La boda se efectuó a gran lujo y con exquisitez propias de los reinos.
La situación actual era: el sureste pasaría a ser un solo estado y su frontera seria abarcada por todos los colonos de las áreas pobres. Un acto muy noble de parte de sirio para impresionar a su amado esposo.
Y el reino del norte era aliado oficial del sureste, confirmándolo en un documento legal.
Al reino del oeste no le quedo alternativa y también tuvo que firmar el tratado de aliados.
Cuando la fiesta se dio por terminada, los carruajes de la princesa Lilian y el príncipe lycius ya los esperaban para el viaje a sus respectivos reinos.
Por otro lado; sirio contaba los minutos para por fin tener en su lecho a su amado severius, el cual parecía querer llorar pero se mantenía fuerte y no agachaba la cabeza, “todo es por mi reino, y por el bien de todos “era el pensamiento que surgía como su consuelo.
_te amo tanto, seremos muy felices_ le dice en susurro sirio mientras le tomaba de la mano para su ultimo baile.
Severius no sabía cómo rechazaría a su ahora esposo y rey, después de esa velada irían a su nuevo “hogar”, al castillo del rey sirio brack donde pasarían su “luna de miel”, lo cual tenía que pasar, era una costumbre desde siempre.
El tiempo pareció pasar muy rápido a propósito porque cuando menos se lo esperaba; ya estaban en su nuevo hogar, de la mano con sirio quien lo veía con una gran sonrisa y una mirada lujuriosa.
Sabía lo que le esperaba. “siempre hay una forma, siempre hay una forma de escapar”_ pensaba mientras se sentía mal por intentar escapar en el primer día se su boda y con un príncipe que aparte de hermoso parecía quererlo.” Debo aguantar, todo saldrá bien”, “si le digo que aún no estoy listo para entregarle mi virginidad, tal vez me comprenda y me dé más tiempo”_ pensó de una manera muy infantil.
Sirio miraba que su amado parecía a punto de llorar, y no era para menos, lo había arrancado de su amada princesa Liliana “en la guerra y en el amor todo se vale, que pena que sea por las malas nuestro comienzo juntos”_ eran los pensamientos de un sirio sonriente, pero malvado.
En la alcoba de los reyes (sirio y severius).
Por mandato del rey sirio, todos los sirvientes y guardias se habían ido del castillo solo por esa noche, claro que los alrededores estaban protegidos de algunos guardias, los más fuertes.
_esta noche serás mío mi lindo severius_ le susurra al oído mientras lo abrazaba por la espalda y lo conducía a la cama; la cual tenía algunos pétalos rojos encima ubicados en forma de corazón.
_sirio… ¿así lo puedo llamar?_ a lo que este le sonrió y le asintió en señal de aprobación_ y-yo aún no estoy preparado, p-para ser suyo, aún…_no siguió hablando porque sirio lo había soltado y lo había girado para que lo viera a los ojos que parecían tan fríos y serios.
_no me importa, te dije que serias mío hoy _volvió a sonreír_ aunque sea por la fuerza.
Dicho esto lo empuja a la cama (la cual por cierto era muy grande), y empieza a desvestirlo con rapidez, a lo que severius intentaba resistirse y si es posible huir para no terminar siendo violado por su esposo. Pero sirio era más fuerte y con una mano toma las dos se severius y las coloca por encima de su cabeza, logrando su cometido de desvestirlo casi completamente.
-mi amado príncipe – pronunció con ternura acariciando su cabello, sonrió sombríamente y se separó de el para así quitarse el también su vestimenta, quedando segundos después igual que severius, el cual miraba con temor en sus ojos la erección que tenía sirio.
En un acto de valor se levantó de la cama y corrió a la puerta, la cual estaba cerrada fuertemente. A los segundos sintió como otro cuerpo lo apresaba fuertemente contra la puerta y como unas manos recorrían sin pudor su cuerpo de una manera salvaje y lasciva.
_p-por favor no…s s-sigas, te lo ruego_ Los ojos del menor se estaban humedeciendo.
_lo siento, pero no puedo parar.- Puso una sonrisa pervertida y empezó a lamer el cuello y el pecho de su esposo. Él cual ahora lo miraba con suplica. Siempre fue cuidado a gran mimo por sus fallecidos padres y el amor era lo que siempre se le recalcaba desde pequeño, como el motivo de vida de las personas.
Su excitación estaba al máximo... porque ver a ese inocente menor bajo su dominio. Verlo completamente indefenso lo encendía y le hacía pedir más de esos gemidos y lágrimas.
Con su mano empieza a masajear el aún no despierto miembro de su pequeño pero no logrando mucho. Vuelve a la parte de arriba para tocar y pellizcar los rosados pezones de su víctima, lamiéndolos con gran lujuria.
Severius entre gemidos y jadeos pedía ayuda.
En un momento, el peli azul paró y llevó su cara cerca de la de severius para besarlo salvajemente, introduciendo su lengua en esa cavidad tan suave y húmeda. Por falta de aire se tuvo que separar del menor y aprovechando el momento Lo alza en brazos y lo vuelve a acostar en la cama, poniéndolo de espaldas , y dándole pequeños y fugases besos en todo el cuerpo .dejando marcas en todo su recorrido, como si lo marcara.
Luego lame sus dedos provocativamente, siendo visto por severius que lo miraba entre asustado y curioso por lo que haría su esposo.
Acabando sus dudas cuando el primer dedo entro en su cavidad, dilatándola un poco; con desesperación trato de salir corriendo otra vez, pero sirio estaba encima de él ,y su cuerpo estaba tan pegado al suyo que podía hasta sentir su respiración agitada en su cuello. El segundo dedo que introdujo fue más tortuoso con más fuerza, removiéndolo por dentro y el tercer dedo lo hizo gemir más, pero no de placer, sino de dolor.
Se sentía tan sucio, tan impuro, y ya algunas lágrimas empezaban a caer por sus mejillas.
Sirio Estaba tan caliente... el dolor de severius le estaba provocando una erección enorme. Que ya antes era enorme, ahora lo era más.
_mi amor mira lo mucho que me haces sentir_ eso sonaba más un reproche_ asume las consecuencias de ser tan jodidamente hermoso , amor_ dicho esto lo voltea quedando cara a cara. Y eleva las piernas del pequeño hasta sus hombros.
Al ver la enorme erección de sirio _ -¡Noo! Por favor... para… no... te… lo ruego.- Las lágrimas caían por todo su rostro.
Pero sirio no tenía intenciones de parar así que (como todo buen violador) comenzó a introducir su miembro dentro del menor de una estocada con salvajismo y con fuerza, pero severius era tan estrecho que algunas gotas de sangre emanaron de su entrada .haciéndolo ver mucho más hermoso. A sirio le encantaba ver esa imagen.
Las penetraciones se hacían cada vez más rápidas y con más fuerza, y severius solo podía apretar las sabanas intentando sostenerse de la brutalidad con la que era envestido.
Severius pedía inútilmente que parara, que ya no podía más .pero sirio no lo escuchaba mas bien veía que los labios de su amado se movían, pero nada más. Todos sus sentidos estaban enfocados en poseerlo.
Fueron muchas las horas en las que sirio hizo lo que quiso con severius, y las embestidas habían bajado de intensidad por suerte, pero no se habían detenido. Lo que si había subido de intensidad eran los besos que traían gran lujuria y desbordante pasión.
Terminaron cuando sirio se corrió muchas veces en el interior de su amor.