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7 DAYS. por David_tank

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Notas del capitulo:

Tenía tantas muchas ideas, que este cap fue fácil. <3

Por su lado, Dean se tensó un poco, mirando los intensos ojos azules, mientras se preguntaba otra vez ¿Qué tenía que perder? Por otro lado ¿Qué tenía ganar? Además de…¿Si se quedaba con Castiel y en verdad formalizaban algo…? ¿Los demás Alfas le respetarían sabiendo que salía con un Alfa? O incluso si él estaba abajo ¿Alguien seguiría tomando su palabra como una ley?

            –Entiendo, por cierto y si te interesa, Castiel Nowak, 42 años.

            –Jo-der, tío, ¿Tienes 42? Yo tengo 32…Pero no parece para nada de esa edad. –Dijo sin importar el tono de sorpresa.

            –Por cierto, tienes tarta en la cara, en tu mejilla. –Dean frunció el ceño, limpiando su mejilla con el puño de su camisa a cuadros. –No, idiota, en la otra.

            –Hey, ¿Cómo que idiota? –Torpemente se limpió la mejilla, pero en cambio todo se desparramó un poco mas.

            –¡Vamos! Has quedado peor. –Cogió con cuidado a Dean por el rostro y frotó su pulgar contra la mancha color caramelo, los ojos verdes recorrieron todo el rostro del mayor y susurró.

            –No sé si aguante una semana contigo en un auto sin follarte…–Los labios de Dean se dirigieron a los ajenos y le besó de manera totalmente contraria a sus palabras, era un beso tan suave y lento, como debió ser el primero, sus ojos se cerraron mientras sus labios danzaban de manera parsimoniosa en una caricia.

Ambos gruñían de manera interna para someter al otro, pero sabían que debían controlarse, mantener su lado Alfa lo mas dormido posible mientras duraba aquel beso, por mucho que ambos hablaran sobre someter al otro en la cama, aquel beso era demasiado agradable.

            –¿Salió? –Preguntó el rubio, consiguiendo  un leve asentimiento con la cabeza del ajeno, el cual se separó para volver a conducir en silencio por un rato, ambos memorizando aquel beso. –Así que Castiel… ¿Por qué tienes una semana libre?

            –Bueno… Mi grupo se separó hace poco, no tome ningún lado y me echaron de mi trabajo, tengo ahorros suficientes para vivir cuatro o cinco años como yo quiero y tengo una casa… Pero ahora mismo no quiero estarme quieto ¿Cuál es tu historia?

            –Ya escuchaste algo de la llamada de anoche así que no saco nada con mentirte… Soy Dean Winchester de The Hunters, no sé si nos conozcas, pero Bobby, quien nos lideraba, murió y yo era el segundo al mando, pero no quiero tomar esa responsabilidad, lidiar con Alfas siempre es una mierda grande entre manos que no sé si quiera… O mas bien…Pueda masticar.

            –Bueno, mierda, claramente conozco a su grupo, están metidos en casi todo de una u otra forma, mi pesame para ti y para tu hermano, Bobby era como un padre para ustedes ¿No? Una vez trabajé con él…Yo era ejecutor de mi manada, la mano derecha antes de que se separará. –Dijo extrañamente tenso, separando su cuerpo del rubio para volver a tomar del volante.

            –Así que ambos necesitamos un descanso de nuestros “hogares” –Rió Dean, las horas pasaron mientras se ponían ligeramente al día de sus vidas, compartiendo gustos y demás hasta que la primera ciudad apareció frente a ellos, aparcando fuera de un centro de comida rápida.

            –Andando, yo invito. –Dijo el mayor ingresando al lugar, apoyando sus manos en la barra de pedidos y notando como Dean le abrazaba por la espalda, acariciando su vientre bajo.

            –¿Serás el postre también? –Preguntó a su oído, con voz baja.

