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Corazón de Bestia por SSZaharan

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Notas del capitulo:

Esta es la primera vez que publico un fic del fandom de VK y sobre todo en A-Y, pero tenía muchas ganas de hacerlo. 

Cuando leí el libro por primera vez, mi imaginación voló y terminé pensando a Zero como el protagonista y a Kaname como... ya verán mas adelante (lol). 

Les recuerdo que el fic está inspirado principalmente en el libro, pero~ iré cambiándole un montón de cosas que no me convencieron del todo; además tome algunos aspectos de la película la bella y la bestia y Nausicaä. 

. . . . . .

Narración: desde el punto de vista de Zero. 

Universo: Semi alterno, aún existen los vampiros y los humanos.

Advertencia: Por ahora ninguna. 

Los personajes de Vampire Knight no me pertenecen, esto es solo una fantasía que se creó en mi pequeña mente. 

Enjoy~

 

Cuenta la leyenda que hace muchos siglos dos Diosas crearon el mundo que hoy habitamos, sus Nombres eran Hi y Yoru. Ambas hermanas, día y noche, le dieron forma y color al mundo otorgándole la belleza que permaneció intacta hasta aquel fatídico día.

Las Diosas se dieron cuenta de que la tierra que acababan de construir necesitaba líderes que guiaran a los humanos, por tanto, ellas les concedieron poderes a los seres que sobresalían entre la sociedad recién formada. Con estos poderes aquellos seres llevarían a la prosperidad y grandeza a cada lugar en la tierra, a estos seres se les llamo Vampiros Sangre Pura. Con el tiempo algunos de esos vampiros superiores e inmortales se fueron transformando, sus corazones se llenaron de avaricia y poder, tanto que comenzaron a dominar a las razas débiles alimentándose de ellos y convirtiéndolos en sus esclavos.

Los humanos comenzaron a hartarse de la explotación de los vampiros hasta que, junto con algunos vampiros que estaban en contra de la situación, decidieron rebelarse comenzando así una fatídica guerra.

Las diosas se dieron cuenta del gran error que habían cometido. Arrepentidas crearon una barrera de árboles tan grandes y gruesos que formaban un muro, mejor conocido como el gran muro, trayendo como consecuencia la división de la tierra.

El norte y centro de la tierra, llamado ahora Tomika, quedo habitado por los vampiros de todas las clases y niveles quienes, debido a sus poderes, consiguieron que la tierra prosperara y se convirtiera en un lugar ideal para vivir. Sin embargo, la tierra de Asbel, muy en el Sur, quedo como una tierra poco prospera donde solo algunas personas lograban hacer su fortuna y las demás debían vivir en pobreza.

Pero de alguna forma la conexión entre los vampiros y los humanos no se podía romper.

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Yo nací 500 años después de la gran guerra en un pueblo pequeño pero lleno de bendiciones. Junto a mi hermano gemelo nuestra infancia había estado dotada de felicidad hasta el fatídico día en que nuestros padres habían muerto a causa de una terrible enfermedad que nadie conocía. Solos en el mundo solo una persona se había hecho cargo de nosotros, Kaien Cross.

Kaien era un hombre bueno pero extraño. Él había sido amigo de mis padres y nos conocía desde bebes. Un hombre que viajaba por todo el mundo sin el temor de enfrentar a una bestia salvaje como los vampiros, incluso las malas lenguas decían había acabado con un ejército con una espada. A veces la gente del pueblo tendía a ser demasiado chismosa. De cualquier forma, Cross se había responsabilizado y nos dio educación y un nivel de vida bastante bueno.

Los tres vivimos en la casa de mis padres durante 10 años hasta que hubo un ataque en el pueblo donde la mayoría de las personas murieron. Ese día tuve mi primer encuentro con un vampiro… Un vampiro sangre pura. El único recuerdo que tengo de aquella noche es la sangre de un profundo rojo y unos ojos plateados viéndome directamente.

