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El ángel que cayó de su nube por Reiga

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Notas del fanfic:

Hola chicas!!

Por aquí con un nuevo shot ahh~ hace ratito que no escribía uno y este me salió ahora en la mañana. Este un fics algo diferente ya que a pesar de que es aokaga no lo considero Yaoi, ni hetero (aclaro) solo ellos dos <3 , ya lo verán cuando lo lean, en lo personal me gustó mucho así que espero les guste lindas y de antemano muchas gracias por leer y comentar

Los personajes no me pertenecen.

 


~El ángel que cayó de su nube~


 


Soledad


Eso era lo que le esperaba al llegar a su casa. Un lugar frio y oscuro al que le habían arrebatado el sol.


Así es, sus soles. Sus padres habían muerto  hace unos  meses y lo único que le habían dejado habia sido a sus hermanos menores uno de 10 y otro de 14, aquellos niños por el que hubiera dado su vida, si le hubieran dado la opción hace unas semanas.


Para el joven moreno era un martirio volver. Cada vez que llegaba el peso y deseo de cometer un error como lo llamaba su amiga se hacía más grande.


Sin embargo, ahora; al mirarla la encontraba mas tranquila. Se atrevió a sonreír mientras miraba el objeto con el que el día anterior habia tratado de quitarse la vida, ahora seguía teniendo los mismo deseos pero no tenía esa desesperación que le habia acompañado los días anteriores. Estaba tranquilo y en paz. Quizás y este era el momento y sus adorados hermanos le perdonaría por querer acompañarlos.


Estaba seguro de ello.


Un sonido estruendoso lo saco de sus pensamientos y sus acciones, asustándolo por lo fuerte. Dejo el vidrio a un lado de manera inconsciente y despertando del letargo en el que se encontraba. Se levantó molesto por lo que suponía era algún animal intruso  que seguramente estaba hurgando su basura.


—¡Condenado perro! — exclamó ya viendo al perro de la vecina que estaba empecinado el joderle su basural.


Sin embargo esta vez no fue el perro de la vecina, ni los gatos haciendo sus cochinadas, tampoco las aves que se aglomeraban en su basural. Esta vez un niño de no más de ocho años lo miraba sonriendo apenado. Su cuerpo estaba casi sumergido y sus delegados bracitos podían notarse sobresaliendo de las bolsas negras, una cascara de plátano lo suficientemente podrida adornaba  su rojo cabello.


—¿Cómo entraste aquí? — le preguntó mientras lo ayudaba a salir.


—Me caí


—Aha, acaso tienes hambre que estás hurgando mi basura…¿De dónde saliste mocoso? — dijo ya molesto por la presencia del niño, que seguía con esa sonrisa pintada.


—No soy mocoso y ya te dije que me caí  — le menciono, sin mirarlo mientras se limpiaba la basura de su cuerpo —estaba caminado tranquilamente sobre mi nube hasta que esta se hizo puff — decía el menor con gestos exagerados —y luego paff — apretó su manos  —me caí… ¡o dios santo! ¡Van a matarme! Tendrás que ayudarme, hablar  a mi favor y decir que no fue mi culpa


Aomine suspiro hondamente.


—Yo no tengo tiempo para esto niño —lo tomo de su polera por la espalda


—¡Ay! Ay ¡mis alas! ¡Mis alas!! — ante semejantes gritos Aomine lo soltó rápidamente —Como se te ocurre agarrarme así, que no sabes que las alas de un ángel son delicadas… ¡animal! ¡Bestia!¡Bruto!


Aomine estaba que no lo creía y una vena estaba por reventar en su frente.


—Mira mocoso…


—No soy mocoso, me llamo kagami dilo… Kaaaa-gaaa-miiii — un tic acompañaba la palpitante vena ahora.


—Mira bakagami… —se quedó callado al ver que el pequeño pelirrojo estudiaba su nuevo apodo


—¿Bakagami?, ¿baka-gami? ¿Baka? ¿Kagami? ¿Bakagami? ¿!Me estas llamando baka!? 


