Había estado todo el día trabajando, no porque quisiera sino porque era su obligación, el almuerzo y la cena los tomo en el comedor junto a Harry y Severus pero no pudo compartir con ellos el suficiente tiempo, de igual forma no podía sacarse de la cabeza la explicita invitación que le había hecho el fértil esa mañana cuando le había llevado el desayuno, aun podía escuchar en su mente la frase, además de que también imaginaba a ese semejante espécimen susurrándole aquellas palabras al oído –espero que me canses más- esa simple frase dejo volar su imaginación y muy alto, se había propuesto trabajar arduamente y lanzarse a los brazos de Snape apenas tuviera la oportunidad, aunque eso estuviera tardando más de lo que le gustaría, de cualquier manera tenía plena confianza de que el menor lo esperaría. Tan metido estaba entre sus no tan inocentes pensamientos con Severus y su trabajo que no sintió cuando la puerta fue abierta, ni tampoco fue consiente de los pasos que se acercaron hasta a él.
Severus simplemente sonrió, había estado indeciso en si ir o no al despacho de Sirius, pero como Harry había decidido caer dormido tan temprano simplemente fue como una señal de que debía hacerlo, cuando entro el hombre ni siquiera noto su presencia ni tampoco cuando se acercó a él de forma lenta, la verdad estaba entre las ganas de que dirigiera su mirada hacia él o sorprenderlo mientras estaba tan concentrado en no sabe qué cosas, gano la última
-¿Ocupado?- pregunto de improvisto casi en su oreja, haciendo que el animago diera un salto en la silla, no pudo evitar reírse de la situación
-¿Severus? No te escuche- se quejó Black cuando se había recuperado de la impresión
-Lo siento, lucias tan concentrado que no pude evitarlo- volvió a reírse aunque en esta ocasión con menos intensidad que la anterior, si se burlaba mucho sabía que Black se enojaría
-Malvado, querías asustarme- dijo Sirius con fingida molestia y mucho más al levantarse de la silla y ubicar sus manos en la cadera del fértil acercándolo para besarlo profundamente, Dios, cuanto había necesitado ese contacto
-Puede ser una mínima venganza de lo mucho que me hiciste en el colegio- se disculpó Snape, tocando un tema que había parecido hasta el momento tabú para ambos hombres, aunque el menor parecía no mencionar aquello con algún tipo de rencor o sentimiento negativo
-Siempre estaba pendiente de que no fijaras tu mirada en nada que no fuera yo- confeso un poco avergonzado el animago
-Funciono- explico el fértil dejando un momento para que ambos pudieran saborear el significado de esas palabras que se estaban diciendo, hasta que no pudo más y añadió- justo como ahora- y volvió a unir sus labios con los del hombre junto a él
-No- hablo de repente Sirius, aunque no podía ser que no quisiera que lo besara porque volvió a repartir besos en los labios de Snape
-¿No qué?- pregunto confuso Severus
-No estoy ocupado, tengo todo el tiempo que necesites- una sonrisa coqueta afloro en los labios del animago derritiéndolo de inmediato, recordaba esas sonrisas en el colegio, siempre las tenía para conquistar, jamás pensó que ese hombre le dedicara alguna a él, aunque esta le parecía diferente pero no lograba definir en qué, y no tenía la intención de pararse a meditarlo-¿Quieres que te canse?- pregunto al fin Black cuando tuvo suficiente de dar besos esporádicos en el rostro del fértil
-Me encanta que lo hagas- respondió soltando también una sonrisa coqueta en el acto, volvieron a unirse en un beso apasionado
-Si seguimos así no voy a esperar a que lleguemos arriba- planteó Black mientras besaba con ahínco el cuello del otro y sus cuerpos se rozaban con descarada pasión
-Tal vez no deberíamos esperar.- Sirius paro en seco cualquier movimiento, ¿en serio era Severus Snape el que le decía esas palabras? No es que le molestara simplemente era que nunca creyó que el menor fuese tan…ardiente; tardo unos momentos en sopesar la idea, con más fuerza de la necesaria arrojo todo lo que estaba encima del escritorio y de un solo tirón subió al menor en la mesa, sus labios volvieron a unirse de una manera desesperada en un total arranque de pasión y lujuria, era tanta la excitación de ambos hombres que Sirius ni corto ni perezoso destrozo la parte superior de la túnica que llevaba Snape ese día y aunque por un segundo se atravesó en su mente que había hecho mal, el gemido que soltó Severus por la acción le confirmo que era todo lo contrario, el resto de la ropa desapareció de igual forma que la primera logrando que ambos cuerpos prácticamente se restregaran en un baile sensual y sumamente atrayente, era como el preámbulo de lo que iba a suceder, besos y caricias pasionales se descargaron en el cuerpo del contrario de una forma descarada para después ser reemplazadas por mordidas y lamidas en extremo ardientes, la sensación de que tu piel quema al contacto con la contraria era lo que cada uno de ellos sentía y era la razón por la cual buscaban más y más contacto, hasta que la espera se hizo insostenible.