Cuando desperté Kaien me aseguro que el vampiro había escapado antes de hacerme algo, aunque la marca en mi cuello decía lo contrario. Ese día partimos dejando todo lo que alguna vez tuvimos para tratar de vivir en paz.

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La negrura del bosque cerca de la frontera era aterradora, incluso para mí que se defenderme y tengo con que hacerlo. Los árboles son tan grandes que cuando pisas dentro, sientes esa sensación de succión y atracción letal.

Más al sur de Asbel la gente había comenzado a quedarse sin comida así que la mayoría de ellos había optado por vivir en el norte, justo como nosotros. Cross hacia lo posible por traer dinero a casa, pero las cosas últimamente no andaban muy bien, la gente se quedaba cada vez sin dinero y los ricos… esos bastardos solo nos veían como escorias. La pequeña tienda de herramientas que había logrado establecer no daba ganancias desde hace tres meses así que había tomado un cuchillo, las flechas y el carcaj de mi padre y había salido a cazar algún animal en el bosque. La suerte había estado de mi lado durante algún tiempo, pero últimamente solo podía cazar animales pequeños y necesitábamos más.

Mire el reloj en la pared, justo las 9 de la noche. Me levante del suelo donde había estado sentado un rato afilando mi cuchillo. Ichiru, mi hermano, me miro curioso.

—   ¿Saldrás hermano?

—   Si Ichiru — Tome el Carcaj y lo acomode a mi espalda — Llevamos días sin comer decentemente. También necesitamos dinero.

—   He estado trabajando duramente tenemos lo suficiente para…

—   No Ichiru — Camine despacio hasta él y le tome las manos — Regresare en un par de horas, Cross no debe de tardar.

Salí de la pequeña casa escuchando el ‘cuídate hermano’.

Me interne en el bosque con el corazón palpitante, mis manos sudaban ligeramente y la garganta se me secaba. Nunca había entrado en el bosque de noche y por lo que había escuchado, no era bueno hacerlo. Camine durante un rato escuchando solo el crujido de las ramas al pisarlas, debía ser más silencioso si quería cazar algún venado. La noche iba avanzando rápido y mientras más me internaba más oscuro y silencioso se volvía todo a mi alrededor, mi ritmo cardiaco aumentaba cada vez más pero no podía darme por vencido, no podía dejar morir a mi hermano y a Cross.

Un sonido llamo mi atención y me escondí lo más rápido que pude entre las ramas del pequeño arbusto. Ahí se encontraba un venado, comiendo apaciblemente sin esperar nada o a nadie, trague pesado y despeje mi mente, tenía que matarlo pronto.

Me escondí dentro del arbusto, aún más, tratando de no hacer ruido; el venado seguía ahí. Tome una flecha y la tense en mi arco, exhale y solté el aire dejando que la flecha se deslizara. Fue un golpe certero, lo dejo tendido en el suelo sin mover un solo musculo. Me acerque con cuidado al animal y cerré los ojos al mirar el charco de sangre, no me gustaba matar y jamás lo haría si no fuera por necesidad. Tome la flecha con cuidado y fue entonces cuando escuche otro ruido muy diferente al de un animal. 

Me giré rápidamente y vi la cosa más horrenda del mundo, vampiro. Era un hombre de mediana edad con el rostro totalmente demacrado y con unos ojos tan rojos como la sangre. Camino despacio, tan despacio que la respiración se me corto. Ante mi estaba la bestia que odiaba con toda mi alma, sonriéndome con esos colmillos tan filosos que desgarraban la carne. Había escuchado horribles rumores sobre la forma en la que estos mataban a las personas, sentí una arcada terrible.

—   Sangre… Necesito sangre

El vampiro había hablado tan siniestramente que me había helado. Mi instinto me decía que corriera, pero no podía, mi cuerpo estaba congelado.

—   Tu sangre… quiero

—   Vete de aquí maldito monstruo — mi voz había sonado temblorosa pero aun así me mantuve firme — Vete de aquí si no quieres que te mate.

