Las cosas no habían sido fáciles a la semana siguiente, ni durante el mes, todo el papeleo estaba matando poco a poco a Dean, sobre todo por tener que explicar cientos de veces que Castiel era solo la cara visible y que él no tomaba decisiones, ni lo haría. Él siempre tomaría las decisiones, pero prefería a Castiel al “mando” ya que solía tomar cualquier tema mas calmado.
Sam estaba en su mejor momento con Gabriel y la envidia le comía un poco, su hermano disfrutaba su pareja, el conocerte, entre ellos era todo tan natural y…Por otro lado estaban ellos, no se quejaba, su relación era tan buena como podía ser por las circunstancias, Castiel había viajado a limpiar todos sus papeles a diferentes ciudades y dejar su trabajo por completo mientras él se la pasaba leyendo papeles, firmando, en general nada divertido.
–¿Dean? –Preguntó Sam desde la puerta, con unas carpetas en los manos, el mayor gruño en respuesta, alzando la vista y gimiendo al ver mas papeles. –¿Seguro no necesitas ayuda? –Preguntó dejando las cosas sobre el escritorio.
–No. –Respondió sin mas, tomando las nuevas carpetas para leerlas.
–Dean de verdad, solo sales a comer y bañarte, entiendo que esto te mantiene ocupado para no pensar en Castiel y sé que son importantes, pero Benny dijo que tal vez podrías pasarte por su casa en la noche.
–Veré si termino. –Dijo casi ignorando al menor.
–¿Eso es un…no? –Preguntó algo incomodo.
–Es un…Veré si termino, Samantha, necesito concentrarme. –Respondió algo golpeado.
–Quiere saber si irás a su casamiento. –Informó mas en un murmullo que en una oración concreta.
–¿Qué? ¿Benny se casará con Balthazar? –Preguntó desenfocado, habían pasado unas dos semanas con suerte desde que no veía a Benny, de igual modo él debería haber sabido primero, era su mejor amigo y no solo eso, era el Alfa.
–Claro, lo enviaste a misión y él pasó a dejarte la invitación, quiero decir, el prototipo de invitación, porque quiere que se la apruebes, esta en tu cuarto, donde dejo tus cartas personales… Que no has visto hace días. –Le regañó Sam y salió dando un portazo.
El mayor suspiró y salió de la sala para ir a su cuarto, la cama estaba hecha, no había dormido en ella desde que su pareja había partido, miró detenidamente un montón de sobres y rebuscó hasta encontrar una tarjeta con destellos dorados, leyó de aquella, faltaban dos meses, pero la había entregado dos semanas antes. La culpa se hizo presente y se sentó en la cama, prendió el celular y otro golpe le hizo sentir peor. Casi 40 llamadas perdidas de Cass.
Intentó llamarle de regreso, pero solo tiraba hacía el buzón de voz ¿Y si a Castiel le había ocurrido algo de algún modo y él no estaba ahí para ayudarle? Tal vez solo era batería baja. Esperaba de algún modo que fuese solo aquello y se dio una larga ducha antes de salir y arreglarse un poco. Cogió sus cosas, sin dudar le haría bien salir un poco.
Al pasar por la sala fue inevitable no quedarse mirando a Sam con Gabriel, ambos estaban arrullados en el sofá, enredados en una manta mientras el rubio jugaba con la X-box y el perro labrador de Sam sentado a sus pies. Parecían la pareja perfecta, les faltaba solo una chimenea tras ellos como broche de oro.
–Chicos, voy donde Benny. –Informó de manera cortante antes de escapar hacía el Impala y conducir a casa de su amigo, compró de paso unas latas de cerveza y algo para comer junto a él. Aparcó el automóvil frente a la casa de Benny y respiró un largo minuto antes de bajarse y tocar.
–Hey, Dean. –Dijo un contento Balthazar, mirando a todos lados tras del rubio. –¿Y Cassie? ¿Aun no ha llegado? –Preguntó curioso, Balthazar había hecho una pequeña y extraña amistad con su pareja, mas bien, Balthy se encargaba de molestar a Cas porque podía hacerlo.
–No, aún no. –Respondió extendiendo la bolsa con cosas.
–Viejo, no debiste molestarte. –Dijo Benny saliendo de la cocina y dando un pequeño abrazo de bienvenida al contrario.
–Oh vamos, sabes que si, he sido un pésimo amigo.
–También un pésimo padrino. –Dijo ofendido Balthazar, en una pequeña broma, pero casi de inmediato Benny le dio una fuerte nalgada y susurró algo a su oído.
–¿Padrino? –Preguntó confuso Dean, había asumido que lo sería, era su mejor amigo, pero no se había hablado el tema.