—¿Al fin lo pillas? —una cosquillita se alojó en su pecho al ver sus mejillas infladas, queriendo contestarle pero no tenía idea de cómo — como sea vete por donde entraste — dijo entrando de nuevo a su casa.


El pequeño corrió hacia el chocando de lleno con  la puerta.


—No puedo irme solo, ¡Tienes que hacerte cargo de mi hasta que se den cuenta de que no estoy! ¡¡Oye!!


—¿Cómo que hacerme cargo? — dijo abriendo la puerta y viendo con asombro como el intruso entraba como si nada.


—Ya te dije que me caí de mi nube, no puedo volver solo. — Aomine dio un largo suspiro


—Haber señor ángel, porque no agarras tus alas y te vas? —el moreno ya se estaba hartando ese mocoso era el claro ejemplo de si no puedes con ello únetele.


—¿Acaso no entiendes nada de lo que digo? — Aparte de eso ahora lo trataba de tonto —¿crees que de haber podido volar me habría caído?


Punto para el enano pensaba Aomine, luego se recrimino así mismo por casi entrar en su juego.


—Puedo volar pero no por mucho tiempo, mis alas son muy pequeñas y débiles aun — dijo el menor volteando — además volver no es sencillo el espacio tiempo es diferente, volando simplemente no se llega, menos yo que no tengo ese poder.


—Bien, no se tu pero yo no veo nada, estafador


—Ahh debe ser porque no me crees mmm… —miro los alrededores hasta que dio con un pedazo de vidrio —¡mira!


El moreno se asustó cuando el menor con seguridad se cortó la muñeca. La sangre broto si  remedio.


—¡Idiota! — le grito tomándolo de la muñeca y arrastrándolo al baño, se sentó en el retrete, y humedeció una pequeña toalla que tenía colgada —¿porque hiciste eso? — le decía mirándo la cortada con preocupación.


—Está bien, sanara rápido mira — Aomine miraba la herida por donde delicadamente pasaba la toalla notando como la sangre dejaba de fluir, volvió a limpiarla y asombrado veía como esta se cerraba —solo fue superficial, por lo que sano más rápido aun.


Aomine no terminaba de creerlo. Y miraba al menor con suspicacia.


—A ver, vuela


Kagami le miro y sonrió. Aomine con asombro vio como el menor comenzaba a elevarse con una sonrisa radiante en su rostro de apoco iba viendo esa pequeñas alas blancas que tenían un brillo celestial. Hasta que dio de lleno con el techo.


—¡Ay!


—No eres muy inteligente ¿verdad? A que eres el último de la cadena — el moreno rio por primera vez en mucho tiempo.


—Oye… — puso carita de no entender —¿me estas insultando?


—¿No como creses?


—No lo sé, tengo una sensación extraña, creo que me estas molestando — decía con seguridad el pelirrojo y  Aomine suspiro


—No me sorprende que te hayas caído de tu nube —susurro saliendo del baño


—¿Que dijiste?


—Nada, nada entonces estarás aquí hasta que alguien note que desapareciste.


—Sí, mi tutor debería notarlo


—Como sea, entonces quédate ahí y no te muevas hasta eso pase. Le ordeno retirándose a la cocina.


Kagami le hiso caso y estuvo sentado un buen rato hasta que se aburrió comenzando a recorrer la casa. Un cuadro   llamo su atención, en él se encontraba el moreno hincado con dos niños a su lado. Los tres sonreían tan felices en la foto que provoco que el mismo sonriera.


Pero algo en definitiva no andaba bien, ese chico en la foto no era el mismo que ahora estaba en la cocina, miro la casa y recién noto el desorden. Lo oscura y desolada, la poca preocupación que habia en ella, los vidrios rotos.


—¿Qué haces?


Kagami le miro, quería saber quién  era. Se elevó hasta él y llevo su mano temerosamente a su frente, nunca lo habia intentado y desconocía si tenía ese poder o no, solo lo habia escuchado.


Al tocarla una ráfaga de recuerdos momentos y sucesos le llegaron viviéndolos como si fueran propios. La opresión la sintió en su pecho y dentro de sí, un  sin fin de sentimientos negativos le embargaban hasta que aomine aparto su mano de su frente.