Sus colmillos se asomaron más y comenzó a avanzar. Mi mente volvió a gritar corre…

.

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Y lo hice.

Corrí lo más rápido que pude, el aliento se me acababa y la oscuridad me dificultaba el paso. Llego un momento en el que dejé de correr sintiéndome perdido, apreté la flecha que traía en mi mano.  Un horroroso grito sonó en todo el bosque y sentí una tacleada horrible tirándome al suelo, utilicé la flecha para protegerme tratando de empujarlo lejos.

—   ¡Aléjate de mí! — Seguía empujando, tenía que quitármelo de encima.

—   Sangre… Sangre

Hubo un momento donde la fuerza de mis brazos se acababa, el vampiro se acercaba más y más a mí. Pensé en mi hermano y en el tonto de Cross, pensé en su llanto cuando no estuviera y en su rostro triste, pensé en todo lo que aún no había podido hacer en mis 18 años de vida, sentí ira al no poder hacer nada y entonces… Entonces lo sentí.

Fue un calor en mi mano y en mi cuello, justo donde estaba la marca, sentí el frio metálico en mi mano y después se escuchó un disparo. El rostro del vampiro estaba quieto, ya no gritaba ni decía nada. Estaba muerto.

Respire agitadamente mientras el vampiro se volvía polvo. Mire mi mano y entonces me di cuenta; había una pistola muy hermosa, era del color de la plata y se veía muy fina, en el lateral tenia escrito Bloody Rose. Después de unos minutos me levante y regrese al venado tratando de asimilar lo que había pasado y buscando otra cosa que cazar, tal vez al venado ya se lo había llevado cualquier otro animal más grande.

Para mi sorpresa seguía ahí.

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Regrese a casa pasado de las 2 de la mañana, las luces aún seguían prendidas. Ichiru salió a recibirme con un abrazo y Cross con su llanto exagerado. Tendríamos que comer por un largo tiempo.  Lo que resto de la noche soñé con ojos rojos y colmillos penetrando mi piel.

En la mañana muy temprano me di un baño rápido y acomodé mi largo cabello plateado con una cinta. Cuando llegue a la cocina el desayuno se encontraba listo, no desaproveche nada de lo que habían preparado aquellos dos.

—   Fue muy bueno que trajeras al venado, podremos vender muy bien la piel

—   Ya me encargué de prepararla Zero — Ichiru sonrió con esa dulzura de siempre — Las astas ¿las quieres para fabricarte un arma o…

Un flash back vino a mi mente, la pistola la había guardado y no se la había mostrado a nadie.

—   ¿Zero? — Cross me miro preocupado y asentí

—   Estaba pensando en venderlas, posiblemente consigamos monedas de oro para sobrevivir al invierno que se aproxima

—   Tal vez Yagari quiera comprar la piel — menciono Cross emocionado y jure haber visto corazones por todos lados.

—   Entonces vamos

El camino al pueblo era relativamente corto, el mercado estaba lleno de gente realizando trueques y alguno que otro rico pagando con monedas de oro. Nos desviamos a una pequeña calle y entramos a la cantina. Había mujeres y borrachos por todos lados y justo en una mesa en el fondo estaba Yagari fumando un cigarro. Cross lo saludo con la euforia de siempre y reclamándole un no-se-que de hace muchos años.

—   ¿Qué es lo que tienen esta vez? — su voz sonaba rasposa debido al alcohol. Tome de mi bolsa la piel y las astas del venado. —¿Lo has cazado tú?

—   Fue ayer en la noche.

—   Es sorprendente. Más al sur esto ya estos están extintos

—   ¿Se ha puesto más peligroso? — Yagari asintió

—   Los vampiros que están llegando no son de Tomika, son de otro lugar.

—   ¿Otro lugar lleno de vampiros? — Ichiru trago pesado al escuchar la pregunta de Cross

—   La humanidad se está extinguiendo —Apago el cigarro y saco unas monedas de oro de su bolsillo — Si esto continua, dudo que sobrevivamos más de 5 años.

