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Mi chica favorita por LadyBondage

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Notas del capitulo:

Hola chicas bonitas, perdonen que no haya respondido los comentarios, lo haré a pasito de tortuga hehehehe. Un beso a todas y todos, gracias por leerme y por su apoyo.

 

A leer.

 

Imposiciones

[1]

 

—La revista Anbu se vendió como pan caliente, tuvieron que hacer otro tiraje, estuviste increíble en esa portada. —Fuu sonríe animosa mientras le entrega su recién comprado Starbucks a Izaya.

—Uhm, Danzo debería estar orgulloso, la portada de la revista pasada apenas levantó sus ventas pero conmigo a la cabeza se fueron hasta las nubes, creo que debí cobrarle más. —los ojos azules de la idol se enfocan en el rostro redondo y moreno de su asistente. — ¿Y Uzumaki? ¿Dónde está ese inútil?

 

La chica se encrespa como gato y esboza una sonrisita nerviosa que capta la fiera mirada de la idol.

 

—Él… esto, él está…

—Sin tartamudeos niña, ¿dónde está ese tonto?

 

Fuu es amiga de Naruto, no haría nada para perjudicarlo pero Izaya enojada es tener al demonio mismo en persona, y no quería ser víctima de su implacable furia.

 

— ¡Aquí estoy! —jadeante y con una capa de sudor cubriendo su frente, Naruto entra al camerino sin pedir permiso. Fuu suspira de alivio, Izaya por el contrario se pone de pie con su frapé en las manos y sin cuidado alguno le arroja el contenido a Naruto ensuciándole toda la camisa, que para su mala suerte era tan blanca como el algodón.

— ¡Idiota! Tenías que estar aquí hace media hora. —lo mira despectiva, una sonrisa ladina surca sus labios, Naruto aprieta los dientes, si no fuera porque necesitaba el trabajo la habría mandado a la mierda. —Por el amor de dios, cámbiate esa ropa, no trabajarás conmigo así como estás.

 

Izaya pasa a su lado empujándole con el hombro, Fuu con la mirada llena de pena baja la cabeza y Naruto contiene su ira. Aspira aire profundamente y luego lo suelta de golpe. Izaya no iba a arruinar su día, no lo iba a arruinar.

 

Se va a la sala de juntas donde sabe que Kakashi tiene un pequeño closet donde le deja algunas prendas para su uso, conociendo el carácter pendenciero de la idol, era obvio que necesitaban cambios de ropa extras, porque a la señorita le gustaba arrojarles todo lo que tuviese en las manos.

 

El estudio Hatake albergaba a los artistas más reconocidos a nivel mundial, entre ellos se encontraban: Sasori Akasuna, el actor adolescente que recién había debutado en televisión y en teatro, Gaara no Sabaku, una promesa del rock y  modelo, altísimo y guapo, muy solicitado entre las féminas, Ino Yamanaka, modelo, actriz, bailarina, etc. Hacía de todo y era una de las chicas más bellas del mundo y del medio, con su larga cabellera rubia y sus atributos exuberantes sabia ganarse al público masculino, además de su impresa coquetería, Neji Hyuga, un importante actor galardonado, nominado a los premios de la academia, comprometido con su prima lejana, una bonita princesita de porcelana, y Temari, una actriz consagrada a sus treinta años casada con el magnate joyero; Shikamaru Nara, y actualmente muy embarazada.

 

Es un gran edificio de cincuenta pisos, en cada uno se encuentran instaladas oficinas, sets de grabación donde se realizan concursos, programas matutinos, noticieros, y alguno que otro cortometraje y por supuesto, su lugar de trabajo, donde la antipática Izaya se refugiaba de la prensa y de su familia.

 

—Maldita bruja. —farfulla entre dientes sacándose la camisa. —Y justamente la que me obsequió mamá en navidad.

— ¿Kakashi? —escucha un suave murmullo, Naruto se paraliza por completo reconociendo la voz áspera de Sasuke Uchiha, uno de los tantos protegidos de Hatake.

 

Torpemente había decidido esconderse en el armario pero Sasuke empuja la puerta de la oficina adentrándose en ella, y Naruto se sonroja violentamente al ser descubierto por los brunos ojos de su amor platónico, dándole el peor aspecto: sin camisa y con el cabello enmarañado.

 

El Uchiha primero lo mira fijamente para después sonreírle abiertamente.