—¿Qué haces?


—Yo… Yo… lo siento — dijo al borde de las lágrimas — no sabía si funcionaria no… — no sabía si lloraba porque sentía que habia hecho mal, o porque la tristeza por la que habia y estaba pasando el moreno la sentía como si fuera suya.


—¿Qué hiciste? — preguntó molesto y preocupado a la ves.


—Vi… vi dentro de ti, perdona no debí, has sufrido tanto… po-por tu cabeza han pasado tantas cosas.


Aomine le mirada preocupado mas no enojado.


—Ya… ya deja de llorar —se agacho y acaricio sus cabellos


—Perdón — decía entre hipidos llevando sus manos a sus ojitos aguados.


—No importa, pero ya deja de llorar.


Kagami de apoco iba deteniendo  su llanto pero su cuerpo seguía con espasmos, en eso tomo la muñeca de Aomine.


—No lo vuelvas a hacer —Aomine volvía a sonreír.


—¿Dejaras de llorar? —kagami asintió enérgicamente mientras se secaba sus ojos y mejillas. —bien quédate aquí iré a comprar.


—Iré contigo —exclamo alegre, volando alrededor del moreno.


Aomine le miro, su polera y pantalones blancos se encontraban sucios. Sus pies también estaban descalzos. Así que fue por ropa de uno de sus hermanos a aquellas habitaciones que seguían estando intacta.


—Oye puedes esconderlas para ponerte esto — dijo mostrándole el poleron, e inmediatamente  las despareció, Aomine le quito la polera  y los pantalones. — Debe hacer frio así que mejor un poleron — kagami asentía


Luego de eso Aomine iba de la mano con el menor, lo miraba de vez en cuando, sintiéndose acogido por esa cálida mano que agarraba con firmeza y seguridad la suya.


Durante el trayecto ida y vuelta el mas fascinado habia sido Aomine, el menor reaccionaba a cada cosa nueva que veía. Cuando pasaron al lado de una casa kagami habia gritado y casi llorado cuando un perro le ladro. Tuvo que tomarlo en brazos ya que las piernas no dejaban de temblarle. 


Ahora ya se encontraba sorprendido por lo mucho que habia comido, era un barril sin fondo de ello estaba seguro.


—Bien a dormir


—siiii ¿puedo dormir contigo?


—Supongo — dijo Aomine   caminando a su habitación, apenas kagami diviso la cama se lanzó encima saltando y cayendo de trasero al suelo


—Ay~


—¡Oi! ten mas cuidado


 —heheh — rio apenado — lo siento 


—Toma ponte esto — le dio un pijama


Una vez listo Aomine acomodo al pelirrojo al rincón y se acostó a su lado. Frente a frente.


—¿Cómo estás? —pregunto el ángel llevando su pequeña minita a sus azules cabellos


—mmm —dijo sintiendo la tranquilidad transmitida por esas suaves caricias.


—¿Te sientes mejor?


—De alguna manera sí, me siento tranquilo.


—Si me quedo aquí contigo ¿serias feliz de nuevo?


Aomine abrió sus ojos y miro al menor. Sus ojos rojos demostraban tanta paz, ingenuidad, inocencia, ternura, sinceridad.


Sin embargo el recuerdo de sus propias palabras lo trajo a la realidad. Cuando notaran que no estaban vendrían para llevárselo. De nada le servía encariñarse, si como todo lo que quería se lo arrebataban.


—shh… duérmete.


Kagami sonrió y se acero a él poniendo su cabecita en su pecho, Aomine intuitivamente lo abrazo, con un miedo que desconocía a que no estuviera en la mañana. 


 


~


 


—Oi… kagami


—mng


—Despierta iré a trabajar, solo medio día — le decía mientras este se incorporaba en la cama, bostezaba y se refregaba sus ojitos —Escúchame bien, quédate aquí, no salgas de la casa, no le abras  a nadie. Ni siquiera salgas al jardín si escuchas el timbre, solo aquí tratare de no demorarme. Tampoco ocupes la cocina, te deje prendida la tele para que no te sientas solo. ¿Ok?


—Hai ¡que te vaya bien!