Sirius se puso de rodillas para hacer por primera vez lo que nunca pensó en hacer, y es que debía reconocer que muchas veces buscaba su propio placer que el beneficio de la otra persona, sin embargo en esta ocasión (como siempre que había estado con Severus) deseaba que ambos tuvieran una experiencia gratificante, así que con más valor del que el mismo hubiese creído tener acerco su boca a la apretada entrada que le había hecho tocar las estrellas y que muy pronto lo recibiría de nuevo, su lengua se paseó por el sitio de forma exploradora sacándole un jadeo a Snape que le animo a seguir por ese camino, con un poco más de audacia se fue enterrando y paseando por sobre y dentro de la cavidad del fértil, logrando como recompensa gemidos de pura excitación y la pronunciación de su nombre con esa voz que lo ponía a mil. Severus no podía creer cuando vio a Black ponerse de rodillas, estaba seguro que era una broma de su sucia mente, pero al sentir esa lengua juguetona atacar su entrada fue como si subiera al cielo de un solo tirón, pero la cosa no termino en eso, Sirius se empecinaba en mostrarle que tan buen amante era y las cualidades que aún no veía del hombre, no podía evitar llamarlo entre gemidos, jamás había sentido nada parecido, si hasta su ex novio lo había trato de “frígido” (y cabe resaltar que eso no es algo fácil de superar) pero ahora entendía que el problema no había sido él sino su ex novio que no había sabido sacar toda la pasión que se acumulaba en su interior y que había explotado de forma maravillosa con Black, había perdido la cabeza en ese mar o mejor océano de placer y ahora con voz suplicante le rogaba a Sirius que se lo jodiera hasta que no tuviera conciencia, sí definitivamente era lo que quería y lo peor, o no tanto, es que no le daba nada de pudor pedírselo a Black.
-Jodeme ahora- exigió en un movimiento que prácticamente había tomado desprevenido a Sirius, puesto que estaba en su tarea cuando sintió que Severus se acercaba a él alejando su parte baja y en todo su lóbulo de la oreja le rogaba que se lo follara, era de lo más irracional pero como le gustaba, esas solas palabras hubiesen bastado para que se corriera, pero no iba a hacerlo, estaba más que deseoso de entrar en ese cuerpo que lo esperaba con ansias
-Eres mi perdición- declaro Sirius mientras le abría más las piernas Snape y se enterraba de manera rápida y firme dentro de él, rasgando un gemido de puro placer en ambos, quiso, en verdad quiso esperar pero fue Severus el que comenzó a moverse de una forma rápida y necesitada y claro que él estaba igual por lo que le siguió el ritmo de manera inmediata, las estocadas fueron desde el principio erráticas y llenas de pasión desbordante y como si fuese la cereza del pastel ambos se deshacían en sonoros gemidos que iban desde guturales expresiones hasta sucias palabras dichas al oído, el pobre escritorio se movía de un lado para el otro ante la implacable actividad de los amantes resistiendo lo más que podía los fuertes embiste que la pasión obligaron a tener a los dos hombres, después de varios minutos de glorioso encuentro el orgasmo los alcanzo como si fuese lo más maravilloso del mundo, de hecho ambos podían jurar ante las tumbas de los gloriosos fundadores que había sido el mejor encuentro de toda su vida y el tan extenso y húmedo orgasmo así lo corroboraba.
Recuperar la normalidad en la respiración les había tomado más tiempo del que nunca antes hubiesen necesitado, además de que aún seguían unidos y aparte abrazados como si no quisiesen dejar ir ese momento tan maravilloso que habían pasado pero como todo llega a su fin, Sirius salió del cuerpo del menor de forma delicada acomodándose en el sillón frente al escritorio con Severus entre sus brazos, por varios minutos estuvieron callados, simplemente dándose mimos post orgásmicos que se sentían maravillosos.