 

—Perdona Naruto, no sabía que estabas aquí. —Sasuke se da la vuelta, Naruto suspira de alivio, al menos el Uchiha era recatado.

—No te disculpes, vine a buscar una camisa. —admite aun sonrojado por el motivo. Sasuke suelta una ligera carcajada.

— ¿Qué le pasó a la tuya? —Naruto quiere decirle a su Sasuke por qué está en esa situación y abrirle los ojos en cuanto a la tonta de Izaya, sin embargo, su nobleza no le permite ser tan ruin como lo es la de cabellos lilas.

—Un accidente, derramé mi café.

—Debes tener más cuidado Naruto, pudiste haberte quemado de gravedad. —el Uchiha suena preocupado, el rubio se sonroja todavía más. A pesar de que Sasuke jamás albergaría sentimientos por él, podía soñar, eso no estaba prohibido.

—Gracias, Sasuke. Oh, demonios. —Naruto suspira derrotado, Sasuke gira su cabeza encontrándose a Naruto batallando con los botones de la camisa.

—No te queda.

—Es tres tallas más grandes, creo que tendré que quedarme con la mía.

—No, espera… en mi auto tengo una, ya sabes, a veces es necesario ser precavido, permíteme prestartela.

 

Las mejillas del rubio son una gama de colores, pasando por el rojo hasta el violeta. ¿Sasuke estaba ofreciéndole una de sus camisas? Oh, santo por dios, tenía que ser un sueño.

 

—No quiero ser una molestia.

—Tonto, no lo eres.

 

 

 

[2]

 

Kakashi asiste a la junta de cada mes con sus socios más importantes, entre ellos se encuentra el poderoso Orochimaru Sannin y su joven amante, Kabuto, además de los Uchiha quienes invierten en telecomunicaciones, Danzo, jefe de prensa y editor de la revista Anbu –una de las más populares para jóvenes. – Tsunade Senju, la mujer más poderosa de la moda junto a su modelo estrella, Shizune, quien para sus veintiocho años seguía siendo una de las más cotizadas, y Sakura Haruno, ahijada de Tsunade y reportera, recién se había graduado de la licenciatura en ciencias de la comunicación, una chica avispada en el medio, versada en temas relacionados con la moda y muy buena sacando las mejores notas de espectáculos. Se rumoraba que Tsunade y su poderosa presencia estaban buscando un lugar para su pupila como conductora en unos prestigiosos premios.

 

—Bueno Kakashi, te mandé a llamar porque tengo serias quejas con una de sus chicas, y sabes que no me  meto en tus menesteres pero en esta ocasión convoqué a una reunión urgente por el siguiente motivo, Sakura, por favor. —Orochimaru señala a la pelirrosa con un ligero cabeceo.

 

La chica asiente, lanza a Kakashi un sobre manila con contenido incierto, el Hatake que estaba sentado cómodamente ignorando a los demás asistentes toma el sobre entre sus manos, su abogado, Iruka lo mira furtivamente por el rabillo del ojo.

 

— ¿Qué es?

—Ábrelo, Hatake. —alza la voz, Tsunade. Y Kakashi no quiere hacer más preguntas, tiene un mal presentimiento de todo esto.

 

Al abrir el sobre, extrae del mismo unas fotos que al principio no revisa con escrutinio, de eso se encarga Iruka, quien abre la boca de sorpresa cuando ve el tiraje de fotografías, aproximadamente unas cuarenta. Y todas con la misma chica: Izaya.

 

— ¿Pero qué mierda es esto? —Kakashi toma una de las tantas fotos repartidas sobre la superficie de la mesa. Iruka está sonrojado de ira y vergüenza, y el Hatake comprende el por qué.

 

En cada una de las impresiones a color, Izaya se muestra con varios hombres en un famoso club, al principio parece tener una actitud inocente, pero conforme va pasando de imagen su enojo crece, hay unas más comprometedoras donde su protegida está siendo manoseada y en otras se le ve bailando casi desnuda en una barra, para después irse de ese club a un hotel acompañada de dos chicos.

 

— ¿Quiénes son ellos? —pregunta el Hatake. Orochimaru lanza un suspiro.