Aomine sonrió y le desordeno el cabello antes de despedirse.


Kagami se levantó y miro la oscura habitación y volvió a recorrer la casa.


—yoshh, vamos a ordenar este cuchitril — dijo refregándose las mangas de su pijama.


Abrió las grandes cortinas notando como inmediatamente las habitaciones se iluminaban con la claridad de la mañana. Sacudió los cojines, barrio cada rincón, los trozos de vidrio uno por uno los recogió sacando toda la basura que el moreno tenia acumulada, claro que los dejo en la entrada de la puerta pues el moreno le habia dicho que no saliera.


Aomine por otro lado se habia apresurado en hacer lo suyo, no quería dejarlo solo, el miedo a que llegara a su casa y ya no estuviera lo tenía preocupado.


Al llegar, fue inevitable no notar el cambio en su casa, un infantil tarareo lo guio a la cocina y lo vio arriba de una silla lavando la losa.


—Un ángel lavando la losa, esto es nuevo


—¡Aomine! ¡Llegaste!


—No aun vengo en camino


—¿En camino? — pregunto bajándose de la silla y buscando un paño para secarse la manos. Aomine suspiro otra vez, al parecer no entendía en absoluto el sarcasmo  


—Si,  ya llegue, y al parecer hiciste de las tuyas en mi casa.


—¿Lo viste? A que se ve mejor, la luz trae alegría no te olvides nunca de eso, no la prohíbas en tu casa.


—Claro que no — dijo sonriendo mientras cerraba sus ojos. Entendiendo también de otra manera esas palabras.


El día volvía a transcurrir, y Aomine habia optado por salir a comer fuera,  no tenía mucha variedad, pues hace un tiempo habia dejado de preocuparse si comía o no. De vuelta habia pasado a un parque y habia disfrutado de ver al pequeño jugar con otros niñitos.


De nueva cuenta llegaban a su casa y ahora preparaba el baño


—Waa que rica  —dijo kagami hundiéndose y luego volviendo a salir del agua, Aomine solo sonreía mientras lo observaba.


Su mente se relajó completamente, recordó también a sus hermanos cuando irrumpían su baño sin importan que este estuviera ocupándolo.


Ahora nuevamente estaban acostados.


—Lo pase muy bien Hoy, gracias Aomine —decía venciéndolo el sueño   


—De nada —“Gracias a ti por caer de esa nube” sonrió abrasándolo.


Aomine despertaba somnoliento al escuchar un ruido extraño, vio en sus brazos al pequeño y se levantó con cuidado de no despertarlo.


Cuando llego al comedor prendió la luz y casi se murio de un infarto al notar un ángel en toda la regla. El hombre  era de contextura pequeña y fina, su traje era blanco y su cabello de un rojo peculiar, levitaba unos centímetros sobre el suelo pero sus alas estaban estáticas y radiantes. Sus brazos permanecían cruzados al igual que sus pies. Su mirada, era tan fría y severa como el mismo glaciar.


—¿Donde esta kagami?


—¿Te lo vas a llevar? — apretó sus puños


El ángel lo miro y se acercó con elegancia poniendo una de sus manos en su mentón y mirándolo directamente a los ojos


—Ya veo — Aomine supuso que con solo ese gesto el ángel sabía todo de él.


—¿No… No puede quedarse?


—¿Por qué debería? —el ángel lo sabía. Habia visto dentro del él, el profundo cariño que el moreno le habia tomado al menor —lo lamento pero eso es imposible, te pido por favor que lo entiendas


—¿Por qué no Akashi? — Kagami apareció detrás de Aomine — ¡quiero quedarme con él hasta que sea feliz otra vez!


—Ya lo es — afirmo el ángel mayor —Lo has ayudado lo suficiente


—Pero…


—¡Kagami! — kagami titubeo ante el fuerte tono


Aomine cerró los ojos, y se apretó los dientes. ¿Era feliz?, se hinco y puso su mano en el hombro del pelirrojo que estaba a punto de llorar.


—Está bien, estoy muy contento de que hayas caído de esa nube, no sé cómo lo hiciste, pero realmente me ayudaste. — desordeno sus cabello, y le dedico una sincera sonrisa


El menor a pesar de que ahora caían dolorosas lágrimas por sus ojos ahora sonreía también.


