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Day by Day por Aurora Execution

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Notas del capitulo:

Nuevo capítulo.

Espero sea de su agrado.

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Espejo

 

La comunicación se había perdido. Steve  arrugó su entrecejo un tanto inquieto. La noche ya había avanzado demasiado, le había preguntado a Friday por su esposo e hijo. Siempre lo hacía. La IA había respondido con palabras cortadas, y un «lo necesitan en la Torre» que dispararon todas las alertas del soldado. Luego quietud y sonidos de estática. ¿Qué había salido mal?

 

Steve solía tener la costumbre de regresar caminando – cuando las misiones de la restaurada SHIELD no eran tan exhaustivas – a su hogar. Suerte que la organización se haya establecido en New York. Disfrutaba de relajarse de las tensiones que ser el líder de los Vengadores conllevaba. Esa noche no pensaba ser distinta para él, al menos hasta ese extraño mensaje de Friday. Y no era tan tonto como para no asociarlo a la extraña intranquilidad que experimentó durante su misión, una ligera sensación de desasosiego, como si algo le picara por dentro.

 

—¿Friday?—volvió a intentar, la estática en su oído le erizaba los vellos.

 

La Torre ya estaba en su rango de visión, Steve dio un suspiro aliviado de encontrar todo en aparente orden. Le urgía llegar y ver a Tony y Peter. Se permitió sonreír al traer a su mente a las dos personas más importantes de su vida.

 

Dos segundos. Tan sólo dos segundos se permitió detenerse y bajar la guardia.

 

Una explosión quebró la calma, desdibujando la sonrisa de su rostro, reemplazándola con una dolorosa mueca de pánico.

 

. «No, no, no no…»

 

El Capitán corrió con desesperación.

 

La explosión arrasó con un piso entero de la Torre. A pesar de que ya era de madrugada, todavía había transeúntes que se hallaban cerca cuando el estallido comenzó. El descontrol fue inmediato, las personas corrieron protegiéndose de los escombros y vidrios que caían hacia la calle como una tumba segura si alguno le cayera encima. Su corazón se agitó con fuerza en su pecho. No tardó nada en llegar, pero las puertas estaban todas selladas. Friday no respondía a sus llamados y las explosiones comenzaron en simultáneo. Uno, dos, tres, cuatro pisos iban estallando, si seguía así la Torre colapsaría.

 

Tony y Peter estaban en ella

 

—¡Maldición!— tomó su escudo y lo estrelló contra la puerta, los vidrios reventaron en miles de pedacitos. Las alarmas no habían sonado. Alguien había desconectado por completo las funciones de defensa de la Torre.

 

 A Steve se le hacía aún más extraño el hecho de no ver a Iron Man en ese momento. ¿Qué sucedía? El miedo se intensificó, miles de escenarios posibles se formaban en su mente, pensando que quizá tanto Tony como su pequeño hijo estaban heridos e inconscientes. Steve aferró con fuerza el escudo dispuesto a encontrarlos.

 

Ca…pitan Rogers…

 

—¿Friday? ¿Qué está sucediendo? ¡Hay demasiada interferencia!—gritó aliviado de volver a tener conexión con la IA.

 

Han deshabilitado mi acceso a la Torre y las armaduras del señor Stark, me he transferido a la base de datos de Shield, pero no puedo reestablecer las conexiones.

 

—¿Dónde están Tony y Peter?—dijo desesperado. Un nuevo piso había sido destruido. La mitad de la Torre había desaparecido.

 

No aguantaría mucho más.

 

El señor Stark y el niño Peter se encontraban en el taller al momento de las explosiones.

 

El taller. Si la Torre colapsaba, Tony y Peter serian aplastados por toneladas de escombros. Steve no dudó, con el sudor recorriendo su cuerpo, y el miedo quemando su garganta. Corrió escaleras abajo, debía salvar a su familia.

 

—Friday ¡las armaduras! Intenta enviar una hacia Tony, por favor.

 

Eso será imposible Capitán… las armaduras son las que se están autodestruyendo.

 

Aquello sólo hizo que la desesperación en su cuerpo creciera de manera desmedida. Quien quiera que este provocando todo esto, debía conocer demasiado bien la Torre y a Tony, por sobre todo.

Su respiración se agitaba con cada paso, mientras llegaba justo a la gran puerta de vidrio que lo separaba del taller. Apretó su escudo y dio varios golpes hasta que el vidrio cedió. La luz titilaba. Todo estaba destruido y desparramado por doquier.

 

—¡Tony! ¡Peter!

 

Removió con desespero partes de armaduras, mesas, planos, estantes, el dolor le punzó en el pecho, las lágrimas se agolpaban en sus ojos ¡No! Se negaba a creer que estuvieran muertos.

 

—¡TONY! ¡PETER! ¡TONY! ¡PETER!