—Tipos sin importancia, no pertenecen al medio pero ella sí, es una idol, admirada por los niños, jóvenes y adultos. Izaya es tu mercancía más cara, y créeme que con esto su carrera quedará arruinada, sin olvidar los problemas con las drogas de hace dos años, Kakashi, aprecio tu trabajo y a tu padre, empezaron desde cero y llegaron muy lejos. Pero soy yo quien invierte en ti y tú en Izaya, si no puedes controlarla tendré que revocarle el contrato. —el Sannin tiene una mirada dura y la boca llena de razón.

 

Izaya Kozuki era su mayor éxito femenino y uno de los que más dinero le retribuían, si ella caía, él caería. La idol tenía contrato no sólo con él, sino con Orochimaru, y su disquera, con la línea de ropa de Tsunade, contratos con marcas de cosméticos, y más. Si la imagen de su estrella se venía abajo, él podría estar pensando seriamente en buscarse otra chica igual de buena que Izaya o darse por perdido.

 

— ¿Y qué me sugieren? —el Hatake mira los ojos de Tsunade, como si en ella esperara una respuesta. Pero es Orochimaru quien vuelve a tomar la palabra.

—Simple, quiero que la reformes, no sé cómo lo harás pero en un mes su comportamiento tiene que ser intachable. Izaya dejará de ser la niñita problemática para convertirse en la princesita que debió ser, y si no veo ese cambio, voy a despedirla. —declara con su acento de acero. Kakashi mira a Iruka buscando un salvavidas, el Umino hace una ligera mueca.

—Un mes es muy poco tiempo para que una persona mejore su carácter. —salta el abogado de cabellos castaños. Tsunade sonríe de lado.

—Su problema, tuvieron cinco años para hacer de Izaya una señorita de clase, estás son las consecuencias de su descuido, deben de dar gracias a Sakura que fue la que tomó las fotos y no otro medio, sino, en estos momentos estarías perdido. —dice Tsunade con voz fría.

 

 

[3]

 

Naruto reparte los libretos, sale del set en cuanto antes, a pesar de que Izaya había arruinado su mañana, no podía ocultar su sonrisa estúpida vespertina. Tenía una de las camisas de Sasuke, olía a él, y le quedaba bien aunque un poco floja de la espalda y brazos, no tenía el cuerpo fibroso del Uchiha pero que importaba, tenía algo de su amor platónico puesto.

 

Incluso Izaya que le daba órdenes no podía sacarle el sentimiento que lo embargaba.

 

—Naruto, Kakashi quiere verte, dice que es importante. —Fuu le susurra al oído, Naruto asiente, alejándose de todo el barullo.

 

Izaya iba a filmar un comercial junto a Ino, las dos se odiaban a muerte. Izaya por obvias razones e Ino porque no soportaba su actitud pedante.

 

— ¿Te dijo para qué? —la chica morena niega con la cabeza. —Bueno, voy para allá, gracias por avisarme.

 

Naruto sale corriendo a tomar el elevador, en el décimo piso donde se encuentra la oficina de su segundo jefe. La música ambiental armoniza su estancia dentro del ascensor, sin embargo en el sexto piso se abren las puertas. Sasuke le sonríe amigablemente y junto a él un hombre guapísimo muy parecido al primero también le sonríe.

 

—Te queda bien mi camisa. —musita el Uchiha. Naruto muerde su labio inferior, el otro hombre parecido a Sasuke no pierde movimiento alguno del rubio.

— ¿Quién es, hermanito? —el menor los mira a ambos sorprendido. ¿Ese hombre guapo era hermano de su Sasuke?

—Es Naruto Uzumaki, asistente de Izaya, Naruto, él es mi hermano mayor, Itachi. —el de cabellos largos estira su mano derecha, el Uzumaki torpemente hace lo mismo, sus manos se estrechan con fuerza.

 

Itachi no dejaba de mirarle fijamente.

 

—Oye Sasuke, se parece mucho a esa niñita berrinchuda, ¿no crees?

—Sí. —Naruto se decepciona al oírlo, era obvio que Sasuke sólo veía a Izaya por todos lados. —Pero el color de sus ojos es más bonito.

—Cierto, nada que ver con Izaya, eres muy guapo muchachito. —dice Itachi provocándole otro sonrojo a Naruto.

 

El timbre del elevador resuena espabilando a los tres varones, Naruto sale del ascensor con una sonrisa amplia de dientes blancos.

 

—Adiós Naruto.

—Adiós, chérie, —Itachi le guiña un ojo con coquetería. Las puertas del elevador se cierran, y Naruto vuelve a suspirar.

 


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