Gimió sobre la boca del mayor mientras el beso seguía y seguía, pareciendo no querer terminar, era suave, pero acompañando por pocas mordidas, hasta que lentamente se removió un poco para empujarle y verle mejor.
–Castiel…–Susurró sin saber qué decir o hacer por unos segundos, le tiró de la muñeca hacia adentro de la casa cerrando la puerta tras de ambos, pasó directo a la cocina y sacó una compresa fría para dejara sobre el labio y pomulo ajeno.
–Mierda, duele…–Siseó mientras se sentaba en una de las sillas de la mesa y sostenía de la compresa. –Duele…–Gimoteó nuevamente cuando Dean le tomó del mentón, examinando su rostro de forma de tenida. Comenzaba a incomodarse ante el silencio del rubio, el cual salió unos minutos y regresó con dos pastillas, extendiendo estas con una copa de agua.
–Un analgésico y un antiinflamatorio. –Comentó y al ver la duda de Castiel gruñó, no dudo mas y los tomó sin decir nada. –¿Cómo…Tú? –Intentó ordenar sus ideas. –Imagino el como llegaste sabiendo del informe pero… ¿Por qué y…Qué te pasó? –Preguntó mientras se metía entre las piernas ajenas, tomando su rostro y tocando alguna de las heridas.
–A la gente le gustan sus trabajos terminados, no que los trabajos sean parejas del trabajador. –Explicó levemente tocando la cadera de Dean y dando una intensa mirada. –Te extrañé tanto estos dos días, hubiese venido antes y no te quería ir…–Admitió. –Pero necesitaba arreglar eso.
–¿Quién te golpeó? –Inquirió con cierta ira en la voz.
–No importa, dejé eso, dejaré esa vida por siempre, pero tú aún me debes unos días de la semana que me has prometido. –Susurró mientras se abrazaba al menor, apoyando su cabeza en el pecho ajeno, frotando la mejilla un poco adolorida. Fue inevitable para el rubio no reír.
–Estas todo molido ¿Y piensas en eso? –Le acarició el rostro con ambas manos, teniendo cuidado de tocar en ciertas zonas. –¿Dónde te estas quedado?
–Haré reserva en un hotel, tengo mis cosas en el auto pero son pocas, no creí que tú me recibieras así.
–¿Qué esperabas?
–Que me rompieras lo que me queda de cara. –Una leve sonrisa se posó en los labios de Castiel y se levantó, besando brevemente la boca ajena. –Prefiero vivir una vida tras de ti, que no tenerte en mi vida Dean.
–¿Por qué no te quedas acá un tiempo? Quiero decir…Esto…–Intentó decir algo, mas comenzaba a atorarse sin saber como seguir.
–No te quiero presionar. –Castiel frotó su nariz al cuello de su amante y este jaló un mechón del cabello.
–No lo hagas y prefiero que te quedes, lamento que todo me sobrepasara, pero era…Es demasiado, aún así, no quiero perderte, pero dame mi tiempo…–Pidió mientras se apartaba un poco. –Tengo que tomar el cargo en días y no digo que nosotros juntos no seamos importantes pero… Creo que lo que importa ahora mas, es mi comunidad.
–Entiendo, encontrarás la salida adecuada, eres un buen alfa…
–Creo que eres mejor, yo en cambio no podría tomar una decisión tan grande como es matar o dejar vivir a alguien o dejar todo por una pareja, creo que a pesar de no conocerte tanto eres mas fuerte que yo. –Acarició el corto cabello negro mirando a sus ojos.
–Tomaría incluso tu lugar si te hace sentir mejor, Dean, haría cualquier cosa por ti y empieza a entender eso. –Pidió cuando sus labios nuevamente se juntaron en un beso, esta vez tomaron su tiempo en recorrer la boca ajena.
–¡Deean por Dios, respeta la cocina! –Gimoteó Sam mientras pasaba como si nada, tomando una taza de la cafetera.
–Mierda ¿Qué no captas que esta ocupado? –Gruñó en defensa, apartándose de inmediato de Castiel, el cual se levantó un tanto incomodo.
–No había corbata en la puerta. –Comentó alzando los hombros, mirando de reojo a ambos.
–Bueno puede ser porque…La maldita cocina no tiene puerta, Sam. –Rodó los ojos, sabiendo que ya no sacaba nada con discutir con su hermano menor. –Bueno…Es Castiel, ya sabes, mi pareja. –Le presentó de manera bastante torpe.
–Sé quien es, lo describiste bastante bien anoche… Y ciertas cosas que no quería saber. –Añadió extendiendo la mano al presente. –Samuel Winchester. –Dijo cortante.