            –Podía haber postre, pero no sería yo. –Aquello comenzaba a ser una broma, ambos intentando dar indirectas-demasiado directas.- de quién sería el de arriba. Dean dio pequeños besos por su hombro, llegando al cuello, su lado Alfa pedía poner a Castiel justo ahora sobre aquella barra y marcarlo por dentro por fuera, tomó aire cuando un joven vino a pedir la orden y se separó.

            –Dos hamburguesas, patatas fritas y dos gaseosas, para servir, gracias. –Dijo Castiel mirando de reojo al rubio el cual fue a tomar asiento, despreocupado de lo que había ocurrido.

Todo estaba o muy mal o muy bien entre ambos, no estaba seguro de cómo tomarían rumbo las cosas, al regresar a la mesa dejó la comida sobre esta y tomó asiento.

            –Dime guapo ¿Tienes compañía? –Preguntó en broma.

            –Oh, claro, estoy esperando a mi sunshine, seguro la has visto, ojos azules, pelo despeinado, labios perfectos para ser besados. –Murmuró lo último en tono bastante suave mientras Castiel se sentaba, bebiendo su soda. –Me has dicho que eras ejecutor ¿No? ¿De qué tipo? –Preguntó con curiosidad.

            –De los que nadie quiere ver. –Comentó dejando una expresión seria en la cara. –Yo tomo un trabajo al mes, no niños, no mujeres y no ancianos y estudio cada paso para aceptarlo ante, investgo y si lo merece, lo hago, solo por sumas importantes y nadie vuelve a ver al sujeto sonreír. –Dean se estremeció un poco, si bien ellos trabajaban en casos delicados con Sam, lo que Cass había dicho era una sentencia de muerte, apretó los labios intentando no demostrar lo sorprendido que estaba, aun cuando sabía que se necesitaba un ejecutor así dentro de cada grupo, saber que su pareja era uno era intimidante hasta algún punto. –¿Mucho para digerir? –Preguntó sonriendo un poco.

            –No lo esperaba, no pareces ese tipo de persona. –Admitió mordiendo su hamburguesa luego. –¿Cuándo fue tu ultimo trabajo?

            –Estoy en el. –Admitió incomodo por el tema. Sabía que no debía contarle a nadie de sus trabajos, mucho menos en este caso a Dean. –Sé que estoy sin comunidad, pero me pagaron por adelantado en acto de fe, mucho dinero, seria como hacer unos ¿Cinco o seis trabajos? Fuera de eso…–Tosió un poco. –Es difícil, mas de lo que pensé que sería.

Dean se estremeció nuevamente ¿Estaría en lo correcto seguir con Castiel los cinco días que le quedaban o simplemente era mejor dejarle ir? Su razón quería salir corriendo fuera de su alcance por lo menos hasta que él terminara sus “deberes”, otro lado quería quedarse a aprovechar esa semana y al terminar, hacer como si nada.

            –¿Cómo sería tu día perfecto? –Preguntó Castiel mientras salían rumbo al automóvil, subiendo a este.

            –Mi día perfecto es comida chatarra, ligar con alguien, una tocata de Rock clásico y ver las estrellas por la noche...También hablar con Sammy.–Aseguró sonriendo mientras casi soñaba con aquello. –¿Qué tal el tuyo?

            –Mi día perfecto cambió, sería pasar un día contigo en la cama, viéndote gemir. –Guiñó su ojo mientras conducía, sacando al menor un gruñido y un leve giro de ojos.

El resto del día pareció irse en la carretera hasta caer en la tarde en una ciudad bastante grande, Castiel bajó y llamó a Dean para que le siguiera, pasaron al primer bar con música de rock en vivo que encontraron y bebieron hasta tarde, hablando de gustos musicales, de automóviles, armas, tenían muchos mas gustos en común de lo que pensaban y otros puntos de vista que parecían incluso agradables el uno para el otro.

Ya entrada la noche fueron hasta un motel cercano, a las afueras de la ciudad el cuál había sido recomendado en el bar.

            –Permiso. –Dijo Dean saliendo del automóvil mientras caminaba por el estacionamiento vacio. –Tengo que llamar a mi hermano, necesito cerciorarme de que este todo bien allá. –Comentó mientras caminaba, dando la espalda al azabache.