 

La luz se apagó, los cimientos cimbraron ante una nueva explosión, para esa altura tanto sus compañeros como Shield deberían hallarse en el exterior conteniendo a las personas y el desastre que provocaba la desaparición de la Torre. Él solo quería hallar a su familia. Steve removió un escritorio, en una esquina, frente a él se hallaba un espejo que Tony había mandado a colocar no hacía demasiado tiempo, una excusa para no ser sorprendido si alguien entraba a su taller… y otra mucho más vulgar como observarse mientras era tomado por él.

El estómago le apretó y una lágrima cayó de sus ojos, pedazos de techo comenzaban a caer sobre su cabeza y la falta de luz dificultaba todo.

 

La desesperación se apoderó por completo de él.

 

Iba a gritar nuevamente cuando un sollozo tenue llamó su atención. Lo conocía bien. Corrió sobre lo que alguna vez fueron los sillones y mesa de dibujo y juego de su pequeño hijo, removió con cuidado. El corazón le dio un vuelco, Peter se encontraba en el rincón más apartado del Taller, oculto entre sus juguetes, abrazaba sus rodillas, escondiendo su rostro en ellas. Temblaba.

 

—Peter—dijo con suavidad. Quiso llorar de alivio al verlo sano. Seguramente Tony le había ordenado esconderse allí.—Peter, cariño, soy papá, ¿me escuchas?

 

Necesitaba sacarlo con urgencia de allí y así poder buscar a Tony. Peter elevó su rostro enfocando su enrojecida mirada en él. Sus ojos cobaltos le observaban con temor y desconcierto, parecía no reconocerle, pero cuando así lo hizo se arrojó a sus brazos hundiendo el rostro en el pecho que lo acobijó con fuerza. Steve tembló ante el sentimiento de impotencia que recorría en su sangre. Peter se separó aterrado, el rubio quiso acerarse nuevamente, pero el niño no le hizo caso dando pasos hacia atrás, huyendo de su presencia, Steve se paralizó al momento de ver a su hijo señalando por detrás de él.

 

Una risa retumbo entre el desorden.

 

Steve aseguró a su hijo en sus brazos, Peter se resistió un poco pero dejó de forcejear cuando una nueva risa y unos pasos indicaron que alguien se acercaba a ellos. Steve trató de calmarse, envolviendo lo más que podía al niño entre sus brazos, mientras se ponía de pie.

 

La oscuridad no devolvía ninguna figura, pero sus sentidos les decían que estaba ahí, sus ojos se posaron nuevamente en el espejo al otro lado del taller. Steve vio una sombra que caminaba en su dirección, a su espalda lo primero que vio fue el rostro de Tony, inconsciente. Pero no pudo moverse, sus músculos se paralizaron mientras sus ojos no daban crédito a lo que veía. No podía girar, no podía hablar, lo único que podía hacer era apretar a su hijo y observar a través del espejo como su esposo era cagado por un hombre rubio, de ojos fríos y tan celestes como los suyos propios.

 

Su rostro. Su cuerpo. El traje.

 

La garganta dio un sonido ahogado.

 

—Descuida, no está muerto. No me serviría muerto.

 

Su voz.

 

—¿Quién…?—No pudo terminar la frase, la garganta le ardía y un nuevo jadeo se escapó cuando vio al hombre tras el espejo acariciar el rostro pálido de Tony.

 

—¿Hermoso, no lo crees? Tu hijo está bien, debe estar un poco confundido eso es todo. Entenderás su renuencia a que lo toques.—estiró sus labios de manera cínica, acentuando unas líneas en el rostro.

 

Steve giró, enfrentando al otro sujeto al fin. Desvió un momento la vista hacia su hijo, quien seguía aferrado a su traje con el rostro escondido en su pecho. Luego observó el rostro dormido de su esposo, no parecía herido. Aquel sujeto dejó de observarlo para seguir su mirada, sonriendo hundió su rostro en el cuello de Tony, olisqueándolo, un sonido obsceno salió de sus labios. Steve sintió la furia bullir dentro de él ¡cómo se atrevía! Sus facciones se endurecieron.

 

—¿Quién eres y qué quieres maldito? Deja ir a Tony, te lo advierto.—su propia mirada se volvió tan fría como la de su rival.

 

La sonrisa de su contraparte se ensanchó más.

 

—Qué modales los míos, déjame preséntame; soy Steve Rogers, claramente. Pero tú puedes llamarme Capitán Hydra.—Un destelló empapó sus celestes ojos de rojo. Tiñéndolos de sangre.—Ahora dime Capitán, ¿Qué hará para recuperar a su esposo?

 

Steve supo que uno de los dos no saldría vivo de allí. Pero él no pensaba ser quien terminase siendo el hombre tras el espejo. No mientras su familia lo necesitase.

Notas finales:

Secret Empire ya está terminando y por fin veremos el tan ansiado Cap vs Cap xD Yo sólo me sumo al hype.

Espero sinceramente hayan disfrutado de la lectura.

Será hasta el próximo capítulo. Gracias por leer.


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