–Castiel Novak. –Dijo de inmediato, no había que ser un gran genio para saber que ganarse al hermano de Dean sería tarea larga. –Lamento las molestias. –Añadió de forma cortes.
–Eso díselo a Dean, pero te aseguro que si Dean es herido por ti me vengaré. –Sam sonrió forzado, no mentía y todos se dieron cuenta de eso.
–Muy buen trabajo, ambos, pero eso no fue para nada pasivo agresivo, basta. –Pidió cruzando sus brazos molesto. –Sam, él no me hará nada y Castiel, no me harás nada…Castiel se quedará unos días.
–¿Hasta que tomes el cargo? –Preguntó Sam un poco mas interesado, tomando asiento.
–Yo no lo sé. –Suspiró el ojiverde mientras Castiel se sentaba nuevamente, mirando a ambos de reojo. –Quiero decir, es complicado, aún no somos pareja, ni estamos reclamados, ni…Nada, supongo que se pondrá en discusión si saben que tengo pareja.
–Puede ser. –Musitó el mas alto apoyando los codos en la mesa. –Pero si se reclaman antes, independiente de lo que pase, tendrán que aceptar como grupo, una unión es una unión. –Susurró jugando con su taza.
–No quiero…No queremos apurar las cosas ¿No es así? –Preguntó Castiel mirando a Dean.
–Sam tiene razón, no nos podrán separar porque ya esta hecho, pero no por eso serían las cosas mas fáciles y ocultar mi relación sería traición si acepto el cargo de Alfa. –El rubio gruñó y se desordenó el cabello, claramente frustrado.
–Si me reclamas, puedo tomar el cargo de Alfa un tiempo. –Comentó Castiel y una mirada bastante negativa se posó en los ojos de Sam. –Quiero decir…Mientras te adaptas, sería temporal, además tú eres quien tome esa opción, no pueden quitarla, porque tú el único que puede elegir el futuro.
–Te conoce hace menos de una semana, ¿Cuánto tres o cuatro días? –Exclamó Sam. –Sin ofender pero querías hasta matarlo y ¿Confiarán todos en ti? No te conocen, confiarían en mí si fuera por eso. –Siseó molesto.
–No es mala idea…–Admitió Dean haciendo una mueca a Sam. –Entiende, yo no puedo con esto, nunca fue mi sueño y tú a pesar de todo, tienes una vida fuera, cumples grandes funciones Sam, de verdad me ayudas un montón siempre, eres mi mano derecha, por eso no quiero que estes al mando tampoco, Castiel sabe tomar decisiones, no tiene manada y si lo reclamo no habrá marcha atrás, tienes una vida por delante, sacaste la carrera de abogado y nunca has ejercido por cumplir con la familia. –Intentó razonar.
–No lo sé Dean, suena todo bien, pero no confío en Castiel, nada personal pero aún ni lo conozco, acataremos si es tu decisión, pero no sé si incluso los demás se queden…Por cierto, hoy llega Benny, saldré con el para comer y que me informe como le fue. –Comentó mientras se levantaba, haciendo un ademán para despedirse. –Tiene cuatro horas hasta que regrese.
Dean suspiró al ver a su hermano salir, sabía que el “almuerzo” era algo inventado para decir que si reclamara a su pareja ¿Pero saldría todo bien según su plan?
–Creo que le agrado. –Dijo con sarcasmo Castiel mientras se acercaba al menor.
–¿Tú crees? Nha. –Respondió de igual forma, acariciando el labio herido del contrario con su pulgar. –Tenemos cuatro horas…
–¿Te das cuenta que si te reclamo y tú a mí no hay vuelta atrás? Que seremos tú y yo y nadie más, para siempre, viviremos juntos, estaremos juntos en todo, no dejaré que nadie ponga los ojos sobre ti, ni que nadie mas te toque, no besarás a nadie mas que yo y es lo mismo por mí lado, estaremos entrelazados por el resto de nuestras vidas ¿Aceptarás eso? –Susurró sobre su cuello, sintiendo los latidos de su pareja sobre sus labios.
Dean dudó, comenzando a pensar en todo aquello, Castiel estaba dejando su vida al revés de mil formas pero ¿Podría dejar de ser un rompecorazones incluso por él y darle el cargo? Tragó grueso ante un leve beso.
–Dean…–Los gruesos labios succionaron hasta dejar una leve marca.
–Castiel…–Jadeó tomando fuerte sus caderas de un momento a otro. –Yo…