            –Claro, iré por un cuarto…Con dos camas. –Especifico, comenzando a sacar ambos bolsos del maletero.

–Hey, Samantha. –Dijo con un tono mas neutro, casi alegre Dean.

            –¿Dean? ¿Todo bien? Te escuchas extraño, quiero decir, te escuchas ¿Bien? –Se escuchó tras la línea.

            –Si, gigantón, todo correcto y bien, quiero decir…–Estuvo a punto de decir sobre Castiel, mas se quedo callado unos segundos, aún no sabía si realmente congeniaban o solo era atracción dura…Una muy pero muy dura. –Todo mas calmado.

            –¿Entonces volverás antes? –Preguntó dejando la emoción salir de sus labios.

            –No te aproveches, no dije eso. –Aclaró de inmediato cuando escuchó un celular sonar en la parte posterior del automóvil. –Mierda, espera, ¿Me llamas en cinco? Debo hacer algo. –Dijo guardando el móvil en el bolsillo de su pantalón. Abrió la puerta y alcanzó el celular, el cual se pasó a deslizar de su mano hacía bajo el asiento. –Mierda. –Se quejó metiendo la mano bajo este, tocando algunas carpetas o eso parecía y sacando estas, para luego sacar el celular.

Alzó una ceja al ver que cada carpeta tenía un mes y un año, cada una de ellas, aunque solo parecía tener tres ahora de los últimos tres meses del año.

                                                                Diciembre.               

Sabía que no debía meterse donde no le llamaban, pero el impuso fue mucho mas fuerte de lo que podía controlar, abrió esa carpeta, quedando casi helado, en la primera planta estaba su fotografía en blanco y negro, sus datos personales, donde nació, fecha de nacimientos, padres, estado, enfermedades, cada uno de sus datos personales. Tragó con fuerza, ojeando un poco, había una investigación minuciosa de sí, desde donde salía el mes pasado hasta qué trabajos había tenido, cuales era sus debilidades en batalla mano a mano o con armas.

            –Mierda, mierda, mierda…–Dijo a si mismo tomando la carpeta y saliendo del automóvil, metiendo su mano dentro de su cazadora y sacando su arma, cuando un sonido le hizo voltearse.

            –Dean ya tengo cuarto. –Dijo Castiel de manera natural, alcanzando a ver a Dean levantar su arma y en menos de un segundo él ya tenía una fuerza, ambos se apuntaron, miradas tensas cuando el mayor notó la carpeta entre los dedos ajenos. –No deberías tener eso…

            –Ni tú tampoco ¿Cuándo me pensabas decir que yo era el siguiente en tu lista? Oh…Espera ¿Me lo pensabas decir o me planeabas matar mientras dormía? –Preguntó mientras ambos quietaban el seguro del arma, sus reflejos eran iguales, era cosa de segundos, sus pulsos firmes en el gatillo, parecía no haber marcha atrás.

            –Es mejor que no sigas adelante, Dean…–Amenazó Castiel, sin moverse del lugar mientras Dean apretaba mas la carpeta entre sus dedos, tenía su vida ahí, desde  detalles con su hermano hasta prácticamente qué desayunaba, con razón Castiel le había traido tarta de manzana, con razón los temas casi iguales.

            –¡Hijo de puta! –Gritó justo antes de que un disparo resonara en el vacio estacionamiento, no había vuelta atrás…

Notas finales:

Espero no dejarles muertos a todos, pero bueno~ Ya verán quién fue el del disparo, tal vez tarde unos días o tal ves no, pero para el miercoles o incluso antes es provable que ya tenga actualización

Gracias por sus mensajes. <3

Si tienen ideas sobre algo, adelante, siempre es bueno recivir sugerencias. <3 
Amor amor para todas y todos. <3

 

Oh, por cierto ¿A alguien le gusta el Sabriel? Estaba pensando entre Sabriel o Lucifer por Gabriel~ 


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