?, cierto, seguía en el mismo lugar. Toma el mechero y se dirige de nueva cuenta al living donde Itachi lo espera con una mirada que no puede descifrar.

 

—Oh, merci petit. —Itachi prácticamente le arrebata el encendedor, y con sumo cuidado desliza el pulgar en la carretilla del mismo, el fuego se produce en menos de un segundo, la llama danza brevemente con el susurro del viento que se cuela por la rendija de las ventanas.

 

Naruto está sudando frío, incluso las palmas de sus manos se sienten húmedas, las talla sobre la falda del vestido. Se ve tan ridículo a medio travestir, puede jurar que sus mejillas están tan rojas como un fosforillo.

 

—I-Itachi-san —si retrasa más lo evidente, probablemente le dará un paro al miocardio. Han pasado quizá unos cinco o diez minutos desde que el Uchiha arribó al apartamento y ya siente la imperiosa necesidad de echarse aire con las manos.

 

Itachi lo observa detenidamente, el cigarrillo entre los labios y las manos cómodamente situadas en el regazo.

 

—Dime —, musita fácilmente aunque tenga el pitillo en los labios durazno. Naruto traga saliva. Lo envidia de verdad, parece tan ajeno al problema que se suscita, tan tranquilo.

—Yo…

 

No sabe cómo decirlo. Es decir, ¿Cómo empezar la historia?

 

“Itachi, me estoy haciendo pasar por Izaya, porque es una jodida zorra que se ha acostado con tantos chicos que ni ella misma puede recordar. Y a Kakashi se le ocurrió la grandiosa y magnífica idea (nótese el emblemático sarcasmo), de que yo me hiciera pasar por ella. Así que me he estado vistiendo como mujer desde hace unas tres semanas, caminando en putos tacones y fingiendo que tu hermano no me la levanta* cuando es todo lo contrario”

 

No, no puede ser así de honesto. Esta seguro que Itachi se lo agradecería pero si quería ganárselo tenía que usar menos palabras vulgares y más palabras estilizadas que embellecieran la situación en lugar de afearla.

 

—No lo digas, Naruto-kun, es obvio lo que está pasando aquí. —Itachi toma el cigarrillo con dos dedos; corazón e índice, el humo toxico baila entre su boca y nariz, Naruto aspira el aroma a tabaco llenándose los pulmones.

—Sí, pero bueno, es que tengo una buena explicación para todo esto.

 

Su boca se mueve tan rápido que las palabras salen arrolladas unas tras otras. Itachi sonríe de lado, como todos los Uchiha lo hacen, y la sombra de Sasuke se asoma en ese varonil rostro de facciones endurecidas.

 

—No me importaría mucho si no fuera por los sentimientos de mi hermanito. Ambos sabemos que Izaya es la chica favorita de Sasuke. A ella no le agrado, a ti tampoco te agrada. —La ceniza del cigarro cae suavemente hacia la recién pulida madera. Naruto no se preocupa mucho en ese detalle.

 

Izaya es una freak de la limpieza, obsesionada con el orden y el control sobre todo lo que ocurre a su alrededor. Anteriormente, Naruto seguía cada una de sus instrucciones con demasiado cuidado, si la cagaba, Izaya se le iba encima como una leona hambrienta. Y honestamente, desde su reclusión, la vida sin ella ha sido totalmente relajada. No recordaba lo que era reírse con desenfado un miércoles por la mañana, porque todos sus miércoles estaban llenos de gritos desesperados y pedidos imposibles por parte de la diva.

 

Itachi tenía razón en lo que decía. Izaya resultaba ser un grano en el culo para ellos y toda la compañía, hasta para el mismo Kakashi, aún no entendía porque demonios la tenía bajo su resguardo cuando evidentemente no la soportaba.

 

—Lo siento de verdad, yo no quiero…, engañar a Sasuke, pero no tenía otra opción. Es que Izaya —

—Naruto-kun, no es a mí a quien debes darle explicaciones de absolutamente nada. Tampoco a Sasuke, sea la razón que sea por la cual estás haciendo esto, me tiene sin cuidado —dice Itachi, despreocupado, —solo tengo curiosidad, ¿te gusta esto?, y no me malinterpretes, vestido de chica luces tan exquisito, pero supongo que hacerte pasar por Izaya te ha acercado a mi hermanito. Eso me da una idea de lo mucho que lo aprecias, para aceptar ese horrible trabajo tienes unas bolas muy grandes. Mira que yo ni siquiera podría andar en tacones sin romperme la boca cada dos por tres, y parece que tú tienes práctica. ¿Me equivoco?

 

La mandíbula de Naruto estaba desencajada, literalmente. Itachi le sonreía como si lo que estuviese pasando no fuese tan grave. Claro, el asistente de la idol más buscada de la farándula se hace pasar por ella mientras ella en está en Dios-sabe-donde.

 

—Yo…, yo no tenía práctica. Aprendí en una semana. —Le sorprende responder con naturalidad. Como si fuera una plática cualquiera sobre el clima.

 

Itachi le da otra calada a su cigarro.

 

— ¡Espera! ¿Sabes qu-que m-me gus-gusta tu herma-no?

 

Oh, demonios.

 

La sonrisa de Itachi ahora luce un matiz siniestro.