A mi mente regreso otra vez la sensación de ser perseguido por un vampiro, fuera de la clase menor o mayor, era horrible el sentimiento.

Los tres nos despedimos de Yagari con una reverencia, recordé entonces a Bloody Rose.

—   Debo regresar a consultar algo con Yagari — Mencione. Cross asintió

—   Iremos a comprar víveres

—   Los alcanzare más tarde

Volví a entrar en la cantina y busqué a Yagari hablando con un grupo de personas, talvez vendiendo lo que acababa de comprar.

—   Yagari me gustaría hablar contigo— el aludido me miro — en privado si no es molestia.

—   No se roben nada o juro que les partiré la cabeza — Los que estaban en la mesa rieron mientras nos encaminábamos a una pequeña sala detrás de la cantina — ¿Sobre qué quieres hablar?

—   Ayer no solo mate al venado que esta haya afuera — Yagari me miro expectante — mate a un vampiro.

Por primera vez pude ver una cara diferente de Yagari, se había asombrado y como no, ¿desde cuando un muchacho escuálido podía matar a un feroz vampiro? 

—   ¿Cómo lo hiciste? — mira alrededor y saque de mi capa la pistola.

—   Con esto… esto era la flecha del carcaj de mi padre y — me quede en silencio por un momento — se convirtió en esto

—   Escóndela muchacho — Yagari volvió a colocar en mi capa la pistola. — Que nadie se entere que mataste un vampiro ¿de acuerdo?

—   Pero ¿por qué?

—   Son cosas complicadas.

No hubo más palabras.

Esa noche cenamos por fin decentemente. Ichiru había hecho un buen trabajo con la carne y las verduras que cosechaba en su pequeño jardín detrás de la casa. Cross había podido comprar todo lo necesario para sobrevivir durante un tiempo hasta que volviera a cazar. Un escalofrió recorrió todo mi cuerpo.

Se escuchó un rugido potente y al siguiente minuto teníamos al causante de tal alboroto: un vampiro.

Su forma de bestia era indefinida, tenía una cabeza de león combinado con un cuerpo de lobo y grandes garras. Su pelaje era de un color borgoña oscuro y sus ojos quedaban en perfecta combinación. Nos miraba intensamente, tanto que se sentía como si nos atravesara.

—   ¿Quién fue? — su voz había sonado tan grave que me hizo hundirme más en el frio suelo donde había caído — ¿Quién mato al vampiro?

El silencio reino durante un momento antes de que diera otro rugido. Voltee a ver a Cross, su rostro estaba pálido y sostenía en su pecho a Ichiru… Mi hermano tenia lagrimas rodando por sus mejillas.

—   Yo

La bestia fijo su mirada en mí, ya no nos veía a los tres, solo a mí.

—   ¿Tu mataste al vampiro?

—   Yo lo hice — me tragué todos los sentimientos que tenía acumulados: ira, dolor, tristeza… — Yo le dispare al vampiro.

—   ¡Mientes!  — vocifero la bestia — Alguien tan pequeño y débil como tú no podría…

—   ¡Pero lo hice! — tome la pistola de mi bolso y le apunte — lo hice y puedo matarte a ti también.

El pánico volvió a apoderarse de mi cuerpo, le estaba apuntando a un vampiro. No a un vampiro común, le estaba apuntando a un sangre pura. Una carcajada se escuchó en todo el lugar, mis manos estaban temblando, pero no deje de apuntarle.

—   ¿Sabes que lo que hiciste viola el tratado firmado después de la guerra?

—   ¿De qué demonios estás hablando?

—   Violaste un tratado y ¿sabes cuál es la consecuencia? — no me moví de mi lugar — tu vida a cambio de la vida del vampiro que mataste.

Estaba perdido.

 

Notas finales:

¡Gracias por leer! 


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