-No puedo creer como me haces perder la cabeza- fue la frase que eligió Severus para salir del silencio en el que estaban, y aunque no fuese un silencio incomodo si tenía la sensación de que debía decir algo, lo que fuera
-¿Yo a ti? ¿Quién fue el que propuso hacerlo aquí?- pregunto Sirius en un tono de fingida indignación
-No vi que te quejaras mucho, de hecho no te quejaste nada- respondió el menor con toda convicción
-No iba a dejar pasar semejante oportunidad- rebatió, estaba claro que no iba a quedarse con las ganas de molestar a Snape por su tan activa participación
-Sacas lo peor de mí, siempre ha sido así- declaro el fértil también con fingida indignación que logro que ambos hombres rieran
-Y me encanta hacerlo- respondió Sirius besando de forma profunda al menor, aunque ese beso no tenía nada de sexual, era calmo y apasionado pero no erótico
-Me encanta que lo hagas- declaro este cuando el beso hubo terminado y volvieron a sumirse en otro silencio que de nuevo no era incomodo- rompiste mi ropa- dijo lo obvio al ver las prendas regadas por toda la oficina
-Fue el momento, discúlpame, te comprare ropa nueva- fue la respuesta sin importancia que dio Black ante lo dicho por el otro, pero parece que Severus si le dio importancia puesto que se separó de los brazos que lo sostenían y fijo su mirada un poco enojada en los ojos oscuros de Sirius
-No quiero que me compres ropa- declaro con tono que no daba oportunidad a pensar que era una broma
-Ven ¿Qué pasa? ¿Cuál es el problema?- Sirius había tratado de volver a capturar en sus brazos a Snape aunque este se resistió y endureció un poco más la mirada
-No soy tu puta para que me pagues el que me acueste contigo comprándome cosas- las palabras salieron de sus labios casi sin pensar en lo que estaba diciendo, realmente si le había dado esa sensación pero no quería dársela a conocer a Black, maldita sensación de relajación que venía después de una buena sesión de sexo
-¿Cómo?- pregunto estupefacto Sirius abriendo grande sus ojos- yo jamás tuve esa intención- declaro convencido de lo que decía- se supone que cuando aceptamos el trato de compartir la custodia de Harry, mi parte consistía en correr con todos los gastos y eso incluye los tuyos, si hasta me llamaste “tu banco”- esas palabras hicieron desviar la mirada de Snape, recordaba perfectamente que había llamado de esa forma al otro, pero jamás pensó que este tuviera intensiones de llegar a tanto comprándole ropa- Severus escucha, con o sin sexo, igual lo hubiese hecho, lo voy a hacer, y no hay nada que puedas decir o hacer para que cambie de opinión- su mano se había posado sobre la mejilla de Snape y lo había obligado a que enfrentaran sus miradas, viendo como la dureza en la mirada del menor se hacía cada vez más suave, por Dios!! Podría volver a comérselo allí mismo
-Siendo así- hablo Severus con calma, de forma suave mirando a los ojos al hombre frente suyo- tienes el derecho de romperme muchas más ropa- y completo con un beso sensual, esas solas palabras habían logrado poner duro de nuevo a Sirius, si antes había pensado en dejarlo pasar, ahora sí que no se salvaba, de un solo movimiento ya estaban en la habitación de Severus sobre la cama y comiéndose la boca, aunque claro no era lo único en lo que iba a quedar.
Al día siguiente Severus de nuevo despertó solo, aunque esto ya no le extrañaba pero cada vez que pasaba le daba una sensación amarga en la boca del estómago, que atribuía al hambre de la mañana. Como todos los días (o por lo menos desde que dormía con Sirius) se levantó para arreglarse porque ya era muy tarde, cuando bajo a desayunar se encontró con la mesa puesta solo para él y un Sirius sumamente guapo arreglado para salir con un tierno Harry que estaba ya listo, una de sus cejas se enarco en una muda pregunta que Black no tardo en captar, le empezaba a gustar esa complicidad entre ambos
-Apúrate, tenemos mucho que hacer- dijo con una sonrisa el animago
-¿Cómo que mucho que hacer?- pregunto confuso sentándose a desayunar siendo mudamente presionado por la presencia de los otros dos
-Tenemos que ir a comprar muchas cosas- comento feliz y se acercó para susurrarle en el oído- y seguir destrozando tu ropa- el sonrojo extremo que alcanzo la cara del fértil fue toda una delicia para el mayor que se río internamente
-Tonto- dijo Snape desviando la mirada y volviendo a su desayuno, solo que ahora comía más rápido y una sonrisita se instaló en sus labios, muy parecida a la que tenía Sirius en los suyos.