–Bueno, Balthy me ha arruinado la sorpresa. –Admitió Benny besando la mejilla de su pareja. –¿Por qué no vas traer las cosas para ir fuera, precioso?
–¿Tengo cara de empleado? –Preguntó con los brazos cruzados Balthazar.
–No, tienes cara de ser mi futuro esposo, ve, te esperamos fuera. –Dijo suave el mayor.
Ambos salieron mientras esperaban a Balthazar, en el patio trasero habían sillas y estaba todo equipado para ver las estrellas, junto a una parrilla. Tras un pequeño rato regresó el menor y prepararon un poco de carne para acompañar las cervezas.
Todo el estrés de esas semanas se habían ido a eso de las dos de la mañana, Balthazar estaba arrullado dormido a un costado de Benny que lo sostenía cerca de la cadera mientras lo dos despiertos miraban las estrellas.
–¿Eres feliz? –Preguntó Dean sin apartar sus verdes ojos del cielo estrellado.
–El hombre mas feliz. –Susurró besando la frente de su futuro esposo. –Ahora que Balthy duerme, suéltalo, ¿Qué te ocurre? –Preguntó directo, alcanzando a dar una corta mirada a su amigo.
–Es complicado…Veo a todos ser felices y soy feliz por ello pero siento que…No puedo alcanzar esa felicidad yo mismo. Gabriel y Sam, ustedes, son… Son las parejas perfectas, yo con suerte estoy con Castiel y no es que no lo adore, supongo que no es el momento y… Ser alfa es jodido. –Rió un poco, intentando alegrar el ambiente de algún modo. –Cuando esperaba conocer a mi pareja, imaginaba todo intenso en el buen sentido…
–¿No estas seguro de estar con él? Porque a eso esta sonando. –El sigilo en la voz de Benny se hizo notar demasiado crudo para su amigo.
–No…No lo sé, no es eso, es mi pareja. –Su voz se cortó cuando fue interrumpido.
–Que sea tu pareja no significa que sea compatible contigo, nadie te esta obligando a nadie, Dean…Nosotros forjamos nuestros destinos, solo nosotros.
El rubio se estiró un poco y se levantó.
–Sí…Bueno, Benny, ya me debo ir, es jodidamente tarde y Sammy debe estar preocupado. –Informó antes de salir hacía el impala, había sido una buena tarde, había tocado muchos temas que necesitaba sacar de su pecho y ahora estaba mejor.
Una vez llegando a casa vio un automóvil fuera, se estacionó y notó las luces encendidas, algo le hizo sentir inseguro ¿Habría pasado algo? Una vez dentro escuchó pasos y Castiel apareció en el pasillo, una ligera sonrisa, el cabello revulto, ropa interior y una camiseta gris de AC/DC. Parecía que corazón se había detenido por un segundo.
–Bebé. –Murmuró el hombre de ojos azules y de un segundo al otro su pareja ya estaba en un férreo abrazo. –Hey, esta bien. –Murmuró acariciando su espalda. –Estoy en casa.
–Bienvenido. –Susurró el rubio, respirando el dulce aroma. Había necesitado eso, la sensación casi embriagadora de su intimidad, que borraba cualquier duda. –Te extrañé…¿Todo bien?
–Algunas cosas sí. –El cuerpo de Cas se tensó de un segundo a otro. –Otras no demasiado. –Admitió mientras le soltaba un poco.
–¿Qué ocurrió, Castiel? –Preguntó sosteniendo su mano.
–Entendería si quieres dejarme después de esto…Pero no quiero apartarme de tu vida…Aún así…Tengo una hija. –Respondió calmado, mirando los ojos ajenos.
–Perdón. –Rió apenas Dean. –Claro, sí. –Dijo aún sin creerlo, caminando hacía la cocina. –Que divertido.
–Dean, no me estas entendiendo, no es una broma. –Repitió sosteniendo el brazo del menor y caminando hacía el cuarto de invitados, la cama estaba desecha, pero en un rincón un pequeño bulto de cabellos rubios.
–Mierda…–Susurró soltando el agarre y dando torpes pasos hasta la orilla de la cama, dio una pequeña mirada a Castiel, sin entender que estaba pasando ¿Era una pesadilla? Salió del cuarto, apretando los puños. –Explicaciones, ahora. –Gruñó, claramente había sido antes de que se conocieran, pero estaba seguro de que al salir con alguien le cuentas esa tipo de cosas como, tengo una hija o tu plato de comida favorita.
Apoyó su antebrazo en la muralla del pasillo cuando se sintió mareado, le costó mantenerse en pie y le costó escuchar los ruidos, Sam tenía razón, no se había alimentado bien, beber no había sido buena idea y ahora el golpe emocional. –Mierda…