 

—Eres muy obvio Naruto-kun. Y he de decir que me halaga que sientas algo por ese pequeño bastardo. A veces Sasuke no sabe apreciar un bello atardecer por estancarse en la tormenta. Pero yo sí.

 

 

 

 

[2]

 

Sasuke está que le hierve la sangre. Con los labios fuertemente apretados, arruga el guion entre sus manos. La maquillista Tayuya, extiende la brocha por la extensión de su perfecta nariz, y de vez en cuando se da el lujo de echar una mirada por el rabillo del ojo para advertir lo que tiene con tal bronca al actor.

 

Izaya Kozuki, nuevamente echando por tierra todo lo que había logrado en pocas semanas. Coqueteando ligeramente con el hermano de Sasuke. O eso es lo que todos los que estaban alrededor de la pareja creían. Porque Itachi para nada está coqueteándole a Naruto vestido de la insoportable idol, aunque está hermoso está mañana con un vestido ajustado de Carolina Herrera, completamente negro, medias de nylon a tono y zapatillas de Manolo Blahnik sosteniendo una costosa Birkin café y sonriendo para él.

 

Itachi prometió guardar el secreto si Naruto prometía hacer todo lo posible por enterrar a Izaya cinco metros bajo tierra en la cabeza de Sasuke.

Como buen hermano mayor que era, no permitirá que el niño de sus ojos termine enrolándose entre los muslos equivocados. Naruto es un hombre muy lindo, tiene una risa angelical que endulza el oído y una mirada añil de agua dulce. Huele a chicle de frutillas, y un poquito a esencia varonil. Si Sasuke no apreciaba eso en Naruto, estaba jodido.

 

Izaya era bonita, no hay duda. Pero una perra descorazonada no tenía derecho a tener el corazón ingenuo de Sasuke. Lo destrozaría por completo, y la única solución que halló fue Naruto.

 

Para ello, Naruto tendría que dejar de lucir menos como Izaya y más como él mismo.

 

—Hoy mismo vendrás a mi departamento. —La cara de Naruto es todo un poema.

— ¿Y-Yo?

—Eh, si…

— ¿Cómo Izaya?

—Como Naruto-kun.

 

Y… ¡Acción!

 

Sasuke toma del antebrazo a la fémina con desdén. Naruto resiente el brusco agarre, un lastimero gemido brota de sus labios, Itachi observa atento, un poco molesto por la bestialidad de su hermano. Si fuese Izaya la real, no tendría problemas con ello pero es Naruto quien está dentro de ese ajustado vestido pretendiendo que lo lleva bien.

 

— ¿Te has estado acostando con mi hermano?

 

La escena se desarrolla dentro de una sala común, Nina está sentada en el sofá, pensativa y ligeramente melancólica. Hace días tuvo su tan ansiada primera vez con Kai, pero un malentendido los distanció, todo ese drama ocasionado por la malvada Sayuri, quien odiaba a Nina con toda su alma.

Es la escena mas difícil del dorama, pues es la primera vez que la violencia se hará participe de un melodrama. Por ello,. Naruto se había preparado mentalmente para recibir el falso zamarreo.

 

Sasuke estaba haciéndolo excelente, actuando como el novio herido que ha descubierto a su amada en brazos de otro hombre. Nina tiene que lucir angustiada y llorosa, como al público le gusta. La imagen de una mujer sumisa vende como pan caliente, y tratándose de la idol más cotizada del mundo, las acciones en el mercado estallan en jugosos billetes verdes.

Kiba, detrás de las cámaras admira complacido como ambos actores se desenvuelven en sus papeles perfectamente. Pero hay un detalle, Kiba y toda la producción no advierten el colérico semblante de Sasuke. Creen que está actuando jodidamente bien pero es la ira quien corrompe los sentimientos del Uchiha.

 

Ver a Izaya con Itachi no le hizo del todo gracia, y pensar que ese maldito cabrón alegaba no estar interesado en ella. Y justo esa mañana Itachi se había desvivido en atenciones para ella.

 

Naruto le sonríe con cariño, un gesto que no formaba parte del guion, incluso le acaricia el hombro y le susurra suavecito:

 

—Te amo Kai, yo sólo te amo a ti.

 

Si, como no. Izaya no sabe amar a nadie, es una mentirosa manipuladora que se revuelca con uno y con otro, como perra en celo. Eso es ella, no es la chica que él quería ver en realidad. Podía soportarla en brazos de otro, ¡pero joder!, ¿con su hermano?, sí, sí. Itachi es mejor que él en todo.

 

—Tú no sabes amar a nadie.

 

Y plaf, el sonido estridente deja aturdidos a todos los presentes. Itachi abre los ojos tanto como le permiten sus cuencas. Naruto tiene el rostro ladeado y lágrimas brotando a borbotones. Kiba pasa saliva duramente, los demás actores se miran entre si completamente confundidos.

La escena no iba así, de hecho la bofetada no era parte del guion de mierda. Sólo era un breve zamarreo y luego la duda insultante que dejaba a Nina llorando a mares.

Más no así, con Naruto llorando de verdad desahuciado y dolorido. La mejilla hinchada, el labio partido.

¿Qué estaba pasando?

 

Con la cola entre las patas, Sasuke sale de escena.

 

¡Y corte!

 

Notas finales:

Como podrán ver, a partir de aqui, Naruto invadira a Sasuke mas de lo que él cree, y la villana estara de vuelta...

 

 


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