Aomine lo abrazo y tomo en brazos.


—Siempre y puedo caerme de nue…vo —dijo cayendo en la inconciencia el pequeño. Aomine se preocupó.


—Solo está dormido, es mejor así — dijo Akashi dejando  en evidencia que él lo habia provocado — no quiero que sufra así que hare que no te recuerde.


Aquello le dolió, no quería que kagami lo olvidara.


—Contigo no veo motivos para hacerlo, no eres una mala persona, solo te pido que vivas tu vida, hay personas que se preocupan por ti aunque ya no estén a tu lado.


—¿Qué quieres decir? — lo miro y reconocía que se le hiso extraño verlo sonreír.


—Kagami no se cayó como cree, lo empujaron tus hermanos mientras jugaba, rompieron un millón de reglas con ello pero no les importo — Aomine abrió sus ojos a más no poder con aquella información. Akashi suspiro y se dispuso hablar más de lo que debía. — ibas a matarte, ya estabas perdido, tus hermanos estaban preocupados, al ser ángeles impuros no podían hacer nada así que “mandaron” a kagami, que al ser un ángel puro de nacimiento podía cruzar los límites  y ayudarte con tan solo mirarlo. La luz trae alegría, eso es kagami.


Aomine sonrió al sentir que habia comprendido aquello antes. Y también al comprender que ni siquiera kagami sabia el verdadero significado de lo que el mismo le habia dicho. Vio su rostro durmiente y acaricio su mejilla con gentileza.


Sonrió, mientras una lágrima se deslizaba por su mejilla, al saber de sus hermanos y que también gracias a ellos conoció a ese pequeño ángel con el cual le hubiera gustado compartir más tiempo.


—Gracias — aquel ángel volvía a sonreírle.


—A ti por cuidarlo ¿Estarás bien? — pregunto Akashi tomando a kagami en brazos.


—Si, por mis hermanos y… por él — su rostro volvía a entristecerse al saber que no lo recordaría.


—No lo haría, pero lo conozco — respondió entendiendo la tristeza del moreno — es un cabezota y hace lo que quiere — Ambos rieron viendo al pequeño  —Adiós


Aomine asintió, sintiendo como si llevaban nuevamente una parte de él, pero esta vez la sensación era distinta. Cansado mentalmente por los sentimientos arrolladores, cerró sus ojos y se sentó en  sofá quedándose dormido con la imagen sonriente del ángel.


Al día siguiente nuevamente se despertaba con golpes incesantes en su puerta. Se habia asustado. Los golpes seguían, entre gritos y gritos en los que percibía era su nombre. Se levantó rápidamente.


Aquella vos no podía ser de otra, abrió la puerta y efectivamente se encontró con su amiga peli rosada con los ojos hinchados de tanto llorar, con la preocupación, la impotencia y rabia impregnada en su delicado rostro.


—¡Maldito imbécil!, ¡no me asustes así!, estaba tan preocupada. Me avisaron que pediste permiso, no contestaban mis llamadas creí…. Creí que —Aomine era su amigo del alma, todo este tiempo habia estado al pendiente de él y con el miedo de por alguna estupidez pudiera perderlo.


Aomine lo sabía, pero solo ahora se daba cuenta de lo tonto que habia sido. La abrazo fuertemente y no le importó que está en su llanto siguiera golpeándolo en donde dieran sus puños


—Nunca más momoi —le decía viendo la luz por la puerta y notando como entraba a su morada por los ventanales en donde las cortinas seguían abiertas.


Una sonrisa se asomó por sus labios al sentir como si ese ángel aun estuviera ahí. Estaba claro, la luz jamás la prohibiría de nuevo en su casa. Quizás y solo de esa manera aun podía volver a verlo.


 


Fin.

Notas finales:

Como les mencione este fue un fics diferente creo, espero les haya gustado :3

Posiblemente bien escasa continuación. No lo sé.  

¡¡No estamos leyendo!!, que tengan un muy lindo domingo y excelente semanita!!

>u<


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